En ocasiones, ¡qué ambiciosos!, nos terminamos,
copa de luna llena de hiel, la aventura
de un amor para el que no existimos,
abandonándonos a esos instantes
en los que me acaricias con tus alas perezosas,
siempre extendidas, sobre el viento que te lleva.
Conocemos que esos momentos no nos pertenecen,
y que, en ellos, nunca llegamos a mirarnos,
porque no podemos retener el tiempo
en el que nuestros cuerpos entran en pugna.
copa de luna llena de hiel, la aventura
de un amor para el que no existimos,
abandonándonos a esos instantes
en los que me acaricias con tus alas perezosas,
siempre extendidas, sobre el viento que te lleva.
Conocemos que esos momentos no nos pertenecen,
y que, en ellos, nunca llegamos a mirarnos,
porque no podemos retener el tiempo
en el que nuestros cuerpos entran en pugna.
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