30 jul 2009
Verdadero y falso
Verdadero y falso
Cartel de 'Shoah' de Claude Lanzmann.
La 2 vuelve a programar 'Shoah', de Claude Lanzman, troceada y emitida a lo largo de varios domingos de madrugada. Sigue sin haber edición española en dvd. Leo un artículo de Félix Romeo donde se queja de este absurdo. "Veo Shoah y me pregunto por qué se estrena en tantas salas 'Good', película lamentable, y 'Shoah' hay que verla casi clandestinamente". "Lanzmann hace historia sin documentos: sólo palabras. Sobre muertos, sobre dolor, sobre brutalidad, sobre industria de la destrucción, sobre espectadores de todo aquello, sobre el milagro de sobrevivir, sobre lo incomprensible..."
Me acuerdo de 'La cuestión humana' de Nicolas Klotz, donde el protagonista, un psicólogo que trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa petroquímica, recibe una carta en la que unos ingenieros alemanes pormenorizan sobre unas modificaciones técnicas para mejorar el funcionamiento de los camiones en los que se asesinaba por asfixia a los judíos de Ucrania y Bielorrusia.
Me acuerdo de la hija de David Perlov, que trabajó en 'Shoah' como ayudante de montaje, y que sale en los diarios de su padre junto a Claude Lanzmann y su montadora.
Cartel de 'Un héroe muy discreto' de Jacques Audiard.
Un amigo me regala una copia en dvd de 'Un héroe muy discreto', de Jacques Audiard, y decido volver a verla. Me acordaba del impresionate Mathieu Kassovitz en el papel de un tipo que se hace pasar por un judío héroe de la Resistencia francesa tras la Segunda Guerra mundial. Pero no recordaba lo buena que es esta película, lo que tiene de clásico de nuestro tiempo. Audiard es uno de los directores más en forma del cine francés actual, un narrador puro y un heredero del mejor cine americano, capaz de abordar casi cualquier género sin olvidar la psicología de sus personajes y sus contradicciones. Si hubiera vivido en los años cuarenta, habría emigrado a Hollywood y se habría medido con Fritz Lang, Samuel Fuller y Abraham Polonsky. Pero empezó a dirigir en los noventa, y además de 'Un héroe muy discreto', ha rodado otras tres películas impresionantes: 'Regarde les hommes tomber', 'Lee mis labios' y 'De latir mi corazón se ha parado'. En el último festival de Cannes presentó 'Un prophète' y se llevó el Premio Especial del jurado.
'Un héroe muy discreto' cuenta una historia sobre la mentira, sobre la manipulación de la memoria histórica o sobre la falsa memoria. El protagonista es un tipo que ha vivido en la Francia ocupada casi sin despeinarse, de familia acomodada y colaboracionista, pero que sabe aprovechar la confusión que siguió al final de la Segunda Guerra mundial para fabricarse un traje a la medida de los nuevos tiempos. Pero lo más fascinante de la película es cómo nos muestra esa mecha casual que prende en algún lugar y que pone en funcionamiento el mecanismo de toda gran mentira. Una bola de nieve que se va haciendo más y más grande según baja por la montaña, hasta que nadie puede detenerla. En su caso, esa mecha se enciende cuando, para seducir a una mujer, se hace pasar por un escritor y, ante su incapacidad para escribir dos frases seguidas, decide plagiar a otro escritor...
Cartel de 'El empleo del tiempo' de Laurent Cantet.
La película me hizo recordar aquella historia de Enric Marco, el tipo que se hizo pasar por un superviviente de los campos de concentración nazis, y que fue presidente de Amical Mathausen, la principal asociación española de supervivientes de la Segunda Guerra mundial, hasta que fue descubierto en el 2005. Me gustaría saber qué fue lo que propició esa primera mentira que seguramente le llevó a otra mentira y luego a otra, pero aun no he podido ver la película que le han dedicado Santiago Fillol y Lucas Vermal, 'Yo soy Enric Marco'.
El mejor relato que conozco sobre los mecanismos de la mentira y sus consecuencias sigue siendo 'El adversario' de Emmanuel Carrère, una novela basada en el conocido caso de Jean-Claude Romand, que asesinó a sus padres, a su mujer y a sus dos hijos después de hacerles vivir una larga mentira que se le hizo insoportable. Había empezado mintiendo sobre el resultado de un examen en el instituto, había falseado su carrera universitaria y había fingido ser un médico de prestigio. Toda su vida se sustentaba en una gran mentira. `p> Laurent Cantet, el director de 'La clase', hizo una muy buena película inspirada también en el caso Romand, 'El empleo del tiempo', pero aquí pasó más bien desapercibida. La adaptación oficial de la novela de Carrère, dirigida por la Nicole García, no me gustó porque era un mal retrato psicológico y se quedaba sólo en lo escabroso.
Lo que hacía tan fascinante el retrato que Carrère hacia de Romand, era la indagación en esa primera mentira que desancadena todas las demás, esa nota de examen en el instituto, esa mecha que prende, esa bola de nieve que empieza a rodar hacia el precipicio.
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