En la incierta hora de este amanecer, la niebla toma el resplandor húmedo de las avenidas.
¿Puedo llamarla desgarrada, a la niebla? ¿O puedo decir que se ensaña con lo poco que emerge de la ciudad?
Un coche gira en torno a la Plaza. "¡Dejadme gritar de alegría!",
exclama una voz joven mientras el vehículo acelera calle arriba.
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