Rara vez un gramático es consciente del delicado monstruo con quien trata; nos dirá, por ejemplo, que "ser" y "estar", son verbos auxiliares...¿Auxiliares, de quién? La esencia y la materia por ellos se proclaman y lo demás existe porque en ellos vivimos. Ser es el todo, el alma del que habla; del que ama, el deseo; del que interroga, el ansia; del que ansía, la duda; es alma, inteligencia, lo que queda del sueño cuando el sueño se acaba.
Estar es la materia, el volumen, su peso, la ecuación matemática donde cuadra el deseo, el peso de las alas del pájaro del sueño, hacia el alba o la noche donde se aquiete, al fin...
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