11 ago 2010
"El hombre se reía"...
Portada de la primera edición británica de esta novela de Faulkner. (Light in August. London: Chatto and Windus, 1933).
"El hombre se reía; tendido en su cama, se reía:
- Palabra de honor. No hay quien pueda con una mujer. Porque, ¿sabes lo que creo? Creo que ella sólo quería viajar.
Creo que no tenía la menor esperanza de encontrar al que decía que estaba siguiendo. Creo que no tenía la menor intención de hacerlo, aunque todavía no se lo había dicho a su acompañante.
Creo que era la primera vez en su vida que se encontraba tan lejos de su casa, a una distancia demasiado grande para que pudiese regresar antes de la puesta del sol. Y que hasta entonces se las había arreglado muy bien, porque encontró a personas que se preocuparon por ella.
Creo que, si se había decidido a ir un poco más lejos, a ver todas las tierras que pudiese, era porque sabía muy bien que, en cuanto se estableciese en algún sitio, probablemente sería para el resto de su vida.
Eso es lo que yo creo. No había más que verla, allí, sentada en el camión, con el hombre a su lado, y el niño que no había dejado de mamar, que, durante casi dos millas, no había dejado de desayunar, como si fuese en tren, en un vagón restaurante, y ella dedicada a mirar a todos lados, a ver pasar los postes telegráficos y los cercados como si viese un desfile de circo.
Y al cabo de un momento, dije: "Dentro de un momento estaremos en Saulsbury". Y ella dijo: ¿Qué?". Y yo dije:
- Saulsbury, Tennesse -y miré hacia atrás y le vi la cara. Y parecía que la tenía totalmente dispuesta a la sorpresa, y que sabía que, en cuanto la sorpresa llegase, le resultaría muy agradable. Y la sorpresa llegó, y ella se puso muy contenta, y entonces dijo:
- ¡Dios mío, Dios mío! ¡Cuánto camino se puede hacer! Sólo hace dos meses que salí de Alabama y ya estoy en Tennesse."
Luz de agosto, W. Faulkner (traducción de Enrique Sordo, editorial Alfaguara 2006)
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