Fué uno de los cineastas más creativos y personales del cine contemporáneo. Un investigador incansable de la conducta humana, que siempre presentaba sus trabajos envueltos en una atmósfera de intimismo y sencillez. En sus imágenes prevalecía el plano general, para que el espectador reflexionase junto a los propios personajes durante el desarrollo natural de la trama, envuelta casi siempre en las relaciones personales y el amor.
Grande de verdad, Eric Rohmer. Tendremos para siempre sus películas...
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