En la seguridad por parte de los directivos de esa grotesca forma de retratar el deporte de que el nivel mental de los receptores no solo es vulgar sino que está emparentado con la oligofrenia.
Su programa Informe Robinson es un lujo progresivo, abordando historias individuales o colectivas, revelando lo que nunca se ha contado, haciendo hablar a gente que siempre ha sido parca o secreta, cuidando las imágenes.
Su última entrega, dedicada a los Juegos Olímpicos de Barcelona, era modélica.
Recogiendo el testimonio de políticos que olvidaron sus diferencias en nombre del interes común, el suspense de esa flecha legendaria buscando su objetivo, los recuerdos de deportistas que conocieron al menos una vez en su vida ese momento de éxtasis que les va a acompañar hasta el último día, el abandono del subdesarrolismo y los justificados complejos en el deporte español, la sensación de haber visto y sentido algo irrepetible observando lo que era capaz de hacer el Dream Team de los Jordan, Bird, Johnson y demás.
Esta noche me deja sin argumentos ni ganas de maldecir a la casi siempre bochornosa televisión. La biografía del cardenal Tarancón, que ha dirigido Antonio Hernández, esMostrar todo muy digna.
Hay cosas que chirrían, pero son pocas.
José Sancho está muy creíble componiendo a aquel admirable malabarista de la política, a ese cura que comprendió que todo debía cambiar, a alguien rocoso, sensato y valiente que se convirtió en la pesadilla del dragón.
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