Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 ago 2011

Mariposa de ensueño,

Mariposa de ensueño,
que no he podido ver todavía,
te revivo, en respetuoso silencio,
cada noche por mi subjetividad,
indudablemente deformada.

Te traigo a la aventura de mi vida,
y al lado de mis cálidos abrazos,
sintiendo que eres ser real
y, por gozada, mítico a la vez.
Con mirada arropada de azules
entre la profundidad de la sabiduría
y la sorpresa ingenua de niña.

Con intensidad, fuera de lo común,
fiélmente, en ellos, amada;
incluso en los tiempos aquellos
que fueron años de escasos sueños,
y en los que nunca estuvo más lejano
lo apasionado del querer de ayer
y lo apasionante del hoy mismo.

Sueños que son los espejos
donde, tu imagen de fábula,
despierta y toma conciencia
de sus propio y humano reflejo.

Mariposa de ensueño,
de mis querencias amada,
y por mi deseo nunca poseída,
navegué, para alcanzar la tierra
sobre la que regenerabas tus alas,
sobre una balsa de tablones flojos,
y naufragué en inmutable silencio
por los forcejeos de mis dudas.

Te traigo a mis sueños,
a ese mundo sin verdades
en el que necesitamos crearlas
por no arriesgarnos a perseguirlas.
Te traigo cada noche
porque me sirve, al reiterarte,
para tener la certeza
que el sol tantas veces
se pone por ese lado,
que al final conozco que habitas
-más allá de los océanos-
en las tierras que emergen
por el imposible poniente.

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