como quien entra en un lugar
caminando de puntillas.
Entra en este espacio
lleno de gente extraña
para recoger
en él las razones
que te expliquen
por qué vivir cada día.
Vuela por dejar,
como entonces,
el umbral de las pesadillas
oscuras de la soledad,
buscando los besos
nunca recibidos
que se refugian en tu pecho,
desvaneciendo con tus alas
la negrura de las sombras,
para poner en tus labios
el dulzor de su miel.
Recuérdame.
Recuerda estas palabras
que deben perdurar,
y que quieren pertenecer
a tus recuerdos,
para conjurar
mis ausencias,
y seguir llevándote en brazos
a donde habita la nostalgia.
1 comentario:
Preciosas tus palabras.
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