Debatido en la alegoría de los labios que tan ingenuamente besamos
o en la usurpación de astros que decaen asfixia en un rumor de entrañas
cuando la húmeda, enloquecida sensación es la avispa posada
en el pétalo encarnado de la coyuntura flor
edénicas piromanías en que se resuelven los densos salivazos
biliosas golosinas fluyen surtidor de amargos corales al gimoteo mortecino,
tus pechos entregados como arcos melancólicos
venenosa anatomía de verbal diferimiento, en la gruta aérea el esperpento
que no existe es la locura, como refinada matriz que el fango de la vida pervierte
son tus dedos, pardos felinos que la noche amanta
de toda realidad proscritos y a una fantasía esclavizados
al trémulo peaje de las caricias que resultan flechas en el arma de un París oscurecido
el coito decapitado, las nupcias enfermas, las opacas marismas excitadas,
la espiral venérea y toda constelación enajenada paisaje que yace mintiendo
las propiedades luminosas de aquella dulce, terrible verdad de tu cuerpo
harto ya de su interminable excitación en lo irreal.
j.m.lecumberri
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