Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 mar 2017

Isabel Preysler acompaña por primera vez a Vargas Llosa a Perú

La pareja ha llegado al país sudamericano donde el Premio Nobel de Literatura celebrará su cumpleaños número 81.

Isabel Preysler en un restaurante en la ciudad de Lima (Perú) . EFE

 

Mario Vargas Llosa llegó el sábado pasado a Lima (Perú) acompañado de su pareja Isabel Preysler. 
 Tras dos días en la capital peruana, el premio Nobel de Literatura viajará a Arequipa, a unos 1.000 kilómetros al sur de Lima, donde mañana 28 de marzo celebrará sus 81 años.
El escritor no solo acudió a a su país de origen para celebrar su cumpleaños, sino también tiene previsto participar en la cuarta entrega de libros de su biblioteca personal al centro cultural que lleva su nombre.
Esta es la primera vez que Preysler acompaña a Vargas Llosa a su tierra natal y según medios locales el intelectual tiene planeado mostrarle a su pareja la ciudad donde nació, y también gran parte de la cultura peruana. 
El año pasado el escritor acompañó a Preysler a Filipinas donde conoció a parte de la familia de la socialité.
Tras los terribles desastres naturales a los que se ha tenido que enfrentar Perú en los últimos días Varga Llora se solidarizó con los damnificados por las feroces lluvias que desde hace varias semanas azotan a Lima y que han dejado 90 muertos.
 "Toda mi solidaridad, amistad y cariño a las víctimas de esta catástrofe que está viviendo el Perú", dijo el escritor.
 "Es una experiencia que ha servido para mostrar la extraordinaria solidaridad, la gran movilización del país entero, deponiendo rivalidades, diferencias.
 Todo el mundo está unido, trabajando por ayudar a los damnificados para superar esta difícil prueba", agregó.
Mario Vargas Llosa ingresa acompañado de su hijo Álvaro en un restaurante en la ciudad de Lima (Perú).
Mario Vargas Llosa ingresa acompañado de su hijo Álvaro en un restaurante en la ciudad de Lima (Perú). EFE

Las fuertes lluvias que han caído en todo el país desde principios de año, como consecuencia del fenómeno climático El Niño costero, también han dejado más de 120.000 damnificados y unos 742.000 afectados, y han provocado inundaciones y avalanchas de lodo y piedras.
Según la oficina de la gobernadora regional de Arequipa, el premio Nobel de Literatura del 2010 donará a la ciudad peruana una cuarta entrega de libros de su biblioteca personal para ser expuestos en el centro cultural creado en la casa donde nació y lo hará mañana, el mismo día de su cumpleaños.

Los tres mayores accidentes de la aviación en España se produjeron en Los Rodeos


Las tres principales catástrofes aéreas en España han tenido por escenario el archipiélago canario, y en todas ellas participaron aviones que aterrizaban o despegaban de aeropuerto de Los Rodeos.
 Su peligrosidad aconsejó la construcción de un nuevo aeropuerto, que funciona desde noviembre de 1978, en el sur de la isla de Tenerife, con el nombre de Reina Sofía. 
Sin embargo, Los Rodeos viene utilizándose para aviones en vuelo charter, uno de los cuales es el que se estrelló ayer.
El 27 de marzo de 1977 ocurría en el aeropuerto de Los Rodeos la mayor catástrofe de la historia de la aviación civil: dos jumbos Boeing 747 de las compañías KLM (holandesa) y Pan Am (norteamericana) colisionaron en la pista de despegue del aeropuerto tinerfeño.
 Tres años después, el número definitivo de muertos quedó establecido en 585 -en el momento mismo del accidente murieron 560 personas- y las cantidades a desembolsar por las compañías aseguradoras ascendieron a 22.000 millones de pesetas.
 Se trata, por tanto, del accidente más caro del transporte civil, además del más trágico.
El aeropuerto de Los Rodeos ocupaba en el momento del desastre el sexto lugar en España por número de pasajeros -en 1975 había recibido casi medio millón de viajeros- y, sin embargo, se trataba de un aeropuerto peligroso, según los expertos, a causa de su emplazamiento inadecuado y de sus habituales problemas meteorológicos.
 De hecho, este accidente era el sexto importante en Los Rodeos desde 1965;
 los cinco anteriores se habían cobrado 251 víctimas.
En cuanto a las causas reales de la catástrofe, se produjeron tres informes sucesivos por parte de los países afectados.
 El primero de ellos, realizado por expertos norteamericanos, estableció claramente que las cintas magnetofónicas de la torre de control no contenían permiso para despegar.
 El informe técnico de la comisión investigadora españolase establecía que el accidente se había producido por haber despegado sin autorización el comandante del Boeing 747 de la KLM.

Aunque Holanda criticó duramente el informe español acusándole de parcialidad, y explicó el accidente por un fallo del sistema de radiocomunicación, e incluso señaló la posibilidad de que el controlador aéreo se hubiera separado de la terminología habitual en el momento del despegue, lo cierto es que en agosto de 1979 el Tribunal de Aviación Civil de Holanda declaró que la causa del accidente fue un mal entendido entre el piloto del aparato de la KLM y el controlador, e informó asimismo que la tripulación de la compañía holandesa no recibió autorización de la torre de control para iniciar el despegue.

En este caso existe también un cúmulo de circunstancias desgraciadas que sin duda coadyuvaron al triste final, como son la mala visibilidad reinante, el inoportuno silbido que se interfirió en el momento clave y la superposición de los diálogos de los dos aparatos con la torre de control.

* Este articulo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de abril de 1980

El accidente de Los Rodeos: 40 años de la mayor catástrofe aérea

Un total de 583 personas fallecieron en el que aún es el siniestro más grave de aviación civil.

En la foto, restos calcinados de los aviones. EFE/Archivo EFE

El mayor accidente de la historia de la aviación civil se produjo tal día como hoy de 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife). Una cadena de errores, fallos técnicos, decisiones humanas equivocadas, condiciones meteorológicas adversas e incluso un atentado terrorista se concatenaron para acabar en el brutal choque de un avión de la línea holandesa KLM, a punto de despegar con los depósitos repletos de combustible, y de otro de PanAm 1736, que rodaba plácidamente por las pistas para dar el salto a Gran Canaria: 583 personas perecieron aquel 27 de marzo de 1977.
"Recuerdo aún olor a carne quemada, era horroroso", evoca el fotógrafo Antonio Rueda, que sigue sin olvidar aquel domingo de 1977 en el que tuvo que enfrentarse un desastre sin precedentes, rodeado de niebla y con apenas dos carretes.
 Rueda rememora aquella catástrofe aérea como el día "más triste y más oscuro" de su carrera en la agencia Efe.
Aquel día de niebla, las comunicaciones en Los Rodeos eran un caos.
 El aeropuerto estaba abarrotado tras haberse visto forzado a acoger casi todo el tráfico aéreo de Canarias, porque el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario) había obligado a cerrar el aeropuerto de Gran Canaria tras hacer estallar una bomba en la floristería de la terminal (Marcelina Sánchez Amador resultó gravemente herida).


El accidente de Los Rodeos: 40 años de la mayor catástrofe aérea
La torre de control crepitaba. 
El trabajo era más que intenso. 
Los aviones guardaban cola para despegar. Las luces de pista funcionaban mal
. La visibilidad estaba limitada a 300 metros. No había radar de superficie.
 "Antes las comunicaciones dependían del nivel de inglés del controlador y el piloto y el ruido externo.
 Incluso se podía llevar un operador de radio en cabina", asegura el secretario del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (Copac), Borja Díaz Capelli.

En la cabina del Boeing 747 de KLM, que procedía del aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam, se escuchaban las instrucciones que los controladores de Los Rodeos iban dando a los aviones que abarrotaban sus instalaciones.
 El comandante de KLM Jacob Veldhuyzen Van Zanten sabía que las 247 personas que llevaba a bordo se estaban impacientando.

Por eso consultó con la torre de control. Esta, según la investigación de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) del Ministerio de Fomento, dio autorización para su plan de vuelo, pero no para el despegue inmediato. 
 El copiloto avisó del despegue y la torre de control interpretó que solo se estaba preparando para hacerlo, pero no que se disponía a despegar al no haberle dado la autorización expresa.
Estado en el que quedó el avión de KLM.
Estado en el que quedó el avión de KLM.

"Anteriormente se utilizaba el término 'take-off' (despegar) para varias órdenes, entre ellas las de despegue. 
Esto se prohibió y ahora no debe usarse [ese término] excepto en el momento en el que se recibe autorización expresa para despegar", ha señalado el secretario nacional de Formación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), José Puga.
A las 17.06.12, el comandante Van Zanten dio la orden: "We gaan (nos vamos)". 
El jumbo de KLM ya aceleraba entre la niebla con 248 personas a bordo y 55.500 litros de combustible.
 "De acuerdo, espere para despegar, le llamaré", le dijo inmediatamente la torre, que no veía el avión debido a la escasa visibilidad.
 Pero en la cabina solo se escuchó un chirrido debido a una interferencia.
El 747 de PamAm con código 1736, que debería haber dejado ya a 378 pasajeros en Gran Canaria -casi todos jubilados de California a los que esperaba en Las Palmas el crucero Golden Odyssey-, seguía rodando sin prisa, a la espera de su turno. 
"Clipper 1736", dijo por radio. "1736, reporte la pista libre", le respondió la torre.
 "De acuerdo, reportaré cuando la dejemos libre", confirmó el avión americano, sin saber que hacía ya 20 segundos que el KLM se dirigía hacia él, cada vez a mayor velocidad.
 El KLM estaba acelerando en plena maniobra de despegue.
 De pronto, por la radio de la pista se escuchó al segundo piloto de PanAm, Robert Bragg: "Nosotros todavía estamos rodando por la pista, Clipper 1736".
 Ya había poco que hacer. Los dos aviones se cruzan en el camino.


Soldados trabajan para despejar las pistas de Los Rodeos.
Soldados trabajan para despejar las pistas de Los Rodeos.
Ambos comandantes trataron de evitar la colisión. El de KLM intentó despegar, y casi lo logra.
 El de PanAm trató de apartarse.
 Nada. "Me agaché, cerré lo ojos y cuando el avión de KLM nos golpeó, pensé sinceramente que no nos había dañado. 
Fue un impacto muy ligero, sonó más o menos como clunk.
 Fue tan leve que parecía increíble, hasta que abrí los ojos y miré", relata en su blog Robert Bragg, copiloto de la aeronave de Pan Am, fallecido el pasado 24 de febrero a los 79 años.
 Esto es lo que vio.
El avión de KLM se estrelló contra el suelo y se incendió.
 Su carga de combustible -el piloto había cargado de más, para acelerar su regreso a Países Bajos, tras recalar en Gran Canaria- se convirtió en un infierno de fuego.
 Ninguno de sus 248 ocupantes sobrevivió.
 Casi todos quedaron calcinados. El Boeing de PanAm sufrió gravísimos daños y también fue pasto del fuego, pero más de 70 de sus 396 ocupantes lograron escaapr del fuego, la mayoría gracias a un agujero en el fuselaje, mientras los bomberos del aeropuerto concentran todos sus esfuerzos sobre ellos (algunos morirían después en el hospital).
 Cuando el fotógrafo Rueda llegó (había estado en la playa con su familia), se encontró esto: 
"Era un espectáculo que la verdad daba pena; nunca había visto tantos muertos ni los he vuelto a ver".
 La primera instantánea que sacó -y que luego dio la vuelta al mundo- fue la de un miembro de Cruz Roja recogiendo en una camilla a un hombre que gritaba de dolor, asegura Rueda, quien prefiere no recordar los sollozos de las víctimas desde el interior de los aviones, porque le siguen doliendo, 40 años después.


 

26 mar 2017

Cuando Jackie Kennedy iba a los toros...................... Antonio Lorca....

La propietaria de la Real Maestranza cataloga 13.300 negativos comprados a la familia de Luis Arenas.


 
El director de cine Orson Welles, en La Maestranza.
La decisión de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla de comprar hace unos meses el archivo taurino del fotógrafo Luis Arenas (Sevilla, 1911-1991) ha permitido sacar a la luz instantáneas inéditas de famosos personajes que visitaron la plaza de toros en los cincuenta y sesenta. 
Extraordinarias fotos en blanco y negro que han dormido largo tiempo en negativos ocultos y vuelven a la actualidad gracias al trabajo de catalogación de 13.304 fotos que carecen de identificación y fecha.
Entre miles de imágenes taurinas y faenas camperas, de 1944 a 1966, destaca la presencia en los tendidos de Jacqueline Kennedy junto a la duquesa de Alba, con la que se paseó a caballo, vestidas de amazonas, por el real de la feria en 1966;
 la actriz Ava Gardner (en 1964) y el director de cine Orson Welles (años 50) se asoman en una barrera de la plaza; Audrey Hepburn y Mel Ferrer, su marido, en los primeros años sesenta; los príncipes Raniero y Grace Kelly, en 1966 (la princesa se vistió de flamenca y paseó en coche de caballos);
 Lola Flores y una joven Carmen Sevilla, entre otros rostros conocidos de entonces.
Once cajas guardan los 13.304 negativos de fotos taurinas en blanco y negro. 
Ninguna de ellas está catalogada, y la institución sevillana trabaja para que a la mayor brevedad posible —asegura que aún es pronto para dar una fecha— esté al servicio de los investigadores y amantes de la fotografía taurina.
 El compromiso de la Maestranza es la elaboración de un catálogo general y el montaje de una exposición que muestre lo más sobresaliente del archivo.
Entre las fotos taurinas hay 422 de Rafael El Gallo; 191 de Juan Belmonte; 20 de Manolete; 18 de Franco en los toros; 14 de Jacqueline Kennedy; 8 de Orson Welles; 5 de Ava Gardner; hay además tomas de esculturas, pinturas y temática general relacionada con el mundo de los toros.
 Esta no es más que una muy pequeña muestra del inmenso legado de un artista sevillano de la cámara, apasionado de la Semana Santa, pero muy conocido también por su dedicación al fútbol, la Feria de Abril, el Rocío, la vida cotidiana, los lugares recónditos, la luz, las penumbras y los niños.
 A todo ello dedicó el fotógrafo más de 40 años de su vida, cámara al hombro.
Hoy, 25 años después de su fallecimiento, el legado artístico de este maestro del costumbrismo lo componen casi 30.000 negativos pendientes de catalogación.

 Además de los taurinos, otros 15.000 permanecen en la casa familiar a la espera de que sus descendientes alcancen un acuerdo para su venta a una entidad financiera.
 
La historia de toda una ciudad compendiada por el objetivo de una cámara.
 Esa es la herencia de un personaje singular a quien Luisa, la única viva de sus cuatro hijos, su nieto Luis y su sobrino nieto Daniel, recuerdan como “un artista enamorado de Sevilla, que salía cada mañana de su casa para atrapar un destello de luz que, quizá, llevaba buscando meses”.

Ava Gardner en La Maestranza.
Ava Gardner en La Maestranza.
Arenas fue un protagonista central de la Semana Santa (se calcula que tiró unas 10.000 instantáneas), fotógrafo de fútbol (“un sevillista de corazón”, afirman los suyos), amigo de los toreros Rafael el Gallo y Juan Belmonte, y amante de la feria y el Rocío. Publicó libros de fotografías con los textos de su amigo Luis Ortiz Muñoz, expuso en Sevilla, Madrid, Lisboa y el Vaticano, sus fotografías fueron los temas centrales de los carteles de Semana Santa y Feria en 11 ediciones, su trabajo se conoció en distintos países gracias a su colaboración con la agencia inglesa Camera Press y una foto captada en la plaza de la Maestranza fue portada de la revista Life.

Su hija Luisa cuenta que su padre pertenecía a una familia de 10 hermanos dedicada a la fabricación y venta de muebles en el centro de Sevilla.

 Pronto se descubrieron las dotes artísticas de Luis para el dibujo y de ese modo contribuyó en el negocio familiar al tiempo que cursaba estudios de escultura en Bellas Artes.

 Pero no tardó mucho el joven Arenas en comprender que no había nacido para el diseño de muebles.