ISLEÑO
Yo vengo de un lugar premeditado,
de allí donde germinan los afectos,
y el pan es pan, sin más, y suficiente,
el hombre y la mujer desencadenan.
No es fácil referir su geografía,
los múltiples matices de sus valles,
la extraña sensación de sus montañas,
el modo en que la hierba resucita.
Yo vengo de un lugar donde la noche
es confraternizar con las estrellas,
pasar las horas en los ventanales,
hacer con las palabras un prodigio.
No es fácil describir cómo es la noche,
a veces una lluvia esperanzada,
a veces un remar de incertidumbre,
a veces una asombro junto al fuego.
Yo vengo de un lugar donde la aurora
hace que se despierten al unísono
mares que están envueltos en sus ramas
y pájaros que nadan cual espuma.
Yo vengo de un lugar premeditado,
de allí donde germinan los afectos,
y el pan es pan, sin más, y suficiente,
el hombre y la mujer desencadenan.
No es fácil referir su geografía,
los múltiples matices de sus valles,
la extraña sensación de sus montañas,
el modo en que la hierba resucita.
Yo vengo de un lugar donde la noche
es confraternizar con las estrellas,
pasar las horas en los ventanales,
hacer con las palabras un prodigio.
No es fácil describir cómo es la noche,
a veces una lluvia esperanzada,
a veces un remar de incertidumbre,
a veces una asombro junto al fuego.
Yo vengo de un lugar donde la aurora
hace que se despierten al unísono
mares que están envueltos en sus ramas
y pájaros que nadan cual espuma.
No es fácil describir cómo es la aurora,
a veces tenues rayos que se encuentran,
a veces el gemido de las plantas,
a veces la canción desde la orilla.
Yo vengo de un lugar tan sorprendente
que cuando digo vengo, sin pensarlo,
preparo la maleta y me dispongo
para marchar, sin dilación, muy lejos.
No es fácil describir cómo es muy lejos,
a veces sólo una encantada sombra,
a veces un rumor que no reclama,
a veces un dolor en la cintura,
y siempre una zozobra en mar bravío.
a veces tenues rayos que se encuentran,
a veces el gemido de las plantas,
a veces la canción desde la orilla.
Yo vengo de un lugar tan sorprendente
que cuando digo vengo, sin pensarlo,
preparo la maleta y me dispongo
para marchar, sin dilación, muy lejos.
No es fácil describir cómo es muy lejos,
a veces sólo una encantada sombra,
a veces un rumor que no reclama,
a veces un dolor en la cintura,
y siempre una zozobra en mar bravío.
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