Un famoso crítico estadounidense afirmaba que "El discurso del rey es una de esas películas que puedes recomendar a todo el mundo sin temor a equivocarte".
Dicho de otra forma, la película de Tom Hooper, que ha ganado es una suerte de cóctel para todos los públicos: no es polémico, no hay en ella ni rastro de ambigüedad, no molesta a nadie ni tampoco lo pretende.
En realidad detrás de El discurso del rey, y a pesar de su ascendencia británica, se esconde esa tradición tan americana del "bigger than life", historias que trascienden la rutina diaria y que responden al deseo (compartido por la inmensa mayoría de los humanos) de descubrir que los ricos también lloran.
La historia del rey Jorge VI, cuya tartamudez acabó convertida en un asunto de seguridad nacional bebe de todas las fuentes posibles: un poco de El club de los poetas muertos (Geoffrey Rush parece una especie de clon del personaje de Robin Williams, al que ha añadido unas gotas de acidez porque el contexto se lo merece); otro poco de My Fair Lady, en la que se demuestra que uno (o una) puede llegar a cualquier sitio siempre que se lo proponga -y cuente con la compañía adecuada-; un poquito más de El indomable Will Hunting, donde un buen tipo con problemas emocionales se cruza con el señor que puede ayudar a solventarlos, y -por supuesto- un mucho de todo el catálogo de Miramax: películas con buenas intenciones, épicos en su desarrollo y con tanto éxito como El paciente inglés, Shakespeare in Love o La vida es bella.
De hecho, tan pronto como se supo que Harvey Weinstein había decidido ocuparse personalmente de lidiar con la promoción de El discurso del rey, pocos dudaban de que la película sería la gran triunfadora de la noche.
Es posible que el mayor de los hermanos Weinstein ya no esté al timón de Miramax pero su nuevo juguete, la Weinstein Co, ha demostrado que no se le ha olvidado la receta que le hizo famoso: un producto bien empaquetado, una perspectiva familiar del séptimo arte (donde la compañía generó auténticas fortunas) y una campaña agresiva -en la que no acostumbra a fallar- para lograr que sus criaturas se cuelen en los corazones y las mentes de los venerables académicos.
Lo curioso es que a pesar de que todo el mundo parece coincidir en la brillantez de planteamiento del filme, incluyendo el hecho de que el protagonista y su tartamudez pertenezcan nada más y nada menos que a la realeza (con el añadido de "basado en una historia real") pocos son capaces de copiar ya no la idea, sino la fórmula. Es lo que tienen los buenos cócteles: parecen sencillos, pero solo lo parecen.
28 feb 2011
'Cisne negro' triunfa en los premios del cine independiente
La película de Darren Aronosfsky se impone esta la ceremonia aperitivo de los Oscars .
Cisne negro, una película que cruza géneros, que tiene mucho de terror, de thriller y de melodrama, que bebe de La pianista, de Michael Haneke y de La mosca de David Cronenberg, se alzó ayer con los premios más importantes del cine independiente, los Spirit Awards.
El filme de Darren Aronofsky logró el premio a la mejor película, a la mejor actriz, a la mejor fotografía y al mejor director.
La gala de los Oscar, más cercana que nunca
Cómo domar a un cisne negro
Camino de perfección
"El lago de los cisnes' es la historia de un hombre lobo"
La gala de los Spirit, aperitivo de los Oscars, volvió a la carpa de la playa de Santa Mónica donde solía celebrarse.
Fue una tarde heladora, con los invitados con guantes y bufandas y con claras señas de cansancio en el rostro después de una semana frenética.
El rostro casi pálido de James Franco, que obtuvo el premio al mejor actor por 127 horas (en la ceremonia también estaba el alpinista Aaron Ralston, en quien se basa la historia del filme) llamó especialmente la atención.
El actor (presentador de la gala de los Oscars) había celebrado la noche anterior en un bungalow del Chateau Marmont la fiesta de la exposición que se ha inaugurado en la galería Gagosian de Los Ángeles con dos piezas suyas inspiradas en Mi Idaho privado, de Gus Van Sant. Franco, además, está grabando con dos cámaras (una de super 8 y otra de alta definición) cada detalle de todo lo que rodea a la ceremonia de los Oscars, sus ensayos, sus descansos, los descartes.
Por si fuera poco, también esta semana, ha inaugurado un bar propio en Hollywood. La hiperactividad del actor, aplicado estudiante de literatura en Yale, parece no tener fin.
El mejor documental fue Exit through the gift shop pero Bansky no recogió ningún premio.
Lo hizo Mr. Brainwash, personaje principal del filme sobre el artista callejero. "Bansky puede estar a tu lado. En realidad todos somos Bansky. Él es cualquiera", dijo Mr. B.
Aronosfsky, el hombre del día, recordó que la ganadora de los independientes, su Cisne negro, es un proyecto que ronda desde hace más de diez años.
Siempre, explicó, le había atraído el mundo de las bailarinas porque su hermana lo es. Aunque el filme, más que de bailarinas, habla de la compleja relación de una mujer (Nina) con su propio talento, con la perfección y con su cuerpo como vehículo y víctima de todo lo que persigue.
Al preguntarle que es hoy una película independiente, el cineasta dijo que lo único que hoy puede determinar que es o no una película independiente es el control del director sobre su obra.
"Lo único independiente de verdad es estar fuera de las realidades financieras y eso es difícil cumplirlo.
Por eso es difícil hablar de cine verdaderamente independiente. Así que quizá sea el control o no control del director lo que nos vale como tabla de medida".
Cisne negro, una película que cruza géneros, que tiene mucho de terror, de thriller y de melodrama, que bebe de La pianista, de Michael Haneke y de La mosca de David Cronenberg, se alzó ayer con los premios más importantes del cine independiente, los Spirit Awards.
El filme de Darren Aronofsky logró el premio a la mejor película, a la mejor actriz, a la mejor fotografía y al mejor director.
La gala de los Oscar, más cercana que nunca
Cómo domar a un cisne negro
Camino de perfección
"El lago de los cisnes' es la historia de un hombre lobo"
La gala de los Spirit, aperitivo de los Oscars, volvió a la carpa de la playa de Santa Mónica donde solía celebrarse.
Fue una tarde heladora, con los invitados con guantes y bufandas y con claras señas de cansancio en el rostro después de una semana frenética.
El rostro casi pálido de James Franco, que obtuvo el premio al mejor actor por 127 horas (en la ceremonia también estaba el alpinista Aaron Ralston, en quien se basa la historia del filme) llamó especialmente la atención.
El actor (presentador de la gala de los Oscars) había celebrado la noche anterior en un bungalow del Chateau Marmont la fiesta de la exposición que se ha inaugurado en la galería Gagosian de Los Ángeles con dos piezas suyas inspiradas en Mi Idaho privado, de Gus Van Sant. Franco, además, está grabando con dos cámaras (una de super 8 y otra de alta definición) cada detalle de todo lo que rodea a la ceremonia de los Oscars, sus ensayos, sus descansos, los descartes.
Por si fuera poco, también esta semana, ha inaugurado un bar propio en Hollywood. La hiperactividad del actor, aplicado estudiante de literatura en Yale, parece no tener fin.
El mejor documental fue Exit through the gift shop pero Bansky no recogió ningún premio.
Lo hizo Mr. Brainwash, personaje principal del filme sobre el artista callejero. "Bansky puede estar a tu lado. En realidad todos somos Bansky. Él es cualquiera", dijo Mr. B.
Aronosfsky, el hombre del día, recordó que la ganadora de los independientes, su Cisne negro, es un proyecto que ronda desde hace más de diez años.
Siempre, explicó, le había atraído el mundo de las bailarinas porque su hermana lo es. Aunque el filme, más que de bailarinas, habla de la compleja relación de una mujer (Nina) con su propio talento, con la perfección y con su cuerpo como vehículo y víctima de todo lo que persigue.
Al preguntarle que es hoy una película independiente, el cineasta dijo que lo único que hoy puede determinar que es o no una película independiente es el control del director sobre su obra.
"Lo único independiente de verdad es estar fuera de las realidades financieras y eso es difícil cumplirlo.
Por eso es difícil hablar de cine verdaderamente independiente. Así que quizá sea el control o no control del director lo que nos vale como tabla de medida".
La pobreza ALMUDENA GRANDES
El hambre ni siquiera es lo peor.
La rutina de la desolación termina por anular el apetito, y las encías desdentadas, entumecidas por la falta de uso, no echan de menos el alimento.
Más duro es el frío, la sensación de intemperie, el desahucio que desemboca en un túnel en perpetua construcción, una oscuridad húmeda, polvorienta, que ha perdido la memoria de la luz.
Pero lo que más duele es la resignación, la conformidad que medra entre los cascotes para invadir el espacio de la acción, de la imaginación, de la audacia, como una planta raquítica de hojas carnívoras y tenaces, sus dientecitos grisáceos, minúsculos, devorándolo todo a su paso.
En la resignación que impone la pobreza, la ambición es una broma, la esperanza, una ingenuidad, y la voluntad, un estorbo.
Por eso, todo sucede al revés, siguiendo una lógica perversa que culmina la proeza de empeorar lo peor.
Los que no tienen nada se comportan como si no mereciera la pena cansarse para conseguir un poco.
Los que tienen ese poco, están cansados ya de defenderlo, de invertir todos sus esfuerzos en fortificar la miserable parcelita que no están dispuestos a compartir con nadie.
La suma de muchos pequeños instintos individuales de supervivencia, destruye cualquier perspectiva de éxito colectivo antes de que llegue a formularse siquiera.
Esta actitud no solo favorece a los ricos, cada día más gordos, más orondos mientras contemplan el pequeño circo donde se despedazan entre sí los harapientos gladiadores.
También, y en la misma proporción, incrementa el desamparo, la tristeza, el frío de los pobres.
Un refrán dice que no hay mal que cien años dure, pero no se sabe nada de los que duran 80, o 90 años.
Un año de estos, ante unas elecciones municipales y autonómicas como las que se avecinan, los madrileños de izquierdas estaremos en condiciones de inventarlo.
La rutina de la desolación termina por anular el apetito, y las encías desdentadas, entumecidas por la falta de uso, no echan de menos el alimento.
Más duro es el frío, la sensación de intemperie, el desahucio que desemboca en un túnel en perpetua construcción, una oscuridad húmeda, polvorienta, que ha perdido la memoria de la luz.
Pero lo que más duele es la resignación, la conformidad que medra entre los cascotes para invadir el espacio de la acción, de la imaginación, de la audacia, como una planta raquítica de hojas carnívoras y tenaces, sus dientecitos grisáceos, minúsculos, devorándolo todo a su paso.
En la resignación que impone la pobreza, la ambición es una broma, la esperanza, una ingenuidad, y la voluntad, un estorbo.
Por eso, todo sucede al revés, siguiendo una lógica perversa que culmina la proeza de empeorar lo peor.
Los que no tienen nada se comportan como si no mereciera la pena cansarse para conseguir un poco.
Los que tienen ese poco, están cansados ya de defenderlo, de invertir todos sus esfuerzos en fortificar la miserable parcelita que no están dispuestos a compartir con nadie.
La suma de muchos pequeños instintos individuales de supervivencia, destruye cualquier perspectiva de éxito colectivo antes de que llegue a formularse siquiera.
Esta actitud no solo favorece a los ricos, cada día más gordos, más orondos mientras contemplan el pequeño circo donde se despedazan entre sí los harapientos gladiadores.
También, y en la misma proporción, incrementa el desamparo, la tristeza, el frío de los pobres.
Un refrán dice que no hay mal que cien años dure, pero no se sabe nada de los que duran 80, o 90 años.
Un año de estos, ante unas elecciones municipales y autonómicas como las que se avecinan, los madrileños de izquierdas estaremos en condiciones de inventarlo.
Perseverancia DAVID TRUEBA
Aunque los Oscar son premios del cine mundial, reducen el universo a la cartelera norteamericana.
Muestran que en las carreras artísticas la única receta es la perseverancia.
Si finalmente resultaron premiados Natalie Portman o Colin Firth, no lo fueron tanto por sus películas del año como por la trayectoria. De Natalie Portman se enamoró casi todo el mundo cuando sobresalió con aquella vampiresa en patines y gorro de lana en Beautiful girls.
Cisne negro es una película de sustos y sobresaltos, que escarba en la extenuante vocación del ballet con la misma hondura con la que Los bingueros reflexiona sobre la adicción al juego.
Colin Firth tuvo peor suerte.
La aparición más relevante de sus comienzos fue en el Valmont de Milos Forman, película humana y deliciosa, que perdió la partida frente a la versión más cínica de Stephen Frears y Christopher Hampton de la novela de Choderlos de Laclos, estrenadas el mismo curso.
Los críticos achacaron parte de la culpa del fracaso a ese protagonista soso y sin encanto que les parecía Firth.
Pero las opiniones apresuradas son papel arrugado frente a la traviesa justicia del tiempo y tanto Anette Benning como Firth, protagonistas en plena frescura de la película de Forman, se sentaba anoche en la gala de los Oscar sobre carreras bien consolidadas.
A los americanos les encanta que las películas inglesas sean muy inglesas y las francesas muy francesas y las españolas muy españolas. Y nada hay más inglés para un americano que la familia real británica y ese acento particular de la madre patria. En cuanto un actor hace de Rey o Reina de Inglaterra corren a nominarlo.
Y más si el monarca padecía autismo, tartamudez o locura. Uff, qué gusto.
La corona trajo suerte a Charles Laughton, Nigel Hawthorne, Kenneth Branagh, Judi Dench, Cate Blanchett y Helen Mirren.
Y para los que confían en que el cine es una fuente de riqueza nacional, basta recordar que El discurso del rey está cerca de ser la película más rentable del cine inglés. Costó 9 millones de libras y se espera que recaude 300 millones de dólares en el mundo, con su ingreso proporcional para el Consejo del Cine del Gobierno británico, que contribuyó con un millón de libras a su producción.
Muestran que en las carreras artísticas la única receta es la perseverancia.
Si finalmente resultaron premiados Natalie Portman o Colin Firth, no lo fueron tanto por sus películas del año como por la trayectoria. De Natalie Portman se enamoró casi todo el mundo cuando sobresalió con aquella vampiresa en patines y gorro de lana en Beautiful girls.
Cisne negro es una película de sustos y sobresaltos, que escarba en la extenuante vocación del ballet con la misma hondura con la que Los bingueros reflexiona sobre la adicción al juego.
Colin Firth tuvo peor suerte.
La aparición más relevante de sus comienzos fue en el Valmont de Milos Forman, película humana y deliciosa, que perdió la partida frente a la versión más cínica de Stephen Frears y Christopher Hampton de la novela de Choderlos de Laclos, estrenadas el mismo curso.
Los críticos achacaron parte de la culpa del fracaso a ese protagonista soso y sin encanto que les parecía Firth.
Pero las opiniones apresuradas son papel arrugado frente a la traviesa justicia del tiempo y tanto Anette Benning como Firth, protagonistas en plena frescura de la película de Forman, se sentaba anoche en la gala de los Oscar sobre carreras bien consolidadas.
A los americanos les encanta que las películas inglesas sean muy inglesas y las francesas muy francesas y las españolas muy españolas. Y nada hay más inglés para un americano que la familia real británica y ese acento particular de la madre patria. En cuanto un actor hace de Rey o Reina de Inglaterra corren a nominarlo.
Y más si el monarca padecía autismo, tartamudez o locura. Uff, qué gusto.
La corona trajo suerte a Charles Laughton, Nigel Hawthorne, Kenneth Branagh, Judi Dench, Cate Blanchett y Helen Mirren.
Y para los que confían en que el cine es una fuente de riqueza nacional, basta recordar que El discurso del rey está cerca de ser la película más rentable del cine inglés. Costó 9 millones de libras y se espera que recaude 300 millones de dólares en el mundo, con su ingreso proporcional para el Consejo del Cine del Gobierno británico, que contribuyó con un millón de libras a su producción.
Cinco mujeres para Oscar
Por si alguien ha conseguido no enterarse, ayer se entregaron en Los Ángeles los premios Oscar. Todas las fotos, así como las tendencias de la noche, están en nuestro especial. Se vio mucha alta costura.
De Chanel, Givenchy, Elie Saab o Armani. También de Dior. Sharon Stone y Nicole Kidman (arriba, con Gwyneth Paltrow) le dieron una alegría a la casa, inmersa en el limbo de qué sucederá con John Galliano.
El diseñador fue suspendido de su cargo tras el incidente del pasado jueves. Lo que sí está confirmado es que el desfile del día 4 en París se celebrará, como estaba previsto, en el Museo Rodin.
Volviendo al cine, aquí van cinco mujeres que, por un motivo u otro, protagonizaron la noche.
Con permiso de Melissa Leo y Natalie Portman, que se llevaron a casa la estatuilla por sus interpretaciones, claro.
.
La mejor vestida: El traje plisado malva de Cate Blanchett pertenece a la colección de alta costura de esta primavera de Riccardo Tisci para Givenchy.
Se lleva con un chaleco-arnés bordado con perlas cubiertas de varias capas de chiffon en el mismo tono y también en amarillo.
Es una de las diez piezas que el diseñador presentó el pasado enero en París, inspirado por la mezcla de tradición y modernidad de la cultura japonesa. Con él, a actriz australiana confirma su gusto por las elecciones estilísticas arriesgadas. (Foto: Reuters).
La novia del Oscar: La diseñadora de vestuario Collen Atwood, colaboradora habitual de Tim Burton, se llevó su tercer Oscar por Alicia en el País de las maravillas.
Era la novena vez que estaba nominada y ya lo obtuvo por Chicago (2002) y Memorias de una geisha (2006). Estadounidense, de 60 años, tuvo su peculiar momento también en la alfombra roja.
La excéntrica Helena Bonham Carter -nominada como actriz secundaria por El discurso del rey y pareja de Burton- apareció con un traje que había ideado junto a Atwood.
A pesar de su aparente sobriedad (teniendo en cuenta los usos de la actriz), la británica escondía un guiño a su país bajo la falda. (Foto: ATP)
La anfitriona: Anne Hathaway llegó vestida de rojo Valentino y con el diseñador, retirado en 2007, como complemento definitivo.
Durante la gala, que presentó con James Franco, se cambió siete veces de ropa (aquí tienes el desfile completo). Rachel Zoe, su estilista de cabecera, fue la responsable de estas elecciones.
Hubo de todo. Desde un esmoquin de Lanvin hasta un vestido azul metalizado de la colección de alta costura de Armani Privé de esta primavera.
También un Givenchy de alta costura (en la imagen) y, como cierre, un vestido de encaje y cristal en un trémulo gris y firmado por Tom Ford. Todo el ritmo y nervio que le faltó a la gala debía estar concentrado en el vestuario de Hathaway.
La elección de Penélope: L'Wren Scott (en la foto, llegando a la fiesta de Vanity Fair con Mick Jagger) firmó anoche dos vestidos. El azul de Amy Adams y, por supuesto, el de seda granate bordado de Penélope Cruz. En las últimas ediciones de los Oscar, Cruz había optado por una misma silueta: vestidos palabra de honor con faldas voluminosas. Así eran el de Versace (2007), Balmain 'vintage' (2009) o Donna Karan (2010). Esta vez, la línea era más fluida, ajustada y sencilla. También el peinado. Recordaba la época en que Penélope era imagen de Ralph Lauren. Tiene mérito, porque casi una década y un hijo -nacido hace un mes- le contemplan. (Foto: AP)
La innovación: El diseño de Francisco Costa para Calvin Klein Collection que lució Gwyneth Paltrow le daba una vuelta al manido concepto del brillo para una gala cinematográfica.
La silueta era minimalista, con un escote geométrico y original. Completamente cubierto por lentejuelas, producía el efecto de un flecha metálica.
El peinado enfatizaba la verticalidad de la pieza. Las joyas, en cambio, ofrecían un contraste más barroco.
Los pendientes, el broche y el anillo eran de Louis Vuitton.
Para interpretar el tema de Country Strong, que estaba nominado en la categoría de mejor canción, la actriz se cambió a un vestido asimétrico color maquillaje de otoño/invierno 2011 de Michael Kors. (Foto: Reuters)
De Chanel, Givenchy, Elie Saab o Armani. También de Dior. Sharon Stone y Nicole Kidman (arriba, con Gwyneth Paltrow) le dieron una alegría a la casa, inmersa en el limbo de qué sucederá con John Galliano.
El diseñador fue suspendido de su cargo tras el incidente del pasado jueves. Lo que sí está confirmado es que el desfile del día 4 en París se celebrará, como estaba previsto, en el Museo Rodin.
Volviendo al cine, aquí van cinco mujeres que, por un motivo u otro, protagonizaron la noche.
Con permiso de Melissa Leo y Natalie Portman, que se llevaron a casa la estatuilla por sus interpretaciones, claro.
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La mejor vestida: El traje plisado malva de Cate Blanchett pertenece a la colección de alta costura de esta primavera de Riccardo Tisci para Givenchy.
Se lleva con un chaleco-arnés bordado con perlas cubiertas de varias capas de chiffon en el mismo tono y también en amarillo.
Es una de las diez piezas que el diseñador presentó el pasado enero en París, inspirado por la mezcla de tradición y modernidad de la cultura japonesa. Con él, a actriz australiana confirma su gusto por las elecciones estilísticas arriesgadas. (Foto: Reuters).
La novia del Oscar: La diseñadora de vestuario Collen Atwood, colaboradora habitual de Tim Burton, se llevó su tercer Oscar por Alicia en el País de las maravillas.
Era la novena vez que estaba nominada y ya lo obtuvo por Chicago (2002) y Memorias de una geisha (2006). Estadounidense, de 60 años, tuvo su peculiar momento también en la alfombra roja.
La excéntrica Helena Bonham Carter -nominada como actriz secundaria por El discurso del rey y pareja de Burton- apareció con un traje que había ideado junto a Atwood.
A pesar de su aparente sobriedad (teniendo en cuenta los usos de la actriz), la británica escondía un guiño a su país bajo la falda. (Foto: ATP)
La anfitriona: Anne Hathaway llegó vestida de rojo Valentino y con el diseñador, retirado en 2007, como complemento definitivo.
Durante la gala, que presentó con James Franco, se cambió siete veces de ropa (aquí tienes el desfile completo). Rachel Zoe, su estilista de cabecera, fue la responsable de estas elecciones.
Hubo de todo. Desde un esmoquin de Lanvin hasta un vestido azul metalizado de la colección de alta costura de Armani Privé de esta primavera.
También un Givenchy de alta costura (en la imagen) y, como cierre, un vestido de encaje y cristal en un trémulo gris y firmado por Tom Ford. Todo el ritmo y nervio que le faltó a la gala debía estar concentrado en el vestuario de Hathaway.
La elección de Penélope: L'Wren Scott (en la foto, llegando a la fiesta de Vanity Fair con Mick Jagger) firmó anoche dos vestidos. El azul de Amy Adams y, por supuesto, el de seda granate bordado de Penélope Cruz. En las últimas ediciones de los Oscar, Cruz había optado por una misma silueta: vestidos palabra de honor con faldas voluminosas. Así eran el de Versace (2007), Balmain 'vintage' (2009) o Donna Karan (2010). Esta vez, la línea era más fluida, ajustada y sencilla. También el peinado. Recordaba la época en que Penélope era imagen de Ralph Lauren. Tiene mérito, porque casi una década y un hijo -nacido hace un mes- le contemplan. (Foto: AP)
La innovación: El diseño de Francisco Costa para Calvin Klein Collection que lució Gwyneth Paltrow le daba una vuelta al manido concepto del brillo para una gala cinematográfica.
La silueta era minimalista, con un escote geométrico y original. Completamente cubierto por lentejuelas, producía el efecto de un flecha metálica.
El peinado enfatizaba la verticalidad de la pieza. Las joyas, en cambio, ofrecían un contraste más barroco.
Los pendientes, el broche y el anillo eran de Louis Vuitton.
Para interpretar el tema de Country Strong, que estaba nominado en la categoría de mejor canción, la actriz se cambió a un vestido asimétrico color maquillaje de otoño/invierno 2011 de Michael Kors. (Foto: Reuters)
"Amparo no se reconoce en el espejo"
Un redactor de EL PAÍS que preparaba un reportaje sobre la actriz, fallecida anoche, habló con personas de su entorno en Málaga.
A la hora de la siesta, en una calle repleta de casitas bajas, cuando no se veía un alma por el barrio, se abrió un portón de madera.
Un enorme retrato de Amparo Muñoz, fallecida anoche, con la corona y la banda de miss España presidía el vestíbulo. "Yo hablo con ella, esperad un par de horas. No creo que tenga problemas en recibiros, pero primero voy a preguntarle cómo se encuentra", decía su hermano Pedro.
La actriz llevaba año y medio recluida en la casa de su madre en Málaga, desde que los médicos le habían diagnosticado la enfermedad, a la que su familia nunca ha querido poner nombre. Ni siquiera ahora que ella ya no está.
Fallece la actriz Amparo Muñoz a los 56 años
Muñoz apenas pisaba en las últimas semanas el tranco de la puerta, salvo cuando iba al hospital Carlos Haya acompañada de alguna de sus hermanas.
Pasaba también largas temporadas en el apartamento de su última pareja, en un bloque de pisos situado en el barrio de Palma-Palmilla, uno de los más degradados de la ciudad, asociado constantemente al tráfico de drogas.
Los vecinos se habían acostumbrado a ver caminar por sus calles a la que fue coronada miss Universo en un certamen celebrado en Manila (Filipinas) en julio de 1974. Tanto, que ya nadie se daba la vuelta al reconocerla.
Horas después del primer encuentro, Pedro Muñoz llamaba al teléfono: "Ya he hablado con Amparo. Estaría encantada de hablar con vosotros pero me ha dicho que no quiere que nadie la vea así. Amparo no se reconoce en el espejo.
Siempre se ha sido una persona tan hermosa y coqueta que no quiere que se le recuerde como está ahora".
Amparo Muñoz, nacida en el seno de una familia humilde y de trabajadores, llegó a convertirse en la mujer más guapa del universo.
Por el camino quedan sus problemas con las drogas, con la justicia, siempre rodeada de un ambiente viciado y destructivo que le acompañó allá donde fue.
Pero al final, como pidió a este periódico, quería ser recordada por sus años de esplendor, tiempo en la que se codeó con importantes personajes del cine y el arte. Exactamente esa es la época que retrata la pintura que cuelga en el hall de la casa sus padres, donde ha muerto esta madrugada a los 56 años de edad.
A la hora de la siesta, en una calle repleta de casitas bajas, cuando no se veía un alma por el barrio, se abrió un portón de madera.
Un enorme retrato de Amparo Muñoz, fallecida anoche, con la corona y la banda de miss España presidía el vestíbulo. "Yo hablo con ella, esperad un par de horas. No creo que tenga problemas en recibiros, pero primero voy a preguntarle cómo se encuentra", decía su hermano Pedro.
La actriz llevaba año y medio recluida en la casa de su madre en Málaga, desde que los médicos le habían diagnosticado la enfermedad, a la que su familia nunca ha querido poner nombre. Ni siquiera ahora que ella ya no está.
Fallece la actriz Amparo Muñoz a los 56 años
Muñoz apenas pisaba en las últimas semanas el tranco de la puerta, salvo cuando iba al hospital Carlos Haya acompañada de alguna de sus hermanas.
Pasaba también largas temporadas en el apartamento de su última pareja, en un bloque de pisos situado en el barrio de Palma-Palmilla, uno de los más degradados de la ciudad, asociado constantemente al tráfico de drogas.
Los vecinos se habían acostumbrado a ver caminar por sus calles a la que fue coronada miss Universo en un certamen celebrado en Manila (Filipinas) en julio de 1974. Tanto, que ya nadie se daba la vuelta al reconocerla.
Horas después del primer encuentro, Pedro Muñoz llamaba al teléfono: "Ya he hablado con Amparo. Estaría encantada de hablar con vosotros pero me ha dicho que no quiere que nadie la vea así. Amparo no se reconoce en el espejo.
Siempre se ha sido una persona tan hermosa y coqueta que no quiere que se le recuerde como está ahora".
Amparo Muñoz, nacida en el seno de una familia humilde y de trabajadores, llegó a convertirse en la mujer más guapa del universo.
Por el camino quedan sus problemas con las drogas, con la justicia, siempre rodeada de un ambiente viciado y destructivo que le acompañó allá donde fue.
Pero al final, como pidió a este periódico, quería ser recordada por sus años de esplendor, tiempo en la que se codeó con importantes personajes del cine y el arte. Exactamente esa es la época que retrata la pintura que cuelga en el hall de la casa sus padres, donde ha muerto esta madrugada a los 56 años de edad.
Jorge VI 'se sienta' en el trono de Hollywood
'El discurso del Rey' se lleva cuatro 'oscars': mejor película, dirección, actor y guion original.- Natalie Portman, mejor actriz por 'Cisne negro'.- Javier Bardem se queda sin estatuilla .
La lección de toda esta historia, según confesó el director de El discurso del rey, es "hazle caso a tu madre". La otra lección, aunque no la expresó nadie sobre el escenario del teatro Kodak de los Ángeles, es que basta con querer hacer la gala más joven de la historia de los Oscar para que salga la más rancia y ñoña que se recuerda. Ni el magnetismo de James Franco, ni la luminosa simpatía de Anne Hathaway fueron suficientes para levantar un guión soso y aburrido. Tampoco ayudó que en todos los premios de la noche no hubiera una sola sorpresa, ni una emoción fuera de lo previsto.
Natalie Portman triunfa también en el 'glamour' de Madrid
Discurso templado
La 83ª gala de los Oscar, resumida en un vídeo
VIDEO - CANAL+ - 28-02-2011
Disfruta de la esencia de la gran noche del cine universal con este vídeo confeccionado por Canal+
Especial: Oscars
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Natalie Portman luce embarazo. Y favoritismo para ganar el Oscar a mejor actriz por Cisne Negro- AP
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El discurso del rey fue la ganadora de la 83º edición de los Oscar. Tom Hooper, el director del filme, le dedicó el Oscar a su madre, quien en 2007, después de asistir a la lectura de una obra de teatro, le llamó para decirle: "Hijo, acabo de encontrar tu próxima película".
La lectura era de una obra que narraba la historia de cómo Jorge VI de Inglaterra tuvo que enfrentarse a una tara física, su tartamudez, para poder ser rey de una nueva era: la de la radio. El discurso del rey (una película amable sobre una rancia monarquía europea) lograba ayer el Oscar a la mejor película, al mejor director, al mejor guión original y al mejor actor protagonista, Colin Firth, sin duda un hombre de aire majestuoso y exquisitos modales.
No hubo mujer a quien el intérprete británico no cediera el paso con ese cuerpo envarado y esa contención de la que también quiso hacer gala sobre el escenario al recoger su premio. Soso, para qué negarlo, aunque Firth sea de esos hombres que hace de los defectos virtud.
Según explicó más tarde lo que ahora le apetece es cocinar: "me relaja". Tampoco estuvo muy sembrada una embarazada Natalie Portman que, llorosa y con las manos en su tripa, dijo que ahora le espera el papel más importante de su vida.
"Ahora solo quiero quitarme esta ropa, tumbarme en la cama y descansar", añadió la actriz que no, no llamará a su hijo Oscar. "¡Por dios!"
El reparto de la tarta de premios de la noche empezó precisamente en manos dos actores disfrazados de camareros de banquete.
Javier Bardem y Josh Brolin entregaron el Oscar al mejor guión adaptado y original. El primero fue para La red social (Aaron Sorkin); y el segundo, para El discurso del rey (David Seidler). "¡El discurso del escritor!", exclamó Seidler.
"Esto si que es aterrador". El autor y guionista de la película de la noche, un tipo de aire sólido y voz imponente, dedicó su Oscar a todos los tartamudos del mundo. "Esta es la historia de un ex tartamudo a otro", dijo.
"Yo lo sigo siendo, siempre lo seré, aunque ninguno de ustedes hoy pueda notarlo". Después de la gala, Seidler confesó que aunque no era un monárquico empezó esta historia hace más de 30 años con la ayuda de la Reina madre.
Fue ella quien le pidió que esperara a su muerte para contarla "Nunca pensé que viviría tanto", dijo el escritor.
Sobre la hija de Jorge VI, la actual monarca añadió: "Sabemos que la reina de Inglaterra ha visto la película y se ha sentido muy emocionada al ver el retrato que hemos hecho de su padre.
Nosotros nos alegramos enormemente por ello". Al otro guionista premiado de la noche, Aaron Sorkin (La red social), también le preguntaron por el personaje en el que se basa su historia, Mark Zuckerberg, y el rechazo que ha mostrado por el filme sobre sus años universitarios. "A ninguno de nosotros le gustaría que hicieran una película de como éramos con 19 años, y lo entiendo, pero esa y no otra era nuestra película". Los dos guionistas confesaron también entre bambalinas que viven un bromance (suma de brother -hermano- y romance: una casta pero intensa amistad entre varones heterosexuales) desde que empezó una temporada de premios que ha enfrentado una y otra vez El discurso del rey y La red social. "Es increíble, pero nos hemos hecho muy amigos".
Aunque para viejos amigos, Randy Newman.
El músico cantó por enésima vez en el show (ha sido 20 veces candidato), ganó el segundo Oscar de su carrera por Toy story 3 y fue de lejos el más divertido en el turno de agradecimientos. La película de Pixar fue, además, la mejor de animación del año. Su director, Lee Unkrich, explicó como el filme es un homenaje a su abuela, la mujer, dijo, que siempre creyó en él. "Ella murió cuando yo estaba trabajando como montador de Toy story y el día que me despedí de ella no lo olvidaré nunca.
Conté a los guionistas de la película aquel último encuentro porque quería que el final de Toy story 3 fuera un homenaje a ella".
La gala pretendió ser emotiva con sus continuos flash backs al pasado de Hollywood. Efectos virtuales o de pantalla que no lograron demasiado calor en un patio de butacas que solo se puso en pie con la aparición de Billy Cristal, que desde 2004 no volvía al escenario de los Oscar.
Las bajas temperaturas que desde hace unos días azotan California contagiaron la zona caliente de la jornada, la alfombra roja.
El paso de candidatos, invitados, publicistas, figurantes y guardaespaldas resultó largo y pesado.
Hacía frío, mucho frío, y quizá eso deslució la siempre espectacular entrada a la ceremonia.
Algunos literalmente tiritaban (la niña de Valor de ley, Hailee Steinfeld); otros se frotaban los brazos para entrar en calor (Marisa Tomei y Darren Aronofsky) para entrar en calor o la espalda, como hizo la siempre sonriente Anne Hathaway al diseñador italiano Valentino.
Ni siquiera el impulsivo beso en la boca de Russell Brand a una reportera animó el patio.
El más popular fue Justin Timberlake (se escucharon aullidos desesperados a su paso); los más cariñosos, Annette Bening y Warren Beatty (siempre de la mano); la más veloz, Penélope Cruz (pasó por la alfombra roja como un suspiro); el más caballeroso, Colin Firth y el más ensimismado, Jesse Eisenberg, el cabizbajo y tímido protagonista de La red social.
Christian Bale (ganador al mejor actor de reparto por The Fighter) también superó su aversión a las multitudes.
Con su acento del norte de Inglaterra y su frondosa barba recordó a Jimi Hendrix cuando le preguntaron por su extrema entrega al trabajo.
"Le sangraban los dedos al tocar la guitarra.
Yo, como él, haría lo que sea por llegar al fondo de lo que hago. Aunque quizá ya soy mayor para ir demasiado lejos.
Ya no soy invencible como hace unos años. Ahora tengo un hijo, y más miedos". Bale añadió: "Lo que hacemos los actores es mucho más grande que nosotros mismos. Todo lo que ha rodeado a esta película es maravilloso. Pero que nadie lo olvide: los premios son algo abstracto, es mejor no hacerles demasiado caso".
La lección de toda esta historia, según confesó el director de El discurso del rey, es "hazle caso a tu madre". La otra lección, aunque no la expresó nadie sobre el escenario del teatro Kodak de los Ángeles, es que basta con querer hacer la gala más joven de la historia de los Oscar para que salga la más rancia y ñoña que se recuerda. Ni el magnetismo de James Franco, ni la luminosa simpatía de Anne Hathaway fueron suficientes para levantar un guión soso y aburrido. Tampoco ayudó que en todos los premios de la noche no hubiera una sola sorpresa, ni una emoción fuera de lo previsto.
Natalie Portman triunfa también en el 'glamour' de Madrid
Discurso templado
La 83ª gala de los Oscar, resumida en un vídeo
VIDEO - CANAL+ - 28-02-2011
Disfruta de la esencia de la gran noche del cine universal con este vídeo confeccionado por Canal+
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El discurso del rey fue la ganadora de la 83º edición de los Oscar. Tom Hooper, el director del filme, le dedicó el Oscar a su madre, quien en 2007, después de asistir a la lectura de una obra de teatro, le llamó para decirle: "Hijo, acabo de encontrar tu próxima película".
La lectura era de una obra que narraba la historia de cómo Jorge VI de Inglaterra tuvo que enfrentarse a una tara física, su tartamudez, para poder ser rey de una nueva era: la de la radio. El discurso del rey (una película amable sobre una rancia monarquía europea) lograba ayer el Oscar a la mejor película, al mejor director, al mejor guión original y al mejor actor protagonista, Colin Firth, sin duda un hombre de aire majestuoso y exquisitos modales.
No hubo mujer a quien el intérprete británico no cediera el paso con ese cuerpo envarado y esa contención de la que también quiso hacer gala sobre el escenario al recoger su premio. Soso, para qué negarlo, aunque Firth sea de esos hombres que hace de los defectos virtud.
Según explicó más tarde lo que ahora le apetece es cocinar: "me relaja". Tampoco estuvo muy sembrada una embarazada Natalie Portman que, llorosa y con las manos en su tripa, dijo que ahora le espera el papel más importante de su vida.
"Ahora solo quiero quitarme esta ropa, tumbarme en la cama y descansar", añadió la actriz que no, no llamará a su hijo Oscar. "¡Por dios!"
El reparto de la tarta de premios de la noche empezó precisamente en manos dos actores disfrazados de camareros de banquete.
Javier Bardem y Josh Brolin entregaron el Oscar al mejor guión adaptado y original. El primero fue para La red social (Aaron Sorkin); y el segundo, para El discurso del rey (David Seidler). "¡El discurso del escritor!", exclamó Seidler.
"Esto si que es aterrador". El autor y guionista de la película de la noche, un tipo de aire sólido y voz imponente, dedicó su Oscar a todos los tartamudos del mundo. "Esta es la historia de un ex tartamudo a otro", dijo.
"Yo lo sigo siendo, siempre lo seré, aunque ninguno de ustedes hoy pueda notarlo". Después de la gala, Seidler confesó que aunque no era un monárquico empezó esta historia hace más de 30 años con la ayuda de la Reina madre.
Fue ella quien le pidió que esperara a su muerte para contarla "Nunca pensé que viviría tanto", dijo el escritor.
Sobre la hija de Jorge VI, la actual monarca añadió: "Sabemos que la reina de Inglaterra ha visto la película y se ha sentido muy emocionada al ver el retrato que hemos hecho de su padre.
Nosotros nos alegramos enormemente por ello". Al otro guionista premiado de la noche, Aaron Sorkin (La red social), también le preguntaron por el personaje en el que se basa su historia, Mark Zuckerberg, y el rechazo que ha mostrado por el filme sobre sus años universitarios. "A ninguno de nosotros le gustaría que hicieran una película de como éramos con 19 años, y lo entiendo, pero esa y no otra era nuestra película". Los dos guionistas confesaron también entre bambalinas que viven un bromance (suma de brother -hermano- y romance: una casta pero intensa amistad entre varones heterosexuales) desde que empezó una temporada de premios que ha enfrentado una y otra vez El discurso del rey y La red social. "Es increíble, pero nos hemos hecho muy amigos".
Aunque para viejos amigos, Randy Newman.
El músico cantó por enésima vez en el show (ha sido 20 veces candidato), ganó el segundo Oscar de su carrera por Toy story 3 y fue de lejos el más divertido en el turno de agradecimientos. La película de Pixar fue, además, la mejor de animación del año. Su director, Lee Unkrich, explicó como el filme es un homenaje a su abuela, la mujer, dijo, que siempre creyó en él. "Ella murió cuando yo estaba trabajando como montador de Toy story y el día que me despedí de ella no lo olvidaré nunca.
Conté a los guionistas de la película aquel último encuentro porque quería que el final de Toy story 3 fuera un homenaje a ella".
La gala pretendió ser emotiva con sus continuos flash backs al pasado de Hollywood. Efectos virtuales o de pantalla que no lograron demasiado calor en un patio de butacas que solo se puso en pie con la aparición de Billy Cristal, que desde 2004 no volvía al escenario de los Oscar.
Las bajas temperaturas que desde hace unos días azotan California contagiaron la zona caliente de la jornada, la alfombra roja.
El paso de candidatos, invitados, publicistas, figurantes y guardaespaldas resultó largo y pesado.
Hacía frío, mucho frío, y quizá eso deslució la siempre espectacular entrada a la ceremonia.
Algunos literalmente tiritaban (la niña de Valor de ley, Hailee Steinfeld); otros se frotaban los brazos para entrar en calor (Marisa Tomei y Darren Aronofsky) para entrar en calor o la espalda, como hizo la siempre sonriente Anne Hathaway al diseñador italiano Valentino.
Ni siquiera el impulsivo beso en la boca de Russell Brand a una reportera animó el patio.
El más popular fue Justin Timberlake (se escucharon aullidos desesperados a su paso); los más cariñosos, Annette Bening y Warren Beatty (siempre de la mano); la más veloz, Penélope Cruz (pasó por la alfombra roja como un suspiro); el más caballeroso, Colin Firth y el más ensimismado, Jesse Eisenberg, el cabizbajo y tímido protagonista de La red social.
Christian Bale (ganador al mejor actor de reparto por The Fighter) también superó su aversión a las multitudes.
Con su acento del norte de Inglaterra y su frondosa barba recordó a Jimi Hendrix cuando le preguntaron por su extrema entrega al trabajo.
"Le sangraban los dedos al tocar la guitarra.
Yo, como él, haría lo que sea por llegar al fondo de lo que hago. Aunque quizá ya soy mayor para ir demasiado lejos.
Ya no soy invencible como hace unos años. Ahora tengo un hijo, y más miedos". Bale añadió: "Lo que hacemos los actores es mucho más grande que nosotros mismos. Todo lo que ha rodeado a esta película es maravilloso. Pero que nadie lo olvide: los premios son algo abstracto, es mejor no hacerles demasiado caso".
27 feb 2011
Winter¨s BONE
Ree Dolly, de 17 años, decide buscar a su padre después de que este ofrezca la casa familiar como garantía para la fianza que le permitirá salir de la cárcel y desaparecer sin dejar rastro.
Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio de sus parientes con tal de salvar a su familia.
Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio de sus parientes con tal de salvar a su familia.
La verdad es una película que no deja indiferente, te agobia la historia y te agobia toda las escenas de como se desarrolla esta historia. La Actriz hace un papelón nada agradecido por la situación de marginalidad, pobreza en que se va desarrollando la Historia muy alejada de El Discurso del Rey o del Cisne Negro, nada que ver, es la miseria y la fortaleza hecha imágen.
Poco a poco, consigue abrirse paso a través de las mentiras, evasivas y amenazas de sus parientes hasta llegar a la verdad.
26 feb 2011
Un ángel de la muerte recorre Internet
William Melchert-Dinkel, un enfermero de EE UU, está acusado de inducir a dos jóvenes al suicidio en foros de la Red. -Su caso plantea dudas sobre los límites de la libertad de expresión .
Esta es la primera de tres entregas en las que EL PAÍS cuenta la historia, reconstruida con documentos judiciales, de cómo Melchert-Dinkel, un enfermero acusado de homicidio múltiple, ha obligado a EE UU plantearse dónde acaba la libertad de expresión en Internet y dónde comienza el crimen.
No hay término medio: o bien William Melchert-Dinkel, un enfermero del Estado de Minesota, es un sádico que disfrutaba empujando a sus víctimas a la muerte, o bien fue una persona que ejerció su derecho a la libertad de expresión en Internet, aconsejando al menos a dos jóvenes sobre cómo ejecutar la amarga decisión de acabar con sus vidas. El juicio contra él ha tenido lugar esta semana en Faribault, Minesota.
El juez debe ahora decidir si le condena por asistencia al suicidio, una pena por la que puede pasar hasta 30 años en prisión.
"Estas personas eran gente en estado frágil.
Fue el acusado quien les sugirió una solución a largo plazo, muy largo plazo, para un problema de corta duración", dijo el fiscal del condado de Rice, Paul Beaumaster, el jueves ante el juez.
"El acusado sabía exactamente lo que hacía. Iba tras gente vulnerable... No se puede calificar de libertad de expresión el tratar de convencer a alguien, de forma fraudulenta, de que suicidarse es lo mejor que se puede hacer".
El enfermero Melchert-Dinkel no ha negado los hechos. Es más: le entregó a la policía un ordenador personal en el que hay registros detallados de conversaciones y correos en los que habla del suicidio, da consejos sobre cómo matarse mejor y deja traslucir su fascinación por la autoaniquilación.
El jueves Melchert-Dinkel compareció en el juzgado, un hombre de 48 años, de pelo cano, frente ancha, figura rotunda, cara compungida. Caminaba con la cabeza gacha al llegar a la corte mientras las cámaras de televisión le perseguían. Se declaró inocente y ha solicitado que el caso lo dirima un juez y no un jurado popular. Su abogado, Terry Watkins, dijo en la corte que los mensajes de su cliente no influyeron en nada en la decisión de suicidarse de las dos personas con las que habló a través de Internet.
Ellos, dijo, ya tenían intención de matarse.
"Ni siquiera cumplieron totalmente los consejos que mi cliente les ofreció", dijo. Lo cierto, sin embargo, es que Melchert-Dinkel se encubrió en la Red tras identidades falsas: siempre una servicial enfermera, joven, con los nombres exóticos de Li Dao, Cami D y Falcon Girl, que visitaba foros en los que se incita al suicidio y daba consejos con la precisión de una experta.
En su camino se cruzó Mark Drybrough, un joven informático de 32 años de Reino Unido, con problemas psiquiátricos. Mantuvo con Li Dao muchas conversaciones a lo largo de dos meses. Finalmente, el uno de julio de 2005, desde la dirección li_dao05@yahoo.com, Melchert-Dinkel le hizo un detallado resumen de cómo ahorcarse de forma rápida e indolora: "Depende de lo alto que seas, preferiblemente más alto de 1'82 metros, puedes colgarte fácilmente de una puerta usando el pomo, atando a este la otra parte de la cuerda". Dio estos consejos usando el pseudónimo de Li Dao, avatar agradable y servicial que daba todo tipo de detalles para que Mark se provocara la asfixia total. Pasados 26 días, Dyrbrough se ahorcó en su casa, no como Li Dao le dijo, sino usando una escalera.
Su hermana, Carol, que encontró el cadáver, registró el ordenador de Mark a la búsqueda de pistas que le hicieran comprender por qué había dado un paso semejante. Allí descubrió decenas y decenas de conversaciones con la enfermera. En principio pensó que esta se había suicidado el mismo día que Mark, como había prometido en un macabro y fatídico pacto. Después de comentarle esa posibilidad a Elaine, su madre, ambas acabaron pensando que tal vez Li Dao no hubiera sido otra víctima, sino una despiadada inductora que disfrutó sádicamente al empujar a la muerte a Mark. Elaine avisó inmediatamente de sus pesquisas a la policía de West Midlands, el condado inglés en el que vivía.
Visto que en sus mensajes Li Dao se identificaba como una mujer de Minesota, Elaine escribió también una carta al departamento de policía de la capital del Estado americano, Saint Paul. "Estimado señor, no sé si me podrá ayudar en esto. Mi hijo Mark se suicidó ahorcándose", comenzaba. "Mark había contraído un pacto en Internet. La persona con la que lo hizo, que dijo que estaba en Minesota, dio el nombre de Li y le aseguró que había sido enfermera y que la habían tratado durante 10 años por un trastorno bipolar. Esa persona dijo que suicidaría a la vez que mi hijo. Me preocupa el hecho de que pudiera haberle mentido". La carta le fue devuelta, sin abrir, pasadas unas semanas.
Li Dao, mientras, seguía activa en la Red. A finales de 2006 habló con una joven de 17 años en Sudamérica que, por casualidad, trabó a su vez contacto con una profesora británica jubilada que ahora tiene 65 años. Se trataba de Celia Blay, quien un día abrió su correo electrónico y encontró un mensaje de esa joven: "Me voy a matar, el viernes. Tengo un pacto con otra chica". La chica era, por supuesto, Li Dao. Celia, que ha hablado con EL PAÍS pero ha decidido no ofrecer declaraciones públicas hasta que haya un veredicto en el caso, convenció a su amiga en Sudamérica para que no se suicidara. Luego entró en foros y más foros, siguiendo inagotablemente el rastro de la misteriosa Li Dao. Llegó a identificar a una docena de personas con las que la enfermera había quedado para matarse, desapareciendo siempre tras incitar a la otra persona a la muerte y reapareciendo en un foro distinto poco después. Su patrón era muy similar al de otra enfermera, también veinteañera y estadounidense: Falcon Girl.
Bajo los dos nombres se escondía en ambos casos Melchert-Dinkel.
El enfermero seguía buscando personas con impulsos suicidas y les daba el empujón que necesitaban para acabar matándose.
Mientras, en su vida real, continuaba con su cómoda cotidianidad, trabajando en una pequeña localidad norteamericana, cuidando, junto a su mujer, Joyce, de sus hijas adolescentes Mari y Molly. Una de sus próximas víctimas tenía entonces una edad cercana a la de su prole: 17 años. Nadia Kajouji se disponía a entrar en la universidad de Carleton, en Canadá.
Nada sabía aún de Cami D, una misteriosa enfermera que le iba a incitar a ahorcarse.
Hay que ver que fragilidad manifestamos en diferentes situaciones para que "Alguien " por Internet detecte el ansia de desaparecer, o que limitados podemos estar para que alguien introduzca hacer un deseo realidad: Nuestra Muerte.
No sé que mçetodos emplearía este sujero, creia que lo hacía con enfermos terminales ante el dolor y la desesperación, pero por lo visto no, y como llegaría a la mente de la otra persona para decirle como morir, mientras él, en apariencia se dedicaba a cuidar y ayudar a enfermos en un hosputal. Si que andan locos por la red pero no me imagino un titular que diga "¿Está pensando en matarse? yo tengo lo que usted necesita" es un horror. Pero más horror es ver manifiesta nuestra fragilidad.
MAÑANA: "SI SE TRATA DE AHORCARTE, TE PUEDO AYUDAR". William Melchert-Dinkel ayuda a morir a una joven universitaria de Canadá. Una jubilada británica, detective por accidente, le pisa los talones.
Esta es la primera de tres entregas en las que EL PAÍS cuenta la historia, reconstruida con documentos judiciales, de cómo Melchert-Dinkel, un enfermero acusado de homicidio múltiple, ha obligado a EE UU plantearse dónde acaba la libertad de expresión en Internet y dónde comienza el crimen.
No hay término medio: o bien William Melchert-Dinkel, un enfermero del Estado de Minesota, es un sádico que disfrutaba empujando a sus víctimas a la muerte, o bien fue una persona que ejerció su derecho a la libertad de expresión en Internet, aconsejando al menos a dos jóvenes sobre cómo ejecutar la amarga decisión de acabar con sus vidas. El juicio contra él ha tenido lugar esta semana en Faribault, Minesota.
El juez debe ahora decidir si le condena por asistencia al suicidio, una pena por la que puede pasar hasta 30 años en prisión.
"Estas personas eran gente en estado frágil.
Fue el acusado quien les sugirió una solución a largo plazo, muy largo plazo, para un problema de corta duración", dijo el fiscal del condado de Rice, Paul Beaumaster, el jueves ante el juez.
"El acusado sabía exactamente lo que hacía. Iba tras gente vulnerable... No se puede calificar de libertad de expresión el tratar de convencer a alguien, de forma fraudulenta, de que suicidarse es lo mejor que se puede hacer".
El enfermero Melchert-Dinkel no ha negado los hechos. Es más: le entregó a la policía un ordenador personal en el que hay registros detallados de conversaciones y correos en los que habla del suicidio, da consejos sobre cómo matarse mejor y deja traslucir su fascinación por la autoaniquilación.
El jueves Melchert-Dinkel compareció en el juzgado, un hombre de 48 años, de pelo cano, frente ancha, figura rotunda, cara compungida. Caminaba con la cabeza gacha al llegar a la corte mientras las cámaras de televisión le perseguían. Se declaró inocente y ha solicitado que el caso lo dirima un juez y no un jurado popular. Su abogado, Terry Watkins, dijo en la corte que los mensajes de su cliente no influyeron en nada en la decisión de suicidarse de las dos personas con las que habló a través de Internet.
Ellos, dijo, ya tenían intención de matarse.
"Ni siquiera cumplieron totalmente los consejos que mi cliente les ofreció", dijo. Lo cierto, sin embargo, es que Melchert-Dinkel se encubrió en la Red tras identidades falsas: siempre una servicial enfermera, joven, con los nombres exóticos de Li Dao, Cami D y Falcon Girl, que visitaba foros en los que se incita al suicidio y daba consejos con la precisión de una experta.
En su camino se cruzó Mark Drybrough, un joven informático de 32 años de Reino Unido, con problemas psiquiátricos. Mantuvo con Li Dao muchas conversaciones a lo largo de dos meses. Finalmente, el uno de julio de 2005, desde la dirección li_dao05@yahoo.com, Melchert-Dinkel le hizo un detallado resumen de cómo ahorcarse de forma rápida e indolora: "Depende de lo alto que seas, preferiblemente más alto de 1'82 metros, puedes colgarte fácilmente de una puerta usando el pomo, atando a este la otra parte de la cuerda". Dio estos consejos usando el pseudónimo de Li Dao, avatar agradable y servicial que daba todo tipo de detalles para que Mark se provocara la asfixia total. Pasados 26 días, Dyrbrough se ahorcó en su casa, no como Li Dao le dijo, sino usando una escalera.
Su hermana, Carol, que encontró el cadáver, registró el ordenador de Mark a la búsqueda de pistas que le hicieran comprender por qué había dado un paso semejante. Allí descubrió decenas y decenas de conversaciones con la enfermera. En principio pensó que esta se había suicidado el mismo día que Mark, como había prometido en un macabro y fatídico pacto. Después de comentarle esa posibilidad a Elaine, su madre, ambas acabaron pensando que tal vez Li Dao no hubiera sido otra víctima, sino una despiadada inductora que disfrutó sádicamente al empujar a la muerte a Mark. Elaine avisó inmediatamente de sus pesquisas a la policía de West Midlands, el condado inglés en el que vivía.
Visto que en sus mensajes Li Dao se identificaba como una mujer de Minesota, Elaine escribió también una carta al departamento de policía de la capital del Estado americano, Saint Paul. "Estimado señor, no sé si me podrá ayudar en esto. Mi hijo Mark se suicidó ahorcándose", comenzaba. "Mark había contraído un pacto en Internet. La persona con la que lo hizo, que dijo que estaba en Minesota, dio el nombre de Li y le aseguró que había sido enfermera y que la habían tratado durante 10 años por un trastorno bipolar. Esa persona dijo que suicidaría a la vez que mi hijo. Me preocupa el hecho de que pudiera haberle mentido". La carta le fue devuelta, sin abrir, pasadas unas semanas.
Li Dao, mientras, seguía activa en la Red. A finales de 2006 habló con una joven de 17 años en Sudamérica que, por casualidad, trabó a su vez contacto con una profesora británica jubilada que ahora tiene 65 años. Se trataba de Celia Blay, quien un día abrió su correo electrónico y encontró un mensaje de esa joven: "Me voy a matar, el viernes. Tengo un pacto con otra chica". La chica era, por supuesto, Li Dao. Celia, que ha hablado con EL PAÍS pero ha decidido no ofrecer declaraciones públicas hasta que haya un veredicto en el caso, convenció a su amiga en Sudamérica para que no se suicidara. Luego entró en foros y más foros, siguiendo inagotablemente el rastro de la misteriosa Li Dao. Llegó a identificar a una docena de personas con las que la enfermera había quedado para matarse, desapareciendo siempre tras incitar a la otra persona a la muerte y reapareciendo en un foro distinto poco después. Su patrón era muy similar al de otra enfermera, también veinteañera y estadounidense: Falcon Girl.
Bajo los dos nombres se escondía en ambos casos Melchert-Dinkel.
El enfermero seguía buscando personas con impulsos suicidas y les daba el empujón que necesitaban para acabar matándose.
Mientras, en su vida real, continuaba con su cómoda cotidianidad, trabajando en una pequeña localidad norteamericana, cuidando, junto a su mujer, Joyce, de sus hijas adolescentes Mari y Molly. Una de sus próximas víctimas tenía entonces una edad cercana a la de su prole: 17 años. Nadia Kajouji se disponía a entrar en la universidad de Carleton, en Canadá.
Nada sabía aún de Cami D, una misteriosa enfermera que le iba a incitar a ahorcarse.
Hay que ver que fragilidad manifestamos en diferentes situaciones para que "Alguien " por Internet detecte el ansia de desaparecer, o que limitados podemos estar para que alguien introduzca hacer un deseo realidad: Nuestra Muerte.
No sé que mçetodos emplearía este sujero, creia que lo hacía con enfermos terminales ante el dolor y la desesperación, pero por lo visto no, y como llegaría a la mente de la otra persona para decirle como morir, mientras él, en apariencia se dedicaba a cuidar y ayudar a enfermos en un hosputal. Si que andan locos por la red pero no me imagino un titular que diga "¿Está pensando en matarse? yo tengo lo que usted necesita" es un horror. Pero más horror es ver manifiesta nuestra fragilidad.
MAÑANA: "SI SE TRATA DE AHORCARTE, TE PUEDO AYUDAR". William Melchert-Dinkel ayuda a morir a una joven universitaria de Canadá. Una jubilada británica, detective por accidente, le pisa los talones.
La película 'De dioses y hombres' y Roman Polanski, protagonistas de los César
La noche de los premios del cine galo terminan sin un claro vencedor.- Quentin Tarantino recibe el César de honor .
De dioses y hombres, del realizador Xavier Beauvois, se llevó el premio César del cine francés a la mejor película. Una gala en la que el otro gran protagonista fue el director Roman Polanski, que se hizo con el premio al mejor director por la cinta El escritor. A pesar de estos dos nombres, protagonistas por el peso de los galardones que se han llevado a casa, la ceremonia de los premios del cine francés fue un tanto incierta, ya que no hubo un claro vencedor en la noche del cine galo.
El realizador Quentin Tarantino, con su César de honor.- FRANCE PRESS
La historia de los monjes cistercienses que hacen frente a la violencia desatada en la región de Tibhirine (Argelia) a finales de los años noventa y en pleno apogeo de los yihadistas islámicos se hizo con el premio más importante, pero no logró imponerse más que en tres categorías de las 11 a las que optaba, lo que mitigó mucho su éxito.
Además de a la mejor película, la obra de Beauvois ganó el César a la mejor fotografía y a la mejor interpretación secundaria por el trabajo del veterano Michael Lonsdale, que con casi 80 años ganó su primer premio del cine francés. Pero quizá poco premio para una cinta que ha logrado un gran éxito de crítica y público en Francia, con más de tres millones de espectadores, y tenía el respaldo de haber ganado el Gran Premio del Festival de Cannes.
Polanski se hizo con un premio más, al ganar cuatro de las ocho estatuillas a las que optaba, lo que convirtió a El escritor en la cinta más premiada, aunque sólo el galardón de mejor director figuraba entre los importantes.
Además de esa distinción, la historia de un escritor contratado para narrar la vida de un primer ministro se hizo con los premios de mejor guión adaptado, música y montaje -montaje que terminó mientras se encontraba en arresto domiciliario en su residencia de Suiza por un delito de abuso sexual cometido en 1977-.
Quizá por los malos tiempos ya pasados, el director agradeció el galardón a su mujer y "a todos aquellos que me han apoyado".
Los premios interpretativos se saldaron con dos grandes sorpresas. Sobre todo, en el apartado femenino, donde todas las quinielas daban como favorita a Catherine Deneuve por Pitoche pero el César recayó finalmente en Sara Forestier por Le nom des gens. El segundo César para la actriz, tras el que logró como mejor actriz revelación en 2005 por L'Esquive.
En el apartado masculino tampoco se esperaba el triunfo de Eric Elmosnino, el menos conocido de los candidatos que vio así recompensado su papel de Serge Gainsbourg en la película homónima sobre el artista francés.
La película, dirigida por Joann Sfar, obtuvo tres de los ocho César a los que optaba, además del de Elmosnino, ganó el de mejor primera película (ópera prima) y mejor sonido. Elmosnino, un actor de teatro poco visto en la gran pantalla, se impuso a Lambert Wilson, por De dioses y hombres; al veterano Gérard Depardieu, por Mammuth; a Romain Duris, por L'Arnacoeur, y a Jacques Gamblin por Le nom des gens.
La noche tuvo otro nombre masculino: Quentin Tarantino, que recibió en París el César de honor de manos del productor de Hollywood Harry Weinstein, "mi mecenas y padre cinematográfico", dijo Tarantino. El director de películas como Pulp Fiction, Hill Hill o, más recientemente, Malditos bastardos, prometió que no se le subirá a la cabeza un galardón que, según dijo, "permanecerá profundamente anclado en mi corazón".
La gala también tuvo acento latino. Lo puso el intérprete venezolano Edgar Ramírez, mejor actor revelación por su encarnación del terrorista Carlos en la película homónima de Olivier Assayas.
En la categoría de mejor película extranjera el galardón fue para La red social, una de las películas favoritas en los Oscar del próximo domingo.
El film de David Fincher sobre Facebook dejó atrás a El secreto de sus ojos, del argentino Juan José Campanella; Origen, de Christopher Nolan; Illégal, de Olivier Masset-Depasse; Bright Star, de Jane Campion; Les amours imaginaires, de Xavier Dolan, y Invictus, de Clint Eastwood, que cuenta ya con cuatro César a lo largo de su carrera.
De dioses y hombres, del realizador Xavier Beauvois, se llevó el premio César del cine francés a la mejor película. Una gala en la que el otro gran protagonista fue el director Roman Polanski, que se hizo con el premio al mejor director por la cinta El escritor. A pesar de estos dos nombres, protagonistas por el peso de los galardones que se han llevado a casa, la ceremonia de los premios del cine francés fue un tanto incierta, ya que no hubo un claro vencedor en la noche del cine galo.
El realizador Quentin Tarantino, con su César de honor.- FRANCE PRESS
La historia de los monjes cistercienses que hacen frente a la violencia desatada en la región de Tibhirine (Argelia) a finales de los años noventa y en pleno apogeo de los yihadistas islámicos se hizo con el premio más importante, pero no logró imponerse más que en tres categorías de las 11 a las que optaba, lo que mitigó mucho su éxito.
Además de a la mejor película, la obra de Beauvois ganó el César a la mejor fotografía y a la mejor interpretación secundaria por el trabajo del veterano Michael Lonsdale, que con casi 80 años ganó su primer premio del cine francés. Pero quizá poco premio para una cinta que ha logrado un gran éxito de crítica y público en Francia, con más de tres millones de espectadores, y tenía el respaldo de haber ganado el Gran Premio del Festival de Cannes.
Polanski se hizo con un premio más, al ganar cuatro de las ocho estatuillas a las que optaba, lo que convirtió a El escritor en la cinta más premiada, aunque sólo el galardón de mejor director figuraba entre los importantes.
Además de esa distinción, la historia de un escritor contratado para narrar la vida de un primer ministro se hizo con los premios de mejor guión adaptado, música y montaje -montaje que terminó mientras se encontraba en arresto domiciliario en su residencia de Suiza por un delito de abuso sexual cometido en 1977-.
Quizá por los malos tiempos ya pasados, el director agradeció el galardón a su mujer y "a todos aquellos que me han apoyado".
Los premios interpretativos se saldaron con dos grandes sorpresas. Sobre todo, en el apartado femenino, donde todas las quinielas daban como favorita a Catherine Deneuve por Pitoche pero el César recayó finalmente en Sara Forestier por Le nom des gens. El segundo César para la actriz, tras el que logró como mejor actriz revelación en 2005 por L'Esquive.
En el apartado masculino tampoco se esperaba el triunfo de Eric Elmosnino, el menos conocido de los candidatos que vio así recompensado su papel de Serge Gainsbourg en la película homónima sobre el artista francés.
La película, dirigida por Joann Sfar, obtuvo tres de los ocho César a los que optaba, además del de Elmosnino, ganó el de mejor primera película (ópera prima) y mejor sonido. Elmosnino, un actor de teatro poco visto en la gran pantalla, se impuso a Lambert Wilson, por De dioses y hombres; al veterano Gérard Depardieu, por Mammuth; a Romain Duris, por L'Arnacoeur, y a Jacques Gamblin por Le nom des gens.
La noche tuvo otro nombre masculino: Quentin Tarantino, que recibió en París el César de honor de manos del productor de Hollywood Harry Weinstein, "mi mecenas y padre cinematográfico", dijo Tarantino. El director de películas como Pulp Fiction, Hill Hill o, más recientemente, Malditos bastardos, prometió que no se le subirá a la cabeza un galardón que, según dijo, "permanecerá profundamente anclado en mi corazón".
La gala también tuvo acento latino. Lo puso el intérprete venezolano Edgar Ramírez, mejor actor revelación por su encarnación del terrorista Carlos en la película homónima de Olivier Assayas.
En la categoría de mejor película extranjera el galardón fue para La red social, una de las películas favoritas en los Oscar del próximo domingo.
El film de David Fincher sobre Facebook dejó atrás a El secreto de sus ojos, del argentino Juan José Campanella; Origen, de Christopher Nolan; Illégal, de Olivier Masset-Depasse; Bright Star, de Jane Campion; Les amours imaginaires, de Xavier Dolan, y Invictus, de Clint Eastwood, que cuenta ya con cuatro César a lo largo de su carrera.
Somos nuestra infancia
La memoria se fija en la niñez y nos da identidad: lo primero que se aprende es lo último que se olvida - Según se pierden recuerdos uno se despide de sí mismo .
.Cuando Pasqual Maragall, el expresidente de Cataluña, que sufre alzhéimer, subió al estrado de los Goya a recoger el premio que correspondió al documental Bicicleta, cuchara, manzana sobre su experiencia, probablemente tenía en la mente el poderoso influjo de su infancia, acaso sus recuerdos más felices o sólidos.
Un nuevo lenguaje desde el alzhéimer
El alzhéimer afecta al hipocampo, que almacena los recuerdos
Los medicamentos no impiden la acción del tiempo sobre el cerebro
Su mujer, Diana Garrigosa, vicepresidenta de la fundación que preside su marido, dice que "todo lo que cuenta del colegio, todo lo que se refiere a su madre, a su padre, a su hermano, le da seguridad. La suya fue una infancia muy feliz". De los recuerdos sólidos, los que tiene de cuando se inauguraron los Juegos Olímpicos de 1992, "él, ante una multitud, hablando catalán". Fue siempre una persona positiva, así que almacena "los mejores recuerdos, así fue toda la vida; los malos los aparcó siempre".
Le gustó hacer la película, y verla; "recreó situaciones y sitios, como la casa en la que vivimos en Nueva York". Y cuando agradeció el premio, ante tanto artista, "se sintió cómodo; con gente siempre dice cosas con sentido; lo sintió como una gratificación, y ese cariño es muy positivo para él. Y sí, en este tiempo recibe como postales de la niñez; cuando siente que le quieren recuerda a su madre, a su padre, a su hermano, aquella época. Y del mismo modo siente el cariño a sus nietos, la preocupación por ellos es un síntoma de su cariño por la infancia".
La infancia es la primera memoria, y es la última que se pierde. A la infancia se vuelve, siempre, ahí está la raíz de la memoria; cuando los recuerdos se evaporan, el último bastión es la infancia. Julio Llamazares, el poeta y narrador que escribió Memoria de la nieve y, aún más, La lluvia amarilla, dice: "La memoria es la identidad. En la infancia se determina nuestro ADN".
El poeta alemán Michael Krüger escribió en su libro Previsión del tiempo (NorteySur, traducción de J. L. Reina Palazón) unos versos que resumen la importancia que la infancia tiene en ese ADN del que habla Llamazares: "A veces me escribe la infancia / una tarjeta postal: ¿Te acuerdas?"
La infancia es la caja negra de la memoria. En la ahora famosa película El discurso del Rey, candidata a 12 oscars, el personaje que encarna Colin Firth (Jorge VI) le confiesa detalles de su infancia a Lionel Logue (Geoffrey Rush), su excéntrico logopeda. Y en ese relato sobre las maldades que sufrió de niño descubre Lionel la raíz de la tartamudez de su ilustrísimo cliente.
La memoria, dice el doctor Carlos Belmonte, director del Instituto de Neurociencias de Alicante, almacena "los recuerdos intensos, las amenazas; y cuando esos recuerdos proceden de la infancia son más difíciles de eliminar".
Durante un periodo de tiempo, eso que está en la memoria desde la infancia "puede ser borrado, reforzado o cambiado, pero pervive sobre todo lo que viene de la niñez, que es la memoria más vívida". "Mire, por ejemplo", dice Belmonte, "Ciudadano Kane... Lo único que Kane recuerda es Rosebud, el nombre de su trineo...".
La infancia, en efecto, envía postales. Hay un libro de Llamazares, Escenas de cine mudo, en el que aparecen "muchas de esas postales que la infancia nos envía". "El metabolismo sentimental de las personas lo marca la infancia". Y la memoria que se nutre de ese metabolismo "es un campo de arenas movedizas, como un banco de nubes que dejan pasar la luz o que la niegan".
La memoria, dice Soledad Puértolas, novelista, "nos sitúa en la infancia; en ese recuerdo estás".
Ella recibe postales, por decirlo así, "de compañía y de soledad". Y cuando son de compañía le viene la imagen de su abuela materna.
"Ella es la referencia del cariño incondicional, la metáfora de la persona que nunca te deja". Y la postal de su soledad es el balcón del piso que tenían en Zaragoza. Sería imposible vivir sin olvido, por mucha insistencia que ponga la infancia en enviar postales. "Así que borras aquello que no quieres que haya sucedido". Pero vuelve; es la esencia de la literatura, "que deja volver también los recuerdos indeseados".
La escritora Ángeles Mastretta tiene dos memorias: "Una es diestra, pero caprichosa: elige, abandona y en el caso de la infancia siempre recompensa", dice. "La otra me tilda de idiota, me hace sentir inferior, no me acompaña en los nombres y los hechos diarios".
Pero la memoria no solo tiene su lugar de nacimiento (en la infancia), a partir de los tres años, sino que tiene un sitio. El doctor Jorge Tizón, psiquiatra, psicólogo y neurólogo, autor de varios libros de su especialidad, está de acuerdo con Llamazares: hay muchas memorias (la psicológica, la neurológica, la endocrina, la inmunitaria...), todas nos permiten reacciones (el amor, el odio...), pero la que más nos importa, la que el común de los mortales llama simplemente memoria, "es la que nos proporciona identidad".
Hay maneras de agredir a esta memoria, hay formas de traumatizarla con sufrimientos y otras alteraciones. Cuando esto se produce en la infancia, cuando más postales estamos percibiendo para enfrentarnos luego a la vida, "se producen estragos que duran en forma de alergias y otros inconvenientes". Entre estas alteraciones está, por ejemplo, la afección que ahora resulta tan famosa que parece de ficción: la tartamudez del rey Jorge VI.
Todo lo que recordamos más nítidamente nace a los tres años, y ese almacenamiento más puro dura hasta la adolescencia.
Luego, la memoria empieza a ser quebradiza; a los 40 años tenemos charcos, a los cincuenta ya hay lagunas, y la memoria empieza a causar malas pasadas cuando superamos los sesenta. Y hay un momento, dice el doctor Tizón, en que se deshace la memoria; por ejemplo, a causa del alzhéimer. "No solo se deshacen los recuerdos; se deshace la identidad... Las experiencias están ahí, en el hipocampo, donde se almacenan". En esa "unidad central de procesamiento" están. El alzhéimer los aleja. La infancia los hace durar.
Estamos programados genéticamente, dice el doctor Tizón; el sistema nervioso va diciendo cuánta memoria nos queda, y nada detiene ese proceso cuya intensidad marca la infancia. Los medicamentos no impiden la acción del tiempo sobre el hipocampo. Ahí se concentra el temor que animaba esta frase de Henry James que recuerda Tizón: "La mayor fuente de terror en la infancia es la soledad". Y la felicidad es lo que hace sólido el recuerdo que más cuesta perder. Esas postales de las que habla Krüger y en las que insiste, por ejemplo, la memoria de Maragall.
Andrés Trapiello, que narra su vida en diarios, considera que fijar lo que sucede "sirve para reconstruir la memoria, pues si esta actúa te ha de hallar recordando". La memoria es "un movimiento continuo"; "hay un libro mío, El arca de las palabras, que nace de mi recuerdo de cómo aprendí el significado de una serie de palabras que descubrí en mi infancia. Ahí relaciono los recuerdos con las primeras palabras, y por tanto con la infancia". La infancia "es intensiva (la edad adulta es extensiva). Nos obliga a sumergirnos, a ahondar (la memoria involuntaria de Proust). La edad adulta discurre, se extiende. La infancia es un territorio ilimitado, insondable; la edad adulta tiene límites".
Trapiello recuerda lo que decía Wordsworth: "El niño es el padre del hombre". Y José Saramago (uno de cuyos últimos libros fue Las pequeñas memorias) decía que uno va con el niño que fue. Un ejemplo literario de que esto es así es toda la obra de Juan Marsé, y sobre todo el libro que el premio Cervantes acaba de presentar ahora, Cartografía de los sueños.
Esta novela es como una recolección de "postales" recibidas de la infancia.
Y le pregunté a Marsé qué "postales", siguiendo lo que dice Krüger, son esas que recibe más a menudo. "Las postales están en la novela... Recuerdo esas correrías por los campos del Penedés, hacia las albercas. Corríamos con los chavales del pueblo, robábamos frutas. Iba con mi abuela a buscar hierba para los conejos.
Para mí esa es la imagen de la felicidad".
Y eran tiempos duros, se ve en Cartografía de los sueños. Pero incluso en esos tiempos de la posguerra, Marsé recuerda ese fulgor feliz "de los chicos contando aventis porque no teníamos ni juguetes ni pelotas para jugar al fútbol.
Lo siento así, como el paraíso perdido.
Ya sé que era una época atroz, pero esa es la sensación que me ha dejado, la de un paraíso perdido. Y convivo con esas postales como una colección que llevara en la cartera".
Jorge Semprún, el autor de La escritura o la vida, también recuerda un tiempo atroz, que aparece en ese libro, y que le lleva también a la Guerra Civil, cuando tenía 13 años y veraneaban en Lekeitio hasta que fue precisa la diáspora... Esas postales marcarían su vida... "Pero afirmaron mi identidad; la infancia es mi identidad. Sin memoria, después de haber usado tantas identidades falsas, yo no hubiera sido nada, y esa memoria es la de la infancia.
La memoria corrige la esquizofrenia del exilio, de los nombres falsos, de mi propio ser bilingüe. Me aferro a la memoria para decir: 'Yo soy aquel niño de Santander que veía a su padre recitar versos ante la bahía".
Cristina Fernández Cubas, la escritora de Cosas que ya no existen, nació en Arenys de Mar. Allí reside su memoria, "que antes que nada fue de sueños, que nos contábamos en casa a la hora de comer".
Luego de los sueños vino la escritura, "como un juego con el que vencía los largos inviernos de Arenys... Y esa niña sigue estando en mí, porque uno no deja de ser jamás la personita que fue".
de la Memoria en la Universidad Autónoma de Madrid, cree que, para los creadores, y para todo el mundo, "la memoria es como un cesto de cerezas; nos esforzamos un poco, y ahí está la memoria enviándonos postales, casi siempre de la infancia". ¿Y por qué de la infancia? "Porque a esa edad estamos abiertos a todo tipo de estímulos; somos esponjas, inmaduros, y guardaremos esas memorias hasta que nos muramos".
Además, dice Ruiz Vargas, "a partir de los 35 años ya recordamos mucho más nítidamente todo lo que nos ocurrió hasta los quince. Ahí hay una avalancha de recuerdos que son los que, por decirlo con esa metáfora, nos vienen en las postales...".
Ruiz Vargas recuerda una frase de Henry Roth (Llámalo sueño): "La vida es una secuela de la infancia". De otra manera, lo que decía Michael Krüger: "A veces me escribe la infancia / una tarjeta postal: ¿Te acuerdas?" Como las postales que reciben Maragall y tantos, padezcan alzhéimer o no, que viven la memoria gracias a aquel periodo en el que empiezan los recuerdos, y también los recuerdos felices.
Un nuevo lenguaje desde el alzhéimer
Da escalofrío escuchar la evidencia de Albert Solé, de 48 años, cuyo padre, el político Jordi Solé Tura, padeció alzhéimer.
El hijo retrató ese episodio en Bucarest, su documental.
De ahí viene su conocimiento de causa. "Lo último que olvidas es lo primero que aprendes". Es un viaje hacia la infancia, sus gestos. Al final del amargo proceso de olvidar, Jordi "se inventó un lenguaje propio: besitos, gestos de cariño, y nosotros interpretamos también así nuestra relación afectiva con él". En esa reconstrucción "se produjeron postales muy contradictorias". "La mía fue una infancia muy atípica, pero merced a esta experiencia se produjo en mí una reconciliación con los paraísos perdidos de la infancia.
Pues al fin y al cabo en aquel exilio sentí que había vivido en una atmósfera de seguridad". Y Bucarest sirvió "para sacar todas las cosas de los armarios e ir ordenando los recuerdos... Fue un viaje alucinante al fondo de mi propia memoria".
Le pregunté al historiador José Álvarez Junco, que pasó su infancia en un pueblo de Zamora.
Como él ha trabajado en la memoria de este país, y recientemente reconstruyó su pasado en contacto con los dramas de la posguerra, nos contó una experiencia que es ahora como una postal dramática.
"Había una mujer, Remedios, que vestía siempre de negro y que lavaba en casa la ropa, con las manos ateridas. Un día se casó, por poder, con un hombre que vivía en Francia. Yo tendría siete u ocho años, y un día me previno: '¿Ves los falangistas?
No creas que son tan buenos. ¿Sabes cómo humillan a las chicas del pueblo, qué hacen con ellas?'. Me lo dijo, y esa fue la primera noticia que tuve de la guerra. Una postal tremenda".
.Cuando Pasqual Maragall, el expresidente de Cataluña, que sufre alzhéimer, subió al estrado de los Goya a recoger el premio que correspondió al documental Bicicleta, cuchara, manzana sobre su experiencia, probablemente tenía en la mente el poderoso influjo de su infancia, acaso sus recuerdos más felices o sólidos.
Un nuevo lenguaje desde el alzhéimer
El alzhéimer afecta al hipocampo, que almacena los recuerdos
Los medicamentos no impiden la acción del tiempo sobre el cerebro
Su mujer, Diana Garrigosa, vicepresidenta de la fundación que preside su marido, dice que "todo lo que cuenta del colegio, todo lo que se refiere a su madre, a su padre, a su hermano, le da seguridad. La suya fue una infancia muy feliz". De los recuerdos sólidos, los que tiene de cuando se inauguraron los Juegos Olímpicos de 1992, "él, ante una multitud, hablando catalán". Fue siempre una persona positiva, así que almacena "los mejores recuerdos, así fue toda la vida; los malos los aparcó siempre".
Le gustó hacer la película, y verla; "recreó situaciones y sitios, como la casa en la que vivimos en Nueva York". Y cuando agradeció el premio, ante tanto artista, "se sintió cómodo; con gente siempre dice cosas con sentido; lo sintió como una gratificación, y ese cariño es muy positivo para él. Y sí, en este tiempo recibe como postales de la niñez; cuando siente que le quieren recuerda a su madre, a su padre, a su hermano, aquella época. Y del mismo modo siente el cariño a sus nietos, la preocupación por ellos es un síntoma de su cariño por la infancia".
La infancia es la primera memoria, y es la última que se pierde. A la infancia se vuelve, siempre, ahí está la raíz de la memoria; cuando los recuerdos se evaporan, el último bastión es la infancia. Julio Llamazares, el poeta y narrador que escribió Memoria de la nieve y, aún más, La lluvia amarilla, dice: "La memoria es la identidad. En la infancia se determina nuestro ADN".
El poeta alemán Michael Krüger escribió en su libro Previsión del tiempo (NorteySur, traducción de J. L. Reina Palazón) unos versos que resumen la importancia que la infancia tiene en ese ADN del que habla Llamazares: "A veces me escribe la infancia / una tarjeta postal: ¿Te acuerdas?"
La infancia es la caja negra de la memoria. En la ahora famosa película El discurso del Rey, candidata a 12 oscars, el personaje que encarna Colin Firth (Jorge VI) le confiesa detalles de su infancia a Lionel Logue (Geoffrey Rush), su excéntrico logopeda. Y en ese relato sobre las maldades que sufrió de niño descubre Lionel la raíz de la tartamudez de su ilustrísimo cliente.
La memoria, dice el doctor Carlos Belmonte, director del Instituto de Neurociencias de Alicante, almacena "los recuerdos intensos, las amenazas; y cuando esos recuerdos proceden de la infancia son más difíciles de eliminar".
Durante un periodo de tiempo, eso que está en la memoria desde la infancia "puede ser borrado, reforzado o cambiado, pero pervive sobre todo lo que viene de la niñez, que es la memoria más vívida". "Mire, por ejemplo", dice Belmonte, "Ciudadano Kane... Lo único que Kane recuerda es Rosebud, el nombre de su trineo...".
La infancia, en efecto, envía postales. Hay un libro de Llamazares, Escenas de cine mudo, en el que aparecen "muchas de esas postales que la infancia nos envía". "El metabolismo sentimental de las personas lo marca la infancia". Y la memoria que se nutre de ese metabolismo "es un campo de arenas movedizas, como un banco de nubes que dejan pasar la luz o que la niegan".
La memoria, dice Soledad Puértolas, novelista, "nos sitúa en la infancia; en ese recuerdo estás".
Ella recibe postales, por decirlo así, "de compañía y de soledad". Y cuando son de compañía le viene la imagen de su abuela materna.
"Ella es la referencia del cariño incondicional, la metáfora de la persona que nunca te deja". Y la postal de su soledad es el balcón del piso que tenían en Zaragoza. Sería imposible vivir sin olvido, por mucha insistencia que ponga la infancia en enviar postales. "Así que borras aquello que no quieres que haya sucedido". Pero vuelve; es la esencia de la literatura, "que deja volver también los recuerdos indeseados".
La escritora Ángeles Mastretta tiene dos memorias: "Una es diestra, pero caprichosa: elige, abandona y en el caso de la infancia siempre recompensa", dice. "La otra me tilda de idiota, me hace sentir inferior, no me acompaña en los nombres y los hechos diarios".
Pero la memoria no solo tiene su lugar de nacimiento (en la infancia), a partir de los tres años, sino que tiene un sitio. El doctor Jorge Tizón, psiquiatra, psicólogo y neurólogo, autor de varios libros de su especialidad, está de acuerdo con Llamazares: hay muchas memorias (la psicológica, la neurológica, la endocrina, la inmunitaria...), todas nos permiten reacciones (el amor, el odio...), pero la que más nos importa, la que el común de los mortales llama simplemente memoria, "es la que nos proporciona identidad".
Hay maneras de agredir a esta memoria, hay formas de traumatizarla con sufrimientos y otras alteraciones. Cuando esto se produce en la infancia, cuando más postales estamos percibiendo para enfrentarnos luego a la vida, "se producen estragos que duran en forma de alergias y otros inconvenientes". Entre estas alteraciones está, por ejemplo, la afección que ahora resulta tan famosa que parece de ficción: la tartamudez del rey Jorge VI.
Todo lo que recordamos más nítidamente nace a los tres años, y ese almacenamiento más puro dura hasta la adolescencia.
Luego, la memoria empieza a ser quebradiza; a los 40 años tenemos charcos, a los cincuenta ya hay lagunas, y la memoria empieza a causar malas pasadas cuando superamos los sesenta. Y hay un momento, dice el doctor Tizón, en que se deshace la memoria; por ejemplo, a causa del alzhéimer. "No solo se deshacen los recuerdos; se deshace la identidad... Las experiencias están ahí, en el hipocampo, donde se almacenan". En esa "unidad central de procesamiento" están. El alzhéimer los aleja. La infancia los hace durar.
Estamos programados genéticamente, dice el doctor Tizón; el sistema nervioso va diciendo cuánta memoria nos queda, y nada detiene ese proceso cuya intensidad marca la infancia. Los medicamentos no impiden la acción del tiempo sobre el hipocampo. Ahí se concentra el temor que animaba esta frase de Henry James que recuerda Tizón: "La mayor fuente de terror en la infancia es la soledad". Y la felicidad es lo que hace sólido el recuerdo que más cuesta perder. Esas postales de las que habla Krüger y en las que insiste, por ejemplo, la memoria de Maragall.
Andrés Trapiello, que narra su vida en diarios, considera que fijar lo que sucede "sirve para reconstruir la memoria, pues si esta actúa te ha de hallar recordando". La memoria es "un movimiento continuo"; "hay un libro mío, El arca de las palabras, que nace de mi recuerdo de cómo aprendí el significado de una serie de palabras que descubrí en mi infancia. Ahí relaciono los recuerdos con las primeras palabras, y por tanto con la infancia". La infancia "es intensiva (la edad adulta es extensiva). Nos obliga a sumergirnos, a ahondar (la memoria involuntaria de Proust). La edad adulta discurre, se extiende. La infancia es un territorio ilimitado, insondable; la edad adulta tiene límites".
Trapiello recuerda lo que decía Wordsworth: "El niño es el padre del hombre". Y José Saramago (uno de cuyos últimos libros fue Las pequeñas memorias) decía que uno va con el niño que fue. Un ejemplo literario de que esto es así es toda la obra de Juan Marsé, y sobre todo el libro que el premio Cervantes acaba de presentar ahora, Cartografía de los sueños.
Esta novela es como una recolección de "postales" recibidas de la infancia.
Y le pregunté a Marsé qué "postales", siguiendo lo que dice Krüger, son esas que recibe más a menudo. "Las postales están en la novela... Recuerdo esas correrías por los campos del Penedés, hacia las albercas. Corríamos con los chavales del pueblo, robábamos frutas. Iba con mi abuela a buscar hierba para los conejos.
Para mí esa es la imagen de la felicidad".
Y eran tiempos duros, se ve en Cartografía de los sueños. Pero incluso en esos tiempos de la posguerra, Marsé recuerda ese fulgor feliz "de los chicos contando aventis porque no teníamos ni juguetes ni pelotas para jugar al fútbol.
Lo siento así, como el paraíso perdido.
Ya sé que era una época atroz, pero esa es la sensación que me ha dejado, la de un paraíso perdido. Y convivo con esas postales como una colección que llevara en la cartera".
Jorge Semprún, el autor de La escritura o la vida, también recuerda un tiempo atroz, que aparece en ese libro, y que le lleva también a la Guerra Civil, cuando tenía 13 años y veraneaban en Lekeitio hasta que fue precisa la diáspora... Esas postales marcarían su vida... "Pero afirmaron mi identidad; la infancia es mi identidad. Sin memoria, después de haber usado tantas identidades falsas, yo no hubiera sido nada, y esa memoria es la de la infancia.
La memoria corrige la esquizofrenia del exilio, de los nombres falsos, de mi propio ser bilingüe. Me aferro a la memoria para decir: 'Yo soy aquel niño de Santander que veía a su padre recitar versos ante la bahía".
Cristina Fernández Cubas, la escritora de Cosas que ya no existen, nació en Arenys de Mar. Allí reside su memoria, "que antes que nada fue de sueños, que nos contábamos en casa a la hora de comer".
Luego de los sueños vino la escritura, "como un juego con el que vencía los largos inviernos de Arenys... Y esa niña sigue estando en mí, porque uno no deja de ser jamás la personita que fue".
de la Memoria en la Universidad Autónoma de Madrid, cree que, para los creadores, y para todo el mundo, "la memoria es como un cesto de cerezas; nos esforzamos un poco, y ahí está la memoria enviándonos postales, casi siempre de la infancia". ¿Y por qué de la infancia? "Porque a esa edad estamos abiertos a todo tipo de estímulos; somos esponjas, inmaduros, y guardaremos esas memorias hasta que nos muramos".
Además, dice Ruiz Vargas, "a partir de los 35 años ya recordamos mucho más nítidamente todo lo que nos ocurrió hasta los quince. Ahí hay una avalancha de recuerdos que son los que, por decirlo con esa metáfora, nos vienen en las postales...".
Ruiz Vargas recuerda una frase de Henry Roth (Llámalo sueño): "La vida es una secuela de la infancia". De otra manera, lo que decía Michael Krüger: "A veces me escribe la infancia / una tarjeta postal: ¿Te acuerdas?" Como las postales que reciben Maragall y tantos, padezcan alzhéimer o no, que viven la memoria gracias a aquel periodo en el que empiezan los recuerdos, y también los recuerdos felices.
Un nuevo lenguaje desde el alzhéimer
Da escalofrío escuchar la evidencia de Albert Solé, de 48 años, cuyo padre, el político Jordi Solé Tura, padeció alzhéimer.
El hijo retrató ese episodio en Bucarest, su documental.
De ahí viene su conocimiento de causa. "Lo último que olvidas es lo primero que aprendes". Es un viaje hacia la infancia, sus gestos. Al final del amargo proceso de olvidar, Jordi "se inventó un lenguaje propio: besitos, gestos de cariño, y nosotros interpretamos también así nuestra relación afectiva con él". En esa reconstrucción "se produjeron postales muy contradictorias". "La mía fue una infancia muy atípica, pero merced a esta experiencia se produjo en mí una reconciliación con los paraísos perdidos de la infancia.
Pues al fin y al cabo en aquel exilio sentí que había vivido en una atmósfera de seguridad". Y Bucarest sirvió "para sacar todas las cosas de los armarios e ir ordenando los recuerdos... Fue un viaje alucinante al fondo de mi propia memoria".
Le pregunté al historiador José Álvarez Junco, que pasó su infancia en un pueblo de Zamora.
Como él ha trabajado en la memoria de este país, y recientemente reconstruyó su pasado en contacto con los dramas de la posguerra, nos contó una experiencia que es ahora como una postal dramática.
"Había una mujer, Remedios, que vestía siempre de negro y que lavaba en casa la ropa, con las manos ateridas. Un día se casó, por poder, con un hombre que vivía en Francia. Yo tendría siete u ocho años, y un día me previno: '¿Ves los falangistas?
No creas que son tan buenos. ¿Sabes cómo humillan a las chicas del pueblo, qué hacen con ellas?'. Me lo dijo, y esa fue la primera noticia que tuve de la guerra. Una postal tremenda".
25 feb 2011
¿Qué haces para divertirte?
-Ohhh, lo usual…jugar a los bolos, conducir por ahí y el ocasional flashback del ácido.
Esa es la respuesta que daría un vago y jugador de bolos desempleado de Los Ángeles, que se hiciera llamar "The Dude". Como Jeffrey Lebowski. El gran Lebowski de la película cómica de 1998 escrita y dirigida por los hermanos Coen e interpretada por Jeff Bridges.
La inteligencia es solo una, indica un estudio en niños y adolescentes
Medidas del grosor de la corteza cerebral refutan la tesis de Howard Gardner y Daniel Goleman .
¿Es la inteligencia una o existen varias inteligencias, y cuál es su base biológica?
Las técnicas de neuroimagen, que permiten a los científicos explorar inocuamente el cerebro de personas vivas, están encontrando respuestas a preguntas como esta, que tienen una clara repercusión social .
La definición de inteligencia
Ya se había encontrado una relación entre el grosor de la corteza cerebral y la medida de la inteligencia general y ahora un nuevo estudio, en niños y adolescentes, se ha centrado en ver si este parámetro se relaciona también con el rendimiento cerebral en aspectos específicos.
La respuesta es que no parece que exista una colección de capacidades separadas, sino que una poderosa capacidad general (llamada g) condiciona el rendimiento en las variadas situaciones que requieren el uso de la inteligencia.
Sin embargo, "gurús mediáticos como Howard Gardner, Robert Sternberg o Daniel Goleman han logrado convencer a bastantes ciudadanos de lo contrario", dice Roberto Colom, catedrático de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha participado, junto con otros investigadores de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, en un estudio que se publicará en la revista NeuroImage.
Autores como Gardner, recuerda Colom, han mantenido que no existe nada parecido a una capacidad intelectual general sino que, por el contrario, algunas personas destacan en el manejo del lenguaje, mientras que otras destacan con los números o en actividades que requieren procesamiento viso-espacial.
Alguien podría ser perfectamente torpe con el lenguaje y excepcional con los números, según ellos.
El estudio analizó cómo las diferencias de grosor cortical de más de 200 participantes (niños entre 6 y 18 años) se relacionaban con su rendimiento intelectual en una variada serie de pruebas de naturaleza verbal, viso-espacial y numérica.
Se obtuvo una puntuación para cada una de esas clases de tareas, pero también un índice de capacidad general (g) para cada participante.
La conclusión, sorprendente, fue que cuando se consideran las puntuaciones verbales, viso-espaciales o numéricas anulando la influencia de g las relaciones con el grosor cortical desaparecen.
"Lo que queda cuando se descuenta la capacidad general (g) es ruido sin valor para el cerebro" concluye Colom. "Si alguien es muy bueno con el lenguaje es mucho más probable que improbable que también lo sea con los números y en el procesamiento viso-espacial", añade.
"El hecho de que se usen pruebas verbales, numéricas o viso-espaciales no es realmente importante para comprender las relaciones de nuestra inteligencia con la biología, sino el hecho de que capturen esa capacidad general o g con mayor o menor intensidad".
Estos resultados no deben verse como contradictorios respecto a las pruebas existentes de la especialización funcional de las regiones de la corteza cerebral, advierten los autores del estudio, cuyo primer autor es Sherif Karama, de la Universidad McGill (Canadá). Solo se refieren al grosor de la corteza, que se cree refleja la densidad y la distribución de las neuronas y otras células y fibras del sistema nervioso.
¿Es la inteligencia una o existen varias inteligencias, y cuál es su base biológica?
Las técnicas de neuroimagen, que permiten a los científicos explorar inocuamente el cerebro de personas vivas, están encontrando respuestas a preguntas como esta, que tienen una clara repercusión social .
La definición de inteligencia
Ya se había encontrado una relación entre el grosor de la corteza cerebral y la medida de la inteligencia general y ahora un nuevo estudio, en niños y adolescentes, se ha centrado en ver si este parámetro se relaciona también con el rendimiento cerebral en aspectos específicos.
La respuesta es que no parece que exista una colección de capacidades separadas, sino que una poderosa capacidad general (llamada g) condiciona el rendimiento en las variadas situaciones que requieren el uso de la inteligencia.
Sin embargo, "gurús mediáticos como Howard Gardner, Robert Sternberg o Daniel Goleman han logrado convencer a bastantes ciudadanos de lo contrario", dice Roberto Colom, catedrático de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha participado, junto con otros investigadores de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, en un estudio que se publicará en la revista NeuroImage.
Autores como Gardner, recuerda Colom, han mantenido que no existe nada parecido a una capacidad intelectual general sino que, por el contrario, algunas personas destacan en el manejo del lenguaje, mientras que otras destacan con los números o en actividades que requieren procesamiento viso-espacial.
Alguien podría ser perfectamente torpe con el lenguaje y excepcional con los números, según ellos.
El estudio analizó cómo las diferencias de grosor cortical de más de 200 participantes (niños entre 6 y 18 años) se relacionaban con su rendimiento intelectual en una variada serie de pruebas de naturaleza verbal, viso-espacial y numérica.
Se obtuvo una puntuación para cada una de esas clases de tareas, pero también un índice de capacidad general (g) para cada participante.
La conclusión, sorprendente, fue que cuando se consideran las puntuaciones verbales, viso-espaciales o numéricas anulando la influencia de g las relaciones con el grosor cortical desaparecen.
"Lo que queda cuando se descuenta la capacidad general (g) es ruido sin valor para el cerebro" concluye Colom. "Si alguien es muy bueno con el lenguaje es mucho más probable que improbable que también lo sea con los números y en el procesamiento viso-espacial", añade.
"El hecho de que se usen pruebas verbales, numéricas o viso-espaciales no es realmente importante para comprender las relaciones de nuestra inteligencia con la biología, sino el hecho de que capturen esa capacidad general o g con mayor o menor intensidad".
Estos resultados no deben verse como contradictorios respecto a las pruebas existentes de la especialización funcional de las regiones de la corteza cerebral, advierten los autores del estudio, cuyo primer autor es Sherif Karama, de la Universidad McGill (Canadá). Solo se refieren al grosor de la corteza, que se cree refleja la densidad y la distribución de las neuronas y otras células y fibras del sistema nervioso.
Dior suspende a Galliano tras su arresto en París
El diseñador, que está acusado de asalto y declaraciones antisemitas, pasó unas horas bajo custodia policial .
El diseñador británico John Galliano fue arrestado anoche a las 21.00, acusado de asalto e insultos antisemitas y racistas tras discutir con una pareja en una terraza en el barrio parisino de Le Marais, cerca del domicilio francés del modisto.
Christian Dior ha anunciado esta tarde la "suspensión de funciones" del diseñador hasta que se resuelva la causa. "Dior afirma con la mayor convicción su política de tolerancia cero hacia cualquier palabra o comportamiento antisemita", señala el presidente de la compañía, Sidney Toledano.
No se saben aún muchos detalles del incidente, ni por qué empezó la disputa ni si Galliano conocía antes a la pareja en cuestión.
Tras la discusión, el diseñador fue arrestado y conducido a una comisaría próxima.
Allí se le hizo la prueba de alcoholemia y dio un resultado positivo: Galliano presentaba 1,01 miligramos de alcohol en la sangre.
Después fue trasladado a un hospital para comprobar su estado de salud y, posteriormente, puesto en libertad con cargos y acompañado a su casa, según explicaron fuentes policiales a la agencia francesa France Presse.
Galliano, que vive en París desde 1993, es el responsable de la división femenina de la casa Dior desde 1996.
El diseñador se encontraba inmerso en la preparación de su próxima colección, la de otoño/invierno 2011, cuya presentación estaba prevista para el 4 de marzo, durante la semana de la moda de París.
Además, diseña para su propia marca, que al igual que Dior es propiedad del principal grupo de lujo del mundo, Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). No hay información todavía sobre los planes que el conglomerado empresarial de Bernard Arnault tiene para esta compañía.
El modisto, nacido en Gibraltar hace 50 años, hijo de un fontanero británico y de una madre española, ocupó ayer titulares por un motivo más festivo.
La modelo británica Kate Moss, a la que Galliano subió por primera vez a un pasarela cuando era una adolescente, reveló que él será el autor de su vestido de novia.
A pesar de los barrocos, excéntricos y extravagantes atuendos con los que acostumbra a cerrar todos sus desfiles, Galliano mantiene un perfil público bastante discreto.
No es frecuente que aparezca en eventos sociales más allá de los que se le exigen como responsable de Dior.
El diseñador británico John Galliano fue arrestado anoche a las 21.00, acusado de asalto e insultos antisemitas y racistas tras discutir con una pareja en una terraza en el barrio parisino de Le Marais, cerca del domicilio francés del modisto.
Christian Dior ha anunciado esta tarde la "suspensión de funciones" del diseñador hasta que se resuelva la causa. "Dior afirma con la mayor convicción su política de tolerancia cero hacia cualquier palabra o comportamiento antisemita", señala el presidente de la compañía, Sidney Toledano.
No se saben aún muchos detalles del incidente, ni por qué empezó la disputa ni si Galliano conocía antes a la pareja en cuestión.
Tras la discusión, el diseñador fue arrestado y conducido a una comisaría próxima.
Allí se le hizo la prueba de alcoholemia y dio un resultado positivo: Galliano presentaba 1,01 miligramos de alcohol en la sangre.
Después fue trasladado a un hospital para comprobar su estado de salud y, posteriormente, puesto en libertad con cargos y acompañado a su casa, según explicaron fuentes policiales a la agencia francesa France Presse.
Galliano, que vive en París desde 1993, es el responsable de la división femenina de la casa Dior desde 1996.
El diseñador se encontraba inmerso en la preparación de su próxima colección, la de otoño/invierno 2011, cuya presentación estaba prevista para el 4 de marzo, durante la semana de la moda de París.
Además, diseña para su propia marca, que al igual que Dior es propiedad del principal grupo de lujo del mundo, Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). No hay información todavía sobre los planes que el conglomerado empresarial de Bernard Arnault tiene para esta compañía.
El modisto, nacido en Gibraltar hace 50 años, hijo de un fontanero británico y de una madre española, ocupó ayer titulares por un motivo más festivo.
La modelo británica Kate Moss, a la que Galliano subió por primera vez a un pasarela cuando era una adolescente, reveló que él será el autor de su vestido de novia.
A pesar de los barrocos, excéntricos y extravagantes atuendos con los que acostumbra a cerrar todos sus desfiles, Galliano mantiene un perfil público bastante discreto.
No es frecuente que aparezca en eventos sociales más allá de los que se le exigen como responsable de Dior.
La poesía del cuerpo bailarín
Una exposición fotográfica de Marcos Pergón en una antigua iglesia de Toledo recoge un canto al cuerpo y a la danza lleno de lirismo, poesía y depurada técnica.
El fotógrafo murciano radicado en Madrid Marcos Pergón hace su primer acercamiento al universo de la danza a través de la plástica de los cuerpos desnudos de los bailarines. Tras un concienzudo trabajo y de tratar las fotografías con el cuidado compositivo como si se tratara de pinturas, Pergón estructuró cientos de instantáneas la manera de ensayos hasta dar con las definitivas, tras sesiones fotográficas agotadoras que han contando con la colaboración desinteresada de un grupo de excelentes bailarines de distintas disciplinas, y por ende, con distintos desarrollos físicos, musculares y lineales.
Para el fotógrafo, cada modelo-bailarín o bailarina debían de aparecer en poses características de los estilos en los que desarrollaban su ámbito profesional, en un retrato desnudo estéticamente controlado, con la precisión conceptual de que las obras debían, además, hablar de la danza que hacían esos cuerpos, el tipo de movimiento capaz de convertir en arte unas secuencias en el espacio.
El cuerpo del bailarín destaca sobre el fondo negro- Marcos Pergón
El resultado es sobrecogedoramente poderoso, impactante y de una gran carga escultórica.
Las fotografías están expuestas en un sitio privilegiado, el Círculo de Arte de Toledo, una antigua iglesia que, paradojas de la historia y del destino, estuvo ligada a la Inquisición. Es como si la austeridad solemne de esos muros se rindiera ante la belleza de la danza y los intérpretes que han pasado por su estudio, desde japoneses a cubanos, norteamericanos o españoles.
Colocadas las piezas de gran formato con un sentido sinfónico o corográfico, con una preponderancia de los fondos negros o brumosos de los que emergen los cuerpos en movimiento, el recorrido se vuelve música y roza el aire.
Y es que parte del esfuerzo de estas imágenes está en la honestidad de las tomas, realizadas mientras los bailarines creaban las poses a partir de su experiencia dancística y del poso coréutico propio, su instinto en el espacio.
También no es ocioso hablar de poesía del movimiento, en cuanto hay un fuerte componente apolíneo, algo que está también en el ideario del ballet como tal, el su decálogo estético más elevado.
La mayoría de las imágenes son en blanco y negro, y resaltan desde una aparente convención gráfica para convertirse en destellos de volumen muy relacionados a veces con la pintura tenebrista y el arte clásico.
Sculpture Human. Fotografías de Marcos Pergón. Círculo de Arte de Toledo. Plaza de San Vicente, 2. Toledo.
Hasta el 28 de febrero. www.circuloartetoledo.orgy www.marcospergon.com
El fotógrafo murciano radicado en Madrid Marcos Pergón hace su primer acercamiento al universo de la danza a través de la plástica de los cuerpos desnudos de los bailarines. Tras un concienzudo trabajo y de tratar las fotografías con el cuidado compositivo como si se tratara de pinturas, Pergón estructuró cientos de instantáneas la manera de ensayos hasta dar con las definitivas, tras sesiones fotográficas agotadoras que han contando con la colaboración desinteresada de un grupo de excelentes bailarines de distintas disciplinas, y por ende, con distintos desarrollos físicos, musculares y lineales.
Para el fotógrafo, cada modelo-bailarín o bailarina debían de aparecer en poses características de los estilos en los que desarrollaban su ámbito profesional, en un retrato desnudo estéticamente controlado, con la precisión conceptual de que las obras debían, además, hablar de la danza que hacían esos cuerpos, el tipo de movimiento capaz de convertir en arte unas secuencias en el espacio.
El cuerpo del bailarín destaca sobre el fondo negro- Marcos Pergón
El resultado es sobrecogedoramente poderoso, impactante y de una gran carga escultórica.
Las fotografías están expuestas en un sitio privilegiado, el Círculo de Arte de Toledo, una antigua iglesia que, paradojas de la historia y del destino, estuvo ligada a la Inquisición. Es como si la austeridad solemne de esos muros se rindiera ante la belleza de la danza y los intérpretes que han pasado por su estudio, desde japoneses a cubanos, norteamericanos o españoles.
Colocadas las piezas de gran formato con un sentido sinfónico o corográfico, con una preponderancia de los fondos negros o brumosos de los que emergen los cuerpos en movimiento, el recorrido se vuelve música y roza el aire.
Y es que parte del esfuerzo de estas imágenes está en la honestidad de las tomas, realizadas mientras los bailarines creaban las poses a partir de su experiencia dancística y del poso coréutico propio, su instinto en el espacio.
También no es ocioso hablar de poesía del movimiento, en cuanto hay un fuerte componente apolíneo, algo que está también en el ideario del ballet como tal, el su decálogo estético más elevado.
La mayoría de las imágenes son en blanco y negro, y resaltan desde una aparente convención gráfica para convertirse en destellos de volumen muy relacionados a veces con la pintura tenebrista y el arte clásico.
Sculpture Human. Fotografías de Marcos Pergón. Círculo de Arte de Toledo. Plaza de San Vicente, 2. Toledo.
Hasta el 28 de febrero. www.circuloartetoledo.orgy www.marcospergon.com
24 feb 2011
"De joven me bebí hasta los floreros"
George Clooney asegura que su pasado no le permite iniciar una carrera política .
George Clooney ha reconocido que vivió unos años locos en su juventud en los que vivió la vida al máximo y que su pasado le supondría ahora una traba para hacer carrera política.
"No viví mi vida de la manera adecuada para hacer política.
Me acosté con demasiadas chicas y consumí demasiadas drogas, esa es la verdad", ha declarado el actor en una entrevista con Newsweek.
Aunque sabe que a otra gente sí le importa el pasado de los políticos, él tiene claro que si los candidatos lo aclaran desde un principio, quizá pudieran tener una oportunidad.
"Tan sólo que empiecen diciendo: 'Hice todo eso. Ahora hablemos de los problemas'", ha aclarado, a la vez que presentaba entre bromas su hipotética candidatura: "Ese va a ser mi eslogan de campaña: 'Me bebí hasta el agua de los floreros'".
Lo cierto es que Clooney sí está interesado en política y apoya públicamente al Partido Demócrata de Estados Unidos, pero prefiere dirigir sus acciones por otra vía que no sea la carrera presidencial.
Así, el actor ha colaborado activamente en tareas humanitarias y una de sus principales preocupaciones es Sudán, país sobre el que ha instalado un satélite para vigilar los movimientos militares que se realizan en su territorio.
"No colaboro con la ONU ni el Gobierno de Estados Unidos, así que no tengo limitaciones.
Soy un tipo con una cámara a 400 km de altura. Soy el paparazzi anti-genocidio", sentencia.
Pues ya lo leen, para ser político o ejercer de tal hay que haber sido cura o monja, o eso se desprende de lo qie dice Cloony, de joven es lo que se hace, no beberse los floreros, por Dios que asco!!
Creo que son la ideologia y tus deseos para con tu comunidad y contigo mismo lo que te lleva a comprometerte con una lucha de cambio.
No una juventud "Alocada" calificada así por él. Dicen que lo que no se vive de joven, hacerlo de viejo es matarte.
La juventud te da fuerza e ilusión para el cambio, si eres una persona activa, claro, si has sido un borracho pues como q no.
Entiendo en estas tonterias clooniscas que no quiere hacer nada, salvo cine, es su decisión, pero político ....no lo entiendo, Cloony es o era muy atractivo lo encuentro desmekorado ultimamente, y digo yo, ¿Quién le ha dicho que se tiene que meter en política? y donde están esos jarrones que bebias? eran de porcelana china? igual eso es lo que le pasa, sus jarrones eran de plástico. Y de paso igual a parte de salir con chicas pues eso....y lo sacarían en su biografía.
George Clooney ha reconocido que vivió unos años locos en su juventud en los que vivió la vida al máximo y que su pasado le supondría ahora una traba para hacer carrera política.
"No viví mi vida de la manera adecuada para hacer política.
Me acosté con demasiadas chicas y consumí demasiadas drogas, esa es la verdad", ha declarado el actor en una entrevista con Newsweek.
Aunque sabe que a otra gente sí le importa el pasado de los políticos, él tiene claro que si los candidatos lo aclaran desde un principio, quizá pudieran tener una oportunidad.
"Tan sólo que empiecen diciendo: 'Hice todo eso. Ahora hablemos de los problemas'", ha aclarado, a la vez que presentaba entre bromas su hipotética candidatura: "Ese va a ser mi eslogan de campaña: 'Me bebí hasta el agua de los floreros'".
Lo cierto es que Clooney sí está interesado en política y apoya públicamente al Partido Demócrata de Estados Unidos, pero prefiere dirigir sus acciones por otra vía que no sea la carrera presidencial.
Así, el actor ha colaborado activamente en tareas humanitarias y una de sus principales preocupaciones es Sudán, país sobre el que ha instalado un satélite para vigilar los movimientos militares que se realizan en su territorio.
"No colaboro con la ONU ni el Gobierno de Estados Unidos, así que no tengo limitaciones.
Soy un tipo con una cámara a 400 km de altura. Soy el paparazzi anti-genocidio", sentencia.
Pues ya lo leen, para ser político o ejercer de tal hay que haber sido cura o monja, o eso se desprende de lo qie dice Cloony, de joven es lo que se hace, no beberse los floreros, por Dios que asco!!
Creo que son la ideologia y tus deseos para con tu comunidad y contigo mismo lo que te lleva a comprometerte con una lucha de cambio.
No una juventud "Alocada" calificada así por él. Dicen que lo que no se vive de joven, hacerlo de viejo es matarte.
La juventud te da fuerza e ilusión para el cambio, si eres una persona activa, claro, si has sido un borracho pues como q no.
Entiendo en estas tonterias clooniscas que no quiere hacer nada, salvo cine, es su decisión, pero político ....no lo entiendo, Cloony es o era muy atractivo lo encuentro desmekorado ultimamente, y digo yo, ¿Quién le ha dicho que se tiene que meter en política? y donde están esos jarrones que bebias? eran de porcelana china? igual eso es lo que le pasa, sus jarrones eran de plástico. Y de paso igual a parte de salir con chicas pues eso....y lo sacarían en su biografía.
Anticorrupción pide dos años de cárcel y 3,5 millones a Javier Merino
El marido de Mar Flores ha sido acusado de beneficiarse de información privilegiada en la venta de unas acciones .
Anticorrupción acusa al empresario Javier Merino La Cuesta, marido de la modelo Mar Flores, en el escrito presentado por la ante el juzgado de instrucción nº 26 de Madrid, en el procedimiento penal que se sigue por un delito de información privilegiada de "aprovechar en su propio beneficio cierta información reservada a la que había tenido acceso directo por razón de su actividad empresarial, a sabiendas de que, una vez hecha pública, produciría, como así sucedió, un importante descenso de la cotización de las acciones de la compañía, lo que le permitió obtener una ganancia de 1.564.603,25 euros, equivalente a la pérdida evitada".
Los hechos sucedieron en 2006 cuando Merino era miembro del Consejo de Administración de Cartera Hotelera S.A.
En el escrito de conclusiones hecho oficial hoy se establece que "los hechos son constitutivos de un delito de uso de información privilegiada del artículo 285.1 del Código Penal".
Anticorripción considera que procede imponerle una pena de dos años de prisión y multa de "2.000.000 euros, accesorias y costa".
Y, además, solicitar "el comiso de la ganancia obtenida, 1.564.603,25 euros, conforme al artículo 127 del Código Penal".
En caso de condena, los dos años no implican su entrada en prisión.
Merino también está imputado en otro presunto delito de cohecho en la trama de corrupción municipal de Estepona (Málaga), denominada Operación Astapa.
El marido de Mar Flores tiene intereses urbanísticos en esta ciudad, en zonas conocidas como La Dalena, Loma Redonda y Las Canteras.
También el millonario marido de la modelo Mar Flores tiene problemas con Hacienda. La Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid le atribuyó dos delitos fiscales -castigados con penas de cárcel-, relativos a los ejercicios de 2000 y 2001.
Hacienda le reclama 120.000 euros ya que no pagó sus impuestos correspondientes. Según la AEAT, Merino debía pagar sus impuestos en España porque "es en este país donde se desarrolla su entorno familiar, radican sus principales empresas y donde obtiene el grueso de sus ingresos".
Javier Merino y Mar Flores se casaron en 2001.
Ella tiene un hijo, Carlo, nacido de su primer matrimonio, con el conde italiano Carlo Constanza di Castiglione, y dos más con el empresario Mauro y Beltrán; ahora a los 41 años espera gemelos.
Anticorrupción acusa al empresario Javier Merino La Cuesta, marido de la modelo Mar Flores, en el escrito presentado por la ante el juzgado de instrucción nº 26 de Madrid, en el procedimiento penal que se sigue por un delito de información privilegiada de "aprovechar en su propio beneficio cierta información reservada a la que había tenido acceso directo por razón de su actividad empresarial, a sabiendas de que, una vez hecha pública, produciría, como así sucedió, un importante descenso de la cotización de las acciones de la compañía, lo que le permitió obtener una ganancia de 1.564.603,25 euros, equivalente a la pérdida evitada".
Los hechos sucedieron en 2006 cuando Merino era miembro del Consejo de Administración de Cartera Hotelera S.A.
En el escrito de conclusiones hecho oficial hoy se establece que "los hechos son constitutivos de un delito de uso de información privilegiada del artículo 285.1 del Código Penal".
Anticorripción considera que procede imponerle una pena de dos años de prisión y multa de "2.000.000 euros, accesorias y costa".
Y, además, solicitar "el comiso de la ganancia obtenida, 1.564.603,25 euros, conforme al artículo 127 del Código Penal".
En caso de condena, los dos años no implican su entrada en prisión.
Merino también está imputado en otro presunto delito de cohecho en la trama de corrupción municipal de Estepona (Málaga), denominada Operación Astapa.
El marido de Mar Flores tiene intereses urbanísticos en esta ciudad, en zonas conocidas como La Dalena, Loma Redonda y Las Canteras.
También el millonario marido de la modelo Mar Flores tiene problemas con Hacienda. La Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid le atribuyó dos delitos fiscales -castigados con penas de cárcel-, relativos a los ejercicios de 2000 y 2001.
Hacienda le reclama 120.000 euros ya que no pagó sus impuestos correspondientes. Según la AEAT, Merino debía pagar sus impuestos en España porque "es en este país donde se desarrolla su entorno familiar, radican sus principales empresas y donde obtiene el grueso de sus ingresos".
Javier Merino y Mar Flores se casaron en 2001.
Ella tiene un hijo, Carlo, nacido de su primer matrimonio, con el conde italiano Carlo Constanza di Castiglione, y dos más con el empresario Mauro y Beltrán; ahora a los 41 años espera gemelos.
Los Oscar, en 140 caracteres
La Academia de Hollywood invita a comentar en Twitter la gala a los familiares de los intérpretes finalistas .
Las redes sociales se lanzan también a la conquista de los Oscar.
No solo por las ocho candidaturas que tiene la película de David Fincher, La red social, sino por la invitación que ha hecho la Academia para que las madres y algunas abuelas de los protagonistas de la gala cuenten sus impresiones en Twitter.
Durante el almuerzo de los nominados ya se hizo pública esta iniciativa, nacida de la mente de los productores Bruce Cohen y Don Mischer y ahora se ha materializado.
A través del canal de la Academia en Twitter (http://twitter.com/#!/TheAcademy) han lanzando una fórmula diferente para contar la noche más importante del año en Hollywood.
Los comentarios de las invitadas se pueden seguir a través de una lista de usuarias: http://twitter.com/#!/TheAcademy/oscars-mominees/members.
Por el momento solo hay 11 seguidoras, pero el espectáculo no ha hecho más que empezar.
Las madres de los artistas que ya se han apuntado, y anuncian que enviarán fotos y vídeos con los mejores momentos.
Entre ellas, la abuela y la madre de James Franco, copresentador este año de la gala junto a Anne Hathaway .
Janelle Kidman, madre de Nicole, también ha prometido darse de alta y contar pormenores. Ya están en línea Theresa Russell, madre del director de The fighter, David O. Russell; Marie Tamasy, madre de Paul Tamasy, uno de los guionista de esta película; o Emilie Unkrich, progenitora del director de Toy story 3.
Como toda acción que busca la difusión masiva en los medios sociales se ha buscado también la colaboración de los usuarios y para ello se ha creado la etiqueta (hashtag en el argot de la Red) #Mominees, un juego de palabras que hace referencia en inglés a las madres de los nominados, donde ya son más de 1.000 los tuiteros que están preparándose para la gran noche.
Desde hace dos años la industria de Hollywood se ha sumado con vehemencia al mundo de Twitter.
Los primeros en abrazar esta fiebre fueron los actores Demi Moore y Ashton Kutcher, que no solo cuentan su día a día a través de la Red sino que además comparten con sus fanes la marcha de sus proyectos.
Quien se ha tomado de manera más profesional este canal de comunicación con sus seguidores es Tom Cruise, que tiene un equipo de cinco personas que llevan su cuenta.
También los actores usan Twitter para manejar sus asuntos personales.
A través de esta red social Scarlett Johansson y Ryan Reynolds anunciaron su separación y poco después hicieron lo mismo Eva Longoria y Tony Parker.
Las redes sociales se lanzan también a la conquista de los Oscar.
No solo por las ocho candidaturas que tiene la película de David Fincher, La red social, sino por la invitación que ha hecho la Academia para que las madres y algunas abuelas de los protagonistas de la gala cuenten sus impresiones en Twitter.
Durante el almuerzo de los nominados ya se hizo pública esta iniciativa, nacida de la mente de los productores Bruce Cohen y Don Mischer y ahora se ha materializado.
A través del canal de la Academia en Twitter (http://twitter.com/#!/TheAcademy) han lanzando una fórmula diferente para contar la noche más importante del año en Hollywood.
Los comentarios de las invitadas se pueden seguir a través de una lista de usuarias: http://twitter.com/#!/TheAcademy/oscars-mominees/members.
Por el momento solo hay 11 seguidoras, pero el espectáculo no ha hecho más que empezar.
Las madres de los artistas que ya se han apuntado, y anuncian que enviarán fotos y vídeos con los mejores momentos.
Entre ellas, la abuela y la madre de James Franco, copresentador este año de la gala junto a Anne Hathaway .
Janelle Kidman, madre de Nicole, también ha prometido darse de alta y contar pormenores. Ya están en línea Theresa Russell, madre del director de The fighter, David O. Russell; Marie Tamasy, madre de Paul Tamasy, uno de los guionista de esta película; o Emilie Unkrich, progenitora del director de Toy story 3.
Como toda acción que busca la difusión masiva en los medios sociales se ha buscado también la colaboración de los usuarios y para ello se ha creado la etiqueta (hashtag en el argot de la Red) #Mominees, un juego de palabras que hace referencia en inglés a las madres de los nominados, donde ya son más de 1.000 los tuiteros que están preparándose para la gran noche.
Desde hace dos años la industria de Hollywood se ha sumado con vehemencia al mundo de Twitter.
Los primeros en abrazar esta fiebre fueron los actores Demi Moore y Ashton Kutcher, que no solo cuentan su día a día a través de la Red sino que además comparten con sus fanes la marcha de sus proyectos.
Quien se ha tomado de manera más profesional este canal de comunicación con sus seguidores es Tom Cruise, que tiene un equipo de cinco personas que llevan su cuenta.
También los actores usan Twitter para manejar sus asuntos personales.
A través de esta red social Scarlett Johansson y Ryan Reynolds anunciaron su separación y poco después hicieron lo mismo Eva Longoria y Tony Parker.
Deseo MARUJA TORRES
Desde una década después, y ya muy viejita, debo deciros que os envío este mensaje telepático desde la casa cairota de mi mejor amigo egipcio, adonde llegué ayer procedente de Túnez.
La familia se ha reunido para celebrar el décimo aniversario de la caída de Mubarak, y yo he pasado el día con ellos.
Hemos estado comiendo y parloteando hasta el anochecer, comentando lo que ha ocurrido desde entonces.
Me han preguntado cómo encuentro su ciudad en esta nueva visita. Les he contestado la verdad: "Limpia, preciosa. Mejor que nunca".
Y aquí estoy, descansando y lista para recomenzar mi periplo por las efemérides.
Ellos desearían que me quedara al menos un mes, pero ya sabéis cómo me gusta ir de un lado para otro. Desde aquí parto hacia Trípoli, en donde conmemoran también la desaparición de su tirano.
Son distancias muy grandes para una anciana como yo, pero con estos inventos tan modernos me propulsiono de un país a otro sin problemas.
Así es como vine de Túnez, en donde después del banquete de los Diez Años, fui con mis anfitriones a depositar flores en el monumento dedicado al héroe Jaled Said.
Fue muy emocionante.
Lo de Trípoli promete ser muy gratificante. Mis amigos me han prometido pasar otra vez el vídeo de El discurso de la Momia, en versión Gadafi, que, como recordaréis, es el más entretenido, considerando lo que le pasó después.
Me cuentan que todavía tienen por ahí los cojines que hicieron con lo que les tocó en el reparto del vestuario de Muamar.
Os volveré a escribir más adelante, posiblemente desde Yeda. O desde Saná. O desde Rabat, que será mi última parada antes de volver a la residencia para contar mis aventuras.
Espero que vosotros hayáis pasado muy bien el aniversario del 23-F.
La familia se ha reunido para celebrar el décimo aniversario de la caída de Mubarak, y yo he pasado el día con ellos.
Hemos estado comiendo y parloteando hasta el anochecer, comentando lo que ha ocurrido desde entonces.
Me han preguntado cómo encuentro su ciudad en esta nueva visita. Les he contestado la verdad: "Limpia, preciosa. Mejor que nunca".
Y aquí estoy, descansando y lista para recomenzar mi periplo por las efemérides.
Ellos desearían que me quedara al menos un mes, pero ya sabéis cómo me gusta ir de un lado para otro. Desde aquí parto hacia Trípoli, en donde conmemoran también la desaparición de su tirano.
Son distancias muy grandes para una anciana como yo, pero con estos inventos tan modernos me propulsiono de un país a otro sin problemas.
Así es como vine de Túnez, en donde después del banquete de los Diez Años, fui con mis anfitriones a depositar flores en el monumento dedicado al héroe Jaled Said.
Fue muy emocionante.
Lo de Trípoli promete ser muy gratificante. Mis amigos me han prometido pasar otra vez el vídeo de El discurso de la Momia, en versión Gadafi, que, como recordaréis, es el más entretenido, considerando lo que le pasó después.
Me cuentan que todavía tienen por ahí los cojines que hicieron con lo que les tocó en el reparto del vestuario de Muamar.
Os volveré a escribir más adelante, posiblemente desde Yeda. O desde Saná. O desde Rabat, que será mi última parada antes de volver a la residencia para contar mis aventuras.
Espero que vosotros hayáis pasado muy bien el aniversario del 23-F.
Duelo sin tregua en la cima de Hollywood
Los productores Harvey Weinstein y Scott Rudin se enfrentan de nuevo por el Oscar al mejor filme - Ambos suman en sus carreras 400 candidaturas y 76 estatuillas .
Cuando ambos coinciden, solo hablan de peso.
Tanto Harvey Weinstein como Scott Rudin son hombres orondos, judíos, neoyorquinos y cincuentones.
También son dos de los productores más pesados de Hollywood y en esta edición de los Oscar, los principales rivales.
Weinstein presenta 'El discurso del rey'; Rudin, 'Valor de ley' y 'La red social'
Pero de eso no hablan.
De hecho, hasta que el domingo coincidan en el teatro Kodak de Los Ángeles prefieren mantener las distancias en su lucha de titanes.
Weinstein, 58 años, defiende un total de 13 candidaturas al Oscar, incluida la de mejor película por El discurso del rey, la favorita del año, que aspira a 12 estatuillas, y su firma -The Weinstein Company- está también detrás de The fighter y Blue Valentine.
Scott Rudin, 52 años, respalda 18 candidaturas repartidas entre dos películas, La red social y Valor de ley, ambas aspirantes al Oscar al mejor filme, lo que le convierte en el primer productor desde Francis Ford Coppola, en 1974 (con La conversación y El padrino II), que consigue algo así.
Un total de 31 candidaturas entre estos dos hombres cuya carrera conjunta se acerca a las 400 nominaciones y 76 victorias (63 en poder de Weinstein y otras 13, de Rudin).
Dos titanes a los que les gusta el buen cine, saben lo que vale un oscar y se odian profundamente.
En el último almuerzo de candidatos a los Oscar, Rudin adujo una enfermedad para no coincidir con su rival.
Y es que en el fondo Weinstein y Rudin son demasiado similares para compartir el mismo espacio.
Como confiesan quienes les conocen o han trabajado con ambos, como la productora Donna Gigliotti, los dos son "la misma persona".
Una rara avis en una industria dada a secuelas y superhéroes donde ellos se preocupan más por cultivar el éxito con películas de calidad con las que convencer a la Academia para llevarse el honor del Oscar y así poderlas vender entre el público. Y en esta campaña no se detienen ante nada.
Weinstein, fundador de Miramax junto a su hermano Bob, y ahora al frente del estudio que lleva su apellido, tiene una larga reputación ganando o quitando la estatuilla a otros, pensamiento que habrá cruzado en varias ocasiones la mente de Steven Spielberg. La fuerza de las campañas de los hermanos Weinstein quedó clara el año que arrebataron lo que parecía una segura victoria a Salvar al soldado Ryan y consiguieron el Oscar para lo que era en apariencia un título menor como Shakespeare enamorado. Tanto se dejaron notar sus presiones que la Academia cambió sus reglas para borrar la idea de que es posible comprar un Oscar.
Las normas solo han conseguido un Harvey más ingenioso, con una campaña que este año incluye sacar de su timidez a Colin Firth para convertirle en el candidato favorito por El discurso del rey a base de entrevistas y encuentros. Los Weinstein se superaron a sí mismos cuando dieron públicamente las gracias a la reina de Inglaterra por "su apreciación" de un filme que se centra en sus padres.
Una campaña con la que Weinstein ha resucitado de las cenizas.
Cuando muchos le daban por hundido merced a sus recientes problemas económicos (muy graves en los cinco años de vida de su estudio; con Malditos bastardos se jugó todo su dinero y ha tenido que trampear para seguir en el showbusiness), se colocó como favorito al Oscar en un golpe magistral, dado que hasta, hace un mes, La red social era la favorita de todas las entregas de premios.
Ni el libro Sexo, mentiras y Hollywood, de Peter Biskind, que hace cuatro años sacó todos los trapos sucios de Sundance y Miramax (que se alimentaba de ese festival), ha podido con la reputación del productor de poseer un olfato cinematográfico excepcional.
Rudin es igual de agresivo en sus campañas aunque quizá menos visible en sus planes. "Sin lugar a dudas, Scott situó nuestras películas junto al Oscar", reconoció recientemente el realizador Ethan Coen.
Lo dice porque con él en 2008 su No es país para viejos le arrebató la estatuilla principal a Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson, producida... también por Rudin.
Eso sí, cuando Rudin y Weinstein se juntaron fueron materia y antimateria, se anularon y se lanzaron puñaladas traperas, como quedó claro en esos escasos proyectos en los que trabajaron conjuntamente, como La habitación de Marvin, Iris, Las horas y The reader (El lector).
En estas dos últimas -las más cercanas en el tiempo- los ganchos ya fueron directamente a los mentones.
Entre los golpes bajos se incluyeron un cartón de tabaco que Rudin le mandó a Weinstein como obsequio por el fin de rodaje de Las horas a sabiendas de que su coproductor estaba dejando de fumar, o los codazos de Weinstein a Rudin en The reader, que acabaron con la marcha del segundo de la película y la retirada de su nombre de los créditos.
En la madrugada española del domingo veremos finalmente cómo acaba el combate.
Pero en un duelo fajador, cara a cara, sin estilismo ni fruslerías técnicas, sin tener en cuenta la calidad de las películas, Harvey Weinstein es el productor más peligroso y rocoso de Hollywood.
Y El discurso del rey, su apuesta.
Cuando ambos coinciden, solo hablan de peso.
Tanto Harvey Weinstein como Scott Rudin son hombres orondos, judíos, neoyorquinos y cincuentones.
También son dos de los productores más pesados de Hollywood y en esta edición de los Oscar, los principales rivales.
Weinstein presenta 'El discurso del rey'; Rudin, 'Valor de ley' y 'La red social'
Pero de eso no hablan.
De hecho, hasta que el domingo coincidan en el teatro Kodak de Los Ángeles prefieren mantener las distancias en su lucha de titanes.
Weinstein, 58 años, defiende un total de 13 candidaturas al Oscar, incluida la de mejor película por El discurso del rey, la favorita del año, que aspira a 12 estatuillas, y su firma -The Weinstein Company- está también detrás de The fighter y Blue Valentine.
Scott Rudin, 52 años, respalda 18 candidaturas repartidas entre dos películas, La red social y Valor de ley, ambas aspirantes al Oscar al mejor filme, lo que le convierte en el primer productor desde Francis Ford Coppola, en 1974 (con La conversación y El padrino II), que consigue algo así.
Un total de 31 candidaturas entre estos dos hombres cuya carrera conjunta se acerca a las 400 nominaciones y 76 victorias (63 en poder de Weinstein y otras 13, de Rudin).
Dos titanes a los que les gusta el buen cine, saben lo que vale un oscar y se odian profundamente.
En el último almuerzo de candidatos a los Oscar, Rudin adujo una enfermedad para no coincidir con su rival.
Y es que en el fondo Weinstein y Rudin son demasiado similares para compartir el mismo espacio.
Como confiesan quienes les conocen o han trabajado con ambos, como la productora Donna Gigliotti, los dos son "la misma persona".
Una rara avis en una industria dada a secuelas y superhéroes donde ellos se preocupan más por cultivar el éxito con películas de calidad con las que convencer a la Academia para llevarse el honor del Oscar y así poderlas vender entre el público. Y en esta campaña no se detienen ante nada.
Weinstein, fundador de Miramax junto a su hermano Bob, y ahora al frente del estudio que lleva su apellido, tiene una larga reputación ganando o quitando la estatuilla a otros, pensamiento que habrá cruzado en varias ocasiones la mente de Steven Spielberg. La fuerza de las campañas de los hermanos Weinstein quedó clara el año que arrebataron lo que parecía una segura victoria a Salvar al soldado Ryan y consiguieron el Oscar para lo que era en apariencia un título menor como Shakespeare enamorado. Tanto se dejaron notar sus presiones que la Academia cambió sus reglas para borrar la idea de que es posible comprar un Oscar.
Las normas solo han conseguido un Harvey más ingenioso, con una campaña que este año incluye sacar de su timidez a Colin Firth para convertirle en el candidato favorito por El discurso del rey a base de entrevistas y encuentros. Los Weinstein se superaron a sí mismos cuando dieron públicamente las gracias a la reina de Inglaterra por "su apreciación" de un filme que se centra en sus padres.
Una campaña con la que Weinstein ha resucitado de las cenizas.
Cuando muchos le daban por hundido merced a sus recientes problemas económicos (muy graves en los cinco años de vida de su estudio; con Malditos bastardos se jugó todo su dinero y ha tenido que trampear para seguir en el showbusiness), se colocó como favorito al Oscar en un golpe magistral, dado que hasta, hace un mes, La red social era la favorita de todas las entregas de premios.
Ni el libro Sexo, mentiras y Hollywood, de Peter Biskind, que hace cuatro años sacó todos los trapos sucios de Sundance y Miramax (que se alimentaba de ese festival), ha podido con la reputación del productor de poseer un olfato cinematográfico excepcional.
Rudin es igual de agresivo en sus campañas aunque quizá menos visible en sus planes. "Sin lugar a dudas, Scott situó nuestras películas junto al Oscar", reconoció recientemente el realizador Ethan Coen.
Lo dice porque con él en 2008 su No es país para viejos le arrebató la estatuilla principal a Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson, producida... también por Rudin.
Eso sí, cuando Rudin y Weinstein se juntaron fueron materia y antimateria, se anularon y se lanzaron puñaladas traperas, como quedó claro en esos escasos proyectos en los que trabajaron conjuntamente, como La habitación de Marvin, Iris, Las horas y The reader (El lector).
En estas dos últimas -las más cercanas en el tiempo- los ganchos ya fueron directamente a los mentones.
Entre los golpes bajos se incluyeron un cartón de tabaco que Rudin le mandó a Weinstein como obsequio por el fin de rodaje de Las horas a sabiendas de que su coproductor estaba dejando de fumar, o los codazos de Weinstein a Rudin en The reader, que acabaron con la marcha del segundo de la película y la retirada de su nombre de los créditos.
En la madrugada española del domingo veremos finalmente cómo acaba el combate.
Pero en un duelo fajador, cara a cara, sin estilismo ni fruslerías técnicas, sin tener en cuenta la calidad de las películas, Harvey Weinstein es el productor más peligroso y rocoso de Hollywood.
Y El discurso del rey, su apuesta.
23 feb 2011
Lugares de Gran Canaria que merecen ser visitados
http://www.meteosurfcanarias.com/webcams/webcams-gran-canaria/index-esp.php
Alfredo Kraus - Islas Canarias - José María Tarridas
http://www.youtube.com/watch?v=JcTcLdeRe1I
Alfredo Kraus - Islas Canarias - José María Tarridas
http://www.youtube.com/watch?v=JcTcLdeRe1I
Juan Duyos sorprendió en la primera jornada de la 53 Cibeles Madrid Fashion Week con una colección que homenajeaba la época dorada de la costura española. "Aquella en la que las mujeres se hacían los vestidos a medida", en palabras del diseñador. Dos décadas, los 60 y los 70, en los que Balenciaga, Pertegaz y Berhanyer hicieron historia. En sus volúmenes, texturas y patronajes estaban inspiradas creaciones como esta: Un top de seda brocada muy sesentero sobre una falda recta impecable y, remantando el look, unos guantes largos de piel. La combinación de colores "muy retro", según Duyos, nos retrotrae a las imágenes de revistas de la época, en las que también buscó referentes el creador.
.En la foto, de fondo, Jeanette, que, durante el desfile, cantó en directo tres de sus temas más míticos: Frente a frente, Porque te vas y Yo soy rebelde. Lucas Arraut reveló cómo Duyos consiguió dar con la artista (y desgranó otras muchas claves del primer día de Cibeles).
.En la foto, de fondo, Jeanette, que, durante el desfile, cantó en directo tres de sus temas más míticos: Frente a frente, Porque te vas y Yo soy rebelde. Lucas Arraut reveló cómo Duyos consiguió dar con la artista (y desgranó otras muchas claves del primer día de Cibeles).
Taquilla fin de semana: 'Cisne negro' derrota a 'Enredados'
Se acabó el reinado Disney. Adiós a las melenas largas y rubias, y bienvenidos al sufrimiento y a las piruetas, al suzy q y a los tutús. Enredados cae a la segunda posición de la taquilla española y le adelanta Cisne negro, que recauda 2.127.254 euros frente a los 1.945.000 del filme de animación, que, también es cierto, lleva tres semanas a pleno rendimiento. Buen fin de semana con 11.844.274 euros recaudados sumando todo el top 20. Y por cierto, en ese listado entra -al duplicar las copias- Pa negre, de Agustí Villaronga, en décimo lugar. Los nueve goyas empujan, y cómo. En EE UU + Canadá, otro catalán, Jaume Collet-Serra, entra en primer lugar con su thriller Unknow: 25,6 millones de dólares.
. No creo que en Fox, la distribuidora de Cisne negro, esperaran estos resultados. Aunque la cercanía de los Oscar y el runrún de película de obligada visión han empujado al público a ver el nuevo drama de Darren Aronosky, la quinta película de un director con más prestigio que buen rendimiento en taquilla.
Cisne negro (en la imagen) ha recaudado 2.127.254 euros, que con 296 copias llega a 7.187 euros por sala... ¡y sin ser en 3D! En segundo lugar, Enredados, con 1.945.000 euros, y con 515 copias obtiene de media 3.777 euros, con un acumulado de 10.289.000. Tercera, otra entrada, Saw VII, con 1.483.868 euros, y una media de 4.216 euros (más 3D). Detrás El oso Yogui (1.323.597 euros y 7.078 de media con el 3D) y Valor de ley (951.205 euros y media de 3.497 euros en su segunda semana). Primos aguanta en un estupendo séptimo lugar con 607.900 euros y un acumulado de 2,7 millones y El discurso del rey mantiene una media brutal de 3.348 euros en su novena semana: en total ya ha superado los 6,4 millones de euros con solo 149 copias.
En décima posición entra Pa negre, que ha duplicado tras los Goya el número de cines en donde se proyecta, y con 391.841 euros, con 3.595 euros de media ya ha superado los 1,7 millones de euros.
Del resto del listado, destaca la media de Winter's bone: en 18º lugar gana en su segunda semana gana 64.164 euros y de media 1.565 euros.
En EE UU + Canadá Unknown, de Jaume Collet-Serra, ha recaudado con su thriller, protagonizado por Liam Neeson y Diane Kruger,25,6 millones de dólares, dejando detrás a Gnomeo y Julieta (24,8 millones) y, sobre todo, el desastre del fin de semana: Soy el número cuatro (22,6 millones).
En Francia Nada que declarar sigue intratable con 992.304 entradas vendidas, sin que el estreno de Largo Winch 2 (segunda parte de la serie francesa de aventuras, en la que ahora participa Sharon Stone) le haya afectado, con 475.663 espectadores.
Tercera queda Cisne negro, con 458.357 entradas.
Y en Reino Unido + Irlanda ha llegado el momento de Paul, la nueva comedia escrita y protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost, que ahora han alquilado como director a Gregg Mottola. Buen resultado, seis millones y medio de euros, para derrotar a Gnomeo y Julieta (2,6 millones) y El discurso del rey (dos millones más, para un total de 44 millones).
. No creo que en Fox, la distribuidora de Cisne negro, esperaran estos resultados. Aunque la cercanía de los Oscar y el runrún de película de obligada visión han empujado al público a ver el nuevo drama de Darren Aronosky, la quinta película de un director con más prestigio que buen rendimiento en taquilla.
Cisne negro (en la imagen) ha recaudado 2.127.254 euros, que con 296 copias llega a 7.187 euros por sala... ¡y sin ser en 3D! En segundo lugar, Enredados, con 1.945.000 euros, y con 515 copias obtiene de media 3.777 euros, con un acumulado de 10.289.000. Tercera, otra entrada, Saw VII, con 1.483.868 euros, y una media de 4.216 euros (más 3D). Detrás El oso Yogui (1.323.597 euros y 7.078 de media con el 3D) y Valor de ley (951.205 euros y media de 3.497 euros en su segunda semana). Primos aguanta en un estupendo séptimo lugar con 607.900 euros y un acumulado de 2,7 millones y El discurso del rey mantiene una media brutal de 3.348 euros en su novena semana: en total ya ha superado los 6,4 millones de euros con solo 149 copias.
En décima posición entra Pa negre, que ha duplicado tras los Goya el número de cines en donde se proyecta, y con 391.841 euros, con 3.595 euros de media ya ha superado los 1,7 millones de euros.
Del resto del listado, destaca la media de Winter's bone: en 18º lugar gana en su segunda semana gana 64.164 euros y de media 1.565 euros.
En EE UU + Canadá Unknown, de Jaume Collet-Serra, ha recaudado con su thriller, protagonizado por Liam Neeson y Diane Kruger,25,6 millones de dólares, dejando detrás a Gnomeo y Julieta (24,8 millones) y, sobre todo, el desastre del fin de semana: Soy el número cuatro (22,6 millones).
En Francia Nada que declarar sigue intratable con 992.304 entradas vendidas, sin que el estreno de Largo Winch 2 (segunda parte de la serie francesa de aventuras, en la que ahora participa Sharon Stone) le haya afectado, con 475.663 espectadores.
Tercera queda Cisne negro, con 458.357 entradas.
Y en Reino Unido + Irlanda ha llegado el momento de Paul, la nueva comedia escrita y protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost, que ahora han alquilado como director a Gregg Mottola. Buen resultado, seis millones y medio de euros, para derrotar a Gnomeo y Julieta (2,6 millones) y El discurso del rey (dos millones más, para un total de 44 millones).
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