Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 ene 2017

La cuenta que recuerda a judíos asesinados en el Holocausto que no consiguieron visado en EE UU

Los pasajeros del St. Joseph tuvieron que volver a Europa después de ser rechazados por Cuba y por EE UU.


Viajeros al bordo del St. Louis
Viajeros al bordo del St. Louis.

Me llamo Eva Dublon.
 Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
 Me mataron en Auschwitz.
Russel Neiss, creador de la cuenta de Twitter junto al rabino Charlie Schwartz, explica a Verne que la idea de rememorar a los pasajeros que cruzaron el Atlántico a bordo del barco St. Louis surgió la noche del 26 y el robot que prepararon empezó a tuitear a primera hora del 27, antes de que Trump firmase su orden ejecutiva.
 Con 252 mensajes -uno para cada víctima documentada por el Museo del Holocausto, tuiteados cada cinco minutos a lo largo de la jornada-, han alcanzado más de 70.000 seguidores.
“Nuestro objetivo era poner en marcha un pequeño proyecto para honrar a las víctimas del Holocausto”, cuenta Neiss.
 “Creo que la gente conectó porque cuando se recuerda que los refugiados no son hordas difusas sin cara que intentan invadirnos y cambiar nuestras vidas, sino gente normal cuya vida pende de un hilo, quieren hacer lo correcto”, opina. 
Algunos de sus tuits, muchos de los cuales tienen fotos de las víctimas, acumulan miles de retuits.
 El más compartido, el de un niño pequeño llamado Joachim Hirsch que murió en el campo de exterminio de Auschwitz, lleva más de 41.000 retuits.
Me llamo Joachim Hirsch. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
 Me mataron en Auschwitz
Neiss, ingeniero informático de 33 años, recuerda que su abuelo fue el único superviviente de su familia “porque los países de todo el mundo se negaban a acoger a la gran cantidad de refugiados que había huido para salvar sus vidas”.
La historia del St. Louis ilustra bien esa imagen de puertas cerradas.
 El barco zarpó del puerto de Hamburgo el 13 de mayo de 1939. Desde la Noche de los Cristales rotos del 9 de noviembre de 1938, el Gobierno de Adolf Hitler, que todavía no había comenzado con la aniquilación masiva de judíos, les empujaba a emigrar del país. Los 937 pasajeros se dirigían a Cuba con la esperanza de obtener asilo.
 El Gobierno de Federico Laredo les impidió desembarcar y después de negociaciones admitió a 28 pasajeros (cuatro españoles, dos cubanos y 22 judíos que tenían visas estadounidenses).

Ver imagen en Twitter
Me llamo Joachim Hirsch. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
 Me mataron en Auschwitz
Neiss, ingeniero informático de 33 años, recuerda que su abuelo fue el único superviviente de su familia “porque los países de todo el mundo se negaban a acoger a la gran cantidad de refugiados que había huido para salvar sus vidas”.
La historia del St. Louis ilustra bien esa imagen de puertas cerradas.
 El barco zarpó del puerto de Hamburgo el 13 de mayo de 1939. Desde la Noche de los Cristales rotos del 9 de noviembre de 1938, el Gobierno de Adolf Hitler, que todavía no había comenzado con la aniquilación masiva de judíos, les empujaba a emigrar del país. Los 937 pasajeros se dirigían a Cuba con la esperanza de obtener asilo.
 El Gobierno de Federico Laredo les impidió desembarcar y después de negociaciones admitió a 28 pasajeros (cuatro españoles, dos cubanos y 22 judíos que tenían visas estadounidenses).
St. Louis Manifest
Me llamo Leopold Dingfelder. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Me mataron en Auschwitz.
Algunos pasajeros enviaron telegramas al presidente Franklin D. Roosevelt para solicitar asilo, pero nunca recibieron respuesta. 
El Departamento de Estado informó a un pasajero que debían esperar sus turnos en las listas de espera, de varios años, para solicitar asilo. 
“La Gran Recesión había dejado a millones de estadounidenses sin trabajo y temerosos de tener competencia con los pocos empleos disponibles. 
También había dado fuelle al antisemitismo, la xenofobia, el nacionalismo y el aislacionismo”, según la web del Museo del Holocausto de EE UU.
Cuando se le pregunta a Neiss si esa cita le recuerda a los Estados Unidos de hoy, responde: “No. Esos no son los Estados Unidos que yo conozco. 
El país que reconozco está en las caras y las acciones de la gente que ha salido a las calles este fin de semana. Gente normal.
 Gente de todas las razas, religiones y edades.
 Inmigrantes nuevos y personas que llevan generaciones aquí, que se han puesto en pie por los valores de nuestros padres fundadores y de los que han luchando por la libertad y la justicia para todos”.
Me llamo Werner Stein. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Me mataron en Auschwitz
El 6 de junio de 1939 el St. Louis dio media vuelta para volver a Europa. Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Francia dieron asilo a los pasajeros.
 Los que se quedaron en Reino Unido, salvo uno que murió en un bombardeo, sobrevivieron a la guerra.
 De los demás, 254 murieron. 
El fin de semana del 28 y 29 de enero de 2017 cientos de miles de estadounidenses se concentraron en las calles y en los aeropuertos contra el portazo de Trump a los demandantes de asilo, al grito de “Refugees Welcome” (bienvenidos refugiados) y "Let them in" (dejadles entrar).
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St. Louis Manifest

España, el tercer país mejor situado para atraer capital británico tras el ‘Brexit’

Madrid se coloca como quinta ciudad más atractiva para la inversión extranjera y Barcelona la décima.

Vista del Big Ben de Londres. EFE
España mantiene el pulso. En estos momentos es el tercer país mejor situado de Europa para recibir la inversión extranjera que abandone Reino Unido a consecuencia de Brexit.
 Por ciudades, Madrid se sitúa como la quinta ciudad más atractiva, mientras que Barcelona se queda como la décima, según el informe European attractiveness survey: Plan B... for Brexit de EY publicado este martes.
Los países que más atraen a los inversores son Alemania (54% de los entrevistados) y Holanda (33%). 
España, Francia e Italia empatan en la lucha por ser el tercer destino al acumular a su favor el 8% de los entrevistados.
 Por ciudades, las más atractivas son Londres (54%), que se mantiene como líder a pesar del Brexit, París (48%), Fráncfort (21%), Berlín (21%) y Madrid (11%). 
"Europa permanece fuerte. 
Muchas de las empresas consideran que las nuevas tecnologías y los cambios geopolíticos y demográficos ofrecen oportunidades y, en este sentido, España está trabajando cada vez más para consolidarse como un buen destino de inversión", explica Llorenç López, socio responsable de desarrollo de negocio de EY.
El estudio de EY muestra además como la relocalización de parte de la actividad de Reino Unido es una posibilidad real. 
De hecho, el 14% de las empresas afirma que relocalizarán todo o parte de su actividad en otras ubicaciones. 
Asimismo, el 71% de los ejecutivos consultados afirman que ya sufren los impactos del Brexit en al menos una de sus áreas de negocio.
 Los más sensibles al impacto de la salida de la UE son los servicios financieros, la alta tecnología y las empresas de mediano tamaño (entre 150 y 1.500 millones de euros de facturación).
 A pesar de todo ello, los encuestados aseguran que Reino Unido mantendrá ventajas competitivas muy fuertes tras el Brexit.

Principales amenazas

Otro de los datos que se extraen del informe de EY es que el 96% de las empresas no están preparadas para los cambios regulatorios y de organización asociados al Brexit
Entre los inversores de fuera de la UE con intereses en Reino Unido, el 10% también reconoce que no dispone todavía de un plan para reaccionar a las posibles turbulencias del Brexit.
Entre las grandes amenazas que advierten los ejecutivos destaca la volatilidad de los mercados (37%), la inestabilidad política y económica de la UE excluyendo al Brexit (32%) y el propio impacto de la salida de Reino Unidos de la UE (28%).
 A pesar de estas amenazas, más de la mitad de los inversores extranjeros encuestados (56%) planea invertir en Europa en los próximos tres años.
 Un porcentaje que aumenta hasta el 72% en el caso de las empresas de servicios financieros y hasta el 69% en el sector de la tecnología.



 

 

 

La favorita de Carlos Boyero a mejor película de los Goya 2017

30 ene 2017

Este no es país para profetas................................. Manuel Vicent

En el campo de Podemos juega de interior este joven revolucionario

Su bautismo fue la manifestación contra la OTAN a la que le llevaron sus padres.

Íñigo Errejón, fotografiado en Madrid.
Íñigo Errejón nació en Madrid, el 14 de diciembre 1983, en la colmena de la plaza de los Cubos, el bosque animado de la movida, en cuyos sótanos las discotecas iniciáticas expandían latidos del infierno; cerca de los vagabundos dormidos bajo cartones de embalaje saltaba el ganado de punkis, que se lo montaban de tétricos; en la puerta del VIP pedía limosna para un bocata con voz gangosa aquella joven princesa de Sabina hecha ahora una pálida ruina. 
Y en el cine Alphaville ponían la película Entre tinieblas, de Almodóvar, donde aparecían las monjas drogotas, sor Estiércol, sor Perdida, sor Víbora y sor Rata de Callejón.
 En un apartamento de esa colmena la madre de Íñigo acunaba a su bebé cantándole Grândola, Vila Morena,aquella canción de la Revolución de los Claveles, como una nana para que se durmiera.
 Puede que Íñigo Errejón no haya podido zafarse de este caldo de cultivo.
 Su padre, funcionario de carrera y alto cargo en la Administración, había sido verde y maoísta; 
la madre era bióloga y militante feminista, de las de tijera. 
 Por supuesto no se habían casado y llegado el momento también cumplieron el rito de separarse como es debido.
 Lógicamente Errejón no fue bautizado ni tomó la primera comunión, pero esto no significa que el niño no recibiera estos mismos sacramentos bajo otro sello más indeleble.
 Su bautismo fue la manifestación contra la OTAN a la que lo llevaron sus padres en cochecito, con gorro de lana y bufanda tejida por la abuela.
 Era entonces un niño rollizo y nada presagiaba el espárrago fibroso en que se convertiría de mayor, aunque los gritos de protesta de la multitud tal vez se le quedaron grabados en alguna mucosa para siempre.
 Después, con cinco años, el 14 de diciembre de 1988, aniversario de su nacimiento, recibió la primera comunión bajo la hostia consagrada de la huelga general de la UGT y de CC OO contra el gobierno socialista de Felipe González a cuya manifestación también lo acarreó su padre, esta vez encaramado en los hombros.

La camiseta de Buyo

Muy pronto la familia abandonó el ruido y la furia de la plaza de los Cubos y se fue a vivir a una urbanización de clase ejecutiva, con jaula de tenis y piscina nefrítica, de Pozuelo de Alarcón en cuyo instituto Errejón alternó sobresalientes y una primera novia con pompa de chicle en la boca, el movimiento libertario estudiantil y la camiseta del portero Buyo del Real Madrid a medias con el pañuelo de boy scout. 
 Sus padres pensaron que el escultismo era ideológicamente blando, pero mejor que al chaval le diera el aire de la sierra a que pasara las tardes de domingo con las manos en los bolsillos dando patadas a un bote en la calle y que un camello le regalara la primera papelina.
El sacramento de la confirmación marca la entrada del héroe en la edad núbil y te permite cambiar de nombre. 
A Íñigo comenzaron a llamarle Eneko, solo porque sonaba a vasco y era entonces lo último que se llevaba. 
El héroe creció flaco y nervioso como un Tintín revolucionario y fue midiendo sus armas sucesivamente con el Prestige, en la huelga general contra la LOU, en el No a la Guerra, contra las vallas acorazadas de las cumbres del G-8 en Escocia, en Barcelona y Sevilla. 
El estallido de escaparates, los contenedores ardiendo y la luz cobalto de los furgones de policía iluminaron sus libros de texto de la facultad de Políticas de la Complutense, su Erasmus en Holanda, su estancia con su novia Eli en Girona, su tesis doctoral sobre la construcción de la hegemonía en Bolivia, su vida en Los Ángeles en 2008 y los viajes en compañía de su novia catalana a Tijuana donde vivió la experiencia de las novelas negras de frontera entre chacales, burros pintados de cebra y cabarets de carne barata que no tenían puertas.
Mientras tanto en Madrid se iba incubando la ira popular hasta que se produjo la espiral del 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol. Ese día Íñigo Errejón regresaba de Quito y recién aterrizado con jet lag recibió una llamada de su nueva pareja, Rita Maestre.
 No era como otras veces, le dijo. Era la explosión que se produjo, sin saber por qué, al entrar en contacto 12 tribus urbanas igual de cabreadas.
Ya se sabe qué ha pasado.
 Como portavoz de Podemos, Íñigo Errejón aparece ahora en el Congreso de los Diputados sentado en medio de la pareja sentimental que forman Pablo Iglesias e Irene Montero, amigos y adversarios declarados, ya a cara de perro, imagen excitante donde las haya.
 Parece evidente que este político por un lado se niega a convertirse en un funcionario como su padre y por otro se resiste a ser un profeta como el líder del partido.
 Entre exigir en política el Todo que conduce a la Nada y contar votos como si fueran lentejas en la cocina sobre el mantel de hule, hay un espacio pragmático en que la izquierda, radical o moderada, sin el pesado fardo del comunismo, tiene que seducir a la clase media para llegar al gobierno y conquistar cotas concretas de poder, de otra forma inalcanzables.
 En el campo embarrado de Podemos juega de interior este joven revolucionario.