Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 may 2013

Los dibujantes de la Transición evitaron la censura con ironía

Las viñetas de los mejores dibujantes españoles de la Transición se exhiben en una muestra.

Las caricaturas que se han realizado al Rey han sido cedidas por la Casa Real.

En 1972, años antes de la muerte del dictador Francisco Franco, noviembre de 1975, España entró en una época complicada en la que se sorteaba la censura desde periódicos y revistas con ironía y un lenguaje en el que jugaba la complicidad entre el dibujante y el lector. A pesar de los avatares, de los difíciles momentos que atravesó el país, el sentido del humor y la crítica tuvieron espacio en los medios escritos con las viñetas realizadas por los dibujantes que mostraron a través de sus trazos la realidad del momento.
La Transición en tinta china es una muestra que recrea la historia del tardofranquismo y la Transición política española a través de viñetas (de 1972 a 1986). Las 200 obras que se exhiben, de 80 dibujantes, pertenecen al fondo de la Biblioteca Nacional de España y se complementan con originales cedidos por distintos artistas del sector periodístico: Forges, Peridis, El Perich, Gin, Mingote, Chumy Chumez, Siro, Ballesta… La Casa Real ha prestado varias caricaturas que tienen como personaje central la figura del Rey Juan Carlos.
Los Príncipes de Asturias acompañados de José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura; Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional de España; Margarita Salas, presidenta del Real Patronato de la BNE; y Francisco Bobillo, comisario de la exposición, inaugurarán esta tarde la muestra. La exposición se abrirá al público desde mañana y hasta el 28 de mayo.
La muestra ha sido montada y diseñada por el comisario Francisco Bobillo de la Peña, con la colaboración de los humoristas gráficos Forges y Peridis. La transición a la democracia en España coincide con la aparición del humor político gráfico. Desde los años anteriores a la muerte de Franco, los dibujantes, a través de las nuevas publicaciones que surgieron, forzaron los límites de la censura y ofrecieron a sus lectores el fruto de su ingenio satírico. "En ese momento se juntaron excelentes personas con gran talento. La mayoría de los artistas eran polivalentes: sabían dibujar, pero también se dedicaba a otras actividades profesionales. Creo que no ha habido una generación de dibujantes tan excepcional como la de la Transición. Además de hacer humor eran estupendos camaradas", ha señalado hoy Peridis. El arquitecto ha anunciado que ha donado a la Biblioteca Nacional de España los 15.000 dibujos que obran en su poder.
Antonio Fraguas, Forges, uno de los colaboradores de la muestra, dijo no sentir nostalgia por esa etapa de su vida. "Es cierto que había un cultivo del eufemismo. Un metalenguaje paralelo que unía a los lectores con los dibujantes para eludir la censura que existía. Sin esas claves es difícil comprender algunos dibujos". El comisario de La Transición en tinta china está convencido que los artistas gráficos "desdramatizaban los problemas del momento sin eludirlos. Los sacaban a la luz y el pueblo supo conectar con ellos. Dieron con las claves necesarias para hacer con las viñetas humor y crítica".
En esta exposición se plantea dos cuestiones, según sus organizadores: “¿Cuál fue la visión de esos dibujantes acerca de la Transición política? ¿Cómo contribuyeron a ella?”. La respuesta es “un relato muy crítico y exigente, rebelde e iconoclasta, comprometido con la libertad y nada dispuesto a aceptar una democracia mutilada o maquillada. Las urnas fueron su alegoría”.
Los dibujantes de la Transición supieron sortear con inteligencia el conflicto con los gobernantes. “En el caso concreto del humor gráfico, el conflicto suele ser más agudo.
 Los dibujantes parodian el discurso del poder, realzando su carácter cómico, y revelan su frecuente impostura para provocar la sonrisa cómplice del lector”, señala el comisario de la muestra
. “Así, unas veces, los poderosos encerrados en un recuadro o una tira cómica pierden su solemnidad al ser convertidos en personajes de historieta. O se humanizan al ser desdoblados para mostrarse disconformes consigo mismos”, según Peridis.
El humor, en esos últimos años del franquismo, era una forma de rebeldía
. “Quienes miraban los dibujos de humor político recuperaban un instante el sentido lúdico de la infancia para disfrutar con esa dicha que proporciona la travesura o la transgresión
. La risa produce alivio. Incluso, aunque no es tan sencillo, también se puede reír de miedo para conjurarlo. Es decir, el humor como exorcismo
.Los dibujos de humor político conquistaban al lector más que los textos" señalan los organizadores. Francisco Bobillo de la Peña considera que "los humoristas gráficos utilizaron con gran habilidad los recursos expresivos de la comedia y de la farsa, así como los instrumentos de la retórica clásica, para satirizar situaciones, desenmascarar actitudes y burlarse de lo pretendidamente serio. Era otro modo de denunciar atropellos o injusticias desde la ironía sutil o la irreverencia ácrata. Formalmente, la modalidad expresiva utilizada por los dibujantes era variadísima”.
En la exposición de la Biblioteca Nacional de España se podrán contemplar viñetas de Peridis, Gallego & Rey, Mingote, Forges, Máximo, Mena, El Roto, Perich, Sir Cámara, Killian, Martín Morales, Romeu, El Cubri, Ja, Quino, Ivá, Carlos Jiménez, Chumy Chumez, Cesc…
Muchas de ellas son originales, mientras que otras aparecen en publicaciones de los fondos de la BNE, como Hermano Lobo, ABC, El Jueves, Blanco y Negro, El cuervo, Cuadernos para el diálogo, Informaciones, Pueblo, EL PAÍS, Cocodrilo Leopoldo, El Papus, La Codorníz, Por favor, Triunfo o Época.

 

Justa Palma de Oro a ‘La vida de Adèle’........................Carlos Boyero

El filme es un prodigio intimista, que bucea con arte y sutileza

Abdellatif Kechiche, en el centro, junto a las actrices Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, que lo besa al recibir la Palma de Oro. / Alberto Pizzoli (AFP)

Afortunadamente no apareció el disparate ni la excentricidad caprichosa en el palmarés del Festival de Cannes.
 Los gustos y la valoración del ilustre jurado se han puesto de acuerdo con lo que pensábamos la mayoría del público y de los cronistas.
 La Palma de Oro, concedida a la extraordinaria película francesa La vida de Adèle ha confirmado entre otras cosas la sabiduría de Steven Spielberg para reconocer el talento en un tipo de cine que no guarda relación con el que él realiza habitualmente, preocupado por algo tan necesario como crear gran espectáculo y llegar a todo tipo de espectadores.
La vida de Adèle, dirigida por el tunecino Abdellatif Kechiche, es un prodigio intimista, una película que bucea con arte y sutileza a lo largo de tres intensas horas en los sentimientos de una mujer a la que seguiremos durante una década de su existencia.
La conoceremos con 15 años, en la edad del desconcierto y la inseguridad, intentando en vano que su sexualidad siga los cauces que le aconseja su entorno escolar, social y familiar.
Nos despediremos de ella siendo una adulta probablemente devastada, alguien a la que la soledad le va a ofrecer excesiva y torturante compañía.
 Pero mientras tanto ha vivido y padecido, se ha encontrado a sí misma y se ha vuelto a perder, ha disfrutado de la plenitud que proporciona el amor correspondido y ha sufrido el desgarro de su inconsolable pérdida.
EL PAÍS LIVE
Kechiche narra admirablemente la evolución de esta cría, su salvador encuentro con una mujer que le descubrirá no solo las necesidades de su cuerpo y de su alma, sino otras muchas cosas luminosas, también el horror de la ruptura cuando el tiempo se ha encargado de desgastar una relación que alguna vez fue modélica.
Todo lo que cuenta posee veracidad, complejidad emocional, la sensación de que conocemos y nos implicamos en lo que sienten sus personajes, de que nos ha mostrado con enorme sensibilidad su anverso y su reverso, lo que expresan y lo que callan.
Las escenas de sexo son explícitas y largas. Provocan turbación.
Las actrices tienen que poseer una confianz
a ciega en su director para que no las haya frenado el pudor.
 Las formidables Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux están más allá del elogio.
 No les han dado el premio de interpretación, pero Spielberg al otorgar la Palma de Oro a esta película ha resaltado que el galardón les corresponde conjuntamente al director y a sus actrices, algo tan insólito en las decisiones de los jurados como merecido en este caso.
El Gran Premio del Jurado, concedido a Inside Llewyn Davis de los hermanos Coen, puede ser más discutible
. Su mirada al universo de los músicos de folk en el Greenwich Village de los años sesenta lleva el sello, el sentido del humor, los retratos esperpénticos, las situaciones excéntricas y la atmósfera inquietante que caracteriza al cine de los Coen, pero no tiene la potencia expresiva de sus mejores películas.
 La historia de este perdedor que nunca será Dylan y que sobrevive como puede en esa ciudad inhóspita reúne algunos momentos que funcionan, protagonizados por esos memorables personajes secundarios que los Coen han utilizado en toda su obra, pero no es una película redonda y la continua presencia del actor Oscar Isaac tampoco ayuda a ello.
La japonesa Like father, like son, dirigida por Hirokazu Kore-eda, es el conmovedor retrato de dos matrimonios a los que comunican que sus hijos de seis años fueron cambiados al nacer por una enfermera desquiciada.
 El torturante dilema entre aceptar lo que dicta la sangre y lo que ha creado la convivencia está descrito con profundidad. Nadie sensato se hubiera escandalizado de que hubiera compartido la Palma de Oro con La vida de Adèle.
No entiendo el criterio para designar como mejor director al mexicano Amat Escalante.
 Su estilo es deudor del insoportable cine de Carlos Reygadas, que ha producido Heli, pero la complacencia en la violencia extrema y en el sadismo solo le pertenece a su creador.
 El guion que ha escrito el director chino Zhangke Jia para A touch of sin, narrando cuatro historias que acaban en asesinato y que al final encuentran relación entre ellas, es poderoso y turbio. Puede simbolizar el malestar ante el estado de las cosas en un país que pretende vender una imagen edulcorada de prosperidad colectiva.
La actriz Bèrènice Bejo, interpretando a una mujer en complicada situación sentimental y atormentada por el complejo de culpa, me parece lo más destacable en la película El pasado, dirigida por el iraní Asghar Farhadi, alguien que en esta ocasión no me provoca el estremecimiento y la angustia que pasé con aquella obra maestra titulada Nader y Simin: una separación.
La interpretación masculina más notable que he visto en este festival de Cannes es la de Michael Douglas encarnando a Liberace en Behind the Candelabra, pero el jurado ha preferido al anciano Bruce Dern por su interpretación en Nebraska.
 Dern, que llevaba 25 años sin tener un papel protagonista, otorga presencia, locura y ternura a un hombre aquejado de senilidad que retorna a su pueblo acompañado de su hijo con la falsa esperanza de cobrar un premio de un millón de dólares.
 Nebraska me resulta falsa y pretenciosa, pero el trabajo de Bruce Dern es impecable.
El nivel de la sección oficial, a pesar de variadas decepciones y algunos títulos infames, ha sido bastante aceptable.
 Y al menos hay dos películas que dejarán poso en la memoria como las de Abdellatif Kechiche y Kore-eda. No debemos quejarnos
. Hay festivales cuya programación al completo se instala inmediatamente en el olvido.

en los sentimientos de una mujer.

 

Los empresarios que regalaron al Rey el ‘Fortuna’ quieren que se les devuelva


El yate 'Fortuna', amarrado en Portopi (Mallorca) en 2011. / tolo ramón

Los empresarios hoteleros y financieros que donaron el barco Fortuna al Rey, con una aportación de 600.000 euros cada uno, han acordado por unanimidad reclamar al Gobierno que les retorne su propiedad, puesto que la embarcación fue donada para un solo fin.
 Así lo ha comunicado este mediodía, Carmen Matutes, presidente de la Fundación Turismo y Cultura de las islas Baleares, tras le reunión de la junta de patronos.
El rey Juan Carlos recibió en 2000 un regalo privado excepcional, el superyate Fortuna, a cuyo uso ahora ha renunciado por razones de imagen y austeridad en tiempos de crisis y penurias sociales.
El futuro del barco es incierto, al pasar a manos del Gobierno, que le ha de buscar su “uso más rentable y más eficiente”, según la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría.
La treintena de empresarios baleares que patrocinaron el barco del Rey aportaron a escote 600.000 euros, hasta 21 millones.
 Ahora piden que se les devuelva.
En una reunión que han mantenido este lunes han decidido por unanimidad que se les restituya el regalo, que fue otorgado al Monarca y a Baleares. Sin este uso, han defendido, debe volver a ellos.
“Aquella fue una donación modelo”, defiende uno de los muñidores de la operación.
 “El bien se creó y donó a Patrimonio Nacional para un destinatario y usuario exclusivo: el Rey”, detalla otro de los financieros que ejerció de enlace con la Casa del Rey durante el proceso y después. Los donantes deseaban expresar una voz común en la hora en la que el patrón al que obsequiaron dice adiós al que ha sido su yate.
Aquel rutilante barco de aluminio de 41,5 metros de eslora, uno de los más veloces del mundo -podía volar con sus turbinas Rolls Royce a 125 kilómetros por hora-, era del Rey, pero también lo sentían suyo los protectores. “Es un poco nuestro y de aquí, de las islas.
 Existe por nuestra voluntad”, detalló uno de los mecenas privados que, junto con el Gobierno de Baleares, que donó 2,6 millones, constituyeron ex profeso la Fundación Turística y Cultural (Fundatur) para cumplimentar al Monarca.
Con el barco se quiso expresar a don Juan Carlos su agradecimiento por su vínculo con Baleares y la contribución de la Familia Real al prestigio internacional de las islas como foco del veraneo y deporte náutico del Mediterráneo. Por las donaciones, las empresas y financieros recibieron las exenciones fiscales que establecía la ley. “Era lógico pero el trámite costó”, explicó el asesor que negoció el mecanismo con Hacienda.
La operación –la cadena de contactos de donantes- la movieron especialmente hoteleros del entorno de confianza del Monarca, como Gabriel Escarrer, de Melià hotels; Gabriel Barceló, de Barceló hoteles; el editor Pedro Serra de Última Hora y José Francisco de Conrado, un hombre de La Caixa y MicroBank antes ligado a Patrimonio Nacional. Apenas se dieron negativas y abstenciones.
“El Rey está muy contento”, comentó Gabriel Barceló cuando culminaba la construcción –bajo secreto- del superyate en la Empresa Nacional Bazán [hoy Izar] de Cádiz. Era la época en que el Monarca, en una recepción en el palacio de La Almudaina de Palma, lamentó que el anterior Fortuna, de 1979, “ya es un cuatro latas, el pobre", con tantas averías.
Era un presente del rey Fahd de Arabia Saudí por “los entrañables lazos de amistad familiar”.
 Aquel obsequio no se vendió, se desguazó. Aunque existió una fugaz tentativa de traspaso público en un catálogo de un bróker náutico: "¡Impresionante!", era la descripción. La enajenación de “bienes de Patrimonio Nacional puestos a disposición del Rey” se frustró. Fallos del complejo sistema eléctrico frustraron una travesía de don Juan Carlos y el príncipe Carlos de Inglaterra, en 1988, que quedaron a la deriva. La nave de la Corona tuvo que ser remolcada por dos pequeños pesqueros hasta el puerto de Sóller, mientras iban a Menorca. Imagen casi cómica.
El Gobierno de Baleares ve la decisión del Rey “positiva y respetuosa”.
 Los socialistas y los nacionalistas insulares, en el caso de venta de la nave, exigen o “el retorno” de la partida gubernamental o su destino a fines ambientales. No existe un posible precio de mercado.
El valor inicial ha bajado quizá a la mitad, tras 14 años de uso.

Una donación "gozosa y voluntaria"

El Fortuna, últimamente, hibernaba y apenas surcaba las aguas de las islas Baleares con el Rey y su familia. El principal invitado que figura en su biografía es el entonces presidente de EE UU Bill Clinton, a quien acompañó el ex presidente José María Aznar.
 Desde la Zarzuela, hace 15 meses, se anticipó el adiós al uso del gran yate, y se transmitió la idea de que las imágenes de la familia navegando no concordaban con los nuevos tiempos.
Con la eclosión del caso Urdangarin, el asunto de la cacería de elefantes en Botsuana y las reiteradas operaciones de don Juan Carlos, en los últimos dos años el superyate apenas zarpó una sola vez de su base de Portopi (Mallorca). Cargar sus tanques de más de 20.000 litros costaba una fortuna.
“Un regalo es un regalo y quien lo posee hace con él lo que quiere”, han comentado dos de los patrocinadores. La presidente de Fundatur, Carmen Matutes, hija del exministro y hotelero Abel Matutes, fue informada por el jefe de la Casa del Rey del anuncio de la renuncia “casi a la vez que se hacía pública”, matiza uno de los mecenas. El empresario Pedro Iriondo, que fue presidente de Fomento de Turismo de Mallorca (una de las entidades donantes con fondos gubernamentales), observa que “los industriales han puesto mucho dinero y nos preocupa que el Gobierno lo explote fuera de Baleares.
 Desata cierta inquietud un eventual mal uso o que se deshaga de él”. El hotelero Barceló comenta, por el contrario, que fue una donación gozosa y voluntaria.
Hasta la revista Hola, Perfumes Puig –ligada en el pasado a las regatas de la Copa del Rey y a los barcos de las infantas- así como Freixenet, al final se sumaron a la colecta para sufragar los pluses de la cara construcción de la nave en Cádiz. Financieros bien relacionados también con el Rey acudieron a la invitación: los hermanos March, de Banca March; Miguel Fluxá, del grupo Iberostar; la caja Sa Nostra; el Crédito Balear; La Caixa; Soltour; Air Europa, de Juan José Hidalgo; Gesa; los hermanos Riu de Riu Hotels, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferran de Spanair-Marsans; Miquel Ramis, de Grupotel; Rosselló-Roxa, de Blau Hotels; Matutes, de Fiesta-Palladium Hoteles; Piñero, de Soltur; Carrillo, de hoteles Globales; el impresor Pep García, el comerciante Antonio Fontanet y el industrial alemán Klaus Graff de Teka y Portals o el hotelero Miquel Vicens.
Entre todos, un financiero, en su momento expresó a este diario cierta incomodidad. “¿Cómo íbamos a decir que no siendo para el Rey? No había alternativa”. Don Juan Carlos recibió en la Zarzuela al colectivo de mecenas y además se reunió con ellos a cenar en la finca de uno en Mallorca. Uno de los patrocinadores bromeó al entregar el yate “podrían poner el logo de los donantes en la eslora”. En su hoy escandaloso periplo al frente del el Instituto Nóos, el yerno del Rey, Iñaki Urdangarin pidió contribuciones para sus eventos a buena parte de los donantes del ‘Fortuna’. Cuatro reconocen que se negaron.
En 1991, en apoteosis de barcos rutilantes de los reyes del pelotazo Javier de la Rosa con el Blue Legend y Mario Conde con el Alejandra, la Zarzuela refutó el regalo de una nave nueva que Patrimonio Nacional había encargado en un astillero del banco que dominaba Conde, Banesto.
 Aquel Fortuna no nato se llamó Corona del Mar y lo adquirió una empresaria gallega.
Ahora se vende por una décima parte de su coste, un millón y medio, porque tuvo una grave avería.

Detenido un policía por acuchillar a un exempleado de Bankia

La investigación apunta a que la víctima vendió preferentes al presunto agresor.

Pues los de Bankia que lleven guardaespaldas porque con lo que han hecho y hacen no deberían estar tranquilos. Al revés Bankia le quitaria hasta la sombra.

Un policía local fue detenido ayer en Valencia como presunto autor del apuñalamiento de un exempleado de Bankia, que al parecer le había vendido participaciones preferentes de la entidad financiera.
El acusado, que había estado de baja por depresión -y en una situación económica complicada debido en parte a la inversión en preferentes-, estaba ahora en activo pero por prescripción médica se le había retirado el arma reglamentaria.
El agente le asestó presuntamente cuatro puñaladas a la víctima en su casa de La Punta, una pedanía al sur de la ciudad de Valencia.
El herido, de 55 años, fue trasladado de urgencia al hospital La Fe después de que varios testigos alertaran de los hechos. La noche del domingo fue sometido a una operación quirúrgica
. La víctima fue director de una oficina de Bancaja en Paterna (Valencia), pero abandonó la entidad hace más de dos años, en uno de los primeros expedientes de regulación de empleo (ERE) que se aplicaron con motivo de la fusión de las siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia.
El agente local, al que se le había retirado el arma debido a su situación psicológica, fue detenido unas tres horas después en su domicilio del distrito de Trànsits.
Según algunas fuentes, ambos se conocían y el presunto agresor había amenazado previamente a la víctima por considerarlo responsable de su ruina por haberle colocado las preferentes.
Según el concejal delegado de Policía Local de Valencia, Miquel Domínguez, el policía tiene 39 años, trabajaba en la unidad de distrito de Ciutat Vella de Valencia, y tras el suceso se le ha abierto un expediente que se cerrará cuando el proceso judicial termine.
 Según fuentes municipales, el presunto agresor y su familia habrían adquirido cerca de 300.000 euros en preferentes, que han sufrido desde entonces fuertes pérdidas.