Nunca has escrito en mis labios
por circunstancias varias
-distancia, tiempo y azares-
los instantes premiosos y largos
de las eternas noches inacabadas.
No, ni siquiera una sola línea
en la orilla de sus comisuras,
concreta, esquiva y sencilla,
con la que incribieses en ellos
un segundo de vacilación o duda,
la fórmula de un tratado de paz,
o un ofrecido adiós previo
a una declaración de guerra.
Me son ajenos, de los tuyos,
sus forcejeos y su empeño
por interpretar lo que pudiesen
escribir con entusiasmo los míos.
Me falta la refundición de ambos
y donde enraizar mis besos.
por circunstancias varias
-distancia, tiempo y azares-
los instantes premiosos y largos
de las eternas noches inacabadas.
No, ni siquiera una sola línea
en la orilla de sus comisuras,
concreta, esquiva y sencilla,
con la que incribieses en ellos
un segundo de vacilación o duda,
la fórmula de un tratado de paz,
o un ofrecido adiós previo
a una declaración de guerra.
Me son ajenos, de los tuyos,
sus forcejeos y su empeño
por interpretar lo que pudiesen
escribir con entusiasmo los míos.
Me falta la refundición de ambos
y donde enraizar mis besos.
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