Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 feb 2015

Una pasarela muy rentable............................................. Leticia García

Desde el vestido hasta el maquillaje de las actrices en las alfombras rojas son un reclamo publicitario.

Lady Gaga en los Oscars
Lady Gaga acudió con un vestido blanco diseño de Azzedine Alaïa. / Reuters

Un anuncio de medio minuto durante la ceremonia de los Oscar cuesta alrededor de un millón y medio de euros, según datos de la consultora Kantar Media
. Asociar el vestido adecuado a la actriz adecuada es una estrategia publicitaria rentable para la marca de moda en cuestión y en muchas ocasiones (casi) gratuita.
Cate Blanchett con un vestido de John Galliano para Martin Margiela. / WireImage
Hubo un tiempo en que las alfombras rojas dejaban entrever la identidad de la intérprete a través de su atuendo como Julia Roberts al recoger su Globo de Oro a mejor actriz de reparto por Magnolias de Acero luciendo un traje masculino (corbata incluida) o cuando Jodie Foster subía las escaleras para recoger la estatuilla dorada con un traje hecho a medida
. Con el tiempo, y gracias (o a pesar de) Internet, son pocas las estrellas que se atreven a comprar su propio estilismo o a decidirlo por ellas mismas.
 A excepción de valientes como Cher, Lena Dunham o Helena Bonham Carter, el grueso de las actrices se rodea de una cohorte de asesores de imagen para someterse al escrutinio de millones de ojos en las redes sociales.
 Las firmas son conscientes de esta necesidad de perfección y libran una batalla para convencer al estilista de turno de que su nombre es el más adecuado.
 El resultado se traduce en uniformidad estética y, a veces, en falta de carisma
. Pero eso no quiere decir que esta asociación entre firmas y celebridades no salga muy rentable
. A las primeras y a las segundas.
Dakota Johnson, vestida de Saint Laurent. / AFP
La mayor parte de la audiencia ni puede costear ni tiene ocasión de lucir los trajes de alta costura que pasean por la alfombra, pero sí pueden adquirir los productos más asequibles de la marca de turno.
 El grueso de la facturación de una enseña de lujo no viene de sus vestidos exclusivos, ni siquiera de su prêt-à-porter, sino de los cosméticos, perfumes y accesorios que el público compra movido por el deseo de imitar a sus ídolos, aunque sea de forma subsidiaria.
Puede que el modelo verde de Prada que lució Lupita N’yongo en los Oscar del año pasado no se agotara en las tiendas, pero sí lo hizo el brillo de labios que usó y que ofreció a la presentadora Elle Degeneres en un momento de la gala.
 Se desconoce si la actriz cobró por el product placement o fue un gesto espontáneo.
 En cualquier caso, ese labial de Clarins, cuyo precio ronda los 20 euros, se agotó en cuestión de horas. L’Oreal, por su parte, aprovechó la última entrega de los Globos de Oro para lanzar un laboratorio de belleza en Nueva York donde maquillaban a sus clientes como habían maquillado a las actrices.
Subieron el resultado a las redes sociales, indicando los productos utilizados y redireccionando a los internautas a su tienda online.
Otros son muy conscientes de que las entregas de premios funcionan mejor que las campañas fotográficas tradicionales.
 Por eso Dior paga a la actriz Jennifer Lawrence 15 millones de euros por ejercer como imagen de la maison en este tipo de eventos durante tres años
. En 2914, la facturación de la casa aumentó nada menos que un 20%.
 Del mismo modo, las marcas noveles o semidesconocidas saben que posicionar una de sus piezas dentro de este restringido círculo supone su salto a la primera división de la industria.
 Que se lo digan, sino, a Emilia Wickstead, que ha logrado duplicar las ventas de sus vestidos minimalistas en los últimos tres años ayudada por las actrices y por la fascinación que ejerce la duquesa de Cambridge.
Jared Leto de Givenchy. / AFP
En un evento absolutamente esponsorizado (los invitados reciben regalos de marcas por valor de 100.000 euros) hasta la Alta Costura hace caja.
 Empresas como la tienda online Moda Operandi pone a la venta algunas de las prendas que se han podido
ver en los Oscar, los Globos de Oro o la gala anual del Museo Metropolitan, horas después del evento.
 Los consumidores menos acaudalados acuden a Rent The Runway, la web que permite alquilar vestidos exclusivos durante días u horas.
 Al parecer, imitar a las actrices se ha convertido en una dinámica muy lucrativa. Rent the Runway acaba de conseguir 50 millones de euros en financiación para expandir su negocio.

 

El mito de llegar a la vez.........................................................Rita Abundancia

Fuera de la gran pantalla, pocas parejas son capaces de esta sincronización.

 Pero existen técnicas para coincidir en las coordenadas espacio-tiempo.

El mito de llegar a la vez

Fuera de la gran pantalla, pocas parejas son capaces de esta sincronización. Pero existen técnicas para coincidir en las coordenadas espacio-tiempo.

cover
Faye Dunaway y John Phillip Law en 'La noche deseada' (1967).
Foto: Everett

 

El más difícil todavía, el triple salto mortal, el proficiency del sexo es llegar al orgasmo al mismo tiempo que el otro, y así compartir y amplificar esa indescriptible, potente y fugaz experiencia
. Sin embargo, me temo que son pocos los que alcanzan este summa cum laude en performance amatoria
. Según Sylvia de Béjar, especialista en relaciones de pareja, tan solo un 15% de las parejas lo logran
. El resto se divide entre los que piensan que las probabilidades de converger en las coordenadas espacio-tiempo son las mismas que las de que les toque la lotería, y los que se obsesionan con este logro hasta tal punto que consiguen justo lo contrario a lo q
ue pretendían, que la pareja, aburrida ya de estos deberes, no coincida ya ni en la misma habitación. Por no citar a los románticos, que piensan que esta simultaneidad debe ser requisito indispensable entre los que se quieren, o ser una señal divina de que se ha encontrado, al fin, el alma gemela.
Si llegar al orgasmo fuera solo una cuestión de técnica –desprovista de connotaciones fisiológicas, psicológicas y hasta anímicas–, como quien frota dos palos hasta llegar a hacer fuego, la dificultad en llegar a ver el humo al mismo tiempo, estaría solo en la habilidad
. Por lo que podríamos decir a nuestro compañero/a: “empieza antes que yo ya le tengo pillado el truquillo y voy más rápido”.
 Pero me temo que es mucho más complicado que eso.
La periodista experta en sexo del diario inglés Daily Mail, Tracey Cox, exponía en cifras el tinte, casi utópico, de lograr esta meta
. “Aproximadamente, el 75%  de los hombres alcanzan el orgasmo en una relación sexual, en comparación con el 30% de las mujeres.
  El orgasmo en el hombre dura de 5 a 10 segundos (si es afortunado), en la mujer puede durar 15 segundos o más (mucho más, si es afortunada y él es un experto).
 Crucen los datos y verán que las posibilidades de ambos de orbitar en el éxtasis son altamente improbables. Románticas, si. Probables, no”.
 Que sea poco habitual no quiere decir que sea imposible y además, todo el mundo tiene el derecho a aspirar a entrar en el selecto club del 15%
. Tal vez, para muchos que no lo han logrado aún, suponga una fantasía y eso siempre constituye una razón más para seguir viviendo

Chuck Berry, la biblia del rock.......................................................... Diego A. Manrique

La integral de Chuck Berry nos recuerda su influencia decisiva sobre Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan y otras luminarias de los 60.

 

John Lennon, izquierda, y Chuck Berry.

Bajo el título Rock and Roll: Any Old Way You Choose It, la editora alemana Bear Family acaba de publicar la integral de Chuck Berry, 16 CD más dos libros complementarios
. Resulta maravilloso que haya podido verlo: con 88 años, Chuck sigue vivo y burlón.
 Esta es la piedra fundacional, el punto de partida, la biblia del rock, etc.
Revisando tan monumental obra (¡más de 21 horas!), se evidencia algo tan evidente que puede pasar desapercibido: que Chuck Berry encendió la mecha para la fantástica explosión musical de los años sesenta.
Los conjuntos de Liverpool o Londres definieron su sonido a partir de su guitarra, aprendieron narrativa con sus historias, reescribieron la mitología del rock a través de su visión.
Así que el presente AMPLIFICADOR recupera algunas de las canciones de Chuck Berry que salvaron la vida a los Beatles cuando tocaban en Hamburgo, los temas suyos que los Rolling Stones grabaron cuando no tenían temas propios.
 Para completar la Santísima Trinidad de los 60, también se menciona el plagio (reconocido) de Bob Dylan: su “Subterranean Homesick Blues” deriva del “Too Much Monkey Business” de 1956.
La caja monumental de Chuck Berry.
En realidad, la influencia de Chuck Berry es tan inmensa que se han colado canciones suyas que fueron registradas por David Bowie, Elvis Presley o Eric Clapton con The Yardbirds. Sin Berry, la música de los sesenta hubiera sido menos fantasiosa, más tímida, menos segura de sus poderes. Saludemos al auténtico Padre del Rock: cantaba, tocaba la guitarra, componía su repertorio, vivía peligrosamente, conoció la cárcel ¡y sobrevivió!
LISTADO DE CANCIONES
1. The promised land
2. Around and around
3. Come on
4. Carol
5. Let it rock
6. Little queenie
7. You can’t catch me
8. Rock and roll music
9. Roll over Beethoven
10. I’m talking about you
11. Too much monkey business
12. Memphis, Tennessee
13. You never can tell

El inquietante universo onírico de Paul Delvaux..................................................Ángeles García

El Museo Thyssen muestra 53 obras esenciales del artista surrealista belga.

Mujer ante el espejo, obra de Delvaux de 1936.

No pertenecía al núcleo duro del surrealismo capitaneado por Bretón, ni simpatizó con el ideario político del movimiento
. Sin embargo, Paul Delvaux (Antheit, 1897-Veurne, 1994), por sus temas y forma de tratarlos, forma parte del olimpo surrealista que derivó a fórmulas menos radicales como la pintura metafísica de Giorgio de Chirico y el mundo onírico de René Magritte
 . Sus extrañas mujeres desnudas, las estaciones, los esqueletos o las arquitecturas greco-romanas conforman el peculiar universo iconográfico que a partir de este martes se despliega en las salas del museo Thyssen-Bornemisza en una exposición titulada Paseo por el amor y la muerte.
Es una pequeña antológica formada por 53 obras esenciales prestadas en su mayor parte por Pierre Ghêne, el mayor coleccionista de Delvaux, quien habitualmente tiene depositadas las pinturas en el Musée d’Ixelles, en Bruselas.
En una conferencia en 1966, Paul Delvaux explicó que él entendía el surrealismo como el “resurgimiento de la idea poética en el arte, la reintroducción del objeto de representación, pero en un sentido muy determinado: el de lo extraño e ilógico”.
 Y ciertamente extrañas y patentemente ilógicas son las escenas que plasmó a partir de los años 30, cuando decidió llenar sus telas con figuras desnudas que, como sonámbulas, parecen vivir al margen de los ámbitos cotidianos.
 Son generalmente mujeres que se mueven en escenarios arcaicos similares a los que se pueden ver en la obra de su admirado Giorgio de Chirico.
Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, recuerda que Delvaux está representado en el museo con dos obras: Mujer ante el espejo (1936) y El viaducto (1963), este último, dentro de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza: “Parte de la colección de Pierre Ghêne se ha podido ver en otras exposiciones.
 Aquí hemos organizado una retrospectiva [hasta el 7 de junio] con la que poder mostrar todos sus grandes temas.
 Su obra destaca por la unidad estilística y está marcada por un ambiente extraño y enigmático
. Sus protagonistas, de la mujer a los trenes, pasando por los esqueletos y la arquitectura, son parte de este universo, seres aislados, ensimismados, casi sonámbulos, que se ubican en escenarios a menudo nocturnos y sin relación aparente; el único vínculo son las propias vivencias del artista”.
Sobre las vivencias que marcaron la vida del artista habla la comisaria, Laura Neve, colaboradora científica del Musée d’Ixelles en el catálogo de la exposición.
 Recuerda la desgraciada relación de Delvaux con las mujeres que marcaron su vida y que explican los diálogos imposibles entre sus personajes, la inexistencia de contacto entre hombres y mujeres, su extraña fijación por las dobles imágenes del mismo sexo, las miradas hipnotizadas de los protagonistas.
Hijo de una familia de poderosos abogados, su autoritaria madre le prohibió casarse con la mujer de la estaba enamorado, Anne Marie de Martelaere.
 La familia le organizó el matrimonio con Suzanne Purnal, unión que resultó un desastre
. En 1947 se reencuentra con el amor de su vida y se une a ella; pero la frustración amorosa de sus años de juventud será la fuente de inspiración para una obra en la que coloca a la mujer en un pedestal
. Las mujeres de sus cuadros son siempre jóvenes y bellas, tal como aparecen en sus sueños, señala la comisaria:
 "Son misteriosas y aparecen sumidas en sus pensamientos, condenadas a errar en un universo eterno. En los cuadros de Delvaux, no hay palabras.
Solo gestos y nunca se produce el menor contacto entre seres de distinto sexo”.
La exposición arranca con las imágenes de mujeres recostadas, Venus yacentes. Junto a La Venus dormida (1932), se cuenta que el interés de Delvaux por el motivo de leste tema se remonta a 1932, cuando visita el Museo Spitzner, una de las principales atracciones de la Feria de Midi de Bruselas donde se exhiben figuras de cera para mostrar avances quirúrgicos, enfermedades y deformaciones humanas, junto a otras curiosidades conservadas en botes de formol.
 A Delvaux le impresiona sobre todo una pieza que se titula precisamente La Venus dormida y, ese mismo año, pinta su primer lienzo sobre el tema, reinterpretándolo después en múltiples ocasiones con variaciones sorprendentes.
Vienen después los cuadros dedicados al tema de las parejas, generalmente mujeres lesbianas
. En 1930, Delvaux visitó un prostíbulo y lo que allí vio parece estar en el origen de las parejas de mujeres, otro de sus temas más habituales
. Las mujeres abrazadas le permitían dar rienda suelta a su imaginación y adentrarse en temas que hasta entonces estaban vedados para alguien de un origen tan conservador para él.
 Representa a las parejas en aproximaciones más que terrenales, pero también posando frente al artista o caminando indiferentes a quienes las contemplan.
Su fascinación por el mundo de los trenes fue tal que afrontó en tema en sus primeras obras y lo retomó ya como artista adulto consagrado
. Conocido por muchos como el pintor de las estaciones.
El primero fue la Estación de Luxemburgo en Bruselas (1920), donde recoge las condiciones laborales del personal ferroviario y el trajín de los viajeros.
 Años más tarde, las estaciones serán el lugar por el que transitan las mujeres que aguardan en andenes o salas de espera la llegada de una cita o el inicio de un viaje.
La exposición cierra con uno de sus temas más sorprendentes:
 Los esqueletos. Recuerda Guillermo Solana que la fascinación de Delvaux por los esqueletos se remonta a su etapa escolar y a la inquietud que le produce el que tiene en el aula de Biología en el colegio.
 A partir de 1932 hace del esqueleto un elemento de su vocabulario plástico, dotándolo de una especial expresividad.
 En ocasiones los esqueletos sustituyen al personaje principal y reinterpretan por él la historia, como un alter ego. Cuando no es el protagonista, aparece al fondo, fundiéndose con el decorado y adoptando un papel secundario, pero no menos importante, y comportamientos típicos de los humanos.
 En la década de 1950, realiza una serie de versiones de la Pasión de Cristo (la Crucifixión, el Descendimiento o el Entierro) protagonizadas también por esqueletos, que se exponen en 1954 en la Bienal de Venecia y cuyo lema es Lo fantástico en el arte.
Provoca un escándalo sin pretenderlo, magnificado por el cardenal Roncalli –futuro Papa Juan XXIII–, que las condena por herejía.