Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 jul 2013

... y Méliès nos regaló la Luna


'¡De lleno en el ojo!' Una recomposición del fotograma de 'Viaje a la Luna'.

Un chiflado con capa de mago llamado Georges Méliès acercó la Luna a la Tierra, el futuro al presente, la imaginación a la realidad, a principios del siglo XX. Amante de las sombras chinescas, de la fantasmagoría del romanticismo negro, lector voraz de las aventuras de Julio Verne, dio una lección a los hermanos Lumière con un cristal pintado de imágenes de colores. La lógica del absurdo a través de sus linternas mágicas le permitió certificar en unas 500 películas (1896-1912) que el cine podía ser algo más que registrar la realidad con el cinematógrafo. CaixaForum Madrid, con la colaboración de la Cinémathèque Française, recorre en George Méliès. La magia del cine, la historia de este hombre orquesta a través de 400 piezas —entre las que aparecen 21 filmes originales— hasta el 8 de diciembre.
En la penumbra y con la guía de una música compuesta para piano pero que se versiona en grupos de instrumentos, la visita se convierte en un rodaje en blanco y negro, un viaje mudo y extraordinario entre cachivaches lunáticos. “El cine de Méliès fue una máquina de crear sueños”, apunta Isabel Salgado, subdirectora del área cultural de CaixaForum. Hijo de un empresario del calzado, el artista comenzó por invertir la fortuna de su padre en el pequeño teatro de su gran maestro, el mago Robert-Houdin. No solo adquirió el local, sino que en el lote se incluían todos los inventos y artilugios del ilusionista. Entre cajas practicó la fantasía en sainetes y los trucajes mágicos que poco después llevaría al cine. “Un truco lleva a otro”, solía decir el cineasta. Volcó las cabezas cortadas en armarios de doble fondo —para los incrédulos, un viejo barbudo charla incesante con el visitante tras una vitrina— y la levitación de personajes y objetos de las tablas a película. “Empleando mis conocimientos especiales de ilusionismo reunidos a lo largo de 25 años de práctica en el teatro Robert-Houdin, fui introduciendo en el cinematógrafo trucos de tramoya, de mecánica, de óptica, de prestidigitación”, escribió el director. Las piruetas de Méliès abrieron la caja de Pandora de los efectos especiales que posteriormente los dueños de Hollywood: George Lucas, Steven Spielberg y Martin Scorsese, usarían en sus películas.
Georges Méliès en 1895, a los 34 años de edad.
Pero antes de estrenarse en un nuevo oficio, tuvo que lidiar con la aparente incredulidad de sus colegas los Lumière. “Esta invención no tiene futuro”, le espetaron cuando intentó comprarles un ejemplar de cinematógrafo. Menos ducho en las tareas negociadoras que en los planes B, Méliès halló un artefacto equivalente en Londres creado por el óptico Robert William Paul. Y entonces sí, comenzó el espectáculo.
“Tenemos algo más de la mitad de su metraje recuperado, sus principales obras maestras han sobrevivido”, explica Laurent Mannoni, comisario de la muestra, investigador de la Cinémathèque. Méliès se estrenó en mayo de 1896 con La mansión del diablo y Desaparición de una dama en el Robert-Houdin. Su peculiar universo, de una velocidad extrema, donde se combinaban el terror y la risa, estaba repleto de diablos, esqueletos, fantasmas y demonios que pululaban frente a unos decorados de perspectivas forzadas. “A menudo se destaca su faceta humorística, pero su cine tiene una versión metafísica en la manera bufonesca con la que abordaba la muerte”.
Georges Méliès. La magia del cine reúne los discos estroboscópicos, los dibujos estereoscópicos y las linternas mágicas con las que empezó a colorear la realidad. Una alternativa al tren llegando a la estación, leitmotiv del cine Lumière, que contó con el respaldo del público y que culminó en los estudios Montreuil, “el teatro de las poses”. Méliès recreó el Robert-Houdin en un espacio coronado por un techo de cristal de más de seis metros de altura, con camerinos, almacenes para decorados, trampas y postigos para tamizar la luz. La cueva de las maravillas —reproducida en una pequeña maqueta en la muestra— donde en 1908 llegó a filmar más de 50 películas.
Georges Méliès pintando un decorado en el suelo de su estudio en Montreuil, con un dibujo preparatorio en una de las manos.
“El cineasta, por el contrario, no pudo ver más de 10 de sus trabajos en pantalla grande”, relata el comisario. Suficiente dolor de cabeza le provocó Viaje a la Luna (1902). Méliès concitó a sus héroes: Julio Verne, H. G. Welles, una opereta de Offenbach, además de unos cuantos años de prestidigitación y triquiñuelas escénicas. Durante meses se encerró en su estudio, aflojando dinero para conseguir que un obús impactara en el ojo de la Luna; que la Osa Mayor tuviera el rostro de siete mujeres diferentes; y que los selenitas se convirtieran en el molde de los personajes interestelares de la historia de la ciencia ficción. En 13 minutos de proyección, o 260 metros de cinta, el artista asentó las bases del género fantástico, y engendró la cantera de los primeros candidatos a astronauta, los padres de los seguidores de Yuri Gagarin y Neil Armstrong.
Concebido como un fenómeno de la cinematografía del momento, Viaje a la Luna también inauguró la era de la piratería. Se hicieron tantas copias ilegales, especialmente en Estados Unidos, que Méliès tuvo que abrir una sucursal en el país para proteger sus derechos. Comenzaba su declive. La producción masiva de Pathé y Gaumont complicó la competencia.
 El cineasta empezó a compartir cartel con Ferdinand Zecca, Louis Feuillade, el español Segundo de Chomón o David W. Griffith en Estados Unidos. Y por mucho que Pathé le ayudara en la producción de sus últimos trabajos, la taquilla no hizo su parte. En 1922 llegó la venta de Montreuil. Aquel estudio acristalado, el primero concebido exclusivamente para la cinematografía, fue destruido al finalizar la II Guerra Mundial. Henri Langlois, fundador de la Cinémathèque Française, pudo visitarlo antes de que fuera derruido: “En Montreuil es donde podía comprenderse y descifrarse mejor el universo de Méliès”. “Conoció el fracaso, la pobreza y la amargura y acabó destruyendo su propio trabajo”, apostilla Mannoni. En una parábola del destino, Méliès dio con sus huesos tras el mostrador de una juguetería, en la estación de Montparnasse. Actividad menos divertida que sus ensoñaciones cinematográficas. El periodista Léon Druhot le reconoció en la estación. Aquel encuentro casual supuso su redescubrimiento, que se culminó en la gala Méliès, celebrada en 1929 en la sala Pleyel, donde pudieron proyectarse ocho de sus películas, milagrosamente recuperadas. Al cabo de tres años se retiró con Jehanne d’Alcy —su esposa desde 1925— y su nieta. Murió en París el 21 de enero de 1938. “Los restos de su legado se dispersaron por el mundo”.
'Le Papillon fantastique' ('La mariposa fantástica', 1909).
Hasta que las bisnietas del cineasta se pusieron manos a la obra. Madeleine Malthête comenzó una labor de recolección que Marie-Hélène Léhérissey continuó a partir de una noche de Reyes cuando su abuelo, el hijo de Méliès, le otorgó la batuta.
 “Tenía 20 años y me apasionaba ese mundo mágico que mis abuelos me contaban”, recuerda Léhérissey (1948), en un perfecto español, durante la inauguración de la muestra en Madrid. Constituyeron una suerte de Asociación de Amigos y comenzaron divulgando la obra de su bisabuelo en proyecciones por el mundo. En Madrid, ha llenado el Cine Doré en tres ocasiones, aunque las medallas se las llevan los espectadores latinoamericanos con un índice de fidelidad de entre 2.000 y 4.000 personas.
Pero al margen de los récords de asistencia, la bisnieta de Méliès, heredera de su primera mujer, guarda en sus diarios unos periplos en busca y captura del patrimonio, igual de delirantes que las películas del artista. “Estábamos de gira por Bélgica y un loco, amante de las máquinas, nos invitó a su casa”, relata. Harta de ver cámaras, salió al jardín y llegó al gallinero atraída por los gritos de los pájaros. En lugar de cestas para los huevos, se encontró con cajas de películas. “Había unas cuantas de Chaplin, pero yo fui buscando las más pequeñas hasta que me encontré con un pedazo de Viaje a la Luna”. Con el descubrimiento bajo el brazo, volvió a la casa y recibió la indiferencia del tipo: “A mí solo me interesan los aparatos, quédese con la película si quiere”.
En un segundo viaje a los Países Bajos, la bisnieta recibió una llamada anónima anunciándole un arsenal de cintas de Méliès. “Al principio no me lo creí, me dijo que le había enseñado el material a una cinemateca en Bruselas y que por falta de presupuesto no se lo habían comprado”. Con la duda se presentó en un garaje y se encontró con el legado de su abuelo al lado del tubo de escape de un coche. “El tipo sabía perfectamente cuánto valían, aunque nunca se molestó en guardarlas a buen recaudo. Le pagué y me marché con mis películas”.
"¡¡¡Carguen!!! (5º cuadro). Instituto de Astronomía Incoherente", 1930. Recomposición de una escena de 'Voyage dans la Lune' ['Viaje a la Luna', 1902].

La fe no para trenes Por: EL PAÍS | 31 de julio de 2013

Por Juan Masiá Clavel
Tren
Un agente de policía junto a la locomotora del tren Alvia que el pasado miércoles descarriló en Santiago. EFE/Lavandeira jr
No es verdad, aunque el dicho religioso popular lo pregone. Aunque alguien tenga fe como para parar trenes, a fuerza de rezos no se activan frenos
. Dios no interviene, ni para causar descarrilamientos, ni para evitar que sucedan.(Dios parece que duerme ya demasíado)
“¿Dónde estaba Dios en la curva de Angrois? ¿Qué hacía Dios en Santiago a la hora fatal?”.
Dios estaba en las manos y pies del pueblo que se arrojó a ayudar sin pensárselo un instante, estaba en los ojos y el corazón de cuantas personas se volcaron en la ayuda. Dios estaba donde yo no estuve, porque la desgracia me interpela:
 Si ocurriera lo mismo en mi cercanía, ¿haría yo lo que hicieron quienes fueron manos de Dios para las víctimas?... La tragedia no cuestiona mi fe en Dios, sino mi práctica de la fe.
Un amigo que sufría la pérdida repentina de su esposa por una enfermedad fulminante, se desahogaba contándome su tragedia. “Ayer fui a la iglesia, decía, pero no podía rezar. Solo
me podía quejarme: '¿Por qué esto? ¿Por qué a ella?”. Algunos parientes, muy practicantes, le reprochaban:
“Tú tienes fe, no  debes quejarte, le decían, eso ofende a Dios, tu mujer está con Él, mejor rezar por ella”. A mi amigo estas palabras le sonaban vacías, pero le hacían sentirse mal
. Me preguntó: “¿A tí que te parece? ¿Hago mal en quejarme?” “¡Qué va! Quejarte a Dios y preguntarle por qué es la única oración que te saldrá de dentro en estos momentos. Así cuentan los evangelios que rezó Jesús antes de morir: “¡Dios mío! ¿Por qué me pasa esto? ¿Es que me has abandonado?” (Marcos 15, 34).
La noche del sábado, ví un programa de televisión que rememoraba a fallecidos y supervivientes.
 El presentador interrogó: “¿Será más fácil para las personas creyentes soportar estas situaciones?” Temí un “consejo piadoso” por los tertulianos, pero una psicóloga contestó sensatamente: “A veces le fe te lo pone más difícil, a la persona creyente le puede venir una crisis en su fe”. Respiré al escuchar ese comentario.
Me preocupa, en cambio, la utilización homilética de la “teología de la permisión divina” y la “aceptación resignada”.
Se  dice, quizás con buena intención, para consolar a quien sufre y justificar a Dios; pero ni justifica ni consuela.
 No vale decir: “Dios lo ha permitido” o “será para bien”. La fe madura debería decir: “Ni Dios quiere esto, ni lo permite para ningún bien. Ni lo explico, no lo justifico. No lo entiendo y oro en forma de queja, preguntándole a Dios por qué.
Y Dios no me contesta. Y me quedo en silencio como Jesús en cruz ante el silencio de Dios”.
Escucho a veces homilías presuntamente consoladoras, que no consuelan. Me inquieta la divulgación popular del dolorismo.
Como si tuviese más mérito quien más sufre; como si el sufrimiento formase parte de un plan divino proyectado para sacar un bien de él; como si los dolores nos los enviase la Providencia para troquelarnos; como si Jesús hubiese pagado un precio de sangre a una divinidad airada, exigente de reparación; y un largo etcétera.
 Sin necesidad de haber leído la teología medieval del Cur Deus homo, de san Anselmo, el pueblo sencillo lleva siglos oyendo predicar ideologías de dolorismo.
Pero la fe no soluciona el enigma del mal, ni da consuelo fácil, sino fuerza de vivir para afrontar el desconsuelo.
  No se cree en Dios porque resuelva el enigma del mal, sino a pesar de que no lo resuelve. Es más evangélica la teología de la queja orante, como Job, que la de la permisión divina del mal. Se queda la fe en silencio ante el silencio divino, mientras se cuestiona a sí misma: ¿Dónde voy a estar yo la próxima vez que esto ocurra? ¿Voy a servirle a Dios de manos y pies para hacer por salvar víctimas de entre los escombros?
No mandó Dios a que Abraham matara a su hijo para ver si anteponia el amor de padre al amor de Dios? ese terrible Dios del Antiguo testamento, el mismo que persigue a Cain, o el mismo del Hijo Pródigo.....es todo tan injusto que no se comprende.
Efe-fotos-espana.8657525
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 29/07/2013.- Gran número de personas en la plaza de la Quintana de Santiago, junto a la Catedral donde se está celebrando el funeral oficial por las 79 víctimas mortales del accidente ferroviario ocurrido el miércoles día 24 en las proximidades de la capital gallega, a la que asisten los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, la infanta Elena, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entre otras autoridades. EFE/Xoan Rey

La Infanta se muda a Suiza, pero Urdangarin se queda en Barcelona....¿Con Demoniete?.......

Doña Cristina se traslada con sus cuatro hijos a Ginebra para trabajar desde allí para La Caixa

Su marido permanecerá en Barcelona siguiendo la instrucción del 'caso Nóos'

 

La Infanta Cristina se muda a vivir a Ginebra con sus hijos, pero su marido se quedará en Barcelona siguiendo la instrucción del caso en el que está imputado, según han confirmado a EL PAÍS fuentes próximas a los duques de Palma. Iñaki Urdangarin no está sujeto a ninguna medida cautelar que restrinja su libertad de movimiento y no tiene que pedir permiso para salir de España, aunque sí comunicar al tribunal su cambio de domicilio. Pese a poder acompañar a su familia, ha decidido permanecer, de momento, en Barcelona y viajar periódicamente a Suiza para visitarles.
Tras varios meses intentando buscar un trabajo para Urdangarin que permitiera a toda la familia alejarse, y especialmente, alejar a sus cuatro hijos, de las consecuencias de la imputación del duque de Palma en el caso Nóos, ha sido doña Cristina quien ha logrado la vía de salida. La Caixa, su empleador desde el año 1993, le ha encargado, como directora del Área Internacional de su fundación, “la misión de gestionar y coordinar sus programas con diversas agencias de las Naciones Unidas que tienen su sede en Ginebra”, según ha informado la entidad. La Infanta también "impulsará nuevos programas de colaboración con las fundaciones de ámbito social y cultural del Aga Khan Development Network".
La Infanta Cristina fue imputada por el juez José Castro el pasado abril, pero finalmente, la Audiencia de Palma decidió, por dos votos a uno, el 7 de mayo, que no había indicios suficientes para hacerlo, y finalmente, no tuvo que comparecer ante el juez.
Doña Cristina ya ha encontrado casa en su nuevo destino en Ginebra  y el traslado es "inminente" , según fuentes próximas a los duques de Palma, para que los niños empiecen el colegio con el resto de alumnos.
La familia había barajado la opción de irse a vivir a Catar, donde Urdangarin quería trabajar como ayudante de su amigo y exseleccionador español de balonmano, Valero Rivero, a quien los cataríes habían ofrecido dirigir su equipo nacional.
Pero el plan se frustró finalmente porque el duque de Palma carecía del título de entrenador y Catar no tenía sitio o dinero para un relaciones públicas.
Esta es la segunda vez que la Infanta se traslada a vivir al extranjero. Durante la instrucción del sumario del caso Palma Arena -que dio origen al caso Nóos- Nóos, en septiembre de 2009, ella, su marido y sus hijos se trasladaron a Washington, donde Urdangarin prestó servicios para Telefónica, empresa de la que era, entonces, consejero.
 Fue la Casa del Rey quien le pidió a Urdangarin en 2007 que buscase trabajo fuera de España. José Manuel Romero, conde de Fontao, asesor legal del Monarca y persona de su máxima confianza, recomendó al duque de Palma que buscara empleo en el extranjero.
 La decisión tardó todavía dos años en materializarse.
 En agosto de 2012, anunciaron su regreso a España, y en noviembre de ese año, Urdangarin dimitió de su cargo de consejero de Telefónica Internacional.
Aislado
Desde que estallara el escándalo del caso Nóos, la Casa del Rey ha aumentado progresivamente la distancia con el marido de la Infanta Cristina, séptima en la línea de sucesión al trono. En diciembre de 2011, poco antes de su imputación, Urdangarin fue apartado de la vida oficial de Familia Real. El duque de Palma acababa de pedir perdón públicamente desde Washignton: "
Lamento profundamente el grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa del Rey, que nada tienen que ver con mis actividades privadas", dijo entonces.
Dos días después de aquel comunicado de Urdangarin, el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, calificó su comportamiento de "no ejemplar" y en su discurso de Nochebuena de 2011, don Juan Carlos se refirió claramente a él, aunque sin citarlo, cuando reconoció estar "enormememente preocupado" por la pérdida de "prestigio" de algunas insituciones: "Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada. La justicia es igual para todos", añadió.
Pero la evolución del caso Nóos siguió erosionando el prestigio de la institución en los meses siguientes y La Zarzuela continuó dando pasos para intentar aislar a su principal foco de problemas hasta que el pasado enero borró todo rastro del marido de la Infanta de la página web oficial de la Casa del Rey. "El mensaje es claro: Iñaki Urdangarin está fuera de la Casa
. Hemos visto necesario volver a marcar distancias para responder a los efectos negativos que el caso Nóos está teniendo en la imagen de la Casa y para parar esa corriente de opinión que interpreta en la visita de Urdangarin al hospital el pasado noviembre [tras la operación de cadera del Monarca] un acercamiento institucional", declararon entonces fuentes de La Zarzuela.

El juez cita como testigos para el 13 y 14 de agosto a Cospedal, Cascos y Arenas


El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha citado como testigos en el caso de los papeles de Bárcenas a la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el próximo 14 de agosto, y a sus antecesores en el cargo Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos, el día anterior.
 El magistrado ha tomado la decisión después de pedirlo la acusación popular de Izquierda Unida y tras consultar con la Fiscalía.
 El ministerio público solo se había mostrado favorable a la declaración de Cospedal.
 En el caso de los otros dos dirigentes, la fiscalía no lo veía necesario. Arenas podrá declarar en el Senado, puesto que tiene un escaño en esa cámara.
El juez había ofrecido a la secretaria general del PP, dada su condición de presidenta de Castilla-La Mancha, y a Arenas, también aforado como senador, que declararan en sus respectivos despachos
. Sin embargo, ambos han decidido acudir a la Audiencia Nacional, en Madrid, según han explicado a Efe.
El anuncio se produce a 48 horas de la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para explicar los casos Gürtel y Bárcenas en sede parlamentaria. Ruz considera, sin embargo, que las testificales de Cascos y Arenas son “pertinentes, útiles y necesarias en atención a la responsabilidad que cada uno de los testigos propuestos habría ostentado al frente de la Secretaría General” durante “los distintos periodos a que se extiende la presunta contabilidad B y la realidad de los apuntes en ella contenidos”.
 El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, apoya la decisión del juez.
Tanto Cospedal como Arenas han reaccionado a su citación inmediatamente después de conocerla. Arenas ha reconocido que no le sorprende la llamada y Cospedal, que estará "encantada" de decir la verdad.
Los abogados solicitan al juez que ordene careos entre Bárcenas y varios empresarios
En su declaración del pasado 15 de julio, tras llevar 18 días en prisión, Bárcenas afirmó que entregó 95.000 euros en billetes de 500 al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y a Cospedal en 2009 y 2010. Esa acusación fue "taxativamente" negada por la secretaria general del PP. Bárcenas reconoció por primera vez que él es el autor material de la contabilidad b en la que figuran donaciones al partido por 7,5 millones de empresarios del sector de la obra pública y su reparto para gastos ordinarios de la formación y el abono de sobresueldos a las sucesivas cúpulas conservadoras al menos entre 1991 y 2010.
Ruz toma la decisión de llamar a los tres secretarios generales “a fin de no demorar más” los actuales trámites judiciales, en los que hay una causa con preso, y “sin perjuicio de las restantes diligencias” que han sido solicitadas por las partes personadas tras la última declaración de Bárcenas, el pasado 15 de julio. Sobre estas peticiones, el magistrado resolverá “una vez obre en autos el correspondiente informe del fiscal”.
A fin de “no incurrir en incongruencia"
 Ruz considera que no solo debe declarar la actual secretaria general (como había informado el fiscal) sino también Arenas y Álvarez Cascos en tanto que ostentaron la misma responsabilidad orgánica dentro del partido. Aunque sus cargos se correspondan con periodos anteriores al que delimita el objeto de la instrucción, Ruz cree que pueden aportar datos relevantes para la investigación en curso. En el auto –resolución razonada– el juez acuerda también citar como testigos a un empleado de la caja del PP y al gerente que sucedió a Bárcenas, Cristóbal Páez. Además, el magistrado requiere documentación a varias de las empresas que aparecen en los llamados "papeles de Barcenas" y al propio PP.
La citación de los secretarios generales no es la única disposición que adopta Ruz en su auto.
 El magistrado tomará declaración como testigos, el 13 de agosto, al empleado de caja del PP Antonio Ortiz y al actual gerente del partido, Cristóbal Páez. También requiere al PP para que en el plazo de diez días informe sobre qué personas pudieron tener acceso a la contabilidad y quiénes son los tres "auditores internos" sobre cuya existencia se pronunció la jefa de contabilidad popular, Milagros Puentes, en su declaración ante el juzgado.
También exige al partido que certifique la existencia de una supuesta "comisión de infraestructuras" interna que, según el testigo Antonio Vilela, constructor y militante popular, asesoraba a la formación conservadora. Ruz quiere saber qué tipo de asesoramiento realizaba este organismo.
 Asimismo, pide identificar a las personas que ejercieron como secretarios personales de los extesoreros Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta.
El último requerimiento que hace Ruz al PP tiene que ver con la contratación del arquitecto Gonzalo Urquijo para las obras de renovación de la sede central del partido en Génova 13, y que según la contabilidad secreta de Bárcenas fueron abonadas con dinero negro. Ruz pide ahora al partido el "expediente completo" relativo a las obras de reforma, con mención expresa a presupuestos, certificaciones de obra, facturación y pagos efectuados.
En la resolución, el magistrado reclama, también antes de diez días, información complementaria a las empresas que figuran como supuestos donantes a la contabilidad de Bárcenas, como el organigrama de sus empresas y directivos, la relación de donaciones y patrocinios, las personas que participaron en la negociación de contratos, o los procesos de adjudicación de concesiones.
Por otra parte, la acusación popular encabezada por Izquierda Unida en el caso de los papeles ha solicitado al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz una extensa batería de diligencias, alrededor de medio centenar, derivadas de la nueva documentación sobre la supuesta contabilidad secreta del PP aportada por el extesorero del PP en su última declaración, el pasado 15 de julio
. El grupo de abogados que representa tanto a IU como a la Asociación Libre de Abogados (ALA), Ecologistas en Acción, Los Verdes y Justicia y Sociedad ha registrado esta mañana un escrito de 26 páginas, en el que solicitan, entre otras medidas, que se registre el domicilio de Luis Bárcenas, nuevas periciales caligráficas, o la declaración como testigo de todas las personas que figuran como donantes y como receptores de fondos en las nueve carpetas de colores entregadas por Bárcenas. Entre las personas cuya declaración se solicita están, entre otros, el asesor estratégico del PP Pedro Arriola, los gerentes del PP vasco entre 1999 y 2005 o el extesorero del PP de Castilla-La Mancha, supuesto receptor de 200.000 euros a cambio de la concesión del servicio de recogida de basuras en Toledo a la constructora Sacyr.
Los abogados solicitan al juez que ordene la práctica de careos entre Luis Bárcenas y los empresarios Luis del Rivero (expresidente de Sacyr), Juan Miguel Villar Mir (presidente de OHL) y José María Mayor Oreja (hermano del exministro Jaime Mayor y ex consejero delegado de FCC Construcción). Los letrados observan “discrepancias” entre las declaraciones del extesorero popular como imputado y las de los constructores, que acudieron como testigos ante el juez a finales del pasado mayo. Bárcenas manifestó que mantuvo encuentros con los industriales, en los que pactó la entrega de diversas cantidades para el partido, pagos que los empresarios no podían realizar al impedirlo la ley de financiación de partidos políticos. Los empresarios negaron estas manifestaciones de Bárcenas.
IU y sus compañeros de acusación pretenden también que la Agencia Tributaria emita un informe “sobre posibles facturas falsas” emitidas por las empresas que figuran en la contabilidad secreta de Bárcenas, publicada por EL PAÍS el pasado 31 de enero.
En la contabilidad, el extesorero anotó la entrega de grandes cantidades por parte de diversos empresarios de la construcción.
 Este dinero supuestamente se ingresó de forma fraccionada en la contabilidad oficial del partido bajo la fórmula del donativo anónimo.