El año pasado fui parte del equipo de periodistas que formó parte de la serie Pre-parados. Una serie de reportajes y entrevistas que se acercaba a los problemas de los jóvenes ante un paro juvenil de más del 40%, un mercado precario y unas condiciones y expectativas de futuro nefastas con la crisis económica global y la particular de España.
Diez redactores de El País intentamos trazar el perfil de una generación, los menores de 30, que se han visto arrasados por la crisis.
Durante el mes y medio que duró la serie, nos llegaron centenares de cartas de jóvenes que expresaban su indignación, su tristeza, su enfado, su lucha o su derrota por el sistema político y económico que les había tocado vivir.
Hice muchas entrevistas, conocí muchos jóvenes, como yo, de mi generación, de una generación mayor y otras más jóvenes.
Conocí a muchísimas personas que desbordaban sentido común y hablaban un lenguaje muy distinto al que los medios de comunicación estamos acostumbrados a captar a la mínima de cambio cuando se trata de políticos y cargos públicos.
Esos mismos jóvenes de Pre-parados son los mismos jóvenes que hoy llenan la plaza de Sol y tantas plazas en más de 55 ciudades de toda España.
Y son jóvenes acompañados de mayores. Mayores de varias generaciones.
Son todos ciudadanos.
Ciudadanos con sentido común, responsables y conscientes de lo que hacen y lo que dicen. Son ciudadanos que piensan y que tienen pensamiento crítico ante la impostura y el poder de los responsables políticos y económicos. Pensamiento crítico ante la vorágine actual. Como dice José Luis Sampedro, “la cultura occidental tiene una crisis de valores brutal porque ha sustituido los valores por los intereses”. Soy de los que piensan que existe una brecha real entre la realidad creada por los poderosos y la realidad de la calle.
Desbordado por el trabajo de estos días y por problemas personales de causa mayor, no he podido acercarme a este blog antes, pero La Ruta Norteamericana se suma a este movimiento cívico y civil.
La música siempre ha sido inspiración o sonido de acompañamiento en muchas situaciones de la historia contemporánea donde se ha producido esa brecha social y cultural.
Espero que la siguiente lista de reproducción sirva para lo mismo que sirvió en su día a otras generaciones, en otras partes del mundo, pero con el propósito de ser personas y hacerse mejor personas.
Bajo el paraguas de los sonidos raíces que giran en torno a la música norteamericana, el siguiente playlist es música para el cambio, por la revolución pacífica y solidaria y por la promesa de un mundo y una sociedad más justas.
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