Hoy Cayetana de Alba cumple 85 años y Lady Gaga, 25. Son, sin duda alguna, dos mujeres singulares y como tal tienen millones de seguidores y detractores. Yo me declaro partidaria de la duquesa.
Me gusta de Cayetana que se puso hace años el mundo por montera para hacer lo que le da la gana.
Ha sido siempre una mujer moderna.
Lo fue desde niña cuando se quedó sin madre y al cuidado de su severo padre, que quiso que fuera lo que se llamaba entonces "una jovencita bien".
Ella hizo todo lo posible por romper barreras.
Ha vivido en palacios pero ha sido más feliz en los tablaos, en la calle, donde frecuentó a artistas, toreros, intelectuales y pensadores más de la izquierda que de la derecha.
Su gran amor fue Jesús Aguirre con el que vivió una historia peculiar pero en la que ella fue feliz.
Del padre de sus seis hijos no habla mucho pero le recuerda con cariño ya que gracias a esa unión llegaron Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia.
A los 85 está viviendo una relación igualmente peculiar con Alfonso Díez. Quiere casarse con él y se pelea a diario con sus hijos por ello.
Parece empeñada en lograrlo. Hoy la he escuchado decir:"Me voy a casar y nadie se va a enterar".
Ella es capaz de eso y mucho más.
La conocí hace años en su casa de San Sebastián.
Me la presentó Cayetano. Estaba con Jesús Aguirre. Les recuerdo paseando abrazados por los jardínes. Adora a Cayetano y ese día lo noté.
Adora a todos sus hijos aunque igualmente ha sido una madre peculiar que empezó a ejercer como tal muy tarde. Es una excelente abuela.
Sé que muchos pensarán que con su fortuna se puede ser moderna o lo que se quiera, pero a mí me gusta que una mujer de 85 años y de su posición viva así: haciendo lo que le da la real gana.
Por eso creo que en lo único en que se parecen la duquesa y Lady Gaga, icono de la modernidad, es en el pelo.
Bueno pues hasta en eso gana la duquesa: el suyo es natural y el de Lady Gaga necesita horas de peluquería.
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