Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 ene 2014

El FMI advierte de que el alto desempleo en Europa persistirá durante años

Que se ponga de acuerdo el FMI el otro dia la Señora de Rayos Uva se soltó la melena para anunciar que se recuperaba el mundo de esta tremenda epidemia, y hoy dice que hay que apretarse más el cinturón, prefiero esa metáfora indica que seremos esbeltos, sin trabjo y sin dinero pero con buen tipo.
Se volvió a soltar esa melena para recibir a Rajoy que es como no recibir a nadie, él como buen gallego ni sube ni baja escaleras, solo pone cara de tonto, por eso ha venido un señor de antaño, Aznar para poner el Castillo Exin en su lugar pieza a pieza, porque el barco de los Famovil, hace aguas. y él claro, quiere ser Burt Lancaster en Trapecio.....y Kirk Douglas quien será?



Octavio Paz o el sueño de discutir con el Nobel mexicano

Juan Villoro y Fernando Savater abren, en el Instituto Cervantes, los homenajes por el centenario del natalicio del Nobel mexicano.

 

El escritor mexicano Juan Villoro dialoga por teléfono con Fernando Savater, en el homenaje a Octavio Paz en el Instituto Cervantes, de Madrid. / Kike Para (EL PAÍS)

El sueño de los autores mexicanos era discutir con Octavio Paz y ver que él les daba la razón.
Esta anécdota de Juan Villloro, apuntalada por las risas del público, sobre el intelectual y escritor mexicano retrata la figura frondosa y fértil de uno de los autores imprescindibles e insoslayables de la segunda mitad del siglo XX en el mundo hispanohablante.
Un afortunado retrato que llegó casi al final de la apertura de homenajes por el centenario del nacimiento de Octavio Paz (31 de marzo de 1914 - 19 de abril de 1998) que se realizarán este año en España.
 El Instituto Cervantes de Madrid fue el escenario de acogida, en compañía del Centro de Estudios Mexicanos y la embajada de México en España.
 Y Juan Villoro el encargado de recordar en un rosario de anécdotas y reflexiones la figura personal, artística e intelectual de uno de los mejores alumnos de Voltaire en su idea de discutir en público, de una de las personas en cuya naturaleza convivía lo intelectual y lo popular, de una de las figuras que gustaba ver el envés de las cosas y no conformarse con lo establecido para invitar a la exploración, de un escritor que contaba todo de manera transparente, nítida, haciendo fácil lo difícil alejado de trabalenguas filosóficos, de alguien convencido de que la tolerancia no se predica sino que se practica. “Un pararrayos". "Un encantado aprendiz”.
 Fueron otras instantáneas del mosaico Paz realziado por Juan Villoro.
Paz fue uno de los mejores alumnos de Voltaire en su idea de discutir en público, una de las personas en cuya naturaleza convivía lo intelectual y lo popular, de una de las figuras que gustaba ver el envés de las cosas y no conformarse con lo establecido para invitar a la exploración, un escritor que contaba todo de manera transparente, nítida
Fue una noche de silencio, esparcida de risas y enseñanzas ante el gran aprendizaje expres sobre el Nobel mexicano.
Pero una noche que empezó con tristeza por el recuerdo ante la reciente muerte de José Emilio Pacheco el pasado 26 de enero.
 Otro autor de la misma estirpe de Paz, Carlos Fuentes o Alfonso Reyes “al que la lengua española debe tanto porque han contribuido a la universalidad del idioma y tenemos conciencia de su excelencia”, en palabras de Víctor García de la Concha, anfitrión del homenaje como director de Instituto Cervantes.
Luego entró en escena el alumno de Paz, un Juan Villoro que en una hora confirmó con su propia disertación una de las ideas del maestro mexicano de que el presente es perpetuo, de que “lo que pasó está pasando”. Esa idea real y póetica, una redundancia, de la idea del Tiempo, de cómo, sin ser completamente conciente, el ser humano busca desenmarañarlo y trascenderlo, y Paz aliarse y desenmascarlo a través de la poesía y el ensayo
. Trascender el instante. Lidiar con el tiempo y reconocer en él el hecho poético.
Al fin y al cabo para Paz, según Villoro, todas las artes son poesía, desembocan en ella, porque “buscan un efecto poético, buscan la experiencia estética”.
Y Octavio Paz, además, buscaba la poesía de y en la poesía, ir al embrión de ella, de esa eterna y luminosa fugacidad.
Buscar, cuestionar y preguntar. Todo eso se trenzaba en Paz para aflorar en su otra pasión, la pasión crítica. Un escritor que, recordó Villoro, “no pedía la lectura reverencial sino de interrogación.
 Creía, además, que el adversario tenía derecho a una voz.
 Enseñó a respetar al otro”.
Para Paz todas las artes son poesía, desembocan en ella, porque “buscan un efecto poético, buscan la experiencia estética”
Y seguía hablando Juan Villoro en una noche en la que iba a estar acompañado de Fernando Savater pero que una aerolínea española impidió llegar a tiempo.
 Lo que iba a ser un diálogo se convirtió en un monólogo.
 Hasta que contactaron por teléfono con el filósofo español, mientras esperaba el equipaje en el aeropuerto de Barajas. Villoro se levantó de la silla, se dirigió al atril donde estaba el teléfono y activado el altavoz empezaron a charlar, en medio de las risas de la gente al escuchar las peripecias de Savater por el retraso del vuelo. Pero rápidamente llegó el motivo de aquel encuentro con el público: Octavio Paz.
"No siempre es popular tener razón antes de tiempo", empezó recordando Villoro las palabras que un día dijo Savater al referirse al autor de obras magistrales como El arco y la lira y El laberinto de la soledad. Coincidieron en la claridad de Paz al escribir, al denunciar incluso los totalitarismos y atrocidades como el Gulag en momentos clave y antes que nadie.
Pero, curiosamente, esa luminosidad contrastaba con su aldo oscuro, con su vocación sombría de la vida y lo irracional
. "Era como el Yin y el yang", resumió Savater. "A pesar de su escritura clara tenía un lado surrealista y contracultural.
 Esa dualidad lo relaciona a los surrealistas y a otras tradiciones artísticas e intelectuales".
Fue un diálogo de breves minutos. Savater volviño a buscar su maleta. Villoro a su silla, escoltado por la imagen de Paz en la pared para comentar el espíritu de aprendiz, de alegre aprendiz, que siempre acompañó al maestro mexicano.
"Era una figura inescapable. Él era la plaza". Era, es, una figura tutelar.
 De ahí el sueño-broma que habla de que los autores mexicanos tenían sueños en los que discutían con Octavio Paz y él les daba la razón.

Fallece el poeta Félix Grande

Narrador, crítico literario y flamencólogo fue galardonado con el Nacional de las Letras 2004.

El poeta Félix Grande, en Madrid en 2011. / uly martín

Félix Grande, poeta y flamencólogo, ha muerto en Madrid a los 76 años víctima de un cáncer de páncreas. Será enterrado en Tomelloso (Ciudad Real), el pueblo del que procedía su familia y donde pasó su infancia pese a que la Guerra Civil lo llevó a nacer en Mérida (Badajoz) el 4 de febrero de 1937.
 Esta tarde estará en el tanatorio de San Isidro, en Madrid.
No es casual que su poesía completa lleve por título Biografía, ni que su último poemario, publicado hace tres años, se llame Libro de familia.
 La unión entre vida y obra atraviesan versos que convirtieron a Félix Grande en un poeta de referencia en los años sesenta y setenta. La tardía publicación de su primer libro, Las piedras (1964), premio Adonais, hizo que generacionalmente se moviera entre los poetas del 50 y los novísimos.
También en eso era un autor difícil de clasificar.
 Pese a todo, libros como Blanco Spirituals (1967) o Las rubáiyátas de Horacio Martín (1978), Premio Nacional de Poesía, le convirtieron en un autor ineludible más allá de las clasificaciones escolares.
Niño de la guerra, guitarrista flamenco y luego flamencólogo de prestigio, Grande trabajó durante años en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, que llegó a dirigir entre 1983 y 1996 después de décadas de labor al lado de Luis Rosales, uno de sus grandes maestros vitales. Los literarios fueron, decía, César Vallejo y Antonio Machado.
Casado con Francisca Aguirre y padre de Guadalupe Grande, dos poetas más en una familia de tres, Félix Grande llevaba tiempo retirado del ruido literario cuando en 2004 recibió el Premio de las Letras Españolas. Del ruido literario y de la literatura
. Fuera de algún poema de homenaje, no había vuelto a escribir versos.
 “Si no llegan las palabras es que no lo mereces”, decía quitándole importancia a un silencio tan largo.
 Fue la impresión causada por una visita al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, lo que le llevó a escribir La cabellera de la Shoah, un poema-libro de mil versos con el que se cerraba en 2010 su poesía reunida, aquella Biografía a la que siguió, un año después, Libro de familia.
  Poeta sobre todas las cosas, Félix Grande hablaba como un poeta sabio, sentencioso y cercano
. Tenía siempre a mano las palabras justas.
 Los que lo trataron saben que se las merecía.

 

Amanda Knox aguarda en EE UU un nuevo veredicto

Un tribunal italiano reabrió el caso el año pasado a petición del Supremo

La estadounidense y su novio, acusados por el asesinato de una estudiante británica en 2007.

Un tribunal de Florencia decidirá este jueves sobre la libertad de Amanda Knox. / REUTERS-LIVE

Un tribunal de Florencia decidirá este jueves sobre la libertad de la estadounidense Amanda Knox y su exnovio italiano, Raffaele Sollecito, condenados en 2009 y absueltos dos años después del asesinato de la estudiante británica Meredith Kercher en noviembre de 2007 porque presuntamente se negó a participar en una orgía de sexo y drogas
. El Supremo italiano anuló el año pasado la sentencia absolutoria, dictada por un tribunal popular integrado por seis vecinos de Perugia y dos magistrados, y ordenó que se repitiera el proceso
. El fallo cerrará un caso que ha durado seis años llenos de golpes de escena, contradicciones y puntos negros
. Un caso que apasionó y dividió a la opinión pública italiana y extranjera e incluso llegó a causar alguna que otra tensión diplomática entre Roma y Washington.
En diciembre de 2009 Knox y Sollecito fueron inicialmente condenados a 26 y 25 años de cárcel por la violación y el asesinato —los forenses contaron 43 puñaladas en su cuerpo— de Kercher, que tenía 21 años.
 Los familiares de la estudiante británica y la fiscalía de Perugia recurrieron la absolución de Knox y su novio, alegando que el tribunal no había tenido en cuenta el 70% de las pruebas
. El veredicto de absolución se emitió en octubre de 2011 en medio de un clima de presión mediática y política que llevó a la entonces secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a interesarse por su compatriota.
Si ambos vuelven a ser declarados culpables —la acusación pide 30 años de prisión para Knox y 26 para Sollecito— podrían recurrir al Supremo.
 Los instructores del caso encontraron ADN del novio en un sujetador de Kercher , así como restos de sangre y pisadas de Knox en el piso, pruebas que fundamentaron su condena en 2009. Sin embargo, el veredicto de 2011 cuestionó las prácticas empleadas para obtener las muestras.
Raffaele Sollecito, que hoy tiene 29 años, aguarda el fallo en la sala, acompañado por su padre.
 Amanda Knox, tres años menor, lo seguirá a miles de kilómetros de distancia, en Seattle, a la espera de una llamada de sus defensores.
 Dejó Italia en cuanto pudo, apenas horas después de ser absuelta, y ha decidido no asistir a las vistas del nuevo juicio.
 Su condena, in absentia, podría provocar un entuerto diplomático para EE UU si ella decidiera luchar contra su extradición.
Desde el principio, los investigadores sospecharon del homicidio tres personas: Amanda Knox, que entonces tenía 20 años, compañera de piso de la víctima; Raffaele Sollecito, que había empezado una relación con Amanda y estaba con ella aquella noche; Rudy Hermann Guede, un chico de Costa de Marfil que admitió haber estado con Meredith Kercher en su casa.
 Guede optó por un juicio rápido, pactó con los jueces una pena de 16 años de cárcel por "concurso en asesinato y violencia carnal", y desapareció de escena.
Los otros dos imputados —con buenos abogados, peritos famosos y el correspondiente ruido mediático— tuvieron una historia muy distinta.
Tras la absolución, sus destinos se separaron: él volvió a su pueblo, acompañado por su padre, siempre a su lado
. Ella voló a Seattle, donde ha publicado un libro.
 Cuando se abrió esta fase del proceso Knox envió una carta al juez, cinco hojas para explicar por qué no iba a volver a Italia ni participar en las vistas:
 “Yo no violé, no robé, no planeé, no instigué [el asesinato] y no maté a Meredith.
 No estoy presente en la corte porque tengo miedo de que la vehemencia de la acusación les impresione, que el humo entre en sus ojos y les ciegue”.
Los periódicos italianos dedican hoy parte de sus portadas al caso
. Cuentan que Knox, desde el otro lado del Atlántico, ha enviado una carta a la hermana de su antigua compañera de piso, Stephanie
. Pero el sobre sigue cerrado. "No siento necesidad alguna de hablar con ella, de escuchar lo que quiere decir", ha dicho la hermana, según Il Corriere della Sera.
 "Debemos pechar con el sistema italiano, pero querríamos que el juicio terminara de una vez.
De todos modos el fallo no será una revancha".
 Ella y sus familiares también estarán presentes en la sala.