Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 oct 2014

El poder de las flores----------------------------------- Javier Ocaña


Un fotograma de 'Loreak'.

“¿Por qué no puede haber una película solo sobre flores? (...).
 Yo quería madurar como guionista, quería hacer algo sencillo, enseñarle a la gente lo increíbles que son las flores”, decía con voz entrecortada y sudores fríos Charlie Kaufman, por boca de Nicolas Cage, en Adaptation (El ladrón de orquideas).
 Y, sin embargo, no lo lograba. Ante la imposible adaptación de un libro sobre flores, acudió a sí mismo, al terror del creador y, luego, a una parodia metalingüística sobre la escritura de guiones.
 Una maravilla, sí, pero no consiguió hacer su ansiada película sobre flores
. Algo que han logrado Jon Garaño y Jose Mari Goenaga en la redonda Loreak
.Una obra sobre la fuerza de las flores: sobre su poder estabilizador, y también sobre su poder desestabilizador. Suena complejo, pero es muy sencillo. Puede parecer sencillo, pero es muy complejo.
LOREAK
Dirección: Jon Garaño, Jose Mari Goenaga.
Intérpretes: Nagore Aramburu, Itziar Aizpuru, Itziar Ituño.
Género: drama. España, 2014.
Duración: 99 minutos
En la película, rodada en euskera, todo se mueve alrededor de esa energía, la de regalar un ramo, la de que te regalen un ramo, la de poner un ramo, la de cuidar el ramo: su estructura, magnífica, sus cambios en los puntos de vista, las relaciones entre personajes, el estado interior de cada uno de ellos. Dos planos con mucho aire, uno por arriba, sobre su cabeza, con la protagonista casi con el cuello cortado, otro en un autobús, con la mujer en el extremo derecho de la pantalla, muestran en el inicio del relato a un ser a la deriva
. El encuadre como metáfora técnica de un estado de opresión.
Y a partir de ahí, las relaciones cruzadas, ayudadas por la elegante puesta en escena de Garaño y Goenaga, y por la partitura de Pascal Gaigne, conforman una hermosa película repleta de sutiles paralelismos entre los personajes, como la menopausia y el deseo de tener hijos, o el concepto de la herida abierta: la de las flores, necesaria para que se mantengan vivas, y también las del cadáver en la Facultad de Medicina.
Éxito de crítica y público en el Festival de San Sebastián, éxito posterior en el Festival de Londres, supone un gran salto adelante en la filmografía de Garaño y Goenaga, notables cortometrajistas, valientes debutantes en el largometraje con 80 egunean (2010). Loreak, una película sobre flores.
 A Charlie Kaufman le encantaría.

El PP presiona a Rajoy para que inicie una purga y frene el desgaste electoral.................................................Carlos E. Cué

El Gobierno y el PP se sienten en un agujero electoral al que nadie le ve de momento la salida, según admiten varios de sus dirigentes en privado.
 La sucesión de escándalos que afectan directamente al partido tiene conmocionados especialmente a los alcaldes y dirigentes territoriales, los primeros que se van a enfrentar a unas elecciones. “Se lo estamos dando todo hecho a Podemos”, resumió la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre.
En ese ambiente, diversos dirigentes están trasladando a la cúpula y a Mariano Rajoy que tiene que limpiar el partido y frenar la sangría, según varios de los consultados.
Una de las cabezas que más se reclama, sobre todo entre los más fieles a Rajoy, es precisamente la de Aguirre.
Madrid es el epicentro del último escándalo y muchos reclaman al presidente que entre en tromba en esta comunidad para cambiar radicalmente y quitar tanto a Aguirre como a su sucesor, Ignacio González, buscar nuevas caras y renovar el partido por completo.
 Pero Rajoy, como respuesta a ese ambiente interno, decidió apoyar a la presidenta del PP madrileño, que pese a estar muy tocada aún no se descarta entre las posibles candidatas a la alcaldía de Madrid. “Esperanza Aguirre se equivocó como yo y como todos los que estamos aquí.
Yo tengo que ser justo; ¿o es que hay alguien que no se ha equivocado alguna vez en su vida? Y tengo que ser equilibrado
. Aguirre es un activo muy importante del partido y cuenta con mi apoyo”, dijo ayer en su rueda de prensa con la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

Rajoy no hace nada por lo vago que es y espera que se solucione   pero sin hacer nada para ello
.
El propio González aseguró que él “no va a ser cabeza de turco” y afirmó que la idea de que Rajoy podría estudiar la posibilidad de tomar el control en Madrid a través de una gestora son “rumores y especulaciones”.
 Aguirre también descartó su propia dimisión al frente del partido en esa comunidad:
“No voy a abandonar el barco cuando parece que se hunde”. Fue precisamente Aguirre la que, en una entrevista en Onda Cero, abrió ayer incluso las especulaciones sobre la posibilidad de que Rajoy no repita como candidato en 2015.
Diputados veteranos señalan que esa sería una solución para la situación de deterioro de imagen del PP, dar paso a una nueva generación, pero todos los consultados creen que eso solo sucederá tras las elecciones generales si Rajoy pierde
. Creen que él en ningún caso se va a plantear la posibilidad de dejarlo tras una sola legislatura. Insisten en que el presidente confía en que la recuperación económica, el paso del tiempo e incluso el miedo a Podemos hagan que los votantes tradicionales del PP, ahora en la abstención, vuelvan a apoyarle.
Varios barones autonómicos, que reclamaron medidas contundentes, apoyaron la continuidad de Rajoy como candidato.
“El candidato del PP a las siguientes elecciones es sin duda el presidente Rajoy.
 No hay dudas al respecto”, aseguró el gallego Alberto Núñez Feijóo.
 El valenciano Alberto Fabra también contestó a Aguirre —quien se había limitado a decir “vamos a ver qué se plantea, no avancemos las cosas”, cuando se le preguntó si creía que Rajoy debía repetir— y dijo que el mandatario es “la persona adecuada para seguir al frente del Gobierno de España”.
Precisamente a la Comunidad Valenciana miran también los dirigentes que piden a Rajoy más contundencia. El lunes, el Rey visitará Alicante y el martes lo hará el presidente, ambos para participar en el Congreso de la Empresa Familiar. Ambos se encuentran con el problema de que quieren evitar la fotografía con la alcaldesa, Sonia Castedo, imputada por corrupción.
Es probable que logren convencerla de que no se acerque, pero el PP exige a Rajoy que haga algo para que Castedo deje ya la alcaldía y, si no, que le monte una moción de censura.
 La dirección aprieta a Fabra para que lo consiga, pero el riesgo de ruptura del grupo municipal les ha impedido moverse hasta ahora. El nuevo ambiente recrudece la presión.
Estos dirigentes, que aseguran que este asunto de la reacción ante la corrupción es el único tema de conversación en el PP estos días, también miran a la calle Génova.
 La cúpula aún no ha dado una sola explicación sobre el supuesto pago con dinero negro de al menos 1,7 millones de euros.
 En privado, los dirigentes se lanzan contra el juez Ruz, al que ven con animadversión hacia el PP, pero también exigen que el partido explique de una vez qué ha pasado con la caja b y la sede y se asuman responsabilidades “caiga quien caiga”.
Rajoy matizó ayer su discurso del día anterior en el Congreso y ya no dijo que “todas las personas” implicadas en escándalos estaban fuera del partido, sino “la gran mayoría”.
 Algunos de estos dirigentes reclaman que se haga algo también con el exsecretario general Ángel Acebes, imputado por la caja b y también por el caso Bankia.
Y no solo en el partido, apuntan, sino también en Iberdrola, de cuyo consejo consideran que es miembro por pertenecer al PP.
 También reclaman más contundencia con Rodrigo Rato, que está igualmente en el Banco Santander y en Telefónica. La cúpula contesta que Rajoy está haciendo todo lo que puede y que la clave radica en las leyes anticorrupción que el PP va a aprobar ahora en solitario.
Los más fieles a Rajoy insisten en que debe salir a la ofensiva, contar todo lo que ha hecho y va a hacer contra la corrupción y no dejar más espacio a Podemos.
“La conducta de unos pocos no puede convertirse en una enmienda a la totalidad del sistema”, señaló José Manuel Soria, ministro de Industria y muy cercano al presidente, en un mensaje muy repetido en la cúpula.

30 oct 2014

El hombre que enamoró (y enemistó) a Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld........................Leticia García

El estreno de los dos 'biopics' sobre Yves Saint Laurent rescata del olvido la controvertida figura de Jacques des Bascher.

cover
Louis Garrel interpreta a Jacques de Bascher.

“Se dice que fue mi novio, pero no es cierto
. Era la persona más divertida y más distinta a mí que he conocido. Salvaje, chic y divertido
. Tenía todos los defectos y todas las cualidades.
 Para mí era divino, pero otros lo encontraban diabólico”
. Esta es una de las poquísimas veces que Karl Lagerfeld ha hablado de Jacques de Bascher tras su muerte.
 Lo hizo en una extensa entrevista concedida a Eugenia de la Torriente en 2009, treinta años después de que de Bascher falleciera a causa del Sida.
Cuentan que el director creativo de Chanel empezó a ocultarse tras sus ya míticas gafas de sol después de aquello.
También fue la época en la que empezó a descuidar su dieta espartana y a enfundarse en trajes de Yohji Yamamoto para ocultar su exceso de peso.
 Sólo tres décadas más tarde se atrevió a hablar, aunque siempre escuetamente, de la persona que más le ha marcado personal y profesionalmente.
Después llegaría el documental Lagerfeld se dibuja en 2013 donde, entre bocetos, el diseñador recuerda su trayectoria y no puede esquivar la importancia que de Bascher tuvo en ella.
 Le considera “el francés más elegante que ha conocido en su vida” y recuerda la primera que lo vio, con bermudas tirolesas, vestido de forma tan extravagante como fascinante.
Y finalmente la exposición La gloria del agua, la muestra que el pasado verano inauguraba Fendi (la otra casa para la que diseña el alemán) y que, además de exhibir las decenas de instantáneas que el diseñador había realizado en Roma, mostraba al público por primera vez un fashion film que de Bascher había realizado para la marca en 1977.
Aunque sus excesos, sus estilismos copiados de la aristocracia de fin de siglo y su lengua viperina eran encumbrados en el París de los 70, la figura de Jacques de Bascher, quizá por expreso deseo de Lagerfeld, fue cayendo poco a poco en el olvido
. Hasta la fecha. Porque no solo marcó la vida del siempre esquivo y misterioso Lagerfeld, también mantuvo un autodestructivo romance con Yves Saint Laurent.
Y ahora es una pieza clave en los dos biopics que acaban de estrenarse sobre el modisto argelino
Pese a que ambas cintas poseen enfoques muy distintos, el personaje de Jacques de Bascher aparece retratado (con más o menos profundidad) como el causante del descenso a los infiernos de Yves Saint Laurent y el desencadenante de la enemistad entre los que quizá sean los dos creadores de moda más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
 Hoy muchos, tras ver las películas, se preguntarán de dónde ha salido esta misteriosa e influyente figura.
saint laurent
Gaspard Ulliel hace de Saint Laurent.
Probablemente lo último que hubiera querido Jacques de Bascher fuera caer en el olvido.
 Desde que llegó al centro de París procedente de Neuilly con veintidós años, todos sus esfuerzos se centraron en ser el foco de atención, el niño mimado de esa minoría

elitista y hedonista que entonces dominaba la moda francesa. Lo consiguió.

 Pero ni al tándem Saint Laurent- Bergé le interesaba dar publicidad al artífice de una de sus mayores crisis ni a Lagerfeld, que en vida se dejaba retratar orgulloso junto a él, le apetecía recordarle en público tras su muerte.

De hecho, el alemán demandó a Alicia Drake, autora del libro The beautiful fall, por narrar hechos supuestamente falsos y pidió la retirada del mismo.
 El libro relata las vidas de ambos diseñadores de forma novelada y a través de cientos de entrevistas a los testigos de la época.
 De temperamentos opuestos, amigos en sus inicios y enemigos en el cénit de sus respectivas carreras, Drake entrelaza sus trayectorias e intenta responder a muchas de las sombras que rodean a ambos personajes.
 Obviamente, de Bascher juega un papel básico en la trama.
 Y este texto es, a día de hoy, el único perfil detallado que encontramos de este joven dandi.
Porque si hay un concepto que defina a de Bascher es el de dandismo.
 Entendido, además, en su sentido más estricto.
 Si de joven se dejó fascinar (y seducir) por un profesor que lo llevaba de viaje a Londres y le hacía visitar los escenarios vitales de Oscar Wilde, con veinte años cambió su gabardina y sus jerseys de pico por pantalones tiroleses, blusas de seda y chaquetas floreadas, comenzó a leer a Huysmans y a Montesquieu, a expresarse con lenguaje rimbombante y anacrónico y se mudó a París dispuesto a ejercer de muso y de alma de todas las fiestas.
 Como cualquier dandi de los siglos XVIII y XIX nunca quiso trabajar, sino vivir consagrado al hedonismo y al culto a la belleza
 . Procedía de una familia de provincias relacionada con la baja aristocracia pero se inventó un pasado que lo unía a la nobleza más poderosa y se hizo cambiar su segundo apellido, Petit, por Beaumarchais.
Lagerfeld, acostumbrado a ser 'el alemán' en un mundo altamente chauvinista, también solía reinventar su pasado
. Fue niño prodigio, hijo de aristócratas y vástago de una familia dedicada a las bellas artes
. Quizá fuera aquella necesidad de reescribir su historia lo que le unió a de Bascher
. Aquel joven representaba, además, todo lo que el diseñador no poseía: apellidos ilustres, una extravagancia estética que era vista como la quintaesencia de la sofisticación y ese estilo de vida excesivo que él, adicto al trabajo, admiraba desde la distancia.

des bascher 
Jacques des Bascher fue retratado por David Hockney en 1974. Su retrato sirvió para anunciar la exposición parisina del artista

  Según cuenta Drake, se conocieron en Le Sept, el club de moda del París de la época, y al día siguiente De Bascher ya viajaba a la casa de verano que Lagerfeld había alquilado en Saint Tropez. Era 1973, y no se separaron durante más de quince años.
 En esa década y media Lagerfeld cambió de estilo, de trabajo y de amigos, pero Des Bascher siempre estuvo ahí, viendo cómo el diseñador se encaprichaba de Anna Piaggi, de Antonio López o de Pat Cleveland y cómo, con el tiempo, iba alejándose de ellos.
El fastuoso tren de vida de de Bascher corría a cuenta de Lagerfeld.
 Vivía en un histórico apartamento en Saint Sulpice cuya renta pagaba el diseñador, se paseaba en Rolls Royce por el pequeño pueblo de la Bretaña donde Lagerfeld poseía un castillo y montaba las fiestas más escandalosas y excesivas de París con cargo a su cuenta
. Nunca se supo qué les unía, y si al principio se hablaba de ellos como pareja, en sus últimos años de relación se consideraba que su unión era similar a la de un padre y su hijo.
 Pero no se separaron, aunque Lagerfeld se hiciera cada vez más importante dentro de la industria y
desbascher
Sus extravagancias en materia de estilo encandilaron al París de la época
de Bascher fuera encadenando escándalos cada vez más sonados.


El hombre que enamoró (y enemistó) a Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld

El estreno de los dos 'biopics' sobre Yves Saint Laurent rescata del olvido la controvertida figura de Jacques des Bascher

cover
Louis Garrel interpreta a Jacques de Bascher.
“Se dice que fue mi novio, pero no es cierto. Era la persona más divertida y más distinta a mí que he conocido. Salvaje, chic y divertido. Tenía todos los defectos y todas las cualidades. Para mí era divino, pero otros lo encontraban diabólico”. Esta es una de las poquísimas veces que Karl Lagerfeld ha hablado de Jacques de Bascher tras su muerte. Lo hizo en una extensa entrevista concedida a Eugenia de la Torriente en 2009, treinta años después de que de Bascher falleciera a causa del Sida.
Cuentan que el director creativo de Chanel empezó a ocultarse tras sus ya míticas gafas de sol después de aquello. También fue la época en la que empezó a descuidar su dieta espartana y a enfundarse en trajes de Yohji Yamamoto para ocultar su exceso de peso. Sólo tres décadas más tarde se atrevió a hablar, aunque siempre escuetamente, de la persona que más le ha marcado personal y profesionalmente.
Después llegaría el documental Lagerfeld se dibuja en 2013 donde, entre bocetos, el diseñador recuerda su trayectoria y no puede esquivar la importancia que de Bascher tuvo en ella. Le considera “el francés más elegante que ha conocido en su vida” y recuerda la primera que lo vio, con bermudas tirolesas, vestido de forma tan extravagante como fascinante.
Y finalmente la exposición La gloria del agua, la muestra que el pasado verano inauguraba Fendi (la otra casa para la que diseña el alemán) y que, además de exhibir las decenas de instantáneas que el diseñador había realizado en Roma, mostraba al público por primera vez un fashion film que de Bascher había realizado para la marca en 1977.
Aunque sus excesos, sus estilismos copiados de la aristocracia de fin de siglo y su lengua viperina eran encumbrados en el París de los 70, la figura de Jacques de Bascher, quizá por expreso deseo de Lagerfeld, fue cayendo poco a poco en el olvido. Hasta la fecha. Porque no solo marcó la vida del siempre esquivo y misterioso Lagerfeld, también mantuvo un autodestructivo romance con Yves Saint Laurent. Y ahora es una pieza clave en los dos biopics que acaban de estrenarse sobre el modisto argelino
Pese a que ambas cintas poseen enfoques muy distintos, el personaje de Jacques de Bascher aparece retratado (con más o menos profundidad) como el causante del descenso a los infiernos de Yves Saint Laurent y el desencadenante de la enemistad entre los que quizá sean los dos creadores de moda más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Hoy muchos, tras ver las películas, se preguntarán de dónde ha salido esta misteriosa e influyente figura.
saint laurent
Gaspard Ulliel hace de Saint Laurent.
Probablemente lo último que hubiera querido Jacques de Bascher fuera caer en el olvido. Desde que llegó al centro de París procedente de Neuilly con veintidós años, todos sus esfuerzos se centraron en ser el foco de atención, el niño mimado de esa minoría elitista y hedonista que entonces dominaba la moda francesa. Lo consiguió. Pero ni al tándem Saint Laurent- Bergé le interesaba dar publicidad al artífice de una de sus mayores crisis ni a Lagerfeld, que en vida se dejaba retratar orgulloso junto a él, le apetecía recordarle en público tras su muerte.
De hecho, el alemán demandó a Alicia Drake, autora del libro The beautiful fall, por narrar hechos supuestamente falsos y pidió la retirada del mismo. El libro relata las vidas de ambos diseñadores de forma novelada y a través de cientos de entrevistas a los testigos de la época. De temperamentos opuestos, amigos en sus inicios y enemigos en el cénit de sus respectivas carreras, Drake entrelaza sus trayectorias e intenta responder a muchas de las sombras que rodean a ambos personajes. Obviamente, de Bascher juega un papel básico en la trama. Y este texto es, a día de hoy, el único perfil detallado que encontramos de este joven dandi.
Porque si hay un concepto que defina a de Bascher es el de dandismo. Entendido, además, en su sentido más estricto. Si de joven se dejó fascinar (y seducir) por un profesor que lo llevaba de viaje a Londres y le hacía visitar los escenarios vitales de Oscar Wilde, con veinte años cambió su gabardina y sus jerseys de pico por pantalones tiroleses, blusas de seda y chaquetas floreadas, comenzó a leer a Huysmans y a Montesquieu, a expresarse con lenguaje rimbombante y anacrónico y se mudó a París dispuesto a ejercer de muso y de alma de todas las fiestas. Como cualquier dandi de los siglos XVIII y XIX nunca quiso trabajar, sino vivir consagrado al hedonismo y al culto a la belleza. Procedía de una familia de provincias relacionada con la baja aristocracia pero se inventó un pasado que lo unía a la nobleza más poderosa y se hizo cambiar su segundo apellido, Petit, por Beaumarchais.
Lagerfeld, acostumbrado a ser 'el alemán' en un mundo altamente chauvinista, también solía reinventar su pasado. Fue niño prodigio, hijo de aristócratas y vástago de una familia dedicada a las bellas artes. Quizá fuera aquella necesidad de reescribir su historia lo que le unió a de Bascher. Aquel joven representaba, además, todo lo que el diseñador no poseía: apellidos ilustres, una extravagancia estética que era vista como la quintaesencia de la sofisticación y ese estilo de vida excesivo que él, adicto al trabajo, admiraba desde la distancia.
des bascher
Jacques des Bascher fue retratado por David Hockney en 1974. Su retrato sirvió para anunciar la exposición parisina del artista
Según cuenta Drake, se conocieron en Le Sept, el club de moda del París de la época, y al día siguiente De Bascher ya viajaba a la casa de verano que Lagerfeld había alquilado en Saint Tropez. Era 1973, y no se separaron durante más de quince años. En esa década y media Lagerfeld cambió de estilo, de trabajo y de amigos, pero Des Bascher siempre estuvo ahí, viendo cómo el diseñador se encaprichaba de Anna Piaggi, de Antonio López o de Pat Cleveland y cómo, con el tiempo, iba alejándose de ellos.
El fastuoso tren de vida de de Bascher corría a cuenta de Lagerfeld. Vivía en un histórico apartamento en Saint Sulpice cuya renta pagaba el diseñador, se paseaba en Rolls Royce por el pequeño pueblo de la Bretaña donde Lagerfeld poseía un castillo y montaba las fiestas más escandalosas y excesivas de París con cargo a su cuenta. Nunca se supo qué les unía, y si al principio se hablaba de ellos como pareja, en sus últimos años de relación se consideraba que su unión era similar a la de un padre y su hijo. Pero no se separaron, aunque Lagerfeld se hiciera cada vez más importante dentro de la industria y de Bascher fuera encadenando escándalos cada vez más sonados.
desbascher
Sus extravagancias en materia de estilo encandilaron al París de la época
Probablemente Lagerfeld no se sorprendiera al saber que Yves Saint Laurent y su fiel pandilla de modelos y artistas acudiría a su fiesta de cumpleaños, pese a que ambos grupos apenas se mezclaran en cenas y eventos (y la prensa se encargara de remarcar continuamente su rivalidad).
 Tampoco debió causarle mucha impresión ver a de Bascher sentado en la primera fila de un desfile de Costura de Saint Laurent
. Casi todos sabían que Yves y él mantenían una relación
. Lo que pocos intuyeron es que, a diferencia del resto de amantes del argelino, de Bascher iba a obsesionar al modisto durante tres años
. Si Yves ya había sufrido varias crisis depresivas y caminaba siempre en la cuerda floja, él le iba a hacer reencontrarse con las drogas, el alcohol y las pastillas.
Saint Laurent se sumergió en la peor de sus crisis personales y Pierre Bergé decidió marcharse de casa.
 Años después, Bergé no soportaba tenerle cerca.
 Si se cruzaba con él, le llamaba gigoló, pedía que lo echaran del local y desacreditaba (siempre de forma implícita) la labor de Lagerfeld.
Curiosamente, en sus años más oscuros junto a de Bascher, Saint Laurent firmó algunas de sus mejores colecciones: perfeccionó y reformuló su esmoquin, jugó con las transparencias, se adentró de lleno en el Orientalismo y culminó su exploración creativa con una colección dedicada a La Ópera y los Ballets Rusos en 1976, que esbozó prácticamente desde la camilla del hospital.
Pero sin duda la mejor parte del espíritu inspirador de de Bascher se la llevó Lagerfeld: comenzó a vestirse de forma extravagante, a llenar sus entrevistas de frases lapidarias y, correlativamente, a crear frenéticamente colecciones que le hicieron ganarse el liderazgo en Chloé, en Fendi y finalmente la dirección creativa de Chanel.
 Lagerfeld, que siempre ha trabajado de forma espartana, vivía su vida a través de su protegido
 . Mientras uno organizaba fiestas que parecían salidas de la Belle Époque, se dejaba retratar por David Hockney y, como buen dandi, respondía siempre de forma insolente y aparatosa a cualquier personaje de la élite parisina, el otro traducía dichas vivencias en bocetos, fotografías y vestidos.
 De Bascher se jactaba de no trabajar, de vivir exclusivamente dedicado al placer y la estética y Lagerfeld se enorgullecía de tener a su lado un personaje que alimentaba sus exigencias creativas
. Si hoy la prensa especializada lo apoda 'el Káiser' es porque de Bascher, fascinado por el modo en que el diseñador era capaz de imponer las tendencias, comenzó a llamarle de esa forma.

des bascher 
 
Cuenta Drake en The Beautiful Fall que Renaud, uno de los pocos amigos que de Bascher mantenía de su infancia, recibía cada año una postal navideña con su retrato
. Cada enero, Lagerfeld bocetaba a su muso de una forma distinta.
 En la Navidad de 1989 recibió uno de los dibujos más bellos.
Bajo el retrato, el diseñador escribía la frase “Jacques de Bascher visto por Karl Lagerfeld”. En aquel momento, su salud ya estaba devastada por el Sida.
 Moriría poco tiempo después.
La mitad de sus cenizas descansan en su casa familiar y la otra mitad junto a la madre del diseñador.
Nunca se supo qué fue lo que mantuvo unidos tanto tiempo a dos personajes tan volátiles y caprichosos, tampoco se sabe con claridad por qué este joven francés de aspecto extravagante fascinó a buena parte de los que escribieron la moda del último siglo XX
. Lo que sí puede decirse con bastante rotundidad es que Jacques de Bascher, además de ser el último dandy real de la historia, fue el primer muso masculino conocido en la industria.
 

 

Loulou de la Falaise, la musa más creativa de la historia.............................................................Leticia García

Tres años después de su muerte, la que fuera mano derecha de Yves Saint Laurent por fin tiene su propia monografía.

 

loulou
Loulou de la Falaise se dio a concoer como modelo y erminó siendo la diseñadora de accesorios de Yves Saint Laurent durante tres décadas
El chic, esa palabra que se repite sin cesar y que, sin embargo, es imposible definir.
 Un concepto esencialmente francés que se aplica a las mujeres que no son meramente sofisticadas, elegantes u originales. Sobre el chic siempre planea ese algo más que se reconoce cuando se ve pero no puede describirse.
Sin embargo, para explicar qué es el chic, basta con mostrar una fotografía de Loulou de la Falaise en cualquier etapa de su vida, de los veinte a los sesenta, con cualquier vestido y fotografiada por cualquier maestro, de Helmut Newton a Peter Lindbergh.
 Ahora la editorial Rizzoli le dedica su primera monografía, cuajada de fotos y de testimonios. Porque Loulou era más, muchísimo más que una mujer chic o una celebridad de los años 70.
Siempre asociamos a las grandes musas que inspiraron e inspiran a los creadores franceses con la sobriedad, el gesto serio, la pose imponente
. Pero lo cierto es muy complicado encontrar una imagen de Loulou en la que no aparezca sonriente y accesible.
Tal vez se deba a que no era francesa, sino británica, y una de sus grandes aportaciones fue la de llevar a París toda la diversión que se respiraba en los años 60 londinenses y toda la transgresión y el hedonismo del Nueva York de Halston y Warhol (vivió allí antes de trasladarse a la capital francesa).
Tampoco era una musa, al menos en sentido estricto. 
 “Para mí una musa llega para tomar té con pastas y charlar, muestra su inteligencia, después se va a una fiesta. No la veo trabajando tan duro como yo.
Pero ahora Yves Saint Laurent es parte de la historia, y ha hecho que yo forme parte de ella también, así que al final no es tan malo haber sido una musa”, confesaba en una de sus últimas entrevistas.

LouLou

Foto: Corbis
Loulou inspiraba, pero también creaba sin cesar.
 Revolucionaba el imaginario creativo de los diseñadores a los que se acercaba y acaba siendo parte activa en el cambio
. Fue modelo durante décadas y a la vez editora de la revista Harpers&Queen; durante su estancia en Nueva York se convirtió en la chica que todos los diseñadores querían tener en sus fiestas y, mientras tanto, diseñaba los estampados del mítico Halston
. Esa necesidad de estar a medio camino entre la inspiración y la creación le vino de su madre, Maxime de la Falaise, que posó para Avedon y fue musa de Warhol pero también diseñaba las prendas de Chloé
. Aunque se podría decir que, en este sentido, Loulou superó a su progenitora.
Si había un grupo de mujeres que encarnara en el París de los 70 el espíritu de eso que hoy llamamos it girls, fueron, sin ninguna duda, las que pertenecían al círculo íntimo de Yves Saint Laurent. Muchas iban y venían, pero el modisto argelino no daba un paso si no era del brazo de Betty Catroux y Loulou de la Falaise
. La primera, asombrosamente parecida a la cantante Nico, encarnaba una belleza fría, de rasgos andróginos y actitud distante
. La segunda podría haber sido la chica de al lado, si no fuera porque con dos trozos de tela y un vestido de mercadillo hacía que todos se giraran a su paso.
“Sólo teníamos trapos, pero Loulou era capaz de hacerlos pasar por algo rico y completamente nuevo”, solía decir su madre.
 Su llegada a París a finales de los 60 significó el desencorsetamiento de los códigos que regían la moda de entonces.
 Ella era el vivo ejemplo de que la sofisticación no lo era todo, de que la elegancia no tenía por qué buscarse únicamente en vestidos de costura y trajes de chaqueta.
Durante toda su vida, llevó turbantes, túnicas floreadas y chaquetas de noche durante el día, indumentaria masculina, pantalones harem mezclados con piezas de Alta Costura, kaftanes y chaquetas de esmoquin.
 Y todo en ella parecía asombrosamente natural. Con Loulou de la Falaise, Yves Saint Laurent aprendió que la moda también podía ser divertida.

LouLou
En el desfile Primavera-Verano 1992 de Saint Laurent
Foto: Corbi

 Se quedó fascinado cuando la conoció en 1968 durante una fiesta en casa del diseñador Fernando Sánchez.
 Le rompió los esquemas. Estaba por encima de las tendencias y los códigos
. Era completamente distinta, increíblemente actual. Se hicieron amigos. Loulou fue una de las causantes de que Yves Saint Laurent se enamorara de Marruecos, comenzara a fascinarse por la indumentaria africana y, por encima de todo, ella fue la que le hizo darse cuenta de que la moda de su tiempo no se alojaba únicamente en los talleres, también se respiraba en las calles.
 Loulou fue la que hizo que Saint Laurent diera el paso al pret-à-porter y fundara su línea Rive Gauche.
Por eso el diseñador supo que no sería suficiente con tenerla como musa, no bastaba con enviarle ropa e invitarla a sus fiestas, necesitaba que tomara parte activa en su marca
. Entró a trabajar como diseñadora de accesorios en la maison Saint Laurent a principios de los setenta y no dejó el estudio del modisto hasta la retirada de este en 2002.
Cuentan que ella fue la impulsora de algunos de los grandes hitos de la firma, como aquella colección inspirada en la Opera y los Ballets rusos-
 Cuentan también que su presencia equilibraba los altibajos psicológicos del diseñador.
 Ella estaba allí cuando él sufría crisis depresivas y creativas, cuando la propia empresa parecía tambalearse.
En 1977, çse casó en segundas nupcias con Thadée Klossowsky, hijo del pintor Balthus y también miembro de la pandilla Saint Laurent (de hecho, Klossowsky salía antes con Clara Saint, jefa de prensa de la marca).
 La boda, pagada por el diseñador, fue el acontecimiento del año.
 Ni siquiera  faltó Karl Lagerfeld, que por entonces no mantenía una buena relación con el clan del modisto. Loulou vistió un traje blanco de inspiración árabe, turbante incluído
. Tras la fiesta, ella y Klossowsky se convirtieron en la pareja más adorada de París.


boda
El día de su boda, en 1977

 Tras la retirada de Yves, Loulou creó su propia firma homónima.
 Abrió dos tiendas en París y comenzó a exportarlos sus accesorios a las tiendas más famosas de Londres o Nueva York.
Pasó sus últimos años de vida diseñando accesorios para Oscar de la Renta
. Nunca dejó de crear. Tampoco de vestirse de esa forma tan personal y arriesgada.
 Murió en su casa en 2011 a los 63 años, víctima de un cáncer, pero su legado sigue marcando la pauta de las grandes figuras de la industria.
 En la monografía que acaba de publicarse, no falta un solo nombre importante: de Diane Von Furstenberg a Paloma Picasso, de Grace Jones a Grace Coddington, de Marianne Faithfull a Ines de la Fressange
. Es esta última la que apunta una de las claves que convirtieron a Loulou en protagonista.
 Trajo frescura a un mundo conservador, reinventó los códigos de una de las firmas de moda más importantes del mundo, reescribió la definición de elegancia y, además, terminó con la barrera estética entre géneros: “Sorprendentemente, encarnó el chic siendo una tomboy.
 Tenía los hombros anchos, una forma muy peculiar de moverse al caminar y una actitud tan urbana que te hacía darte cuenta de que podía hablar con todo el mundo”.
Una gran dama que nunca quiso distancias, una diseñadora que prefirió permanecer en la sombra y una musa que siempre sonreía.
 Esa es la definición del chic.