Veranos literarios / 8
El primer amor y la última felicidad de Marilyn Monroe, en 'Blonde', de Joyce Carol Oates
Por: Winston Manrique Sabogal03/08/2012
Norma Jeane Baker el día de su boda con James Dougherty (llamado Buchanan Glazer en 'Blonde').
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ESPECIAL DE EL PAÍS: Medio siglo sin Marilyn Monroe
"-¡Te quiero! Ahora mi vida es perfecta.
Llegó el día, menos de tres semanas después de que cumpliera dieciséis años, el 19 de junio de 1942, el día en que Norma Jeane intercambió los sagrados votos matrimoniales con un muchacho al que amó a primera vista, mirándose el uno al otro con un asombro cargado de ternura (Hola, soy Bucky y Yo, No-norma Jeane), mientras a una distancia prudencial Bess Glazer y Elsie Pirig los observaban con ojos risueños y ya húmedos, previendo este gran momento.
Naturalmente, todas las mujeres asistentes a la boda en la Primera Iglesia de Mission HIlls, California, lloraron ese día al ver a la joven y hermosa novia que aparentaba apenas catorce años junto al novio, imponente con su metro noventa y dos de estatura y sus ochenta y seis kilos, que por su parte no parecía mayor de dieciocho, un muchacho desgarbado pero gallardo, apuesto como un Jackie Coogan adulto con el pelo moreno cortado a cepillo, dejando al descubierto sus grandes y puntiagudas orejas.
En el instituto había sido campeón de lucha libre y jugador de fútbol y era obvio que protegería a esa pobre niña huérfana. Amor a primera vista por ambas partes. Prometidos durante menos de un mes. Son los tiempòs que corren, la guerra. Todo va más deprisa.
¡Mirad sus caras!
La de la novia, pálida y luminosa como el nácar excepto en las mejillas delicadamente maquillada con colorete. Sus ojos parecían llamas danzarinas.
Su perfecta cara de muñeca enmarcada por el cabello rubio oscuro, brillante como aprisionados rayos de sol, peinado en parte en tirabuzones y en parte en trenzas hechas por la propia madre de la novia y entrelazado con lirios del valle sobre los cuales flotaba el velo nupcial, ligero y vaporoso como un soplo de aire
. En la pequeña iglesia se respiraba la dulce y nostálgica inocencia de los lirios del valle, ese aroma que recordaré durante el resto de mi vida, el aroma de la felicidad hecha realidad. Y el miedo a que mi corazón parara y Dios me acogiera en su seno.
Y el vestido de novia, tan bonito. Metros de resplandeciente raso blanco, un corpiño ceñido, ajustadas mangas largas con volantes en los puños, metros y metros de deslumbrante raso, pliegues y tablas blancas, cintas, puntillas, pequeños lazos, diminutos botones de perla y una cola de metro y medio: nadie habría adivinado que era un vestido usado, perteneciente a Lorraine, la hermana de Bucky; naturalmente, lo habían adaptado a la altura y figura de Norma Jeane y enviado a la tintorería, de modo que estaba impecable. (...)
Sí; Bucky se proponía alistarse en las fuerzas armadas para luchar por su país, y se lo había dejado claro a su novia desde el principio.
Son los tiempos que corren. ¡Todo va más deprisa!
El pastor de la iglesia preguntó con voz seria a la novia: '¿Tú, Norma Jeane, aceptas a este hombre, Buchanan Glazer, como tu legítimo esposo en la riqueza o en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte os separe, en el nombre de Dios Nuestro Señor y Jesucristo, su Único Hijo?', y la novia tragó saliva antes de responder en un murmullo:
.¡Oh!, sí, señor.
Con la titubeante voz de huérfana. Para toda la vida. (...)
Ahora que Norma Jeane se había transformado en una mujer lo suficientemente hermosa, un hombre la reclamaba.
Amor a primera vista, un amor que atesoraremos durante toda nuestra vida, aunque quizá no fuera del todo así".
¡La dicha¡ El sueño hecho realidad. La felicidad rodea y abraza por primera vez a Norma Jeane Baker, A contemplar y vivir ese momento de dicha, antes de que ella entrara a la eternidad del cine y se convirtiera en un icono del siglo XX con el nombre de Marilyn Monroe los invito hoy en Veranos literarios.
Lo hago a través de la fabulosa recreación que hace de la vida de la actriz la escritora Joyce Carol Oates en su libro Blonde, una de sus obras más importantes y un libro imprescindible para conocer la vida de Marilyn Monroe (Los Angeles, 1 de junio de 1926-5 de agosto de 1962)
Frágil, bella, desamparada, rebelde, tierna, perseverante, sensual, aturdida, amorosa, insegura, fuerte, desubicada, fuerte, decidida, soñadora, sobreviviente, seductora, triste, temeraria, complaciente, frágil...
Es el gran fresco que Oates traza de la vida de esta leyenda del cine. Más que las luces que la acompañaron y emboscaron, Oates muestra el interior de Monroe.
Recrea esa vida a través de escritos de la actriz, de sus diarios íntimos, poemas y testimonios esparcidos por su narración para que podamos escuchar la voz de Norma Jeane, sentirla, porque siempre es ella, Norma Jeane, la que está allí por muchos focos, flases y leyendas que la persigan.
Una niña abandonada que se convirtió en mito y dio esplendor a Hollywood con pellículas como La junga de asfalto, Eva al desnudo, Los caballeros las prefieren rubias, Niágara, El príncipe y la corista, La tenación vive arriba, Con Faldas y a lo loco y Vidas rebeldes .
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