Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

21 jun 2012

Frutas de esta temporada que hay que saber aprovechar.

Las cerezas aportan pocas calorías, sólo 58 kcal por 100 g. Presentan un alto contenido en vitaminas, sobre todo A (en forma de betacaroteno) y C, y también hidratos de carbono, calcio, potasio y magnesio.

La fibra que contienen les confiere un carácter laxante y "depurativo" del organismo. Las cerezas más oscuras son más ricas en hierro, magnesio y potasio que las variedades más claras.

Además, la cereza contiene pequeñas cantidades de otros componentes no nutritivos, entre ellos, ácidos orgánicos, tales como el ácido salicílico, málico, succínico y cítrico, especialmente las cerezas de color rojo claro y la guinda o cereza ácida que los contiene aún en mayor proporción, y flavonoides, como los antocianos y el ácido elágico, sustancias que la dotan de excelentes propiedades antioxidantes beneficiosas para el organismo.

Los antocianos son unos pigmentos responsables de ese color rojo tan característico y se encuentran en mayor concentración en las cerezas que en ninguna otra fruta (25 mg/100 g), principalmente en su pulpa. Los antocianos, además de ser colorantes, presentan una eficaz acción antioxidante que retrasa el envejecimiento celular y la aparición de enfermedades degenerativas (cardiovasculares, osteoporosis...) y el cáncer. Este poder anticancerígeno se ve potenciado por la presencia del ácido elágico y otros componentes (alcohol perílico, entre ellos).

Su composición convierte a la cereza en un alimento muy sano que resulta aconsejable en casos de:

- Obesidad, estreñimiento y retención de líquidos, debido al efecto saciante, laxante y diurético que produce su ingesta gracias su contenido en fibra soluble, potasio y agua, así como su bajo aporte en sodio y grasa.

- Diabetes. Las cerezas son bien toleradas por las personas diabéticas debido a su contenido en fructosa o levulosa. Sin embargo, no hay que olvidar su alto porcentaje en azúcares, por lo que conviene, en estos casos, moderar su consumo.

- Afecciones crónicas como artritis reumatoide, reumatismo crónico, enfermedades cardiovasculares y en periodos de convalecencia por su contenido en ácido salicílico y sustancias flavonoides, como los antocianos, de acción antioxidante.

- Niveles altos de ácido úrico o ataques de gota.

 Desde hace siglos a las cerezas se les relaciona con el tratamiento y prevención de la gota. Parece demostrado que comer de 15 a 25 cerezas al día, contribuye a normalizar los niveles altos de ácido úrico en sangre, previniendo eficazmente la frecuencia y aparición de los ataques de gota.

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