Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 may 2014

Scott Fitzgerald, en versión original...............................................................................Patricia Tubella


Retrato coloreado de Scott Fitzgerald.

Francis Scott Fitzgerald, censurado.
 O, como prefería enfocarlo la revista estadounidense que publicó sus relatos cortos a finales de los veinte y principios de los treinta, sencillamente “editado” para no ofender a sus lectores con escenas de desnudos, referencias al abuso del alcohol y las drogas o palabras despectivas que encerraban prejuicios raciales.
 Esa nueva versión, que a base de tachaduras erradicaba la impronta más cruda y realista, es la que acabó sobreviviendo como parte del legado literario de uno de los grandes novelistas del siglo XX. Ocho décadas después de que del escritor estadounidense (1896-1940) aceptara el tijeretazo por necesidades de supervivencia, una nueva edición de sus colecciones de historias breves consigue recuperar por primera vez a un Fitzgerald en versión original.
El estudio de los textos mecanografiados por el propio autor, de las correcciones que anotaba a mano para perfilar los relatos antes de enviarlos a sus jefes de la revista Saturday Evening Post (en aquellos años, su principal fuente de ingresos), ha permitido a la editorial Cambridge University Press recuperar su verdadero formato.
 La ambiciosa edición, que acaba de arrancar con la publicación en Reino Unido de su cuarta y última colección Taps at Reveille (Toque de diana, 1935), “nos revela unas historias cortas mucho más complejas y realistas de lo que desprendía su versión retocada”, explica en conversación telefónica el profesor americano James West, responsable de un ingente trabajo para restaurar al genuino Scott Fitzgerald.
Se suprimieron referencias a alcohol, drogas y palabras antisemitas
Las blasfemias o los insultos antisemitas que proferían algunos de sus personajes —y que, según precisa West, no correspondían al sentimiento del autor sino a una mera exposición de la realidad— eran, por ejemplo, “blanqueados” o directamente erradicados.
Fitzgerald quería que sus criaturas “hablaran como en la vida real”, pero su editor temía que con ello espantara al público de la revista
. El asunto se despachaba con un borrón o, en el caso de las descripciones de desnudos, “vistiendo” a los personajes aunque la escena acabara perdiendo todo su sentido
. Los cortes también eran implacables cuando se hacía referencia a desmanes etílicos o con sustancias prohibidas
. Todos estos cambios “causaban confusión o se traducían en un ensamblaje ilógico de la historia”, subraya el profesor al aludir en particular al título Babylon Revisited, un homenaje a la Era del Jazz que rememora los años de Fitzgerald como expatriado en París y que está considerado —a pesar de las alteraciones que sufrió— una obra maestra del género.
Texto mecanografiado de 'Two Wrongs', con tachaduras de los editores del 'Saturday Evening Post'.
West, volcado durante los últimos veinte años en la investigación del material depositado en la biblioteca de la Universidad de Princeton, reivindica la profundidad que destilaban esos originales que nunca salieron a la luz, en contraste con la “ligereza” que ya en su tiempo se imputó a las versiones censuradas y finalmente publicadas.
 El contenido de las colecciones de relatos cortos, concluye, está “al mismo nivel que el de las novelas” del autor de El Gran Gatsby, pero solo ahora podemos saberlo.
Francis Scott Key Fitzgerald llegó a escribir 178 historias breves, que fue vendiendo al Saturday Evening Post y a otras publicaciones para mantener a su familia a lo largo de una singladura dominada por los problemas con su esposa Zelda y por su propio alcoholismo.
Nunca plantó cara a quienes censuraban sus textos, porque necesitaba esos ingresos que años más tarde redondearía de forma precaria como guionista en Hollywood.
En su introducción al volumen de Toque de diana, que inaugura esta semana la edición inédita de Cambridge University Press, el profesor West considera inútil una crítica a la actitud de los responsables del Saturday Evening Post sin tener en cuenta el contexto.
“Esas eran entonces las reglas del mercado: Fitzgerald, en calidad de autor profesional, las aceptaba. La revista apuntaba a los lectores de las clases medias y por ello intentaba evitar cualquier ofensa potencial hacia ellos o hacia los anunciantes”, sostiene.
El escritor aceptaba los cortes porque el ‘Saturday Evening Post’ era su sustento
El conjunto de aquellos relatos, le reportó en total unos 4.000 dólares de la época
. Solo la mitad de esa cifra es lo que le habían pagado por la publicación de El Gran Gatsby, su retrato de la decadencia y la agitación social en la América de los años veinte que ha pasado a los anales como una de las grandes novelas de todos los tiempos y que, hasta la fecha, ha sido objeto de tres versiones cinematográficas.
 Pero entonces, a raíz del lanzamiento del libro en 1925, sólo se vendieron 20.000 copias y la obra nunca alcanzó el reconocimiento hasta después de la muerte del autor, en 1940, a la edad de 44 años.
Los expertos vaticinan que el descubrimiento de todo lo que el escritor vertió en la ficción corta —un género que consideraba difícil—, pero cuyas esencias acabaron guardadas en un cajón, va a cambiar la percepción que se tiene de Scott Fitzgerald, cuanto menos en ese terreno.
 A desbaratar la noción de que era un autor cuya marcada veta sentimental podía coartar la vocación de realismo.
 Porque, sencillamente, en muchas ocasiones no tuvo otra elección.

Zahia Dehar, la otra Maria Antonieta de Francia...................................Ana Teruel

Saltó a la fama por una trama de prostitución con los jugadores Ribéry y Benzema cuando aún era menor

Superada “la humillación”, se hizo diseñadora de lencería apadrinada por Karl Lagerfeld

Ahora la coronan y la retratan en exposiciones de galerías reales como la que fuera reina consorte de Luis XVI y desata la polémica.

Retrato de Zahia Dehar como Maria Antonieta de los artistas Pierre et Gilles. / michel euler (ap)

El recorrido de Zahia Dehar no deja de sorprender.
 La joven explosiva de origen argelino fue el rostro del escándalo que sacudió a la selección de fútbol francesa en pleno Mundial de Sudáfrica
. Con una sonada portada en Paris Match se dio a conocer como la prostituta menor de edad con la que Frank Ribéry y Karim Benzema mantuvieron relaciones tarifadas.
 Reconvertida en it girl y apadrinada por Karl Lagerfeld, desde entonces se ha reinventado como diseñadora de lencería.
Tras un tiempo desaparecida, regresa ahora como musa de los artistas Pierre et Gilles retratada como la última reina de Francia, María Antonieta.
“En cuanto pensamos en hacer María Antonieta, para nosotros era Zahia”, explicó el dúo francés, acostumbrado a la provocación, en la presentación de la exposición, actualmente en curso en las galerías de los Gobelins en París, centrada en el siglo XVIII, donde se encuentra expuesta la imagen. Los dos artistas han obtenido carta blanca de la dirección para decorar un salón de la galería real de esta antigua fábrica de tapicerías fundada por Enrique IV.
“Tiene todo de una reina”, añadieron el fotógrafo y el pintor, evocando “su belleza, su misterio y ese mundo ideal que ha creado, ese universo de ensueño. Es un personaje que no deja indiferente, al igual que María Antonieta. Es un personaje con carácter”.
Fieles a su estética kitsch y pop, el fotógrafo Pierre y el pintor Gilles dan su particular versión del famoso retrato de Vigée-Lebrun de María Antonieta con una rosa. Zahia, de 22 años, con su físico de muñeca Barbie, aparece flor en mano y su melena rubia platino recogida en un moño.
 Luce un vestido de época diseñado por ella con corsé dorado y flores bordadas en los faldones que marca su imponente delantera y deja sus hombros al descubierto.
Aparece dentro de un escenario bucólico, a petición suya, con un lago lleno de cisnes y enmarcado en un dibujo ovalado como una suerte de medallón o marco de época.
La comparación de la joven con la reina del XVIII que acabó en la guillotina no ha sido del agrado de todos. “No conozco a Zahia y me es totalmente indiferente su vida, pero esa imagen de chica ligera de ropa me parece bastante incongruente”, reacciona Michele Lorin, fundadora de la Asociación María Antonieta, creada hace dos décadas. “Se ha dado a conocer como todos sabemos y me pregunto hasta qué punto la elección de esta joven da a entender que María Antonieta era una puta”, añade.
“La reina no es ni una santa ni una puta”, resume Lorin, y denuncia una simple operación de marketing.
“Tiene todo para ser una reina. Su belleza,, su misterio. No deja indiferente a nadie”, justifican los artistas
“El pasado es una cosa, Zahia es una personalidad enternecedora y sensible”, dijo por su parte durante la presentación de la muestra —denunciada por los sindicatos por su coste (unos 35.000 euros)— el comisario de la retrospectiva, Marc Bayard.
“Al igual que María Antonieta, vivió un periodo sulfuroso.
 El siglo XVIII no fue muy gazmoño”, justificó. Ajena a la polémica, Zahia, que no ha cobrado por este trabajo, no asistió a la presentación.
Ese “pasado” de Zahia es el de la sórdida trama de prostitución en torno a un local parisiense, al que acudían, entre otros famosos, futbolistas, descubierta por la policía francesa en 2010.
 Los investigadores dieron con una menor de edad que sostenía haber mantenido relaciones tarifadas con dos conocidos internacionales, el madridista Karim Benzema (entonces jugador del Olympique de Lyon), quien siempre lo ha negado, y el volante del Bayern de Múnich, Frank Ribéry.
Después de años de batallas judiciales, los dos jugadores han sido absueltos.
Conocida entonces como Zahia D., fue a sus 18 años recién cumplidos cuando estalló el escándalo y se convirtió en la protagonista de una bomba mediática.
“Fue horrible. Estaba en estado de shock. Pensé: ‘¿Qué va a ser de mí? ¿Por qué sufro esta humillación?”, relató años después en el programa de TF1 Sept à Huit. “Para mí era una vergüenza lo que me ocurría”, añadía la joven nacida en 1992 en el norte de Argelia y criada en la periferia de París
. Pero Zahia, que se definía más como una cortesana que como una escort girl, aclaraba: “No me arrepiento de lo que he hecho.
Simplemente tuve la mala suerte de que se revelara al mundo”.
Asesorada por el estratega Marc Francelet, quien ha trabajado, entre otros, con el actor Jean-Paul Belmondo, decidió finalmente romper su silencio con una exclusiva a Paris Match en la que relataba su viaje hasta Múnich como “regalo de cumpleaños” de Ribéry.
 A partir de ahí multiplicó las entrevistas, aunque cuidadosamente elegidas, con preferencia por las revistas de moda extranjeras, y las colaboraciones artísticas de toda índole, como una sesión fotográfica con David LaChapelle.
 Los propios Pierre et Gilles ya habían caído bajo sus encantos. La retrataron como una Eva moderna, contribuyendo a consolidar su creciente fama.
La consagración definitiva la alcanzó con el lanzamiento de su primera colección de lencería, presentada entre grandes expectativas en la Semana de la Moda de París a principios de 2012 y en la que deslumbró con un atrevido vestido transparente con pétalos
. Contaba con el apoyo del siempre extravagante Karl Lagerfeld, quien le aseguró la promoción realizando las fotografías de la colección.
 Desde entonces se ha mantenido relativamente discreta, con apariciones contadas, como en la apertura el pasado verano de una tienda efímera en el elegante distrito VIII de París
. Su reaparición en María Antonieta, como gran estrella de la exposición de los Gobelins, confirma ahora su estatuto como una celebridad que no deja indiferente.

Fin del 'caso Zahia'

Tras casi cuatro años de batalla judicial, en enero Benzema y Ribéry fueron absueltos de solicitar los servicios de una prostituta menor.
 El tribunal consideró que desconocían la edad de Zahia Dehar, que entonces tenía 17 años.
Tras la sentencia, los abogados de Benzema, quien siempre negó los hechos, calificaron el proceso de “calvario”.
 “El caso deja un pequeño campo de ruinas, mucha gente ha resultado herida”, añadió el letrado de Ribéry, quien nunca negó sus dos encuentros con Zahia, aunque sí desconocer su edad —ella misma confirmó a los investigadores haber mentido al respecto.

 

2 may 2014

El pequeño imperio de Cherie Blair

Maneja su fundación, que mueve más dinero que la de su marido y ejerce como exitosa abogada

Confía en su esposo frente a quienes creen que causó el divorcio de los Murdoch.

Tony y Cherie Blair en Los Ángeles, el 29 de abril de 2014. / Pixplus/Bauer-Griffin (GC Images)

Puede que su marido haya causado el divorcio entre Rupert Murdoch y Wendy Deng, como el propio magnate parecía admitir en una entrevista reciente.
Pero de momento, y pese a lo que los tabloides insinúen, Cherie Blair sigue siendo la devota esposa del ex primer ministro Tony Blair, que niega con contundencia haber tenido un lío de faldas con Deng y a quien su mujer apoya sin reparos.
Pero si por alguna razón esta pareja, casada desde 1980, viera comprometida su relación, el nombre de Cherie Blair podría brillar solo y al margen del de su marido.
 Esta semana se han conocido los datos económicos de la Cherie Blair Foundation for Women, que puede jactarse de haber recaudado casi 2,5 millones de euros el pasado año y casi ocho desde su creación en 2007, más de lo que ha podido juntar su marido con su propia fundación.
 El objetivo de la ONG de Cherie es ayudar a mujeres empresarias en los países en vías de desarrollo. “Nuestra misión es darles la preparación, la tecnología, los contactos y el acceso al capital que necesitan para triunfar como pequeñas empresarias y así contribuir a sus economías y ayudarlas a tener una posición más fuerte en sus sociedades”, dice su página web.
Pero el trabajo de Cherie Blair como filántropa no acaba ahí.
 También es una de la principales donantes y consejeras del Breast Cancer Care, una popular ONG británica dedicada a la lucha contra el cáncer de mama.
Más allá de sus labores solidarias, a las que toda esposa de primer ministro se suele dedicar, Blair, de 60 años, ha sabido labrarse un nombre gracias a su trabajo de abogada y de juez.
 Como letrada es la fundadora de la firma Omnia Strategy, dedicada al derecho internacional y especializada en derechos humanos y en asesoramiento a países en vías de desarrollo, algo que también hace su marido a través de un complejo entramado de empresas con las que el pasado año ganó casi 85 millones de euros. Su despacho está en lo alto de un edificio con vistas a Hyde Park y en su puerta no figura el nombre de la firma “por motivos de seguridad”.
Pero Cherie también ha sido objeto de polémica
. Hace poco fue acusada de hipócrita tras despedir de su firma a una madre soltera con dos hijos que trabajaba media jornada
. La exempleada la acusó de haber escrito artículos en defensa de los horarios flexibles para mujeres y no practicarlo con sus empleados.
Esta semana, además, la BBC desveló un gran escándalo relacionado con Wikipedia en el que también se la menciona: su perfil fue editado desde ordenadores pertenecientes a los servicios de seguridad del gobierno mientras su marido era primer ministro.
Entre las correcciones realizadas destaca la eliminación de las menciones a un escándalo inmobiliario por el que tuvo que pedir perdón públicamente en 2002, tras adquirir dos pisos en Bristol a precios de ganga mediante la intervención de un exconvicto especializado en fraudes de todo tipo. Los voluntarios de Wikipedia volvieron a introducir ese dato por considerarlo “relevante para la reputación de la interesada”
. El escándalo de Wikipedia no solo afecta a la entrada de Cherie Blair sino a más de 100 entradas relacionadas con el mundo islámico, el terrorismo y el propio Tony Blair.

 

Capas Seseña: vistiendo la historia, de Picasso a Hillary Clinton

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Pablo Picasso con una capa Seseña que le regaló su amigo Luis Miguel Dominguín, retratado por Irving Penn, en 1957. / EFE
POR MÓNICA PARGA
¿Qué marca puede presumir de haber vestido a Valle-Inclán, Catherine Deneuve, Fellini y Hillary Clinton? Capas Seseña ha sido testigo de la historia del último siglo a través de los ilustres personajes que han lucido sus famosas capas.
 Desde Pío Baroja hasta Jeff Bezos (creador de Amazon), pasando por Rafael Alberti, Michael Jackson y Camilo José Cela. Según cuenta la familia de Picasso, el pintor está enterrado con una capa Seseña.
Ya son leyenda. Fundada en 1901 por Santos Seseña, la casa es una referencia internacional gracias a sus legendarias capas confeccionadas en paño de Béjar.
 La decisión de su fundador de especializarse en la fabricación y venta de la capa clásica le hizo diferenciarse de las demás sastrerías que poco a poco habían dejado de ofrecerla.
 Hoy en día pueden enorgullecerse de ser la única tienda del mundo dedicada a esta prenda. Marina Conde ha sido la última en rescatarla en su colección cápsula ‘La Condesa para Capas Seseña’, recordando lo elegante que puede resultar lucir una de ellas.

La casa ha ido pasando de generación en generación, cada heredero ha aportado una novedad para su crecimiento
. Santos, el fundador, supo ver el potencial diferenciador de la capa.
 Tomás, su hijo, introdujo la prenda en los círculos culturales de la capital. Enrique, nieto del fundador, fue el que decidió añadir una línea para mujer y abrir una tienda virtual en 1998
. La cuarta generación, con Marcos y Daniel Seseña, continúa preservando la leyenda de Capas Seseña a través de nuevos modelos y colaboraciones.
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Anuncio de la casa, con fecha entre 1900 y 1920.
Marcos Seseña cuenta cómo empezó todo, en 1901, cuando su bisabuelo decidió apostar por esta prenda: “Sintió que había un deseo por mantener viva la prenda”.
 Bordado a bordado, la fama de Seseña llegó hasta la corte: Alfonso XIII encargó en 1927 varias capas para él y para sus hijos los infantes Don Alfonso y Don Jaime, y la firma obtuvo el título de proveedor de la Casa Real.
 Hoy, tanto el rey Juan Carlos como la reina Sofía cuentan con su capa Seseña, igual que el príncipe de Gales y, en su día, Lady Di.
 Pero volvamos al principio. En sus primeros años de andadura, la marca vistió a dramaturgos de la talla de Pío Baroja, Muñoz Seca y Valle-Inclán, quien con la capa, sus gafas redondas y su larga barba blanca paseaba por la alameda de Santiago recogiendo inspiración para sus sonatas.
 El médico Gregorio Marañón se protegía del frío con una, y el General Primo de Rivera también tuvo la suya. Incluso el actor italiano Rodolfo Valentino la atesorba en su armario.
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Pío Baroja, a la izquierda, y Valle-Inclán, con sus respectivas capas Seseña.
Poco tiempo después, Seseña abrió una nueva sucursal, su actual sede, diseñada por el arquitecto José Ignacio Otamendi, autor del Edificio España (situado en la plaza madrileña del mismo nombre)y amigo de la familia.
 Con la entrada en el negocio de Tomás Seseña, abuelo de Marcos, la casa se acercó a los círculos culturales, artísticos e intelectuales.
 Tomás ocupó varios cargos en instituciones mercantiles y de relaciones exteriores, además de asumir la dirección de Radio Nacional de España durante varios años.
“Mi abuelo era muy sociable”, apunta Marcos.
 El nuevo propietario entabló amistad con Chicote (fundador de la famosa coctelería homónima de Gran Vía), quien le fue presentando a las estrellas de cine que frecuentaban sus fiestas en los cincuenta. “Ava Gardner, Cary Grant, Gary Cooper, Mastroianni, Catherine Deneuve… Todos ellos adquirieron su capa Seseña”, cuenta Marcos. La tienda ya era parte del recorrido turístico madrileño. Marcos señala:
 “Hay que tener en cuenta que sin los medios que tenemos ahora, Internet, televisión y demás, cuando las personalidades entraban en la tienda, los dependientes quizás no les conocían. Se nos habrán pasado decenas de personajes conocidos”.
 El que no pasó desapercibido fue Federico Fellini, que adquirió alrededor de cinco capas durante los seis meses que pasó en Madrid en 1993 poco antes de morir.
 El invierno de la capital le debió de impresionar.
Su historia con Picasso es de las más especiales para la casa
. El artista tuvo dos capas, y luce una de ellas en la famosa fotografía de Irving Penn, tomada en Cannes en 1957.
 La capa, de corte clásico y con bordados, “fue un regalo de su amigo Luis Miguel Dominguín.
 Por aquel entonces Picasso estaba exiliado en París, y en uno de sus viajes, quizás para la feria de Niza de toros, Dominguín le llevó la capa”, explica Marcos
. La segunda capa fue un obsequio de su esposa Jacqueline Roque, como relata: “Ella se las ingenió y se puso en contacto con Eugenio Arias, su barbero y amigo, que también vivía en Francia y tenía familia en Madrid.
Eugenio llamó a su padre en Madrid, que a su vez llamó a su yerno, y fue él quien se acercó a Capas Seseña, compró la capa para Picasso y habló con Santamaría, el jugador del Real Madrid.
 El equipo jugaba una eliminatoria de la copa de Europa en Niza, y cuando fueron a jugar para allá le llevaron la capa a Picasso
. Es una triangulación muy curiosa”.
 La historia de esa capa no acaba ahí. “Cuenta su familia, y Eugenio Arias en sus memorias, que cuando Picasso murió, Arias en persona lo envolvió con la capa. Su hija Maya también lo corrobora, diciendo que ‘la capa tenía unos preciosos bordados con flores’
 Esta descripción, junto a las decenas de lecturas que se pueden consultar, nos dicen que es nuestra capa. Es una maravilla que Picasso esté enterrado con una capa Seseña”.
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Pablo Picasso con una capa Seseña y Luis Miguel Dominguín.
La firma ha sido protagonista de momentos icónicos de la historia. En las Olimpiadas de Invierno de Japón de 1972, Francisco Fernández Ochoa, medalla de oro de Slalom Gigante, recogió su precio con una capa Seseña, “de un color negro que resaltaba, muy elegante, sobre el blanco de la nieve”, apunta la casa.
 Sus capas han llegado hasta Estocolmo gracias a Camilo José Cela, quien eligió un modelo muy sobrio para recoger su Premio Nobel de Literatura en 1989.
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Camilo José Cela con una capa Seseña en la portada de El País Semanal del 10 de diciembre de 1989.
Han llegado hasta la Casa Blanca, gracias a Hillary Clinton. Tras ver a su hija Chelsea con una capa de la firma y enamorarse de la prenda, la ex Secretaria de Estado decidió que no podía dejar de ir a la tienda la próxima vez que viajara a la ciudad. La ocasión llegó en diciembre de 1997, cuando su marido Bill Clinton (entonces presidente de Estados Unidos) y ella vinieron a España de visita oficial. “Fueron mi padre y dos trabajadores de la casa a la embajada estadounidense a llevarle una selección de modelos, y se compraron seis o siete capas. Hillary en particular adquirió un poncho con dos franjas de color azul y lo estuvo paseando por Madrid esa misma mañana… Al día siguiente se despidió con él desde el Air Force One. La fotografía dio la vuelta al mundo”, recuerda Marcos.
El rey del pop también sucumbió a los paños de Béjar: “Michael Jackson daba un concierto en Barcelona a principios de los noventa, y desde la productora se pusieron en contacto con nosotros para pedirnos una capa. Se la puso a los pocos días”, relata Marcos. “Bruce Springsteen y Julio Iglesias también tienen una”, añade. Sólo les falta llegar a los Oscar, aunque han estado cerca: el actor Nicolas Cage les encargó una capa para llevarla en la ceremonia, pero hizo tanto calor esa noche que al final no pudo lucirla. Pierce Brosnan fue otro de los que acudieron personalmente a la tienda, en su caso por recomendación de su mujer, quien le había dicho que no podía irse de Madrid sin visitar Capas Seseña. “Estaba en Madrid rodando un anuncio. Se paró enfrente de la tienda, le vi bajarse del coche. Entró, se probó la capa clásica, y se llevó además dos ponchos para su mujer y para su madre. Nos quedamos todos pasmados”, cuenta Marcos. Incluso Jeff Bezos, el dueño y fundador del imperio Amazon, ha estado en el nº23 de la calle de la Cruz. Visitó la tienda con su familia en 2010 y se llevó nada menos que seis capas.
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Varios modelos la colección La Condesa para capas Seseña.
Para reintroducir esta particular prenda en el armario actual, Capas Seseña se ha aliado con Marina Conde, conocida por las chaquetas militares de su marca La Condesa. La diseñadora extremeña ha creado varios modelos que conjugan la tradición de la casa con su estilo rockero a la vez que aristocrático. “Quedamos, nos conocimos, le comenté mis objetivos, y empezó a diseñar. Participé con ella en el diseño dando algunas indicaciones. Entre nuestros paños, sus forros, sus botones, nuestro corte… Finalmente dimos con tres modelos, y sacaremos muchos más”.