Lo que hay que comer en otoño
Acelgas con patatitas y chorizo. / AINHOA GOMÀ
Tras las delicadezas que nos trae la primavera y la explosión hortofrutícola del verano, el otoño puede parecer una estación tristona, en la que llega la lluvia y desaparecen los buenos tomates. Sin embargo, esta época supone el retorno de un montón de productos fantásticos, ideales para platos que apetecen cuando empieza a hacer fresquillo. ¿Vas a ser tan monger de pasar de las temporadas y creerte el caro, insípido e insostenible de-todo-todo-el-año que te venden los supermercados? Pues entonces, toma nota.
Uvas
Sí, las pepitillas son un fastidio. Y sí, la piel a veces es tan dura que te podrías hacer una chupa con ella. Pero pocas frutas son tan dulces, frescas y fáciles de comer como las uvas. Esta es la mejor época para consumirlas por arrobas, a no ser que prefieras los ejemplares traídos de Chile o de la Conchinchina con el consiguiente gasto e impacto ecológico añadido. Además de en las clásicas migas, las uvas van muy bien con las aves: estas codornices con uvas y jengibre y este curry de pollo con piña y uvas te convencerán de ello. Si te animas a sacrificarte cristianamente por los demás, pelarlas y despepitarlas, podrás obtener postres tan fastuosos como estos higos al horno con uvas y crema fresca.
Codornices con uvas. / AINHOA GOMÀ
Calabaza
Sin duda, la verdura presidenta del otoño. Su fantástica textura y suave dulzor la convierte en un fruto muy versátil, capaz de actuar como protagonista o secundario en sopas, arroces, pastas, potajes o guisos. Salvo que te guste el corcho, cruda no hay dios que se la coma, pero tampoco pasa nada porque la puedes asar, freír, rehogar o pasar por la plancha. Posibles recetas: ensalada de calabaza y remolacha asadas, lomo de cerdo especiado con calabaza y las inconmensurables chulas gallegas.
Espinacas y acelgas
Las dos verduras de hoja clásicas de la cocina caliente española viven su esplendor en otoño e invierno. La espinaca fresca, comprada en manojo, es un lujo asequible que no deberías morirte sin probar. Y en cuanto a las acelgas, su fama de insípidas y pobretonas me parece del todo injustificada: cocidas en su punto y bien aliñadas, para mí son un verdadero manjar. Prueba las lentejas con espinacas, las espinacas salteadas con migas de mostaza, o la ensalada de espinacas con garbanzos crujientes y yogur. O el arroz meloso de acelgas, las acelgas en adobillo o con patatitas y chorizo. Y luego veremos si sigues prefiriendo un filete.
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