Para subirse a unos zapatos con un tacón de 12 centímetros debería exigirse un curso de prevención de riesgos laborales, a juzgar por las secuelas que puede acarrear una caída desde semejante altura.
A saber: desde dolores cervicales a tobillos rotos pasando por contracturas varias, según podólogos y traumatólogos.
Pero a Christian Louboutin, el zapatero mundialmente famoso por sus elevados stilletos de suela roja, no le da ninguna lástima que sus clientas sufran físicamente.
"Los tacones altos son un placer doloroso.
Si no puedes caminar con ellos, simplemente no los lleves", ha declarado a la revista Grazia.
El francés asegura que no siente "demasiada compasión" por las mujeres que se quejan de su incomodidad. "Si Tina Turner y el cuerpo de baile de Prince pueden actuar durante tres horas con ellos puestos, no puedes decir que son imposibles de llevar", sentencia en la publicación.
Pero no todas las mujeres son atletas de gemelos poderosos e incluso el director de su boutique en Nueva York, Michael Nitis, considera que algunos de sus modelos son impracticables
. “Les advierto a mis clientas sobre los S.I.P., los siéntate y presume.
Son perfectos si vas a estar sentada o apoyada contra la pared, para nada más”, cuenta en el documental emitido por Canal + Dios salve a mis zapatos.
Y aunque parezca ridículo comprarse unos zapatos sobre los que solo podrían caminar funambulistas o bailarinas de ballet, las mujeres lo hacen.
El éxito e influencia sobre el resto de zapateros del propio Louboutin es la mejor prueba de ello. Según Nitis, solo su tienda neoyorquina factura anualmente más de 4,5 millones de euros.
Y aunque el francés también diseña bailarinas, la mayor parte de su catálogo está compuesto por piezas que llegan hasta los 16 centímetros, con plataforma, y a los 12, sin ella.
"Es el límite. En esa situación las mujeres van casi de puntillas.
Pasado ese punto puede producirse una pérdida de equilibrio, el centro de gravedad está completamente adelantado y el esfuerzo que tiene que soportar la espalda para quedarse de pie es demasiado grande", explica el propio Louboutin.
Sobre ese límite que desafía las leyes de la física y la gravedad se han contoneado los iconos de estilos más imitados y admirados.
De Kate Moss a Angelina Jolie, pasando por Beyonce.
Aunque quien parece no tener nunca suficiente, en cuanto a número de pares y altura de los mismos, es Victoria Beckham, que, estando embarazada de seis meses, llevó un modelo Daffodile de 16 centímetros (con plataforma, eso sí) a la boda de los príncipes Guillermo y Kate de Inglaterra.
Parece que para la ex Spice Girl, como para Louboutin, el dolor no es relevante.
Y tampoco sus terribles juanetes, descubiertos por varias publicaciones estadounidenses.
Casos como este, junto a la proliferación de clases de tonificación muscular para aguantar mejor los tacones o nuevas técnicas quirúrgicas de inyección de colágeno en la planta del pie hablan de hasta qué punto muchas mujeres están dispuestas a hacer cualquier cosa por sus tacones.
Entonces, ¿Quién es el sádico aquí?
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