Los pasajeros del St. Joseph tuvieron que volver a Europa después de ser rechazados por Cuba y por EE UU.
Gloria Rodríguez-Pina
Me llamo Eva Dublon.
Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
Me mataron en Auschwitz.
Russel Neiss, creador de la cuenta de Twitter junto al rabino Charlie Schwartz,
explica a Verne que la idea de rememorar a los pasajeros que cruzaron
el Atlántico a bordo del barco St. Louis surgió la noche del 26 y el
robot que prepararon empezó a tuitear a primera hora del 27, antes de
que Trump firmase su orden ejecutiva.
Con 252 mensajes -uno para cada
víctima documentada por el Museo del Holocausto, tuiteados cada cinco minutos a lo largo de la jornada-, han alcanzado más de 70.000 seguidores.
“Nuestro objetivo era poner en marcha un pequeño proyecto
para honrar a las víctimas del Holocausto”, cuenta Neiss.
“Creo que la
gente conectó porque cuando se recuerda que los refugiados no son hordas
difusas sin cara que intentan invadirnos y cambiar nuestras vidas, sino
gente normal cuya vida pende de un hilo, quieren hacer lo correcto”,
opina.
Algunos de sus tuits, muchos de los cuales tienen fotos de las
víctimas, acumulan miles de retuits.
El más compartido, el de un niño
pequeño llamado Joachim Hirsch que murió en el campo de exterminio de
Auschwitz, lleva más de 41.000 retuits.
Me llamo Joachim Hirsch. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
Me mataron en Auschwitz
Neiss, ingeniero informático de 33 años, recuerda que su
abuelo fue el único superviviente de su familia “porque los países de
todo el mundo se negaban a acoger a la gran cantidad de refugiados que
había huido para salvar sus vidas”.
La historia del St. Louis ilustra bien esa imagen de
puertas cerradas.
El barco zarpó del puerto de Hamburgo el 13 de mayo de
1939. Desde la Noche de los Cristales rotos del 9 de noviembre de 1938,
el Gobierno de Adolf Hitler, que todavía no había comenzado con la
aniquilación masiva de judíos, les empujaba a emigrar del país. Los 937
pasajeros se dirigían a Cuba con la esperanza de obtener asilo.
El
Gobierno de Federico Laredo les impidió desembarcar y después de
negociaciones admitió a 28 pasajeros (cuatro españoles, dos cubanos y 22
judíos que tenían visas estadounidenses).
Me llamo Joachim Hirsch. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939.
Me mataron en Auschwitz
Neiss, ingeniero informático de 33 años, recuerda que su
abuelo fue el único superviviente de su familia “porque los países de
todo el mundo se negaban a acoger a la gran cantidad de refugiados que
había huido para salvar sus vidas”.
La historia del St. Louis ilustra bien esa imagen de
puertas cerradas.
El barco zarpó del puerto de Hamburgo el 13 de mayo de
1939. Desde la Noche de los Cristales rotos del 9 de noviembre de 1938,
el Gobierno de Adolf Hitler, que todavía no había comenzado con la
aniquilación masiva de judíos, les empujaba a emigrar del país. Los 937
pasajeros se dirigían a Cuba con la esperanza de obtener asilo.
El
Gobierno de Federico Laredo les impidió desembarcar y después de
negociaciones admitió a 28 pasajeros (cuatro españoles, dos cubanos y 22
judíos que tenían visas estadounidenses).
uir
Me llamo Leopold Dingfelder. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Me mataron en Auschwitz.
Algunos pasajeros enviaron telegramas al presidente
Franklin D. Roosevelt para solicitar asilo, pero nunca recibieron
respuesta.
El Departamento de Estado informó a un pasajero que debían
esperar sus turnos en las listas de espera, de varios años, para
solicitar asilo.
“La Gran Recesión había dejado a millones de
estadounidenses sin trabajo y temerosos de tener competencia con los
pocos empleos disponibles.
También había dado fuelle al antisemitismo,
la xenofobia, el nacionalismo y el aislacionismo”, según la web del
Museo del Holocausto de EE UU.
Cuando se le pregunta a Neiss si esa cita le recuerda a los
Estados Unidos de hoy, responde: “No. Esos no son los Estados Unidos
que yo conozco.
El país que reconozco está en las caras y las acciones
de la gente que ha salido a las calles este fin de semana. Gente normal.
Gente de todas las razas, religiones y edades.
Inmigrantes nuevos y
personas que llevan generaciones aquí, que se han puesto en pie por los
valores de nuestros padres fundadores y de los que han luchando por la
libertad y la justicia para todos”.
Me llamo Werner Stein. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Me mataron en Auschwitz
El 6 de junio de 1939 el St. Louis dio media vuelta para volver a
Europa. Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Francia dieron asilo a los
pasajeros.Los que se quedaron en Reino Unido, salvo uno que murió en un bombardeo, sobrevivieron a la guerra.
De los demás, 254 murieron.
El fin de semana del 28 y 29 de enero de 2017 cientos de miles de estadounidenses se concentraron en las calles y en los aeropuertos contra el portazo de Trump a los demandantes de asilo, al grito de “Refugees Welcome” (bienvenidos refugiados) y "Let them in" (dejadles entrar).
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