La Harinezumi es el nuevo juguete de los artistas para rodar películas
La palabra harinezumi en japonés significa erizo.
Para miles de videoapasionados es sinónimo de una pequeña cámara, de aspecto demodé, cuya peculiaridad consiste en imitar las texturas de las imágenes grabadas con la mítica Super 8.
Para lanzarla, sus inventores, el colectivo nipón Powershovel, decidieron regalar algunas de ellas a reconocidos artistas, para que dieran rienda suelta a su creatividad y la utilizasen para realizar una obra no profesional, en la estética de las antiguas películas caseras.
Aceptaron el reto 20 creadores, como los cineastas Isabel Coixet, Patrice Leconte, Marc Recha y Jonas Mekas, la actriz Charlotte Gainsbourg, el realizador de videoclips Barnabay Clay, el fotógrafo Bruce LaBruce, la artista Miranda July y la cantante de Sonic Youth, Kim Gordon.
Una muestra en Barcelona recoge trabajos de Miranda July o Bruce LaBruce
Ahora, tras su paso por Nueva York y Tokio, el resultado de sus arrebatos creativos llega en forma de exposición a Barcelona para apoyar el aterrizaje de las cámaras en los comercios españoles. Imperfect as they are, abierta en el centro Arts Santa Mónica hasta el domingo. La muestra, que se enmarca en la muy difusa tendencia de la recuperación del pasado, reúne 20 obras de corte mayoritariamente intimista, que a menudo se alejan de la producción habitual de sus autores.
Resulta curioso cómo gran parte de la producción fotográfica y audiovisual contemporánea parece fatalmente atraída por el encanto retro que, como una aparición fantasmal, revive a través de recursos estilísticos, temáticas y tecnologías, que lo reinventan y actualizan. Como reacción a la milimétrica perfección de la imagen digital, los creadores de Harinezumi no solo ofrecen la textura imperfecta de la antigua Super 8, sino que llegan al punto de introducir en cada lote pequeñas anomalías.
El objetivo de esta especie de fallos, como modificar el grado de saturación de las imágenes, el contraste o la predominancia de un color, es huir en todo lo posible de la estandarización, proporcionando un plus de singularidad a cada usuario.
En lugar de los sofisticados recursos de alta tecnología -que suelen caracterizar la escena japonesa- para obtener efectos especiales, Powershovel aconseja aguzar el ingenio y, por ejemplo, colocar sobre el objetivo un pequeño trozo de celo sucio o sacudir un poco la cámara cuando se dispara.
Pequeña y versátil, la Harinezumi, comercializada en España por www.bonitacamara.com, cabe en un bolsillo y sirve para grabar y para fotografiar. Los entusiastas aseguran que, en su versión blanco y negro, saca imágenes que recuerdan a las instantáneas underground de la década de 1970.
Hideki Omori, fundador de Powershovel, polifacético colectivo especializado en la creación de artilugios audiovisuales y en la edición de libros de arte y música independiente, la define así: "Un pequeño bloc de notas que funciona como los sueños o los recuerdos, convirtiendo cada imagen en algo mágico y especial". Lo cierto es que ya se ha convertido en un objeto de culto.
Nacida en el seno del movimiento de la toy technology, la tecnología juguete, esta toy-camara de apariencia analógica cuenta incluso con un pequeño homenaje al ritual de extraer el carrete de la cámara, ya que no se puede conectar directamente al ordenador sino que, para descargar los vídeos, hay que sacar la tarjeta y colocarla en el lector USB.
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