Un Blues

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28 ene 2012

Fútbol y política

Fútbol y política


Alguna vez he dicho que, aunque el fútbol sea una tontería exagerada elevada a espectáculo, es más saludable mentalmente seguir el fútbol que la política. Pero claro, si a uno lo que le gusta es el fútbol-fútbol, lo mejor es ver el Granada-Racing o el Valladolid-Recreativo. Si hablamos de los partidos entre el Real Madrid y el Barcelona, habría que verlos en televisión sin voz y ni antes ni después oír la radio ni leer los periódicos. Porque estos dos equipos sí que forman parte de un entramado político que esconde otras intenciones cuando se habla de fútbol. Hagamos la prueba y observemos periódicos y radios de Madrid y Barcelona después de un partido que, no sé por qué, llaman clásico:
zsssDSCN3236.JPGCuando los voceros arrimados al madridismo hablan de penaltis no pitados, de jugadores que hacen teatro, de que les roban los partidos de Camp Nou, en realidad quieren decir: "Estos malditos nacionalistas estás hurgando en la esencia de España, chuleando a su equipo más galadonado y que representa los valores patrios. Y lo mismo que con el Statut y con la financiación, los catalanes nunca están satisfechos". Más o menos, porque asimilan el Barça con el independentismo y el ataque a la unidad de España. Y tres piedras, que dicen en mi pueblo.
En Barcelona funcionan igual, pero al revés. Ahora les ha tocado estar arriba, pero cuando era el Real Madrid el que imperaba activaban el victimismo. Pero incluso ahora, la parroquia mediática culé, cuando habla, por ejemplo, de la dureza de un defensa del Real Madrid o de algún lance del juego que les perjudica, en realidad quieren decir: "Estos malditos nacionalistas españoles utilizan la violencia para tratar de amedrentarnos y luego quedan impunes. Hay que seguir luchando contra esa prepotencia centralista que impide la pluralidad".
Pero estas diatribas a las claras o soterradas dan beneficio a ambos club, que, tampoco sé por qué, son sociedades anónimas deportivas como el resto de los club deportivos. De manera que, a quien le guste el fútbol le recomiendo que disfrute del juego de estos dos grandes equipos, pero que no lea ni oiga níngún comentario, porque nunca son de fútbol, sino de encubierta política de la peor especie.

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