Un Blues

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6 feb 2011

El único tango de María Schneider

El único tango de María Schneider




Para María Schneider, El último tango en París fue también su único tango, porque aquella película la marcó para bien y para mal.
Para bien, porque sin un gran talento entró para siempre en la gran historia del cine; para mal, porque su papel fue tan controvertido que cuando volvió a aparecer en pantalla siempre se evocaba a aquella chica que fue manipulada hasta el disparate por un Brando colosal y que se redimió pegándole dos tiros en el corazón a su bestia negra.
 Está claro que se confunde actriz con personaje, como le ha ocurrido a otras figuras, que hicieron una película y quedaron marcadas para siempre, como Sue Lyon que fue la Lolita de Stanley Kubrick y nada más.
 Es curioso cómo esto sucede casi siempre con mujeres que interpretan un papel con una carga erótica más allá de lo permitido; es como si la sociedad las castigase a vagar siempre por la historia del cine con su personaje-pecado a cuestas.
El último tango en París fue una película que cayó como un tartazo en la cara de una sociedad que no era tan libre como se decía. María Schneider le puso rostro a una bofetada intelectual de Bertolluci y lo pagó caro.
Ahora se ha muerto de un cáncer dicen que terrible, pero siempre quedará como el símbolo de la iconoclastia burguesa.
En cierto modo, como artista fue afortunada.

Sacado de Bardinia de Emilio González Déniz

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