LA vida se extiende como la luz de esta tarde, azul perla y nimbos acostados, las primeras luces del aeropuerto recortadas sobre el mar anónimo.
Lo que observo no pertenece todavía a la noche, pero tampoco forma parte del día.
Como un autorretrato. Respiro el aire tibio, las voces de las vecinas en el patio, los ladridos, los vehículos.
Esas luces encendidas tan anticipadamente.
Publicado por José Carlos Cataño
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