Parecidos razonables
El Canarias7 contaba hace unos días la historia de una fotografía de 1870, hecha en Tennesse, en la que aparece un tipo que es muy parecido al actor Nicholas Cage.
Yo no le veo la rareza, porque durante tantos años de historia seguramente habrá habido muchas personas que se han parecido, sin ser familia ni compartir siquiera territorio. Es muy socorrido comentar en tono de chanza el parecido físico que tienen el cardenal Rouco Varela con Paco Clavel, y es muy frecuente ver modelos o actrices que guardan un parecido a veces indiferenciable con guapas consagradas como Angelina Jolie, Megan Fox o Rachel Weiz. Incluso las hay famosas que son muy parecidas, y en determinadas fotos se confunden, como es el caso de Beyoncé y Jessica Alba.
Aparte de que los cirujanos plásticos acaban construyendo casi el mismo rostro para todas las chicas Play-boy, la naturaleza debe tener un cupo determinado de caras y las repite, y así vemos que Mourihno es clavado a algunos retratos de Felipe II o que la estructura de la cara del futbolista Raúl es similar a la de Bin Laden. Mi padrino de bautizo, desparecido hace años, tenía un rostro exactamente igual al de Charlton Heston, y se hacían bromas con él cuando se proyectaba la película Ben-Hur (has dejado la cuádriga mal aparcada).
Por eso no es extraño que un tipo del siglo XIX sea clavado a Nicholas Cage; seguramente habrá muchos que se parezcan a otros tantos famosos o no famosos de hoy.
Y como curiosidad, vean algunos parecidos asombrosos entre personajes conocidos, el más cercano, y por eso va el primero, el novelista canario Víctor Álamo de la Rosa, que casi es el hermano gemelo del tenista Rafa Nadal.
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