Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

2 nov 2015

Pasolini, cuarenta años de cenizas.........................................................no matarán a Pasolini



El militante comunista

El polifacético Pier Paolo Pasolini, uno de los intelectuales más importantes del siglo XX en Italia, frente a la tumba de Antonio Gramsci en 1970. Pasolini dedicó un poemario, 'Las cenizas de Gramsci', al histórico dirigente de la organización en la que militaba.
 Con esa obra ganó el Premio Viareggio en 1957. 





Pasolini íntimo

Pasolini nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia, una ciudad con tradición izquierdista. Su padre descendía de una familia noble de la Romaña, que decidió ser soldado, profesión en la que se hizo famoso por salvar la vida de Benito Mussolini cuando el joven Anteo Zamboni atentó contra su vida. Su madre, con la que mantenía una estrecha relación, descendía de una familia campesina de Piamonte. 




Una referencia del cine

Pier Paolo Pasolini, durante el rodaje de la película 'El Decamerón de Boccaccio' (1971).
 Con esta obra el autor italiano inicia la llamada 'Trilogía de la vida', que completan las cintas 'Los cuentos de Canterbury' (1972) y 'Las mil y una noches' (1974). 
Las obras pasaron por los festivales de cine de Cannes, Berlín y Venecia con éxito crítico y comercial, aunque se criticaron los desnundos que mostraban.




El poeta proletario

El poeta español José Agustín Goytisolo con Pasolini (izqda.), en 1966
. El autor italiano comenzó a escribir versos con 7 años y publicó su primer libro a los 19, mientras estudiaba en la Universidad de Bolonia. 
Su obra polemiza con el marxismo oficial y el catolicismo, a los que llamaba 'las dos iglesias' y reprochaba no entender la cultura de las bases proletarias y campesinas. 




Un brillante cineasta

Pier Paolo Pasolini (con gafas, el segundo por la derecha), en un rodaje. El italiano dirigió 26 películas en su carrera.
 Destacan cintas como 'Mamma Roma' (1962); 'El evangelio según San Mateo' (1964); 'Teorema' (1967); 'El Decamerón' (1971) o 'Saló o los 120 días de Sodoma' (1975).



Una prolífera obra

Pierre Paolo Pasolini nunca se mordió la lengua.
 En ‘Escritos Corsarios’, que reúne sus artículos de 1973 a 1975, el director italiano demuestra ser un analista brillante y combativo.
 Durante su vida, el italiano escribió múltiples obras de teatro, poesía, novela y ensayo, aunque su faceta más reconocida es la cinematográfica. 



El artista combatiente

El cineasta en una imagen de la exposición 'Pasolini y Roma' en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2013.
 El artista italiano fue reclutado durante la Segunda Guerra Mundial, en la que fue capturado por los alemanes.
 Logró escapar y al finalizar la contienda se unió al Partido Comunista Italiano (PCI), del que fue expulsado en 1949.
 Aunque dejó la política, nunca abandonó la defensa del marxismo y las clases más desfavorecidas. 




El fútbol, su lado oculto

“Los deportistas están poco cultivados, y los hombres cultivados son poco deportistas. 
Yo soy una excepción”, reconoció en su día Pasolini. En 'Sobre el deporte', el genio italiano rememora, en un compendio de artículos, los días en los que jugó al fútbol
. Fueron algunas de las tardes más bonitas de su vida, reconoce el intelectual mientras hace caer algunos tópicos. 




Amigos íntimos

Pier Paolo Pasolini veranea junto a la soprano griega María Calas, con la que mantenía una estrecha amistad, en 1970. 




El rostro humano de Pasolini

En una entrevista el 31 de octubre de 1975, la víspera de su asesinato, le preguntaron cuál era su calificación profesional preferida, a lo que Pasolini respondió: ‘En mi pasaporte yo escribo simplemente escritor’. Sin embargo es más conocido en el mundo del cine, al que accedió de la mano de Fellini en los años 50.
 Tuvo una obsesión por reflejar la realidad de la Italia profunda, volcado en su ideología (marxista) y sus profundas convicciones católicas, pero siempre defendiendo a los más desfavorecidos
. En la imagen, Pasolini caminando con un niño por un arrabal de chabolas en Roma.



Davoli, su actor fetiche

Pasolini, asistido por Davoli, realiza la obra 'Pali e reti del Safon'. Ninetto Davoli fue el actor fetiche del director italiano.
 Ambos mantuvieron una relación sentimental durante años, que terminó Davoli para casarse con una mujer, lo cual Pasolini quiso dejar plasmado de forma subliminal en la película 'Las mil y una noches' (1974). 




Un artista polémico

La carrera del cineasta se vio truncada cuando, en 1975, se estrena 'Saló o los 120 días de Sodoma', una película que convulsiona a toda la sociedad italiana y hace que el autor sea objeto de multitud de amenazas de muerte y presiones. 
En la cinta, Pasolini adapta al Marqués de Sade con toda crudeza y con la mayor libertad con la que un creador se haya dotado a sí mismo nunca, desdibujando los límites convencionales y cinematográficos que encierran el erotismo, pornografía, expresión, sadismo, provocación y degradación humanas.





Una muerte sin aclarar

Fotograma de 'Las mil y una noches' (1974), una de las últimas películas del controvertido cineasta que fue asesinato el 2 de noviembre de 1975, hace ahora 40 años en Ostia, a 20 kilómetros de Roma, por un joven con el que iba a mantener relaciones sexuales.
 Sin embargo, cuatro décadas después de su desapareción siguen abriéndose debates en torno a la autoría de su muerte
. En 2005, Pelosi, el joven de 17 años acusado de matar a Pasolini, declaró que aquella noche tres personas atacaron al cineasta.

Pasolini, cuarenta años de cenizas...................................................... Fran Serrato

Pasolini era verdad, es verdad como pocos artistas actuales. Hasta en sus contradicciones era sincero. Y humano.

Pasolini
Pier Paolo Pasolini, durante el rodaje de 'El Decamerón de Boccaccio', en 1971.

"Italia tiene el deber de recordar a Pasolini.
 Tiene el deber de transmitir a las nuevas generaciones la actualidad de su mensaje de búsqueda y de denuncia".
La frase formaba parte del discurso, a inicios de este año, con que el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, anunció la creación de una comisión para dirigir los actos que estos días recuerdan al renacentista hereje, al escritor homosexual, al cineasta religioso, al poeta futbolista Pier Paolo Pasolini, asesinado la noche del 1 al 2 de noviembre de hace ahora 40 años en Ostia, a orillas del mar, un crimen nunca completamente aclarado.
“Su muerte fue la de un profeta: inevitable, una especie de conjura de todo aquello contra lo que luchó en vida reunido no para matarlo, sino para masacrarlo.
 Da igual quién le matase aquella noche: a Pasolini lo mató Fuenteovejuna”, asegura Martín López-Vega, poeta y traductor de La religión de mi tiempo.
Como profeta de las desgracias de este siglo XXI, Pasolini vio venir casi todos los desastres actuales. En la entrevista que concedió, pocas horas antes de morir, al periodista Furio Colombo, de La Stampa, dijo: “Aspiro a que mires a tu alrededor y te des cuenta de la tragedia.
 ¿Cuál es la tragedia? La tragedia es que ya no hay seres humanos, hay máquinas extrañas que chocan entre ellas” o
 “Todo el mundo sabe que yo pago mis experiencias personalmente”. Willem Dafoe, que le dio vida en la película de Abel Ferrara que se estrenó hace unos meses, contaba a este diario:
"Me parece fundamental recordar que no sólo fue un cineasta: yo empecé viendo alguna de sus películas, y rápido pasé a sus escritos, complejos y comprometidos.
 Y proféticos.
 Pasolini sigue en la batalla: vio venir lo que ocurre hoy con el capitalismo y la asfixia del ser humano como individuo, diluido en la sociedad de consumo, y nos avisó"
. Y remataba aquella entrevista:
“Me da miedo su actualidad.
 Nos advirtió sobre los peligros que nos acechaban, lo escribió y aun así no hemos hecho nada. Al menos sigamos aprendiendo de él y de sus bellos textos”.

Actos en homenaje

En la ciudad natal de Pasolini, Bolonia, el lema Más moderno de cualquier moderno sirve para agrupar las proyecciones, las diversas lecturas y una exposición que le recuerda.
 El periódico Corriere della Sera, donde colaboró en varias ocasiones, vende 22 de sus obras.
En Roma empieza hoy en el Teatro Argentina 72 horas dedicadas a Pasolini, con 23 actores y actrices que leerán textos.
 En otros lugares de Italia incluso se le va a rememorar con partidos de fútbol, su amado deporte.
En Valencia, este fin de semana el IVAM ha organizado varios actos en su memoria.
 En varias universidades españoles se repite la vindicación de su mensaje, como en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga.
Por eso Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922) no ha muerto.
Porque puede que su asesinato fuera un crimen político en un país arrasado por sus crímenes políticos, porque puede que algunas de sus novelas chirríen en el lenguaje del siglo XXI que se mueve entre la lánguida ridiculez de lo políticamente correcto y la cansina obsesión por epatar de los más radicales.
Porque puede que algunas de sus películas aún no se entiendan y otras ya se den por sobreentendidas. Da igual. Pasolini era verdad, es verdad como pocos artistas actuales
. Hasta en sus contradicciones era sincero. Probablemente nunca quiso ser clarividente, pero a su pesar veía el futuro y debía contarlo
. A sabiendas de lo que eso podría significar. Y eso se llama coherencia.
Curiosamente, tras su muerte se estrenó Saló o los 120 días de Sodoma -además se editó La divina mímesis, con textos de los años sesenta, y dejó inacabada la novela Petróleo, otro mensaje desesperanzado-, y en pantalla aparece el poder -en ese caso el fascismo surgido bajo el ala de Mussolini- con toda su crueldad
. Carne herida.
 Destrozada, Dominación y sumisión como pocas veces se ha visto en pantalla.
Y no por regodeo, sino como reflexión, decía su creador, del sexo como metáfora de poder en el hombre (según Pasolini, el sadomasoquismo está anclado en nuestro comportamiento).
 Y aquí llegamos al corazón del este poeta filósofo: la personalidad, el ser humano como individuo en contraposición al triunfo actual de la masa. Saló o los 120 días de Sodoma es un grito contra la anulación del otro, el último aullido de un artista que quiso que, sencillamente, fuéramos nosotros.

 

1 nov 2015

La carne y la pasta........................................................................... Boris Izaguirre

Quizás por la llovizna, se vio a Jordi Pujol y Marta Ferrusola alicaídos aunque con un 3% de esperanza.

Jordi Pujol y Marta Ferrusola a la salida de su hogar en Barcelona. / AFP

Está lloviendo en España y eso nos da un poquito de sosiego.
El otoño se comporta con normalidad y la lluvia siempre mejora, tanto las siembras como las fotos. Por ejemplo, esa instantánea de la pareja Jordi Pujol y Marta Ferrusola saliendo de su casa, después de la inspección policial que terminó por convertir en imputados a más miembros de esa familia, no sería igual si los adoquines no brillaran por el agua.
Esas gotitas de lluvia añaden melancolía y profundidad a la imagen.
 Casi como un cuadro de Rusiñol sobre los sueños perdidos, las paradojas de una vida pública.
Quizás por la llovizna, la pareja de Marta y Jordi se ve alicaída aunque con un 3% de esperanza.
El exlíder un poco más relajado, vistiendo americana de cuadros y pantalón blanco, como haciendo un guiño a Iñaki Urdangarin que gusta de vestirse de la misma manera en otoño
. Marta aparece más cariacontecida, siempre es más duro para una madre ver que tus problemas, o imputaciones, arrastran a la prole.
 La señora Ferrusola no está tan sola: al menos históricamente siempre ha habido familias que se enriquecen y luego son investigadas.
 Allí están los Batista en Cuba, los Marcos en Filipinas.
 Aunque los Franco mudaron sus cosas del Pardo con tiempo y paciencia, para los Reza Pahlevi la cosa fue distinta
. El destino pareció ensañarse con ellos. Salieron pitando de Teherán en un avión amueblado como la cueva de Alí Baba, un melange de tesoros familiares y nacionales, después de que la revolución islámica los evacuara del poder
. El sha murió abandonado por sus amigos y Farah Diba atravesó humillaciones en ese exilio inesperado, incluyendo el que presuntamente Omar Torrijos, hombre fuerte de Panamá, olisqueara su ropa interior en la casa de Contadora que les prestaron cuando nadie los quería.
Claro que no queremos eso para los Pujol, aunque hayan extraído petróleo de la Administración. Al verlos en esa imagen, mientras olisqueaban policialmente su casa, no se puede negar que hubo una familia bien estructurada y un nuevo lema: familia que se imputa unida más unida permanece. Imagino sus desayunos o cenas en las fechas señaladas, hablando en clave.
 Para decir Andorra emplearían un código secreto y así distinguirla de Suiza. Reían confundiendo ITV con TV3. Y al 3% seguro que lo llamaban de manera más honorable. Puede que lo bautizaran El Seny, para distinguirlo y honrarlo.
La noticia de la imputación coincidió con el anuncio de la Organización Mundial de la Salud acerca del riesgo cancerígeno de las carnes procesadas.
 Con la de salchichas, chorizos y butifarras buenísimas que hay en esa parte del mundo, que se comen y disfrutan mejor en familia
. No queda claro si va a afectar al jamón, pero me preocupan los patés en los bocadillos colegiales y ese gran sustento de los Pantoja durante los noventa que fue la mortadela.
Se me hace cuesta arriba ser vegetariano, debo reconocerlo a pesar de que mis padres fueron macrobióticos más de 20 años.
 La carne me ha dado momentos muy especiales, la carne tiene mucho encanto.
 Estoy convencido de que la OMS matizará estas declaraciones.
 O se las harán matizar
. La reina Sofía, por ejemplo, es vegetariana pero eso no ha impedido que su marido cazara osos y elefantes.
Caza mayor, como se define Artur Mas
. Pero Sofía conserva mejor salud que su esposo.
No le preguntaron nada de esto a Hillary Clinton, otra madre de familia que también ha tenido sus subidas y bajones
. Hillary acudió esta semana a uno de los late night shows más populares de Estados Unidos para comentar que pasó su cumpleaños viendo House of Cards, una popular serie sobre una pareja presidencial que también comete delitos amparados en su enorme poder.
 Es una pena que tanto en Cataluña como en España carezcamos de ese sentido del espectáculo de los norteamericanos
. Cuando Hillary dijo que ella aún no había cometido un asesinato, como los personajes de la serie, la audiencia se alivió decepcionada.
 Es una pena que Marta Ferrusola no nos pueda decir si le gustaban Los Soprano, aunque los viera en castellano.
La familia, como la democracia, sobrevive a todo.
 Incluso a una mala digestión. Allí está la deliciosa boda de Cristina Pedroche y David Muñoz, donde se sirvió embutido y carne.
 Esta pareja te hace confiar en el futuro
. Se casaron por lo civil en la intimidad del vestidor de su casa.
 Tanta sencillez te hace pensar que ellos no terminarán como los Pujol, viviendo su otoño atrapados en sus errores de familia pero con una American Express en cada mano.

 

La noche de los finados en Gran Canaria

La noche de los finados en Gran Canaria, un pretexto para contar la vida de los difuntos

El Rancho de Ánimas recorría las casas bajo petición y cantaba por los enfermos y ausentes desde el 1 de noviembre y hasta febrero

Noche de los finados en Las Palmas de Gran Canaria.
Noche de los finados en Las Palmas de Gran Canaria.

La noche del 31 de octubre en Gran Canaria, la noche de los finados, era la noche del año en la que las familias conmemoraban el recuerdo de sus difuntos en un ambiente de recogimiento y respeto en la que los mayores transmitían a las siguientes generaciones las historias de ausentes y narraban su memoria como preparatorio de la misa y visita al camposanto al siguiente día, según las manifestaciones recabadas por la Fundación para el Desarrollo de la Etnología y Artesanía de Canarias (Fedac).
Era un momento en el que la familia se reunía en casa, "de puertas adentro", y aprovechaba para realizar las tareas propias de la época del año, como recoger castañas, partir almendras y desgranar millo.
Las castañas asadas en brasero de barro o guisadas con agua y matalauva eran comunes en todos los municipios pero también cada zona degustaba sus productos típicos como almendras en Tejeda, nueces en San Mateo y manzanas en Valleseco, donde ese día se mataba un cochino para hacer morcillas y chorizo y salaban la carne del año.
La tradición oral recuerda que la merienda en Agüimes se degustaba en algún cercado al que los pequeños de la casa llevaban las cestas que sus madres les había llenado de castañas, nueces, manzanas y almendras.
Mientras, las mujeres seleccionaban las mejores flores del patio para enramar las tumbas, cortaban la esparraguera para adornar la cruz y colocaban una lámpara de aceite junto a las fotos de los difuntos.
Al caer la tarde de la víspera, reunidos en la casa familiar al calor de la cocina, se recordaba a los fallecidos.
Algunos mayores de la familia aprovechaban la ocasión para meter miedo a los niños, con historias y cuentos de brujas.
Día de los difuntos y Rancho de Ánimas
Ya el 1 de noviembre, la jornada comenzaba temprano. 
La familia casi al completo oía misa y pasaban horas en el cementerio, donde la pregunta a los desconocidos "¿Y usted a quién tiene aquí?" era obligada, como lo era también, al regreso a casa, limpiarse bien los zapatos, cambiarse de ropa y lavarse las manos, pues se creía que la tierra de los muertos transmitía enfermedades.
"La jornada concluía con comida y ron o vino para "aliviar" la tensión y, si se terciaba, un timple", recogen los testimonios de la Fedac. Solo en las casas más pudientes o urbanas, había huesitos de santo y bollos de alma de postre.
El día de Todos los Santos marcaba el inicio del Rancho de Ánimas, que recorría las casas bajo petición, y cantaban y tocaban por los enfermos y ánimas de la familia hasta el 2 de febrero o el día de La Candelaria
. El dinero recogido se entregaba a la parroquia que lo destinaba a celebrar misas por los difuntos.
La solicitud del Rancho de Ánimas era uno de los actos preparatorios para la muerte porque en la sociedad tradicional canaria el tiempo para la vida era el momento de preparar el camino hacia la muerte
. También se encargaba la mortaja, se daba instrucciones precisas para el enterramiento y se pagaba las misas de luz.
Ya después de la muerte, los allegados, ataviados con ropas de luto y crespones, recordaban y mantenían la presencia del difunto entre ellos con cuadros o fotos, lámparas de aceite y misas de difuntos.
En Canarias hasta mediados del siglo XX, la muerte era un hecho trascendental que articulaba la vida, con repercusiones sociales, principalmente para las mujeres.
La ausencia del hijo o del marido convertía a la mujer en una víctima social, por lo que tenía que cambiar de rol ante la sociedad y su familia.
 La viuda dejaba su escasa vida social y, desprotegida económicamente, se ponía a trabajar convertida en cabeza de familia y responsable de la unidad doméstica.