Esa vergonzosa mordaza
No se entiende muy bien, que diría un contertulio engolado, el porqué del cerrojazo del PP a la comisión de investigación de Bankia y el portazo para evitar que comparezca Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Pero este catavenenos, miren por dónde, ni es contertulio, ni es engolado ni, aún menos, políticamente correcto. Así que dice que se entiende perfectamente. Con una claridad meridiana.
Porque el PP –Esperanza Aguirre mediante, pero no solo- ha hecho con la Caja de Madrid mangas y capirotes. Ha puesto, ha quitado, ha gastado, ha nombrado decenas de paniaguados, y grandes prohombres del partido, con el nimbado Rodrigo Rato a la cabeza, han llevado a la ruina a la entidad.
Un desastre, una calamidad, una vergüenza. Desde el PP insultan a Mafo pero no le dejan que hable.
Otra vergüenza. La policía que no detectó a una pandilla de asesinos es culpable de no haberlos detectado.
Pero los asesinos son los culpables de la muerte de la víctima.
Y si hay que sentar en el banquillo a alguien, dicho sea en sentido figurado –por el momento- es, lógicamente a quien hincó la navaja para llevarse el bolso y las joyas y el dinero que contenía. Lo hemos dicho muchas veces: ¿Y tiene que comparecer Mafo? Pues naturalmente, faltaría más.
Pero a la policía se la llama por otras acusaciones. Y los cómplices necesarios, sean políticos, jurisconsultos, sindicalistas o palafreneros, que también pasen a declarar. Por supuesto. Pero una vez más: después y para responder por encubrimiento; que el de la navaja debe hacerlo por asesinato.
Ya saben que Javier Krahe anda por los juzgados por un vídeo –de ¡1978!- que se titula “Cómo cocinar un cristo”. Propongo actualización: “Cómo cocinar a un ejecutivo de Bankia que se lleva 14 millones de euros”.
Dificultad de la receta: Escasa, una vez atada la pieza a asar. Rico, rico.
Ya saben ustedes que La Razón tiene una visión muy curiosa de la realidad.Pero este catavenenos, miren por dónde, ni es contertulio, ni es engolado ni, aún menos, políticamente correcto. Así que dice que se entiende perfectamente. Con una claridad meridiana.
Porque el PP –Esperanza Aguirre mediante, pero no solo- ha hecho con la Caja de Madrid mangas y capirotes. Ha puesto, ha quitado, ha gastado, ha nombrado decenas de paniaguados, y grandes prohombres del partido, con el nimbado Rodrigo Rato a la cabeza, han llevado a la ruina a la entidad.
Un desastre, una calamidad, una vergüenza. Desde el PP insultan a Mafo pero no le dejan que hable.
Otra vergüenza. La policía que no detectó a una pandilla de asesinos es culpable de no haberlos detectado.
Pero los asesinos son los culpables de la muerte de la víctima.
Y si hay que sentar en el banquillo a alguien, dicho sea en sentido figurado –por el momento- es, lógicamente a quien hincó la navaja para llevarse el bolso y las joyas y el dinero que contenía. Lo hemos dicho muchas veces: ¿Y tiene que comparecer Mafo? Pues naturalmente, faltaría más.
Pero a la policía se la llama por otras acusaciones. Y los cómplices necesarios, sean políticos, jurisconsultos, sindicalistas o palafreneros, que también pasen a declarar. Por supuesto. Pero una vez más: después y para responder por encubrimiento; que el de la navaja debe hacerlo por asesinato.
Ya saben que Javier Krahe anda por los juzgados por un vídeo –de ¡1978!- que se titula “Cómo cocinar un cristo”. Propongo actualización: “Cómo cocinar a un ejecutivo de Bankia que se lleva 14 millones de euros”.
Dificultad de la receta: Escasa, una vez atada la pieza a asar. Rico, rico.
Es fantástica, como Alicia, pero en chocarrero. Por eso pueden titular en primera página, como ven en las fachadas, “Mafo, KO”, “El Gobierno saca a Ordóñez…” para luego decir esto en un editorial: “Miguel Ángel Fernández Ordóñez adelantará un mes su cese como gobernador del Banco de España, decisión a la que no es ajena la opinión del Gobierno. Aunque funcionalmente carezca de relevancia…”. Bueno.
Y luego vienen los pecados: “El gobernador, nombrado por el PSOE sin el consenso necesario, no atajó los riesgos de la burbuja inmobiliaria, fue incapaz de embridar el sistema bancario y no supo pilotar la transformación de las cajas de ahorro. Las consecuencias, a la vista están, empezando por Bankia”.
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