CONTAME
Contame si guardaste mis gorriones tibios
del lado izquierdo en tu cajón de nube.
Si mi río ambiguo e insolente
aún moja los bordes de tu espejo.
Si es posible derrotar distancias
al descifrar huellas de lluvia
que se escurren veloces en la arena.
Aún la ternura se hamaca en las cornisas
por esconderse en un rincón
de nuestras voces.
Contame si quedó alguna nota de cristal
pendiendo del suspiro
antes de que olvide
aquellos duendes, que provocaron
a nacer mariposas de mis manos.
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