Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 sept 2017

‘Diario de un incesto’, testimonio anónimo de un tema tabú

 

Llega a las librerías españolas, avalado por una prestigiosa editorial de Estados Unidos, el relato del infierno al que un padre sometió a su hija durante 18 años.

Eva Vázquez
Eva Vázquez
En un pasaje de Diario de un incesto (Malpaso Ediciones), su anónima autora reconoce —sin decirlo— su pertenencia al reino de los animales y no al de las personas. 
Para ello cita al antropólogo Claude Lévi-Strauss: “Escribió que la principal diferencia entre animales y seres humanos radica en la prohibición del incesto.
 ¿En qué me convierte esta afirmación?". Esa es la primera constatación: la admisión de un incesto que duró 18 años, a caballo entre la violación, el consentimiento e incluso el placer.
 La segunda es la decisión de contarlo con todo lujo de detalles al mundo en forma de libro.

Eva Vázquez
Eva Vázquez

La autora, supuestamente una poeta y periodista en activo, relata en apenas 120 páginas el infierno seriado de agresiones sexuales, heridas físicas y psíquicas y —repítase una vez más— esporádico goce sexual que experimentó a manos de su padre desde que tenía tres años hasta que cumplió los 21.
Lo hace en lo que podría denominarse, si no se quedara tan corto el término, un lenguaje seco y directo. 
Tanto, que es imposible reproducir en un artículo de prensa la mayoría de sus pasajes, muchos de ellos odiosos y cercanos a un mal porno, otros de buen fuste literario.
 Pero quédese el eventual lector con este: "Tengo, y siempre he tenido, la impresión de que en realidad mi padre quería matarme, y que yo le seduje para impedir que lo hiciera.
 Recurrí a la sensualidad para seguir con vida. Salvé mi vida dándole placer sexual.
 Y él se hizo adicto a nuestras relaciones sexuales, y a mí me ocurrió lo mismo".
Desde Nueva York, Lorin Stein, editor del libro para el sello Farrar, Straus and Giroux además de jefe de redacción del prestigioso trimestral literario The Paris Review, explica: “Estamos absolutamente seguros de la autenticidad del libro.
 Cuando lo vendimos en el extranjero, algunos editores pidieron que aportásemos las razones por las que creíamos en la autenticidad de la historia. 
En una carta abierta expliqué que habíamos corroborado la veracidad del asunto través de personas concretas que conocían a la autora desde hacía mucho tiempo y que conocían su historia. 
En Inglaterra, algunos periódicos de la derecha preguntaron qué pruebas había de que una cosa así pudiera haber pasado, ¡como si todos nosotros no supiéramos de casos de niños que han sufrido abusos sexuales!”.

El incesto como tema narrativo se remonta a hace más de 4.000 años y viaja desde el Edipo Rey de Sófocles hasta Juego de tronos, pasando por autores como Apollinaire, Vargas Llosa, García Márquez, Anaïs Nin, Marguerite Duras, Moravia o el incesto como fantasía de la Lolita de Nabokov, por mencionar solo algunas referencias. 
Recientemente, novelas como El beso, de Kathryn Harrison o Una semana de vacaciones, de Christine Angot reeditaron el género y suscitaron todo tipo de controversias.
Sin embargo, ni el estilo ni el asunto ni el trasfondo de Diario de un incesto tiene que ver con ninguna de ellas.
 Sostienen tanto el editor estadounidense, Lorin Stein, como el español, Malcolm Otero Barral, que la justificación de editar un libro así se atiene a razones primordialmente de valor literario. “
“Creo que Diario de un incesto es una obra de arte, pero tengo además la esperanza de que este libro ayude a otros supervivientes del incesto a sentirse menos solos”, explica Stein, quien se excusa por no poder contar detalles acerca de cómo contactó con la autora ni de cómo la autora propuso el libro a la editorial.
Esta es la opinión del editor de Malpaso, el sello que ha llevado a las librerías la versión en español de The Incest Diary: “Soy consciente de que la gente lee la palabra incesto y se retrae.
 El libro va directo a los hechos, sin escatimar ni un detalle, pero no es morboso.
 No hay eufemismos en la descripción de las relaciones sexuales, y eso me parece muy interesante literariamente. 
Yo no había leído nada parecido a esto, es un libro nuevo, único, que permite al lector entrar en la intimidad profunda de alguien que sufre y comprobar qué mecanismos tiene el personaje para sobrevivir”.
Ante la posibilidad de que cierto tipo de lector busque y encuentre en estos diarios motivos para el placer que no tengan nada que ver con lo literario, el editor estadounidense admite el riesgo, pero está convencido de la pertinencia de publicar algo así: 
“Mire, si la oscuridad está ahí. La oscuridad está ahí. Lo que está claro es que nadie aportará luz suprimiendo un libro…”.

Puede que lo más desequilibrante y violento para quien decida entrar en estas páginas no sean —siéndolo terriblemente— ni las violaciones repetidas de padre a hija ni el silencio cómplice de la madre, la tía o la amiga mayor y admirada de la autora ni el hecho de que en la familia de la autora los abusos sexuales sean “un legado que viene de lejos”
 (su padre le contó que el abuelo Paul abusó de él y de su hermana cuando eran pequeños). 
Puede que lo peor sea esa sensación irremediable de un progresivo síndrome de Estocolmo que, en muchos pasajes, acaba convirtiendo a la víctima en partenaire sexual, en un extraño/terrible viaje desde el pavor hasta el goce. 
Se llama masoquismo, y su aparición no es escatimada en este libro de portada negra.
Están, primero, los miedos de la infancia: “Sus pasos acercándose por el pasillo hasta mi cuarto, el crujido de la puerta al abrirse, su respiración, el nítido sonido que producía la hoja de metal al desenfundarla”.
 Y están, más adelante, las confesiones de la adolescencia, primero, y la edad adulta después: “Mi padre también se había convertido a sí mismo en un objeto sexual para mí.
 Lo cosificaba como me cosificaba a mí misma para él.
 Jamás en mis doce años de casada experimenté un orgasmo semejante”. 
Y una frase final para resumir los dos lados del abismo: “Le deseo y le mataría, echaría su cuerpo a los perros”.
No creo que todo sea publicable, pero sí creo que una mujer debe tener el derecho de escribir de forma verdadera acerca de lo que le pasó y de cómo le afectó psíquicamente. 
Y no creo que por ello esté obligada a pagar el precio de una exposición pública”, argumenta Stein sobre la oportunidad de editar este libro. 
“No todo es publicable. Hay límites. Ante todo está el sentido común: hay cosas no publicables porque ofenderían a cualquiera. Además, hay un límite ético: no todo vale con tal de vender. Evidentemente, yo nunca publicaría una apología del incesto, o de la violación, o del abuso.
 Este es un debate eterno”, añade el editor de Malpaso.

 

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Los libros que hay en 'Berta Isla'

Uno siempre tiene más presentes unos libros que otros (también películas, o músicas) al escribir una novela.
En el caso de Berta Isla, lo principal han sido unas cuantas obras relacionadas con individuos que desaparecen y a veces reaparecen, con soldados que vuelven de la guerra al  cabo de los años, con “muertos vivientes” o “vivos murientes”, por así decir. 
Estas han sido las principales:
La mujer de Martin Guerre, de Janet Lewis.
El coronel Chabert (ojo, en la traducción de Mercedes López Ballesteros; hay otras directamente horrendas; o en el francés original claro), de Honoré de Balzac. 
De ella hablé ya profusamente en Los enamoramientos.
Estas dos obras las publiqué en mi pequeña editorial Reino de Redonda, así que el interés me viene desde hace ya tiempo.
Twice-Told Tales, de Nathaniel Hawthorne, en concreto el relato archicélebre Wakefield, al que, sin mencionarlo por su título, se hace referencia en la novela.
La Odisea, la primera de hombre que desaparece y reaparece medio irreconocible.

Por último, un antiquísimo cuento mío, La canción de Lord Rendall, dentro de Mala índole, la primera vez que abordé ese asunto de los regresos esperados (y a veces desgraciados).
También he tenido muy presente, y he citado en la novela:
Enrique V, de Shakespeare, a propósito de la índole del espionaje y el engaño.
El libro lo van recorriendo unos versos de T.S. Elliott pertenecientes a Little Gidding, uno de Los Cuatro Cuartetos. Esos versos los he traducido yo mismo en la novela.
 La única traducción al español que me parece aceptable, de Los Cuatro Cuartetos, es la del poeta mexicano José Emilio Pacheco. Las otras existentes no me parecen ni poéticamente acertadas.
Confío en que todas estas referencias estén incorporadas a la novela hasta formar parte de ella
. Si resultaran un “pegote” lo lamentaría mucho. No era mi intención en modo alguno.
Y, claro está, he debido consultar algunos libros de documentación, sobre todo relativos al MI6, el Servicio Secreto para el Exterior Británico, aunque casi todo lo que sé de él lo sé por otros conductos.
Finalmente, aparece una broma u homenaje sobre el magnífico personaje de Colin Dexter, el Inspector Morse, y sobre la excelente serie de TV que se hizo en los años noventa. 
Ahora que en España está tan de moda la novela policiaca y negra, no sé cómo no se han recuperado las obras de Dexter, que han copiado varios de los autores más celebrados, incluido algún sueco.
Y me he permitido alterar, y presentar como suyas, un par de citas del Dickens de Historia de dos ciudades.
 Una osadía, pero bueno.

Un año sin Brangelina. Así están las cosas entre ellos

Brad Pitt y Angelina Jolie todavía no han firmado los papeles del divorcio ni han llegado a un acuerdo definitivo sobre la custodia de sus seis hijos.

Brad Pitt y Angelina Jolie, en 2010.
Brad Pitt y Angelina Jolie, en 2010.

Se ha cumplido un año desde que saltara la noticia del fin de Brangelina, el final de una pareja que era todo glamur en las alfombras rojas de Hollywood a la par que trataba de vivir una vida normal junto a sus seis hijos.

 La noticia de la separación de Brad Pitt y Angelina Jolie pilló por sorpresa a todo el mundo, pues tras 12 años de relación se les veía como a la pareja perfecta a la que todos envidiaban. Doce meses después, los protagonistas de la historia ya han vuelto al trabajo y han hablado sobre su separación, aunque nunca han dejado claras cuáles fueron las causas de la disolución de su matrimonio (y eso que hubo una investigación de las autoridades a Brad Pitt por una discusión con su hijo mayor que se cerró sin cargos).

En este tiempo, tampoco han cerrado todos los términos del que será un millonario divorcio ni tampoco cómo queda la custodia de sus hijos, sobre lo que ambos actores tienen un pacto de silencio después de que se filtraran informaciones que nos les dejaban muy bien parados. 
Con motivo de este peculiar aniversario, repasamos lo que se sabe de su situación actual.
El primero en aparecer ante los medios y ante sus colegas de profesión tras el anuncio de la separación fue Brad Pitt, quien recibió una fuerte ovación en la entrega de los Globos de Oro el pasado enero, dando a entender que era él quien tenía el apoyo de Hollywood mientras Angelina Jolie vivía apartada. 
Hoy las cosas han dado un giro de 180 grados, y mientras el actor rara vez aparece en un evento ella ha protagoniza una amplia y familiar gira de promoción de su última película
Angelina Jolie y Brad Pitt, en 2007. 
Angelina Jolie y Brad Pitt, en 2007.

La actriz, productora y directora habló por primera vez de su separación el pasado mes de febrero durante un viaje a Camboya, escenario de su última película como directora. 
Con el reciente estreno de First They Killed My Father, Angelina Jolie ha inundado revistas y periódicos con sus declaraciones y confesiones como “no ha sido un proceso fácil” (a The New York Times), “prefiero llorar en la ducha que delante de mis hijos” (a Vanity Fair) o “no me gusta estar soltera, no es algo que yo quisiera” (a The Sunday Telegraph)
También ha confesado que el motivo de sus primeros meses de desaparición fue porque su familia la necesitaba y ha explicado por qué se mudó con sus hijos a una gran mansión de 25 millones de dólares en Los Ángeles:
 “Necesitábamos otra base libre de todo”.
Por su parte, en su primera y única entrevista en la que Brad Pitt ha hablado sobre el tema, el actor entonó el mea culpa y descubrió que su vida familiar no era tan idílica como parecía. 
 "Cuando formé mi familia detuve todo excepto el alcohol.
 Incluso este último año estaba bebiendo demasiado.
 Se había convertido en un problema", confesó. 
En la entrevista el pasado mayo con la revista GQ también hablaba escuetamente sobre la custodia de los niños, y aseguró que aún estaban trabajando en encontrar la solución.
Brad Pitt, con la actriz Tilda Swinton, en su última aparición pública el pasado mes de junio. 
Brad Pitt, con la actriz Tilda Swinton, en su última aparición pública el pasado mes de junio.
El régimen de visitas de los niños sigue siendo temporal. 
Así, la actriz tiene la custodia completa de sus hijos, a los que Brad Pitt puede ver una vez a la semana, al principio bajo supervisión (a la que no se sabe si sigue sometido todavía). 
Además, todos han acudido a terapia, tanto por separado como en familia.
 El actor sigue luchando por la custodia compartida, que es su principal prioridad, pero los términos de esta negociación se están llevando en secreto y ni siquiera se sabe si está cerca de sellarse un acuerdo final y oficial.
 Ellos mismos lo anunciaron en el único comunicado conjunto que han emitido hasta la fecha: 
“Hemos firmado un acuerdo para preservar los derechos de privacidad de nuestros hijos y nuestra familia manteniendo todos los documentos legales confidenciales y contratando a un juez privado para que tome las decisiones legales necesarias y para facilitar la resolución de lo que queda pendiente”.
 La declaración conjunta llegaba poco después de que un juez negara a Pitt una audiencia de emergencia en la que pretendía solicitar que se trataran de forma confidencial todos los documentos y los procedimientos relativos al divorcio y de acusar a su expareja de exponer la vida de sus hijos.
Angelilna Jolie, con sus seis hijos y parte del reparto de su última película, el pasado 11 de septiembre en el festival de Toronto. Angelilna Jolie, con sus seis hijos y parte del reparto de su última película, el pasado 11 de septiembre en el festival de Toronto. WireIma.
En cualquier caso, parece que los hijos de la expareja se han posicionado con la actriz. 
En plena gira de promoción de su nueva película como directora, Angelina Jolie se ha llevado a todos sus hijos y ha posado con ellos en los photocalls de Camboya, Nueva York o Toronto. 
Es más, el mayor, Maddox, ha hablado por primera vez con una revista. “Mi madre es una maravilla” dijo a People, donde también contó su trabajo como productor en la cinta (en la que también participa su hermano Pax).
 Posados y declaraciones en las que no han salido ni una vez de su boca las palabras “mi padre” o el nombre de Brad Pitt.
 Quizá en su vuelta al foco mediático, después de que incluso fuera señalada por muchos como la culpable de la ruptura, haya tenido algo que ver Judy Smith, una famosa gestora de crisis que contrató en febrero de 2016.
Tras hacerse público ya hace un año la separación de Brad Pitt y Angelina Jolie, no hay ni una sola imagen de él con Maddox, Pax, Shiloh, Zahara, y los gemelos Vivienne y Knox.
 Sí hay informaciones de que ha retomado el contacto con su primera mujer, la actriz Jennifer Aniston, a la que habría pedido disculpas por todo lo que le hizo pasar en un doloroso divorcio en el que corrieron ríos de tinta sobre la infidelidad del actor con su última compañera de reparto, Angelina Jolie. 
En este tiempo también se ha convertido en el soltero de oro, y le han relacionado con compañeras de profesión como Sienna Miller o antes Kate Hudson.
 Por supuesto, tampoco han faltado las informaciones que daban bola al reciente rumor de que la pareja ha paralizado el divorcio y planean darse otra oportunidad, aunque los dos se mantienen fieles a su pacto de silencio sobre el proceso de divorcio que iniciaron por “diferencias irreconciliables”.
 Así que ni confirman ni desmienten.


 

 

Mercadona sustituye la exitosa "harina de los latinos" por una propia idéntica un 35% más barata

El gigante valenciano es consciente de que se trata de uno de sus productos más exitosos. 


Mercadona ha visto un filón en la harina PAN, un producto fabricado en Estados Unidos por una empresa de Venezuela (Polar) y que arrasa entre la comunidad colombiana en España.
En su afán de ahorrarse intermediarios no estratégicos para vender los productos a precios más competitivos, el gigante valenciano ha decidido lanzar su propia versión, consciente de que se trata de uno de sus productos más exitosos.
Según informa Economía Digital, Mercadona ha encontrado un proveedor que fabrica una harina idéntica a la de PAN. La compañía fabricante es la italiana Molino Favero.
De este modo, Mercadona suprime la intermediación de Goya Foods —y de su filial española—, que hacían llegar la harina PAN del gigante valenciano.
Fuente: Youtube
Esta estrategia permitirá a Mercadona vender la harina Nurture a un precio de 1,50 euros, un 35% más bajo que los 2,29 por la que vendía PAN.
Champú, suavizante y mascarilla de Stylius
Toda la cosmética Deliplus es, globalmente, lo más apreciado de todos los productos citados por los usuarios, pero destacan los combos para el cabello de Stylius. 
Les siguen las toallitas húmedas, el eyeliner, la crema aloe vera, las cremas de cara y los pintalabios.
 Los precios: a partir de 2 euros.