A sus 70 años, Bob Dylan, nacido Robert Zimmerman en Minnesota, es sin duda uno de los mitos todavía en activo más emblemáticos.
El bardo de la música folk estadounidense estuvo el año pasado a punto de ganar el premio Nobel de Literatura y la asociación Amnistía Internacional celebró su 50 aniversario con un disco compuesto íntegramente con versiones de sus canciones
. Ahora, la Cité de la Musique de París, en su primera retrospectiva dedicada a un artista vivo, propone redescubrir al joven Dylan, con la muestra Bob Dylan: la explosión rock 1961-1966, que se inaugura mañana y estará abierta al público hasta el 15 de julio.
Al igual que hizo Martin Scorsese en su documental No direction home en 2005, la muestra vuelve a los orígenes del mito Dylan, centrándose en los cinco primeros años de su carrera.
Desde su llegada a Nueva York para conocer a su gran mentor, Woody Guthrie, pasando por su consagración como la voz de la protesta estudiantil con The times they are a changing (1964), hasta su accidente de moto que le apartó de los escenarios durante año y medio, el cantante grabó hasta siete discos que le consagraron como icono mundial.
La idea de la exposición, organizada en colaboración con el Grammy Museum de Los Ángeles, partió de las fotografías de Daniel Kramer, autor también de algunas de sus portadas de disco como la de Highway 61 revisited. Sin tener mucho interés en el folk, se fascinó por el joven Dylan al verle en 1963 interpretar en televisión The lonesome death of Hattie Carroll.
Le siguió desde el concierto de Woodstock en agosto de 1964 hasta el de Forrest Hills, exactamente un año y un día después. Acompañó la explosión del fenómeno Dylan, su paso del folk a un sonido más eléctrico –con Bringing it all back home–, y marcó un antes y un después en la forma de retratar a los roqueros.
Para entender la evolución de Dylan y la revolución que supuso cada uno de sus cambios, la muestra alterna fotografías con archivos sonoros, extractos de vídeos, manuscritos, críticas de la época y algunos objetos emblemáticos como una de sus primeras guitarras acústicas, y recuerda a sus grandes ídolos, como Elvis Presley, Buddy Holly o Woody Guthrie .
Recorre así su metamorfosis desde la publicación de su primer disco Bob Dylan (1962) hasta Blonde on blonde (1966).
Se cierra con la relación de Dylan con Francia, donde dio su primer concierto en el día de su 25º cumpleaños, el 24 de mayo de 1966, en la sala parisiense Olympia.
Apenas unos meses después, un accidente de moto sufrido en Nueva York, pone freno a esta primera etapa frenética. Dylan aprovecha para retirarse del mundo y no volverá a escena hasta principios de 1968.
El bardo de la música folk estadounidense estuvo el año pasado a punto de ganar el premio Nobel de Literatura y la asociación Amnistía Internacional celebró su 50 aniversario con un disco compuesto íntegramente con versiones de sus canciones
. Ahora, la Cité de la Musique de París, en su primera retrospectiva dedicada a un artista vivo, propone redescubrir al joven Dylan, con la muestra Bob Dylan: la explosión rock 1961-1966, que se inaugura mañana y estará abierta al público hasta el 15 de julio.
Al igual que hizo Martin Scorsese en su documental No direction home en 2005, la muestra vuelve a los orígenes del mito Dylan, centrándose en los cinco primeros años de su carrera.
Desde su llegada a Nueva York para conocer a su gran mentor, Woody Guthrie, pasando por su consagración como la voz de la protesta estudiantil con The times they are a changing (1964), hasta su accidente de moto que le apartó de los escenarios durante año y medio, el cantante grabó hasta siete discos que le consagraron como icono mundial.
La idea de la exposición, organizada en colaboración con el Grammy Museum de Los Ángeles, partió de las fotografías de Daniel Kramer, autor también de algunas de sus portadas de disco como la de Highway 61 revisited. Sin tener mucho interés en el folk, se fascinó por el joven Dylan al verle en 1963 interpretar en televisión The lonesome death of Hattie Carroll.
Le siguió desde el concierto de Woodstock en agosto de 1964 hasta el de Forrest Hills, exactamente un año y un día después. Acompañó la explosión del fenómeno Dylan, su paso del folk a un sonido más eléctrico –con Bringing it all back home–, y marcó un antes y un después en la forma de retratar a los roqueros.
Para entender la evolución de Dylan y la revolución que supuso cada uno de sus cambios, la muestra alterna fotografías con archivos sonoros, extractos de vídeos, manuscritos, críticas de la época y algunos objetos emblemáticos como una de sus primeras guitarras acústicas, y recuerda a sus grandes ídolos, como Elvis Presley, Buddy Holly o Woody Guthrie .
Recorre así su metamorfosis desde la publicación de su primer disco Bob Dylan (1962) hasta Blonde on blonde (1966).
Se cierra con la relación de Dylan con Francia, donde dio su primer concierto en el día de su 25º cumpleaños, el 24 de mayo de 1966, en la sala parisiense Olympia.
Apenas unos meses después, un accidente de moto sufrido en Nueva York, pone freno a esta primera etapa frenética. Dylan aprovecha para retirarse del mundo y no volverá a escena hasta principios de 1968.
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