Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

12 jun 2011

No estás sola.


No estás sola jamás
y menos si yo te escribo.
A pesar de que escribir y leer
sean ejercicios tan solitarios,
tan llenos de soledad.

Siempre escribo
con la certeza
de estar desprendiendo
de mí un espejo
que por delante tuya pasa,
y que luego huye
hacía todo tu ámbito
para que, probablemente,
descubras otras imágenes,
otras emociones,
que ya no me pertenecen,
y que cambian constantemente,
como nubes de perfil indefinido,
para tus ojos que me miran
de esa manera tan distinta.

Esa es mi verdad,
y nuestra única realidad,
y aquí radica el placer
que nos salpica.

Yo escribo, tu lees,
llenando de felicidad
algunos momentos,
en los días, en los años
que transcurren
en nuestros adentros
transgrediendo el tiempo,
difuminándonos,
reencontrándonos,
entregándonos
a rescatar lo imperecedero.

Somos cómplices
de esta soledad,
y coautores de un amor,
triste y dolorido,
en el que todo
merece más que la pena.

Somos seres buscados,
derrocados,
mantenidos,
por encima de ese tiempo
y de nosotros mismos.

Más que inspiración
somos alarde de uno mismo,
en esencia placer.

Ritmo, eso somos,
ritmo palpitante
de sentimientos,
de conciencia ineludible,
desnudos de intimidades,
de cauces que nos impiden
llegar como somos al otro.

No, no estás sola,
vives dentro de mi realidad,
aceptada como beso
nunca dado, ¡qué contradictorio!,
complementaria,
caminando junta,
aunque sean diferentes
la persecución
de nuestros destinos.

1 comentario:

Carla Bruni dijo...

No, no estás sola,
vives dentro de mi realidad,
aceptada como beso
nunca dado, ¡qué contradictorio!,
complementaria,
caminando junta,
aunque sean diferentes
la persecución
de nuestros destinos.