Esta actual película, “Las nieves del Kilimanjaro” está dirigida por el francés, Robert Guédiguian, con un guión original inspirado en el poema de Víctor Hugo “La pobre gente”. Se trata de un drama humano ambientado en la crisis económica.
Con el estilo reivindicativo que le caracteriza, Guédiguian ha apostado por el mismo paisaje de siempre: el barrio de L’Estaque de Marsella y con los mismos actores protagonistas de todas sus películas: Ariane Ascaride, Jean Pierre Darroussin y Gérard Meylan.
Las nieves del Kilimanjaro es una declaración más de este director, en la que cuestiona todo
. Desde la actitud actual de los sindicatos hasta las nuevas generaciones demasiado acomodadas.
Es también un canto a la vida, a la fraternidad, a la solidaridad y, sobre todo, al saber perdonar.
Valores que se repetirán a lo largo de toda la película, en diferentes situaciones. Una película cargada de dosis de humanidad haciendo un llamamiento a la tolerancia.
Las nieves del Kilimanjaro transita entre el drama y la comedia, de esta forma trata la historia de un matrimonio, Michael y Mari-Claire, ambos son felices desde hace treinta años y son felices disfrutando de sus hijos y de sus nietos.
Sus vidas empiezan a cambiar desde el momento que Michael, un veterano sindicalista, pierde su trabajo y tiene que prejubilarse para evitar el despido de otros compañeros.
La felicidad y el bienestar en el que viven se rompe cuando dos jóvenes armados le roban sus tarjetas de crédito y sus alianzas de boda.
Este es el punto de flexión en el que gira la película.
Este hecho se hará más importante desde el momento que descubren que culpables del robo lo organizaron dos jóvenes trabajadores que han despedido en el mismo reajuste que ha dejado a Michel sin trabajo, por tanto, compañeros.
Cuando los descubren se va viendo la conciencias de los protagonistas, con dualidad de opiniones y reflexiones.
Mientras que unos condenarían a los culpables, la pareja protagonista solo buscara el porqué de su robo, que no era otro que un joven encargado de llevar adelante a una familia sin tener forma de hacerlo.
Al conocer la historia, se ve en este matrimonio la solidaridad y fraternidad en su grado máximo.
El poema de Víctor Hugo, quien inspiró al director, se convierte en la moraleja de la película. La pobre gente, evoca a como una pareja en pobreza extrema deciden hacerse cargo de los hijos de otra familia.
El mayor acto de solidaridad que impregna todo el filme de este francés.
En palabras del director, “Michel y Marie Claire son héroes reales.
Buscan su parte de responsabilidad en la situación a la que han llegado. Su error ha sido dedicar toda su energía en proteger lo conseguido con los años de lucha. Pero al gastar esta energía en proteger lo conseguido, han dejado de luchar.
Y no se puede avanzar sin sueños”.
Una película que remueve la conciencia de cualquier espectador.
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