Hijo de palestino que vino a estudiar Medicina,
Marwan
nació en Aluche de madre española.
La experiencia de la miseria dejó en
él una tristeza que no le ha impedido ni la risa ni la música
Pregunta. ¿De dónde viene usted?
Respuesta. De Aluche. Mi madre es de Soria y mi padre palestino, nació en Jordania.
P. ¿Qué es esa combinación?
R. No sé, es la mía.
Ha dado de sí lo que somos mi
hermano y yo, dos buenas personas.
Tener un padre palestino nos ha
aportado cierta sensibilidad ante las cosas
. Mi padre ha tenido una
infancia durísima, nació en la más absoluta miseria en una tienda de
campaña de un campamento de refugiados porque a mi abuelo le quitaron
todo.
Quizá por eso él siempre ha tenido una gran pasión por los
débiles.
Yo también la tengo. Mi madre también viene de una familia
española muy humilde.
P. ¿Qué le contó su padre de esa infancia?
De Aluche y de 1979
Tiene cinco discos publicados y dos libros: La triste historia de tu cuerpo sobre el mío y Todos mis futuros son contigo; el último acaba de salir en Planeta.
“Escribir es abrir suavemente las heridas con las manos”.
Su padre, palestino, llegó en barco a Barcelona, y luego a Madrid, a
estudiar Medicina. “Es un valiente: irse de tu país a otro en el que no
entiendes nada es de mucha valentía”.
“La poesía me ha dado una forma de expresarme y de conocerme.
De pequeño me expresaba fatal; componer me emocionaba”.
R. Está en una canción que está en el disco El
Trapecista.
Nació en una tienda de campaña en un campamento de
refugiados, en 1950.
En 1948 se había creado el Estado de Israel y él
nace en la más absoluta miseria; su primera casa fue esa tienda y
después una habitación en la que dormían 12 ó 14 personas, mis abuelos,
mis tíos y alguna mujer de mis tíos, algún hijo incluso.
Una infancia
llena de miseria. Recibía ayuda de la UNRWA (United Nations Relief and
Works Agency), para los refugiados palestinos.
Les daban unos kilos de
ayuda humanitaria que casi nunca les llegaba para pasar todo el mes
. Con
16 años tuvo que luchar en la Guerra de los Seis Días, reclutaron a
todos los jóvenes palestinos y estuvieron a punto de matarlo.
Una vida
llena de desgracia.
P. ¿Cómo le ha afectado el conocimiento de esa vida?
R. Siento mucha tristeza, creo que he heredado la tristeza de mi padre a niveles muy profundos.
P. Usted no parece triste.
R. He hecho mucha psicoterapia pero soy una persona muy triste; de niño era muy sensible.
P. ¿Cómo recibían los demás su extrema sensibilidad?
R. Era extrema en todos los sentidos; a veces era
híper sensible, todo me hacía daño.
Me regañaban porque me enfadaba
continuamente.
Tenía mucha rabia dentro.
P. ¿Cómo lo canalizó para convertirlo en alegría?
R. Es complejo. Siempre que me reprochaban algo
sentía que no me querían y buscaba que me quisieran por todos los
medios. Uno de los medios fue hacer reír a la gente.
La respuesta de la
gente también me traía alegría a mí.
P. ¿Qué le hace reír?
R. Desde chistes zafios hasta el humor más fino.
Las cosas buenas me hacen reír o emocionarme.
P. Su poesía es sutil. Extraña este verso en un poema sobre María, su compañera: "¡No me gustan los políticos!"
Parece un tópico.
R. Sí, lo es. Los dos coincidimos en que las altas
instancias están muy alejadas de la sensibilidad o la ética
. Creo que la
ética no ha llegado al poder. Han llegado más ambiciones que
sensibilidades.
P. ¿Cómo nació su poesía?
R. Nace cantando
. Era cantautor y en el 97, cuando
Ismael Serrano saca su primer disco, empiezo a componer. Escuchaba mucho
heavy, hip-hop y soul con mis amigos, a los 16 años escucho a Silvio y a
Serrat, a los 18 conozco a Ismael Serrano, me vuelvo loco con la
canción de autor y empiezo a componer. Al mismo tiempo presto más
atención a Benedetti, Miguel Hernández o Neruda.
Ahí nacen mis primeras
canciones y mis primeros poemas. Hasta 2010 creo que no salió nada
decente.
P. ¿Qué es decente en poesía?
R. Que a mí me emocione.
Comparaba mis poemas con
los poemas que me gustaban y los míos eran una ful de Estambul [la
expresión se refiere a algo que no sólo es de ínfima calidad, sino que,
de lo malo, es precisamente lo peor], muy malos, no me gustaban.
Me
parecían súper pretenciosos, intentaba rizar el rizo con figuras
estilísticas complejas, la gente no llegaba a entenderlos del todo.
P. Y ha buscado la sencillez.
R. Sí.
P. ¿Qué ha encontrado en la vida que le haga explicar el origen de su padre, de su madre, los orígenes en general?
R. La psicoterapia ha sido lo mejor, el
autoconocimiento, bucear dentro de uno mismo.
Sobre todo me he conocido a
mí mismo a través de los dolores, he ido viendo de dónde venía cada
cosa. También he hecho terapia regresiva.
Mis psicólogos iban viendo y
analizando cosas del pasado y así también he logrado conocer mucho más a
mis padres.
A través de ellos he ido reconociendo muchos elementos que
yo también encerraba.
P. ¿Cuáles?
R. Ciertas inseguridades.
Siento que cargo con
muchos de los fantasmas de mis padres, el miedo a que no nos quieran
forma parte de la familia, cierta rabia y cierto genio que tenemos
todos.
P. Cuando lo ve lo que pasa en Gaza, ¿qué siente?
R. Me siento muy herido como ser humano, impotente
por no poder hacer más aunque organizo y participo en eventos benéficos
por Palestina.
Tengo algún proyecto con UNRWA pero me encantaría poder
ayudar más.
Siento impotencia y sobre todo la increíble injusticia de
que la comunidad internacional siga permitiéndolo una y otra vez. que
iba a los territorios ocupados a grabar un documental y a cantar y me
tuvieron muchas horas.
La segunda les mentí.