El último acto será la noche de este viernes en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), en Barcelona.
Pronovias pondrá punto y final a una semana de desfiles nupciales, en inglés conocida como la Barcelona Bridal Week.
La industria de las novias ha demostrado con este escaparate que está dispuesta a seguir dando guerra, pese a la bajada en el número de bodas
. "Quizá ahora la novia tarda más tiempo en decidirse, pero sigue invirtiendo lo mismo en su vestido
. La gente sigue casándose y comprando vestidos de novia", explican en Pronovias.
El pistoletazo de salida lo dio Rosa Clará el martes.
Clará explicó que para superar estos tiempos de crisis apuestan por la internacionalización y por la variedad como la confección de trajes de fiesta y de comunión.
Al día siguiente llegó el turno de los diseñadores Victorio & Lucchino con una colección titulada La materialización de un sueño"
. Al fondo de la sala, se intuía la silueta de una gran iglesia – dibujada-, por la que instantes más tarde saldrían los protagonistas de la ceremonia.
Un centenar de invitados al evento esperaban sentados en las butacas.
Como si de una ceremonia nupcial real se tratase, el leve sonido de las campanadas daba inicio al espectáculo.
La mezcla de telas como el raso, la puntilla y el crochete resultó ser una de las apuestas más fuertes de Victorio & Lucchino, que lleva desde 1984 en la moda nupcial.
Todas las miradas, sin embargo, se dirigieron hacia los extravagantes accesorios que complementaban los clásicos trajes.
La sustitución del velo convencional por la rejilla vintage -que se presentó, por contra, adornada con floridos toques modernos– fue el abalorio más repetido.
Más arriesgadas, sin embargo, fueron las propuestas de la colección Hacia la luz de Raimon Bundó, sobre la pasarela. Su diseñadora, Yvonne Ruiz, hizo un guiño al color en la presentación de una de sus líneas, exhibiendo unos trajes acompañados de estampas inspiradas en las pinturas de Claude Monet.
Llamó la atención, eso sí, la apuesta de la diseñadora por la minifalda y el pantalón en el altar.
La modelo Malena Costa fue quien se encargó de cerrar el desfile con uno de los trajes más floridos.
Malena Costa también ella desfiló vestida de Hannibal Laguna. La firma del diseñador venezolano mostró su colección más tradicional. Fue Jordi Dalmau quien se desmarcó del resto.
El modista inició su muestra con bailarinas y música en vivo.
Mostró trajes sin mangas de colores verdes y rojos, eso sí, siempre combinados con blancos escotes.
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