Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

29 sept 2016

Pedro Botero.............................................................................. Luz Sánchez-Mellado

En esta gresca hemos visto abrazos de osa, besos de Judas, puñaladitas traperas y la puntilla del gran patriarca.

Acto electoral de Pedro Sanchez, secretario General del PSOE
Cómo hemos podido estar tan ciegos. 
Tanto augur, tanto gurú y tanto gorrón de la política explicándonos la película, y resulta que el malo era el guapo que era el bueno hasta hace dos urnas. 
No se había visto tal metamorfosis desde la de Kafka.
 De héroe a villano, de mesías a íncubo, de bello a bestia parda con la que asustar a los niños. 
Vamos, que aterriza ahora mismo Donald Trump en la Gran Vía y, viendo semejante saña por ondas, papel y wifi, concluye que el enemigo público número uno de España es un tipo de rostro apolíneo, mirada pétrea y mandíbula desencajada de bruxista que se come las propias muelas de la propia mala hostia.
 Helo ahí, miradlo, es él y no otro. 
Vaya por delante mi nula capacidad de distinguir al inocente del culpable de algo que no me concierna íntimamente, porque entonces prevarico lo que sea injusto y necesario para quedar por encima como el aceite.
 Ahora, cuando veo lapidar a alguien que no me toca nada, tiendo a ponerme en su pellejo antes de lanzar la siguiente piedra.
 Y, en esta gresca en concreto, no sé si me dan más pena o más vergüenza lapidado o lapidadores.
 Es como cuando una pareja se tira los trapos sucios en público y todos menos ellos, ciegos por la pasión de la pelotera, no saben ni dónde meterse.
 En esta gresca hemos visto de todo.
 Besos de Judas, abrazos de osa, puñaladitas traperas mutuas y, la puntilla, al gran patriarca clamando su santa decepción con la oveja negra.
 A buenas horas, rosas rojas.
 El caso es que todos callaron o miraron a su ombligo cuando la cosa pudo tener remedio.
 Mientras se consuma la debacle entre morir matando, matar muriendo y el suicidio colectivo, voy sacando el modelazo y los impertinentes. 
Tenía entradas para Otello en el Real, pero para dramón de celos, traiciones y sangre el próximo comité federal del PSOE.
 
El blanco a batir, el responsable del Actual Estado de Cosas, Pedro Botero en persona.

 

Las voces del PSOE ante la crisis de la formación

Estas son las últimas declaraciones de los dirigentes actuales e históricos sobre la situación del partido.

Verónica Pérez a su llegada a Ferraz. FOTO: S. PEREZ (REUTERS) / VÍDEO: EPV
La división del PSOE se ha agravado tras la dimisión de la mayoría de la ejecutiva y la negativa de Pedro Sánchez a dejar el cargo de secretario general 
. Estas son las principales reacciones de dirigentes históricos y actuales del partido.

Felipe González, ex presidente del Gobierno

"Yo hablé con Pedro Sánchez porque él me pidió que nos reuniéramos después de las elecciones del 26 de junio.
 Y el 29 de junio me explicó que [el PSOE] pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo y que votaría contra la investidura del Gobierno del PP, pero que en segunda votación pasarían a la abstención para no impedir la formación de gobierno. A mí no tiene que darme explicaciones, pero me siento frustrado, engañado...(Más nos engañaste tú Felipe de mi vida)

Realmente me siento engañado porque me dijo que iban a hacer una cosa y luego fue otra (...) Si ha cambiado de posición, desde luego no se lo ha explicado a nadie y tendrá sus razones; me siento engañado y ha creado confusión en el partido y mucha más en el país"."" !Oh Poder de hacer una Tragedia Griega o un Drama de Shakespeare como Enrique II o III que no me acuerdo ya y ni ganas de contrastarlo. (Declaraciones a Pepa Bueno en la cadena SER).

Verónica Pérez, presidenta de la Mesa del Comité Federal

"En este momento la única autoridad que existe en el PSOE es la presidenta del Comité Federal que, les guste o no a algunos, soy yo, porque me eligieron mis compañeros y compañeras del Comité" anda y cuando fue eso?(...) "Cualquier militante de este partido sabe las consecuencias de la dimisión, sabe que cuando dimite más de la mitad de los miembros de la ejecutiva eso significa la disolución de esa ejecutiva.
 Intentar buscar una maniobra para atrincherarse en Ferraz no es estar a la altura del respeto que merece este partido". (Declaraciones de esta mañana a las puertas de la sede de Ferraz).Ya han dicho tantas mentiras que su credibilidad es nula, salvo algunos que aún quedan.....¿Honrados?vaya que el Estado soy yo? ¿quien lo dijo?....o la calle es mia.....mmmmmm

Josep Borrell, ex secretario general PSOE

"Yo quiero que el secretario general tenga autoridad y autonomía y no esté continuamente puesto en cuestión por los líderes territoriales, como sucede ahora (...) A mí no me interesan las conversaciones privadas del señor González no creo que sea un argumento político.
 Lo importante son las resoluciones del Comité Federal. ¿Las conoce Felipe González? ¿conoce las decisiones del Comité Federal que hay que respetar y que él no respeta? (...) "Se le puede criticar muchas cosas a Sánchez, pero él ha hecho lo que le mandató el Comité Federal". (Entrevista en Antena 3).

 

El efecto de las preguntas que no tienen respuestas.................................................. Juan Cruz

En otras culturas periodísticas (y políticas) los políticos no dejan a los informadores con la palabra en la boca.

César Luena, durante la rueda de prensa de ayer. EFE
En España hay la costumbre que hizo famoso a Manuel Fraga Iribarne, que amaba Inglaterra pero no sus modales.
 Fue ministro de Información, nada menos; sus ruedas de prensa eran como las notas de su ministerio y como las notas de sus memorias, escuetas como el estilo militar que reinaba.
 Cuando respondía y no abroncaba era día de fiesta en su corazón, pero casi nunca era día de fiesta en su corazón. 
Ni en democracia cambió sus modales.
Las cosas han cambiado algo, pero no tanto. 
El presidente en funciones inventó el concepto de plasma para acentuar su lejanía, se somete a preguntas en el extranjero, y poco entre nosotros, y no se muestra en general contento con lo que le preguntan excepto si le resultan cómplices las cuestiones.
Hay un dicho que hizo famoso Mario Benedetti: “Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas”. 
 Eso es lo que hace Rajoy, y no solo él.
 Los políticos devuelven la pregunta o le dan la vuelta para responder lo que les da la gana.
Esas circunstancias han acostumbrado mal a los políticos y a los periodistas. 
Como estos no obtienen respuestas que puedan resultar interesantes para el público, hacen varias por si aciertan con alguna en la diana de la política. 
En otras culturas periodísticas (y políticas) las preguntas se hacen una a una, los políticos las entienden como parte imprescindible de su oficio y no dejan a los periodistas con la palabra en la boca.
Aquí, donde ahora hay una rueda de prensa cada vez que se produce una reunión, los políticos convocan a los periodistas hasta para leerles un comunicado.
 Pasó el domingo con César Luena, del PSOE, que cumplió con la expectación habida después de los resultados electorales en Euskadi y Galicia leyendo un comunicado que bien pudo haber sido enviado por Internet.
 Gabriel García Márquez dijo en 1995 en la Escuela de Periodismo UAM/EL PAÍS que él odiaba las conferencias de prensa porque todos iban a ellas con preguntas ya hechas mil veces, “no saben que está prácticamente todo dicho”.
 Las preguntas ya hechas, y las respuestas ya repetidas, habría que añadirle al maestro. 
Y habría que juntar a estos hábitos uno que es muy nuestro, de los periodistas: juntar preguntas o lanzar excursos interminables con los que apabullamos al que tiene que responder.
 Una pregunta sencilla vale más que mil palabras.
 Y desconcierta más que un discurso.
Esa otra costumbre, la del papelito que prohíbe las preguntas, ha oscurecido la relación de los periodistas políticos con sus fuentes naturales, y es lógico que cuando tienen la oportunidad de hacer una pregunta hacen hasta cuatro concatenadas por ver si rompen el muro de lugares comunes reiterativos con que los acogen los preguntados.
 Así que a los periodistas no se les debía culpar del amontonamiento, pero es cierto que si huyeran de él las respuestas serían al menos más comprometidas o más nítidas, o en todo caso menos barrocas.

 

28 sept 2016

El hombre que convirtió a Jackie Kennedy en una estrella de cine................................... Carles Gámez



Jackie Kennedy en un viaje oficial a India con un diseño de Oleg Cassini. 
 
 

La relación entre el diseñador Oleg Cassini y la primera dama dio como resultado una gran sociedad entre moda y política.

Cuando el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York dedicó en 2011 una exposición a Jackie Kennedy Onassis al cumplirse cuatro décadas de su puesta de largo como primera dama, el numeroso público que durante semanas acudió a la muestra pudo admirar de cerca el estilo de uno de los grandes iconos del siglo XX. 
Detrás de aquellos vestidos deslumbrantes y de colores llenos de fantasía se encontraba Oleg Cassini, el diseñador que transformó a la mujer del Presidente de Estados Unidos John F. Kennedy en una estrella del espectáculo.

La relación entre Jackie Kennedy y el diseñador acabó formando una de las sociedades de más éxito de la década de los sesenta como señala el libro Jackie and Cassini. A Fashion Love Affair (Lauren Marino, Running Press) que se edita estos días. 
El propio Oleg Cassini, fallecido hace una década, ya dejó constancia en sus memorias de esos años compartidos con la primera dama. 


Tras el nombramiento de John F. Kennedy como presidente de Estados Unidos, Jackie Kennedy comenzó a preparar su guardarropa para mudarse a su próximo destino, la Casa Blanca.
 Algunos círculos cercanos a la primera dama le aconsejaron que comenzara a buscarse un estilo más autóctono. 
De gusto francés, formada en la Soborna de París, entre sus preferencias se encontraban Balenciaga, Dior, Chanel y Givenchy, el creador fetiche de Audrey Hepburn, uno de los modelos femeninos preferidos de Kennedy.
 Por “compostura política” y siguiendo los sabios consejos de la gurú de Harper’s Bazaar, Diane Vreeland, la primera dama eligió a Oleg Cassini, que se convirtió en modisto oficial y en una especie de secretario personal de estilismo de la nueva inquilina de la Casa Blanca. 
Por aquel entonces, señala el libro, Cassini contaba con una sólida y glamurosa experiencia como diseñador a la que se le unía su fama de conquistador de bellezas cinematográficas. 
Estuvo casado con la actriz Gene Tierney, el rostro más bello del Hollywood de los años cuarenta, para quien diseñó deslumbrantes vestuarios dentro y fuera de la pantalla. 
Después de su divorcio frecuentó actrices como Lana Turner, Marilyn Monroe, Anita Ekberg cultivando su popularidad de playboy
Su relación con Grace Kelly alimentó páginas de sociedad y espectáculo.
Ya como diseñador oficial de Kennedy, Cassini puso a su servicio todos sus conocimientos y armas estilísticas.
 En unos años en los que la moda estaba a punto de entrar en un gran centrifugado de formas y colores, Cassini prolonga el gusto y la belleza por los cincuenta. 
 


Jackie Kennedy en India con un diseño de Oleg Cassini.
Jackie se transformó gracias a Cassini en uno de los grandes iconos de estilo del siglo XX. 
Como recuerda la periodista de moda Suzy Menkes en un retrato del diseñador,
 “Cassini fue el primero, el pionero en la gestación de un estilo que ha influido en la moda de la segunda mitad del siglo XX”.
 La entrada del diseñador en Camelot —el reino medieval con el que se compara la presidencia de Kennedy— hizo de él toda una leyenda de la moda entre los creadores de moda americanos.
Curtido en Hollywood, Cassini construyó para Jackie Kennedy un personaje, le proporcionó una identidad visual. La figura estilizada de la primera dama iluminaba la televisión, presente en casi todos los hogares estadounidenses, como si se tratara de una estrella de la pequeña pantalla.
 En una de sus primeras apariciones públicas, la viuda de Aristóteles Onasis lució un conjunto de lana beige y un pequeño sombrero, llamado Pillbox, creado por un todavía desconocido Roy Halston. 
Solo unos meses después, el modelo daba la vuelta al mundo versionado y reproducido para satisfacer a miles de clientas. 
Curtido en Hollywood, Cassini construyó para Jackie Kennedy un personaje, le proporcionó una identidad visual. La figura estilizada de la primera dama iluminaba la televisión, presente en casi todos los hogares estadounidenses, como si se tratara de una estrella de la pequeña pantalla.
 En una de sus primeras apariciones públicas, la viuda de Aristóteles Onasis lució un conjunto de lana beige y un pequeño sombrero, llamado Pillbox, creado por un todavía desconocido Roy Halston.
 Solo unos meses después, el modelo daba la vuelta al mundo versionado y reproducido para satisfacer a miles de clientas. 
"Me propuse hacer de ella una estrella de cine. Y lo conseguí", confesó Cassini en uno de sus últimos testimonios públicos, concedido a la escritora Sally Bedell Smith para el libro Grace and Power: The Private World of The Kennedy White House.
Oleg Cassini con un grupo de admiradoras.