Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 ago 2017

‘Dunkerque’ gusta mucho, pero también genera polémica

El fondo y la forma..................................Juan José Millás

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
BLESA EN Caja Madrid. Parece un decorado.
 Acaba de abrirse el telón y el actor principal hipnotiza con su donaire al público antes de atacar su papel.
 Conocemos el argumento de la obra, que empezó como una comedia de enredo (llena de personajes pintorescos que entraban y salían), y su trágico final, pero no habíamos visto jamás la ambientación.
 ¿Quién decora estos sitios? ¿España entera es así? ¿Era así de asfixiante el estilo Aznar/Botella?
¿Cómo logramos sobrevivirle a él como presidente del Gobierno de las armas de destrucción masiva, y a ella como hada madrina de los fondos buitre, a los que regaló las viviendas de protección oficial subvencionadas por los contribuyentes madrileños?
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Claudio Álvarez
Aterra la idea de que los edificios vanguardistas que han crecido como hongos en nuestras ciudades contengan oquedades de esta naturaleza estética.
 Porque no es que resulte feo, recargado, imperialista y frío, es que la atmósfera moral que exuda nos trae a la memoria la boda de El Escorial, que se planificó sin duda en un lugar muy parecido a este. Se pregunta uno qué clase de decisiones se pueden tomar desde detrás de esa mesa y no tiene más que repasar la historia de la España contemporánea para responderse.
 Más allá de la ventana se aprecia la otra torre inclinada que presagiaba las caídas a las que luego hemos asistido. 
Todo fue una representación a la altura del decorado.
 Es difícil vivir por encima de él, del mismo modo que es difícil separar el fondo de la forma. 
He aquí la forma. El fondo lo estamos pagando todavía.

Queridas Alba y Alma...........................Sergio García Zamora

El poeta cubano envía a sus hijas esta misiva atravesada por la nostalgia de un futuro en el que serán ellas quienes le cuenten lo que han visto.
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AÚN NO les escribo un poema. Déjenme que les escriba una carta. Una carta niña como mis niñas. 
Una carta que demorarán en leer lo que dura vuestra inocencia. Estoy lejos, muy lejos, aunque estoy en la habitación de al lado. Las personas escriben cartas cuando viajan, pero yo salgo de viaje cuando escribo una carta.
Este resultará el viaje más extraño.
 Volveré sin traerles dulces ni juguetes, solo palabras y palabras.
 Yo soy una postal en blanco.
 Cuál país, cuál ciudad, cuál nuevo cielo me espera.
 Ahora mismo he subido al tren, al barco, al avión. Ahora mismo ya las extraño. ¡Qué gozo el dolor de extrañarlas!
Qué extraño contemplarlas quietas, pero alejándose. Qué extraño contemplar sus cercanas lejanías
Hijas, he visto mariposas en la cumbre de la Pirámide del Sol, y eran ustedes sobrevolando mi cabeza. 
Pobre yo que subo lo monumental para creerme alto, mientras lo frágil logra ascenderlo todo.
 Nada puede vencer esa gracia: mariposas en la cumbre de la Pirámide del Sol.
 He visto un volcán y un lago y un árbol donde duermen todos los pájaros; he visto atardecer en las isletas, cuyo número son los días del año, he visto atardecer desde el bote en que los amigos vamos, y solo faltó sentarlas en mis piernas para que fuese el paraíso.
 He visto una ciudad al pie de un cerro y en la cima del cerro una iglesia.
 No quise entrar. Yo rezo con ustedes en lo hondo. He visto en el Museo del Prado, con la tía Amalia, El jardín de las delicias
 Algún día conocerán al Bosco y sentirán lo que su padre siente: lo que siente un general cuando lo atacan desde todos los frentes a la vez; lo que siento cuando al volver del mundo corren a abrazarme. Hijas, un mapa secreto hay en nosotros.
 Ustedes son mi Ruta de la Seda y mi Camino de Santiago.
Qué bueno levantarme ahora de esta página y ver cómo duermen, cómo respiran.
 Qué bueno ser el invisible
. Jamás tuvo sentido que el nombre de su padre signifique guardián, el que vela; jamás tuvo sentido hasta el instante de contemplarlas así.
 Qué extraño contemplarlas quietas, pero alejándose.
 Qué extraño contemplar sus cercanas lejanías.
 Padezco una irremediable nostalgia por el futuro, mi nostalgia proviene del futuro, nunca del pasado; nostalgia por el futuro en que serán ustedes quienes me cuenten lo que han visto. 
Desde hoy ya espero por sus palabras. Feliz viaje.

Aún no les escribo un poema. Pero yo sé que me comprende la Poesía.
 Qué importa la luna, sino pensar que la miramos juntos.
 Que importan las estrellas, sino el orgullo de enseñarles a nombrarlas.
 Qué importa escribir, sino el hombre que les dio vida.

 Créanle siempre a su madre: papá es un loco. Y las ama.
Y Recuerden que ser hijas de un poeta es más latoso de lo que esperan.

Los niños de Juana y el iceberg................................Rosa Montero

La mujer que huyó con sus pequeños para no entregarlos a su exmarido evidencia que el sistema judicial está oxidado y demuestra la indiferencia al maltrato infantil.
COLUMNISTAS-REDONDOS_ROSAMONTERO
NO SÉ QUÉ habrá pasado con el caso de Juana Rivas para cuando salga este artículo (ya saben que tarda quince días en imprimirse). Juana es esa mujer española que huyó con sus niños, de 3 y 11 años, para no tener que entregarlos a su exmarido, un italiano que se los iba a llevar a su país. Que conste que defiendo el derecho de paternidad de los hombres, y que para mí la relación que tienen con sus hijos es tan importante como la de las mujeres.
 Pero es que ese tipo tiene una sentencia firme por maltratar a Juana
. Sé que este caso es tremendamente polémico y que los abogados se están tirando los trastos, es decir, las versiones, a la cabeza.
 Pero, insisto, él tiene una sentencia por maltrato. 
¿Fue injusta? Puede, pero también es cierto que todos los culpables (de este y de otros delitos) suelen declararse inocentes. 
En cualquier caso, creo que en situaciones así hay que extremar la prudencia, y no ya por los derechos de la mujer o del hombre, sino por los pequeños.
 Son esos niños quienes deben ser defendidos por la ley ante el menor indicio de sospecha. 
Y me parece evidente que un maltratador (sea hombre o mujer) debe ser alejado de sus hijos. 
Según el Convenio de Estambul, el niño se considera víctima de la violencia de género con sólo haber sido testigo de esa violencia, sin necesidad de padecerla en primera persona. 

Sin embargo, un tribunal italiano le dio la patria potestad al padre y condenó a Juana por haberse fugado
. Al parecer esta sentencia fue propiciada por la desidia de nuestro sistema judicial: he leído que nunca se llegó a enviar a los jueces italianos la condena por maltrato.
 En este país nos llenamos la boca hablando de la violencia de género, pero luego el sistema está oxidado, las medidas preventivas no funcionan y terminan pasando cosas como ésta.
 En lo que va de año, seis niños han sido asesinados por sus padres varones a causa de la violencia de género. 
Y desde 2013 hasta ahora van contabilizados 22 asesinatos de este tipo, con los que los hombres intentaron herir a las mujeres en lo que más les dolía.
 Eso es lo que Juana dice temer de su exmarido.
 Desde luego no resulta muy edificante incumplir una resolución judicial y desaparecer con tus niños, pero, si las cosas son como la madre dice, yo hubiera hecho exactamente igual que ella.
Ahora bien, la indefensión de los hijos de Juana no es más que la punta de un atroz iceberg, el del maltrato de los niños en España, un horror cotidiano al que nadie parece prestar la menor atención. En 2016, tras el asesinato en Almería de un bebé de 45 días por su padre, la prestigiosa ONG Save the Children calificó de “intolerable” nuestro sistema de protección infantil: no sólo falla calamitosamente la prevención, sino que la mayoría de los casos de violencia contra los menores no se denuncian, y no existe un sistema de recogida de datos.
 Es decir, ni siquiera sabemos lo que sufren nuestros niños.
Esta falta de datos revela la incomprensible indiferencia, la repugnante incuria de nuestra sociedad ante la atrocidad del maltrato infantil. 

Desde 2013, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad está registrando los niños asesinados por sus padres varones dentro de la violencia de género. 
Pero ¿y todos los demás? ¿Y los asesinados por sus madres, por ejemplo? 
Que, por desgracia, hay bastantes, aunque son difíciles de rastrear, e incluso de googlear, porque, ya está dicho, no se recogen. 
Al parecer, la mayoría de los infanticidios cometidos por las madres son poco después del parto (quizá por presión social), pero hay otros casos exactamente iguales a los de la violencia de género, como esa mujer de 34 años que, el pasado mes de abril, ahorcó a su niña de 18 meses y luego se suicidó en Mallorca, porque su marido le había dicho que se iba a separar.
 El pobre hombre gritaba: “¡Has matado a mi niña, has matado a mi niña!”. Pues bien, ese crimen no ha entrado en ninguna estadística.
No es la primera vez que escribo de esto.
 No entiendo qué nos pasa, qué podredumbre anida en nuestro corazón para que sigamos sin tomar medidas nacionales para proteger a los pequeños. 
Que quede claro: el maltrato de niños no es un apéndice de la violencia de género, sino una tragedia monumental y mucho más compleja, una causa en sí misma que debemos combatir urgentemente.
 Eso aparte, y tal como hoy se ven las cosas en el momento en que redacto este artículo, #YoTambiénSoyJuana, desde luego.