Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 may 2012

Que son pocos y cobardes

... Que son pocos y cobardes

Por: José María Izquierdo
VaUna vez que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado hayan reducido convenientemente a la plaga de los estudiantes revoltosos, de los perroflautas del 15-M, de los maestros huelguistas y de los médicos y enfermeras protestones, de los rectores insumisos, de los hinchas del Barça o del Athletic, todavía tendrán más tajo, que deberán irse corriendo hasta Gibraltar para defender a nuestra sagrada España de la invasión de los 30.000 gibraltareños. ¡Defiéndete llanito, si eres hombre!, les gritarán.
 Y mientras los homenajes a Miguel Gila continúan en TVE, La Razón y Abc, Carlos Dívar sigue siendo presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, que seguramente los prolongados descansos donde ustedes saben le habrán despejado el cerebro y será capaz de ejercer su delicada labor como un equilibrado joven.
 Como es un señor, Dívar “lamenta el quebranto para el Supremo y el Poder Judicial” que ha causado este asunto. Pero como además es un fervientísimo católico, tanto que no se puede ser más, el acto de contrición borra la pena y ahí seguimos tan telendos: en la presidencia. Y ya veremos qué hacemos los fines de semana. ¿No se ha confesado? Pues entonces.
No salimos del pasmo, que ahora resulta que el PP va a crear “el mayor banco público de la Historia”. Es que me da la risa.

  
Así que aquí nos tienen, encelados con el abucheo, sea o no sea, del partido de fútbol, que es lo que de verdad nos interesa a los ciudadanos, ajenos a la crisis, Bankia o lo que haga el BCE.
 En La Razón, por ejemplo, el más reciente Pedro Narváez o el más veterano José María Marco andan con esta cosa. Como Alfonso Merlos –ojo, peligro- o José Luis Martín Prieto, “Los gamberros nos quieren tocar el pito sabiendo que no vamos a usar el chuzo”. ¡Cuánta firma, señor, desperdiciada en semejante tontuna! Inane Narváez, si me permiten decirlo, y falsamente profundo Marco, como casi siempre, que los suyos no pasan de artículos reaccionarios de la A a la Z, recubiertos de un falso aplomo intelectual. Habla de regresiones:
 “En estas primeras décadas del siglo XXI, la vida civil y moral española está conociendo algunas importantes tendencias regresivas de orden casi antropológico. Una de ellas es el movimiento 15-M. El 15-M equivale a la infantilización de la acción política, el grado sub-cero en cuanto a la inserción de las personas en la vida pública”. Pero vayamos a lo que nos interesa, que lo del 15-M era solo una excusa:
 “Más propiamente nuestros son los nacionalismos. El nacionalismo es una ideología que se utiliza para crear una nación allí donde dicha nación no existe.
 Esta invención requiere la selección y el descarte de todo aquello que los nacionalistas no consideran nacional”.
 Y más adelante: “Se entiende así por qué el nacionalismo es una forma de regresión -de las más peligrosas, además- desde formas complejas y tolerantes de convivencia hasta formas de vida poco desarrolladas y nada proclives a la tolerancia ni al diálogo”.
 De la regresión al siglo XIX a la que nos están llevando las políticas de quienes él apoya y surte de teorías en FAES, nada dice. Se le habrá pasado.

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