Me encanta flirtear,
incluso cuando mi objetivo no es ligar.
Lo veo como un juego inocente en
el que cada uno conoce las reglas y los límites.
Tengo un gran amigo que es
militar que me supera mucho en este divertimento y trata la seducción
más como si fuera una batalla que una habilidad social que podría acabar
en el sexo.
Cuando vivía en Madrid hace años, me encantaba verlo en
acción mientras buscaba a la madre de sus hijos.
Nada más entrar por la puerta de un bar, identificaba sus posibles
objetivos enseguida y se acercaba para atacarlos con piropos, bromas y
frases engatusador, siempre muy bien ensayadas...Empezaba a disparar, su continuó bombardeo era implacable, no cejaba en el empeño hasta conseguir, al menos, un número de teléfono auténtico.
Está claro que la primera impresión es vital cuando la música es alta
y las bebidas, abundantes.
Sin embargo, es igual de importante la forma de acercarse a alguien al día siguiente cuando ya es de día y el mundo real impone sus reglas.
Si muestras demasiado entusiasmo, entonces corres el riesgo de parecer desesperado y si muestras pasotismo, pareces frío.
Es difícil encontrar un punto medio.
Sin embargo, es igual de importante la forma de acercarse a alguien al día siguiente cuando ya es de día y el mundo real impone sus reglas.
Si muestras demasiado entusiasmo, entonces corres el riesgo de parecer desesperado y si muestras pasotismo, pareces frío.
Es difícil encontrar un punto medio.
Mi amigo militar cometía el
gran error, en mi opinión, de llamarlas a las 11 de la mañana del día
siguiente para invitarlas a comer ese mismo mediodía.
Le decía que tal
vez era un poco precipitado pero él no entendía.
No podía concebir una
respuesta negativa - o a veces la ausencia de respuesta –cuando parecían
haber sido tan receptivas la noche anterior. “¿Porqué las mujeres dais
los teléfonos si luego no queréis que os llamemos?”, me solía preguntar.
Volví a pensar en él cuando descubrí las clases de seducción impartidas por el nuevo SexAcademy de Barcelona –
un lugar que ofrece talleres y charlas sobre una gran variedad de temas
incluyendo cómo hablar de sexualidad con los hijos, sexy dance, cocina
afrodisíaca, taller de placer, speed-dating, tuppersex y mucho más.
Estaba intrigada por saber
más sobre el arte de la seducción, después de todo, nunca se puede
saber demasiado
. A pesar de sentirme muy cómoda a la hora de coquetear y
ligar, lo que me pasa, como a mucha gente, es que cuando se trata de
alguien que me gusta de verdad, a veces no sé cómo actuar.
El taller “Ligar – Técnicas
de seducción”, impartido por la sexóloga Luana Salvadó, es un curso con
ejercicios teóricos y prácticos que no se limita al mero hecho de ligar
para conseguir pareja, sino que intenta aportar técnicas y métodos para
seducir de manera natural en todos los ámbitos donde nos movemos. Porque
seducir sienta bien y no es sólo una cuestión de físico, como la gran
mayoría sigue creyendo.
Seducir implica una combinación de psicología,
comunicación verbal y no verbal, aspecto, actitud y seguridad. En el
taller, trabajan con todos estos elementos adaptándolos a la
personalidad de cada uno, para crear una combinación perfecta para
convertirnos en personas mejores y más seductoras.
Al repasar los temas del
curso, me puse a pensar en mi amigo militar y todo lo que hacía mal
años atrás.
En un viaje reciente a Madrid, volví a verlo y estaba
celebrando una promoción largamente esperada a un rango superior y
estaba muy feliz.
En cuanto a la seducción, se ve que sus nuevos
conocimientos militares también habían influido su técnica de seducción
porque ahora había ampliado mucho el campo de batalla.
Ya no sólo cuenta con los
bares para conocer a la madre de sus hijos, porque podría suceder en el
gimnasio, en una clase de yoga, en una clase de salsa, internet o en una
amplia variedad de cursos como cata de vinos, cocina, plantas, etc .
De
esta manera el círculo social se va ampliando poco a poco, se hacen
amistades sin prentenderlo y lógicamente uno podrá encontrar de esta
manera aquello por lo que desespera.
Ya se sabe el dicho “ el que espera
desespera”.
Sin embargo, ligar en los
bares, sigue siendo una campaña militar y ahora adopta una técnica que
llama “operación dos dedos”, que consiste en identificar a las mujeres
con menos de dos dedos de alcohol en su vaso e invitarlas a una copa.
“Siempre aceptan,” me asegura, y no sólo esto sino que además se quedan
hablando con él por educación al menos el tiempo de esa bebida, dándole
la oportunidad para una nueva batalla.
Yo en cambio, aún no he
tenido la oportunidad de practicar mis nuevos conocimientos, pero ya
tengo la certeza de que la próxima vez que me guste alguien de verdad,
sabré lo que tengo que hacer.
Y tu, ¿cuál es tu técnica de seducción?Ufffffff que pereza!!!!
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