Son un clásico en los mercadillos. Muy pocos, pese al aumento de controles, se privan de tener un Chanel, un Dolce & Gabana o un Lacoste sin que importe qué en lugar de su característico cocodrilo lleve una lagartija. Pero ahora lo tendrán ahora un poco más difícil.
La Policía Nacional ha dado con un gran importador de prendas falsas llegadas directamente desde China y que se distribuían, principalmente, entre los mercadillos de Valencia y del resto de localidades del Mediterráneo.
También han descubierto su epicentro: una nave industrial de Albal escondía artículos que podrían haber llegado a los cuatro millones de euros de haber salido al mercado.
El detenido, un hombre de 53 años, manejaba tal cantidad de dinero que permitió a la policía incautarse de otros 212.665 euros en efectivo que encontraron en la nave y otros 1.000 euros que él mismo llevaba encima.
La operación Luctus, como se ha denominado el caso, tenía en el punto de mira a este importador de falso lujo. La investigación arrancó una vez que los agentes tuvieron la sospecha de que este hombre, natural de Marruecos, podía estar relacionado con la compra, importación, almacenamiento, distribución y venta de las prendas de falsa marca. Hace unas dos semanas se inició un seguimiento y descubrieron que era él mismo quien contactaba directamente con el vendedor de China y se encargaba de la distribución en España. Sin intermediarios. Prácticamente se ocupaba de todo el trabajo, salvo de la venta directa al comprador de la calle. Un negocio redondo.
“Disponía de numerosos clientes en diferentes puntos de la geografía española y les llevaba la mercancía personalmente con sus propios vehículos”, indicaron desde la comisaría. Sus principales clientes eran los mercadillos valencianos.
Durante este seguimiento, la policía localizó la nave en la que almacenaba todos los contenedores de artículos falsos llegados desde China. En el registro se intervinieron 212.665 euros en efectivo y 327 paquetes con 100 artículos cada uno, principalmente camisetas. Este importador llenaba así los mercadillos de artículos falsos que imitaban marcas como Hackett, Belstaff, Burberry, Chanel, G-STAR, Tommy Hilfiger, Dolce & Gabana, La Marina y Lacoste, entre otros.
En total, 32.700 prendas que los peritos de la policía han estimado que podrían haber alcanzado los cuatro millones de euros en el mercado.
Prendas que ya no llegarán este verano a los puestos de los mercadillos. El detenido se enfrenta ahora a un delito contra la propiedad industrial y a otro de blanqueo de capitales.
La Policía Nacional ha dado con un gran importador de prendas falsas llegadas directamente desde China y que se distribuían, principalmente, entre los mercadillos de Valencia y del resto de localidades del Mediterráneo.
También han descubierto su epicentro: una nave industrial de Albal escondía artículos que podrían haber llegado a los cuatro millones de euros de haber salido al mercado.
El detenido, un hombre de 53 años, manejaba tal cantidad de dinero que permitió a la policía incautarse de otros 212.665 euros en efectivo que encontraron en la nave y otros 1.000 euros que él mismo llevaba encima.
La operación Luctus, como se ha denominado el caso, tenía en el punto de mira a este importador de falso lujo. La investigación arrancó una vez que los agentes tuvieron la sospecha de que este hombre, natural de Marruecos, podía estar relacionado con la compra, importación, almacenamiento, distribución y venta de las prendas de falsa marca. Hace unas dos semanas se inició un seguimiento y descubrieron que era él mismo quien contactaba directamente con el vendedor de China y se encargaba de la distribución en España. Sin intermediarios. Prácticamente se ocupaba de todo el trabajo, salvo de la venta directa al comprador de la calle. Un negocio redondo.
“Disponía de numerosos clientes en diferentes puntos de la geografía española y les llevaba la mercancía personalmente con sus propios vehículos”, indicaron desde la comisaría. Sus principales clientes eran los mercadillos valencianos.
Durante este seguimiento, la policía localizó la nave en la que almacenaba todos los contenedores de artículos falsos llegados desde China. En el registro se intervinieron 212.665 euros en efectivo y 327 paquetes con 100 artículos cada uno, principalmente camisetas. Este importador llenaba así los mercadillos de artículos falsos que imitaban marcas como Hackett, Belstaff, Burberry, Chanel, G-STAR, Tommy Hilfiger, Dolce & Gabana, La Marina y Lacoste, entre otros.
En total, 32.700 prendas que los peritos de la policía han estimado que podrían haber alcanzado los cuatro millones de euros en el mercado.
Prendas que ya no llegarán este verano a los puestos de los mercadillos. El detenido se enfrenta ahora a un delito contra la propiedad industrial y a otro de blanqueo de capitales.
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