Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 abr 2020

“Aplaudes por mí ahora”

“Aplaudes por mí ahora”, un poema que destaca el trabajo de inmigrantes en Reino Unido frente a la pandemia.

El texto cuestiona si el sentimiento de gratitud de los británicos se extenderá después de la crisis sanitaria por la covid-19.


“Algo ha venido del extranjero y tomó tu trabajo, hizo inseguro caminar por las calles y te mantuvo atrapado en tu casa”. 
Así inicia un video protagonizado por un grupo de inmigrantes que trabajan en el Servicio Nacional de Salud en Reino Unido en referencia a la pandemia por la covid-19. 
El material, compartido en Twitter por el comediante británico Tez Ilyas, acumula 6,7 millones de reproducciones en las primeras 24 horas de su publicación y ha sido retomado por diversos medios de comunicación en Europa.
You clap for me now (Aplaudes por mí ahora), es un poema del escritor Darren James Smith y que fue narrado en este video por trabajadores de diversas minorías étnicas en Reino Unido que se dedican al cuidado de la salud y la alimentación. 
“Cuando salimos de nuestros hogares a la luz del sol y, con suerte, liberados de las garras de la covid-19, queremos recordarles a las personas que no vuelvan a las viejas y ciegas formas de pensar.
 De asumir que ciertos trabajos son ‘no calificados’ y, por lo tanto, ‘indignos’, dijo Smith, el autor del poema, en una entrevista con The Washington Post.
Desde el inicio de la pandemia en el país, los británicos han salido a sus ventanas y balcones todos los jueves a las 8 de la noche para aplaudir a los trabajadores sanitarios.
 “Ahora aplaudes por mí.
 Me animas mientras trabajo. Llevando comida a tu familia. Trayendo comida de tu suelo”, dice el poema, que cuestiona si el sentimiento de gratitud de los británicos se extenderá después de la crisis sanitaria por la covid-19.
El debate en el Reino Unido sobre los inmigrantes continúa tras el Brexit. 
Desde que se celebró el referéndum para salir de la Unión europea, ha bajado un 90% la entrada de personal sanitario provenientes del extranjeros en el país. 
Sin embargo, el propio primer ministro, Boris Johnson, fue atendido por un enfermero de origen portugués.
La covid-19 ha agudizado la cifra de muertos en este país en las últimas semanas. 
 Han sumado más de 5.000 casos nuevos y 778 muertos en las últimas 24 horas en Reino Unido, lo que eleva el balance a más de 93.000 personas contagiadas.

Para realizar este video, los trabajadores se filmaron a sí mismos y luego enviaron el material a Sachini Imbuldeniya, una productora británica cuya madre emigró de Sri Lanka y trabajó como enfermera.
 “Nos recuerda a todos que cuando finalmente salgamos del encierro, debemos recordar a aquellos que nos ayudaron a nosotros y a nuestros seres queridos a superarlo”, ha dicho la creativa en su cuenta de Instagram.

 

 

15 abr 2020

Andrea Bocelli, una vida de superación, rechazo y éxito

El tenor italiano ha logrado que 33 millones de personas vieran el concierto de Pascua que ofreció por Internet desde el Duomo de Milán.

Andrea Bocelli, durante el concierto del día 12 en el Duomo de Milán. En vídeo, su actuación. ALEX FRASER (REUTERS | VÍDEO: AFP)

Lorena Pacho

El tenor italiano Andrea Bocelli dio un emotivo concierto el día de Pascua para transmitir un mensaje de esperanza en medio de la pandemia desde la catedral de Milán completamente vacía que ya han visto más de 33 millones de espectadores a través de Internet. “Gracias a la música, retransmitida en directo, uniendo a millones de manos juntas en todo el mundo, abrazaremos este corazón palpitante de la tierra herida, maravillosa fábrica internacional que es motivo de orgullo italiano.
 La generosa y valiente Milán y toda Italia serán muy pronto de nuevo un modelo ganador, motor de un renacimiento que todos esperamos”, señaló Boccelli, de profunda fe católica como él mismo se ha definido en muchas ocasiones.
 Y añadió: “Creo en la fuerza de rezar juntos, creo en la Pascua cristiana, símbolo universal de un renacimiento que todos, creyentes y no, necesitamos ahora”.
Bocelli cantó cuatro canciones dentro del magnífico templo gótico y terminó el concierto con una interpretación del himno cristiano Amazing Grace delante de la catedral, con un montaje de imágenes que mostraban las calles vacías de París, Londres y Nueva York.
El tenor, además, a través de su fundación ya ha recaudado más de 300.000 euros que está destinando a apoyar a hospitales italianos desbordados por la emergencia sanitaria y a comprar material médico. 
Bocelli creó la fundación que lleva su nombre en 2011 con el objetivo de ayudar a personas en dificultad a causa de la enfermedad, la pobreza o la marginalidad.
 Y ha impulsado varios proyectos en Italia y en países en vías de desarrollo.
La historia de este cantante lírico toscano, de 61 años, que ha vendido más de ochenta millones de discos en todo el mundo en las dos últimas décadas, es de superación, rechazo y éxito. 
Bocelli nació con un glaucoma congénito que le provocó ceguera parcial y a los 12 años derivó en la pérdida total de la vista a causa de un golpe que recibió jugando al fútbol.
 Su pasión por la música se despertó en él cuando tenía tres años y quedó fascinado por la ópera que escuchaba un paciente ruso en una habitación cercana a la suya en una clínica de Turín. 
Siempre se empeñó en llevar una vida normal.
 Practica equitación desde pequeño y en sus orígenes actuó en locales nocturnos para pagar las clases de canto que recibía del tenor Franco Corelli, mientras compaginaba la música con sus estudios de Derecho.
 Con 14 años ganó un concurso de jóvenes talentos.
 En 1992, el multipremiado tenor se casó con su primera esposa, Enrica Cenzatti, a quien conoció cuando tocaba el piano de noche en un bar al principio de su carrera y con la que tuvo dos hijos.
 En 2002 la pareja puso fin a su relación y poco después él comenzó a salir con Verónica Berti, con la que pasó por el altar en 2014 y que es la madre de su única hija.
 La pareja vive en una inmensa villa en la localidad toscana de Forte dei Marmi, muy cerca de la exesposa del tenor, con quien mantiene una relación cercana.
 “Es simplemente un modo inteligente para vivir la propia vida familia porque es más inteligente hacer la paz que la guerra”, declaró el cantante al periódico The Independent
En una entrevista con Vanity Fair, el maestro contó que con Verónica comenzó a sentar cabeza.
 “Es mi compañera, mi amiga, mi amante. 
Ella me ha hecho comprender la bondad moral de la monogamia”, señaló.
En 1994, cuando ya era conocido en el panorama internacional, ganó el famoso Festival de la Canción de Sanremo y su popularidad creció como la espuma.
 A partir de ahí comenzó a batir récords de ventas en varios países. Por el camino tuvo que superar el rechazo de críticos musicales y de productores que no lo veían idóneo para la ópera.
 Pero nunca se dejó condicionar por las críticas, por muy feroces que fueran. 
En 2017 el director británico Michael Radford llevó sus memorias a la gran pantalla, con la adaptación de la novela autobiográfica La Música del silencio que el mismo Bocelli escribió en 1999.

En 1992, el multipremiado tenor se casó con su primera esposa, Enrica Cenzatti, a quien conoció cuando tocaba el piano de noche en un bar al principio de su carrera y con la que tuvo dos hijos.

 En 2002 la pareja puso fin a su relación y poco después él comenzó a salir con Verónica Berti, con la que pasó por el altar en 2014 y que es la madre de su única hija.

 La pareja vive en una inmensa villa en la localidad toscana de Forte dei Marmi, muy cerca de la exesposa del tenor, con quien mantiene una relación cercana.

 “Es simplemente un modo inteligente para vivir la propia vida familia porque es más inteligente hacer la paz que la guerra”, declaró el cantante al periódico The Independent

En una entrevista con Vanity Fair, el maestro contó que con Verónica comenzó a sentar cabeza. 

“Es mi compañera, mi amiga, mi amante. Ella me ha hecho comprender la bondad moral de la monogamia”, señaló. 

Robert Wagner habla por primera vez en 40 años de la noche en que murió su esposa, Natalie Wood

El actor participa en un nuevo documental de HBO que trata de mostrar la parte más humana de la actriz después de su muerte, convertida ya en una leyenda.

Robert Wagner y Natalie Wood en 1970. En vídeo el documental de la HBO 'Natalie Wood: What Remains Behind'. GARY LEWIS (MPTVIMAGES.COM) | EPV
 
Los años, incluso las décadas, no borran la conmoción que el mundo sufrió con la muerte de la actriz Natalie Wood en noviembre de 1981. 
La intérprete, eterna por su papel de María en West Side Story (1963), murió a los 43 años a causa de un “ahogamiento”, como reflejaron oficialmente las investigaciones, al caer del barco en el que pasaba las vacaciones de Acción de Gracias con su esposo, Robert Wagner, el actor Christopher Walken y el capitán del navío, Dennis Davern.
Sin embargo, aquel suceso nunca se aclaró del todo.
 Las averiguaciones se cerraron rápidamente, pero se reabrieron en 2001 con la publicación de una biografía que aseguraba —como también ha opinado el capitán del barco— que Wagner estuvo implicado en la muerte de Wood.
 El actor siempre ha tratado de mantenerse en un segundo plano en toda esta historia, pero ahora un documental de HBO ha logrado hacerle hablar.
Natalie Wood: What Remains Behind (que podría traducirse como Natalie Wood: lo que hay detrás) se estrenará el próximo 5 de mayo y ha sido supervisado por la hija de la actriz, Natasha Gregson-Wagner.
 El metraje incluye documentos, audios, imágenes y vídeos nunca antes hechos públicos, como los de la segunda boda de Wood y Wagner —estuvieron casados dos veces: de 1957 a 1962 y desde 1972 hasta la muerte de la actriz en 1981—.
 Pero también hay entrevistas con actores, amigos y personas del mundo del cine, de su entorno, como Mia Farrow, Robert Redford y el propio Wagner.

Es la primera vez en la que, en casi cuatro décadas, Wagner —que el pasado febrero cumplió 90 años— habla públicamente sobre el suceso. 
Para la ocasión lo hace acompañado de su hija, puesto que la propia Natasha es la entrevistadora en este caso.
 En el adelanto del documental que ha dado a conocer en exclusiva el diario británico Daily Mail, ella le pregunta si cree que el caso del ahogamiento de su madre debería reabrirse. 
La respuesta de Robert Wagner es:
 “No creo que haya pasado un solo día en el que no haya pensado en Natalie”.
Dirigida por Laurent Bouzereau, realizador de multitud de documentales sobre el cine de Hollywood y sus estrellas, el metraje se estrenó en el Festival de Sundance.
 En él, Mia Farrow habla sobre cómo le influyó Wood a la hora de ser madre, George Hamilton sobre su profesionalidad y Robert Redford sobre cómo ella le consiguió un papel en la cinta La rebelde, de 1965, su primer gran protagonista de cine.
La hermana de Wood, Lana, también actriz y conocida especialmente por ser chica Bond en los años setenta, ha rechazado participar en el documental. 
Sin embargo, la hija de la fallecida estrella ha preferido dar su versión. 
 La motivación de Natasha para formar parte de este documental parece clara, por lo que se ha podido ver en su adelanto.
 “Desde entonces”, explica en referencia a la muerte de Wood, “todo ha estado tan centrado en cómo murió, y eso ha ensombrecido a quién era ella como persona”.
 Entre algunas de las frases que se oyen decir a Natasha están “El día en que mi madre murió, todo mi mundo se hizo añicos”, o “RJ fue su gran amor”, en referencia al apodo de Robert Wagner.
Wagner es el protagonista de una reciente biografía, Natalie Wood: The Complete Biography, escrita por Suzanne Finstad (Broadway Books), que ya escribió la de 2001 en la que desveló nuevas pruebas que sugirieron que la muerte de la actriz no fue accidental y que logró abrir la investigación.
 En este nuevo libro, Finstad relata que, durante su primer matrimonio y cuando ella tenía apenas 22 años, pilló una noche in fraganti a Wagner manteniendo una relación con David Cavendish, el mayordomo inglés del actor.
 Una revelación que cambió su vida y su visión del matrimonio.
Natasha Gregson-Wagner tiene ahora 50 años, pero apenas tenía 11 cuando su madre cayó, en una noche de tormenta y mar agitado, por la borda del Splendor.
 Horas antes Natalie y Robert habían mantenido una fuerte pelea. Vestida con un pijama de franela, calcetines y una chaqueta roja, su cuerpo se encontró a la mañana siguiente y su investigación fue cerrada en pocas semanas.


 

Personas mayores: entre nosotros no hay descartables

El autor, ex ministro de Costa Rica y vicedirector de la FAO, cuenta su experiencia de confinamiento por la Covid-19 en este país y cómo, en él y en Italia, la población defiende más el derecho a la vida de sus mayores que al posible impacto económico.

Una mujer mayor ataviada con sombrero disfruta en solitario de un día de sol en el Queen's Park Savannah, el principal parque de Puerto España (Trinidad y Tobago), pese a las restricciones y la orden de quedarse en casa.
Una mujer mayor ataviada con sombrero disfruta en solitario de un día de sol en el Queen's Park Savannah, el principal parque de Puerto España (Trinidad y Tobago), pese a las restricciones y la orden de quedarse en casa. EFE

 

Hace unos días seguí el debate entre el gobernador de Nueva York y los conservadores estadounidenses.
 Cuomo decía “aquí toda vida es preciosa” mientras, en la acera de enfrente, el popular show de Glenn Beck, ícono entre los conservadores, difundía propuestas para no sacrificar la economía, tales como que el efecto de inmunidad comunitaria (herding) era preferible al aislamiento.
 Beck lo resumía así: “Incluso si todos nos enfermamos, es mejor morir que matar al país” (traducción libre, publicado el 29 de marzo del 2020, en Common Dreams).

Leí con profunda tristeza los relatos de médicos italianos de cuánto les dolía negar un respirador a un anciano cuando, presionados por la escasez, tenían que optar entre su vida y la de otro enfermo de menor edad y con más probabilidades de sobrevivir.
 A pesar del desconsuelo de los profesionales en salud, esta era una decisión basada en un protocolo y principios éticos no por etnia, riqueza, orientación sexual religión o nacionalidad.
Por esas vicisitudes de la vida he visto la llegada de la pandemia en Italia y Costa Rica.
 En ambos países atestigüé una inmensa mayoría de la población defendiendo el derecho a la vida de sus mayores y solo una minoría más preocupada por el posible impacto en su situación económica.

Vivo mi cuarentena en Costa Rica, aquí nadie se ha atrevido a defender la tesis utilitaria y el país sigue atento a cuantas unidades de cuidados intensivos se encuentran disponibles. 
Los servicios de la salud pública dan acompañamiento a los ancianos y proveen de alimentos a los niños que ya no van a los comedores escolares, el país entero llora cada muerto (a la fecha, tres) y cada paciente recuperado es motivo de celebración.
 Después de más de 40 días en el país no he podido ir a ver a mi madre, ni a la mayoría de mi familia.
 Simplemente, acepto que el no visitarla es una muestra de amor y respeto.
 Adulta mayor de 87 años, con 12 de padecer Alzheimer, ella y los de su condición son para mí y para una inmensa mayoría de la sociedad costarricense e italiana no descartables.
Finalmente, pienso que el grueso de la población en estos dos países acató las instrucciones por altruismo.
 El acatamiento es y ha sido la norma.
 Lo que no he escuchado hasta ahora ni en Italia ni en Costa Rica es a políticos o dirigentes empresariales relevantes defender la primacía de la economía sobre la vida de los más vulnerables.
 Por ahora puedo dormir tranquilo; para los costarricenses y para los italianos mi madre no es descartable.
 ¡Para estos pueblos toda vida es preciosa!

René Castro es vicedirector general de la FAO y ocupó las carteras de Exteriores y de Medio Ambiente y Energía de Costa Rica entre 1994-2014 como ministro.