Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 feb 2011

Pepe Junco La Placita del Barrio

Un niño en la placita de su barrio que no existía

mas que en su pensamiento cristalino y fecundo

como el vientre de una mujer enraizada en la raíz de un árbol

milenario que se arraiga con una fuerza descomunal

en lo más sagrado de la tierra, donde la tierra es tierra

y no cercado o surco o sobreviviente del holocausto

oculta en una maceta de algodón que una viejecita

riega con copos de nieve cuando es invierno o no

y entonces le dibuja flores desconocidas pero hermosas

como aquella muchacha que sorprendí en un rincón de la escuela

llorando amargamente porque no sabía escribir aunque era bella

y los maestros le sacudían el alma avergonzándola

y la mandaban a repetir trescientas veces no sé escribir

en lugar de comprarle un lápiz con la punta afilada

y de la mano llevarla por el jardín de la palaba amor,

dulzura, u otras palabras sagradas que no sabían enseñarle.

El niño en la placita de su barrio que no existía

inventaba juguetes con los que fabricaba un corazón

que después se guardaba en el bolsillo descosido

de sus pantalones para llevárselo a su madre

arrodillada siempre en los pisos ajenos,

sacando brillo con un afán desmesurado

como si pensara que ya había bastante suciedad

y hubiera emprendido una campaña a favor de la higiene

hasta que el niño llegaba con su corazón en el bolsillo

y de la mano se iban a la casita del barrio donde no existía

plaza para que los niños jugaran ni escuela

para que los maestros enseñaran a escribir

palabras tiernas a la hermosa muchacha que lloraba

desconsolada en un rincón porque no tenía lápiz

con el que dibujar la maceta que la vieja regaba

con copos de nieve cuando era invierno o no.
 

1 comentario:

Utopazzo dijo...

Bravo Carla por tu amigo Pepe Junco. Bonita poesía esta, que me ha gustado más que las anteriores que leí de él... enhorabuena por tener un amigo así. No todo el mundo puede presumir de ello. Creo que escribe bastante bien y sabe transmitir (cosa harto difícil de hacer con la palabra escrita) y emociona.
A mí, me ha hecho recordar mi infancia, la de mi propio hijo... que inventa juegos, juguetes y corazones que suben y bajan de las estrellas...
Me sugieren más cosas, inclusive su propia infancia (la del propio Pepe) o tal vez la tuya...
In cordial saludo Utopazziano para los dos.