Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 oct 2012

El profesor, el gran olvidado

El profesorado es el gran olvidado en el anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).
 Concretamente, en el documento se silencia cualquier posibilidad de recuperar un sistema de jubilaciones específico de los docentes, análogo al que se estableció en la LOGSE y en la LOE. Tampoco se menciona la posibilidad de jubilación voluntaria del personal docente integrado en el Régimen General de la Seguridad Social.
El texto normativo aprobado por el Gobierno no plantea ninguna otra mejora laboral o profesional como en su día hicieron la LOGSE o la LOE.
 El compromiso de elaborar un Estatuto Docente después de la publicación de la ley es similar al formulado por el anterior Gobierno en 2005. Entonces hubo ley, la LOE, pero no Estatuto Docente.
 Ahora nos tememos que suceda lo mismo.
El Gobierno amplía la posibilidad de cambiar al profesorado de enseñanzas, niveles y etapas, eliminado su carácter excepcional en las plantillas estables de los centros, tal como contempla la actual normativa. Además abre la puerta a desplazamientos forzosos, con pérdida de los actuales destinos y con cambios de localidad. Esta medida puede resultar especialmente grave en algunas especialidades que perderán carga lectiva. También aumentará la inestabilidad en las plantillas de los centros, con el consiguiente perjuicio para la calidad, la innovación y la implicación en proyectos educativos específicos.
El ministerio da muestras de una absoluta desconfianza hacia los profesionales
En el anteproyecto se observa un desprecio a la labor del profesorado y al trabajo de la evaluación continua, al dejar las numerosas evaluaciones del alumnado en manos de agentes externos al centro. Con esta propuesta, el ministerio da muestras de una absoluta desconfianza en la labor docente.
El claustro mantiene sus competencias, pero el director asume una gran parte de las competencias decisorias del consejo escolar, convirtiéndose en el único órgano decisorio del centro. En cambio, el consejo escolar será un órgano meramente consultivo que no participará ni siquiera en la elección del equipo directivo.
El profesorado pierde influencia en la comisión de selección de los directores, pasando de tener una representación en la misma de un tercio a un 15%. Prácticamente la capacidad decisoria en la elección del director queda en manos de la Administración.
El borrador de la ley se olvida de las actuales ratios, manteniéndolas, teniendo en cuenta que recientemente se han incrementado hasta en un 20%. También elude la jornada lectiva, que también ha sido aumentada, y no se establece límite temporal a los actuales recortes.
El profesorado pierde influencia en la comisión de selección de los directores
En las últimas reformas educativas, incluida la franquista Ley General de Educación publicada en 1970, se incluyeron algunas mejoras laborales y profesionales para el profesorado.
 Las únicas excepciones fueron la LOCE, promulgada en 2002, y ahora el anteproyecto de ley de la llamada LOMCE, ambas normas elaboradas por gobiernos del Partido Popular.
En cambio las leyes educativas anteriores, la LOE, de 2006 y la LOGSE, de 1990, recogían mejoras tales como un sistema de jubilaciones anticipadas e incentivadas, promociones intercorporativas mediante el procedimiento de concurso, la reclasificación en grupo más alto de algunos colectivos, mejoras en las clasificaciones de los cuerpos funcionariales, posibilidad de establecer procedimientos para reducir la temporalidad, mecanismos para solucionar las situaciones de colectivos desclasificados en la Función Pública, integración en los cuerpos generales de colectivos integrados en otras administraciones, el refuerzo de la acción tutorial y la posibilidad de concretar reducciones de jornada lectiva para el profesorado de más edad.
La experiencia histórica reciente demuestra que una reforma que no cuente con el respaldo de los profesionales de la enseñanza estará abocada al fracaso ya que es precisamente este colectivo quien ha de ponerla en marcha.
José Campos Trujillo es secretario general de Federación de Enseñanza de CC OO y miembro del Ejecutivo Mundial de la Internacional de la Educación

Un Leonard Cohen íntimo y ligón

Un documental “demasiado íntimo” sobre Leonard Cohen / Tony Palmer
“Es difícil ligar con la cámara ahí”, dice Leonard Cohen ante una fan embelesada.
 La lente es de Tony Palmer, que está rodando el documental Bird on a wire durante una gira del cantante en 1972. “Mi condición para hacer la película fue que Cohen no me podía cerrar ninguna puerta. Aceptó y cumplió con su palabra durante el rodaje. Los problemas vinieron después”, explica el realizador británico. Después, el poeta canadiense y su equipo pusieron muchos reparos a la primera versión. Era demasiado íntima. Y decidieron apartar del proyecto a su visionario director que, siguiendo el consejo de su amigo John Lennon, ya había lanzado en la BBC a músicos apenas conocidos entonces como Jimi Hendrix, The Who o Cream, y había hecho junto con Frank Zappa el mítico filme 200 Motels. Encargaron otro montaje del material de la gira. Sin embargo, esta segunda versión, gustó aún menos, esta vez por su falta de calidad. El filme desapareció y, con el paso del tiempo, el documental fue adquiriendo un aura de misterio entre los seguidores de Cohen, que periódicamente preguntaban por él.
 Hace tres años, en un almacén de Hollywood, apareció. Se hallaron 200 rollos de Bird on a wire que acabaron en manos de Palmer.
 “El material estaba en muy mal estado. Era un puzle complicadísimo. Pero con ayuda de la tecnología digital y del azar, porque cuando empezaba a desesperarme encontré accidentalmente el 70% de la banda sonora, logramos unir 3.000 fragmentos”, recuerda el realizador londinense de 71 años en la Universitat de Valencia. 40 años después, el director recuperaba su película, y la semana pasada, el público llenó el salón de actos de la Facultad de Filología, Traducción y Comunicación para verla por primera vez en España, y con subtítulos en español. El filme solo está disponible en DVD y en versión inglesa y francesa.
Mi condición fue que no me podía cerrar ninguna puerta. Aceptó y cumplió durante el rodaje. Los problemas vinieron después”
 En la pantalla, Cohen nada en piscinas desnudo, discute con los guardias de seguridad en Tel Aviv, reflexiona, repudia la violencia, elogia la calidad de un porro de maría, flirtea con sus fans, llora, ríe, habla, intenta explicar por qué debe suspender un concierto (“hay noches que no puedes despegar”), ironiza sobre el “buen amigo” que se quedó con sus derechos de la canción Suzanne, sostiene que “el éxito es la supervivencia”, recita sus composiciones (“He percibido el contorno de sus senos a través de su traje de Hallowen”)… Y sobre todo canta, canta sus canciones imperecederas.
 Es un Cohen de 37 años íntimo, auténtico, dubitativo, emocional, apasionado por la poesía y a veces en actitud indolente. “Cohen estaba incómodo.
Él y su equipo me dijeron que era demasiado íntima e incluso agresiva.
 Yo no lo veo así. Estaban molestos por que se viera al cantante cansado. Él ha visto la nueva versión y ya no tiene las preocupaciones de entonces.
 Ahora somos otra vez amigos, aunque nunca fuimos enemigos”, apostilla esbozando una leve sonrisa.
 Cohen atravesaba una mala época justo antes de rodarse el documental de la gira, que podía ser la última. Quería dejarlo todo.
Ese hastío se refleja en varias secuencias, al igual que el genio creador del cantante que se consideraba sobre todo, poeta –en el filme sale lamentando las escasas ventas de los libros de poesía. Palmer considera muy justo el Premio Príncipe de Asturias de la Letras que se le otorgó el pasado año por su poesía.
 “Es un gran poeta, un artista extraordinario”, añade.
El material estaba en muy mal estado. Era un puzle. Pero con ayuda de la tecnología  logramos unir 3.000 fragmentos”
 El realizador ha dirigido más de un centenar de películas documentales, la mayor parte para la televisión. Y en todas ellas se ha interesado por mostrar el contexto social y político, además de la auténtica personalidad de los personajes retratados
. Ha trabajado y conocido a los grandes músicos pop y rock de la sesenta y setenta, a la diva Maria Callas, a los compositores Igor Stravinsky o Benjamin Britten, a los actores Lawrence Olivier o Richard Burton. Asegura que a todos ellos les une “el coraje físico, emocional, intelectual, político” para sobreponerse.
 “Los más grandes artistas tienen una visión, y no tienen a nadie para preguntar, están solos, y la gente corriente no podemos más que seguirlos para ver adónde van”, indica. “Cuanto más fama alcanzan, más piensa la gente que son propiedad de todos, y los artistas se van aislando más”, agrega.
Palmer atesora múltiples historias de artistas que evidencian a menudo las dificultades de sobrellevar el éxito o de enfrentarse con el público, que espera todo de su ídolo. De Lawrence Olivier, por ejemplo, recuerda que siempre repetía el mismo ritual dos hora antes de salir al escenario: se ponía el maquillaje, se tomaba un té, leía el periódico y, cuando faltaban 10 minutos para la función, se colocaba detrás del telón e increpaba para sí al público: ‘bastardos, dejadme en paz, cabrones’.
 Entonces se calmaba y salía”. Britten vencía el miedo a defraudar y el nerviosismo con “un poco de whisky”. Jimmy Page, de Led Zeppelin, no paraba de deambular de un lado a otro antes de los conciertos. Estaba muy nervioso, su éxito podía con el. 60.000 personas esperándole… Sólo se calmaba con “un poco de droga”. “Pero en una dosis modesta”, puntualiza
. Luego vinieron los excesos y los problemas, concluye Palmer, que ejerce de fiel londinense: “¿En qué otra ciudad puedes elegir para salir una noche entre 200 películas, 80 conciertos o 40 obras de teatro?



Dinamarca premia la narrativa “mágica” de Isabel Allende

El príncipe Frederik de Dinamarca felicita a Isabel Allende / CLAUS FISKER (AFP)
Isabel Allende recibió hoy el premio Hans Christian Andersen de Literatura en una ceremonia en el Koncerthus de Odense (Dinamarca) que homenajeó la narrativa "mágica" de la escritora chilena.
 Esa cualidad como narradora y su "talento" para hechizar al público fueron los argumentos esgrimidos por el jurado del premio, dotado con 500.000 coronas danesas (86.000 dólares o 54.000 euros) y que le entregó el príncipe Federico de Dinamarca.
"El gran mérito de Isabel Allende como escritora es que es capaz de convertirnos en lectores.
 Nos invita a entrar en la historia con un misterioso preludio, una trama clara y una narrativa sensitiva, cuyas imágenes son imposibles de olvidar", dijo al leer la motivación Anne-Marie Mai, miembro del jurado.
Allende se mostró emocionada por este galardón, que calificó de uno de los más "significativos" con que la han distinguido en su larga carrera, porque lleva el nombre del célebre escritor de cuentos danés y por ser "un homenaje a la fantasía, a la magia".
"Los cuentos de Andersen fueron los primeros que escuché de niña. Mi madre me los leía en castellano", dijo la autora chilena en su discurso de aceptación.
Los cuentos de Andersen fueron los primeros que escuché de niña
Esos relatos "estimularon mi curiosidad, alimentaron mi fantasía y me enseñaron cosas sobre la lealtad, el amor, la grandeza, los dolores y pérdidas de la vida", afirmó.
 Fue escuchando los relatos del autor de "El patito feo" y "El soldadito de plomo" como nació su "sueño" de convertirse algún día en escritora, explicó Allende.
"Mi madre me ha contado que empecé a inventar historias antes de saber leer y escribir.
Por mis muchas historias se me consideraba una niña mentirosa y se me castigó. Contar esas llamadas 'mentiras' es ahora mi modo de vida, pero ya no me llaman mentirosa, sino 'narradora", reveló tras recibir el galardón.
La figura de Andersen estuvo muy presente en toda la ceremonia, con continuas referencias musicales a algunas de sus obras más célebres.
 También hubo guiños a la galardonada, como una pieza compuesta expresaente para ella por el músico danés Stig Nordestgaard y bautizada "Canción a Isabel".
La ceremonia en el Koncerthus, amenizada por la Orquesta Sinfónica de Odense, culminó una jornada que comenzó horas antes con una lectura-colquio en la Biblioteca Central
. Ante un centenar de personas, Allende leyó primero un fragmento de "La vida de las bestias" y dialogó a continuación con su traductora al danés sobre su infancia, sus inicios como escritora y su forma de escribir y construir sus personajes.
Tras ser homenajeada con un almuerzo en el ayuntamiento de Odense -localidad natal de Andersen-, Allende, acompañada por varias autoridades, visitó a continuación la casa-museo del escritor.
A la salida, un actor caracterizado de Andersen hizo con ella en un pequeño vehículo los doscientos metros que separaban este recinto del Koncerthus, mientras a los lados del camino se situaban niños y adultos disfrazados de los más conocidos personajes del autor danés.
Allende sucede en el palmarés de este galardón, instituido por una fundación privada en colaboración con el Ayuntamiento de Odense, a la británica J.K. Rowling, creadora de la popular saga infantil de Harry Potter.
La escritora chilena ya fue una de las embajadoras del Año Internacional Hans Christian Andersen, organizado por las autoridades danesas en 2005 para celebrar el bicentenario del nacimiento de su más conocido escritor, motivo por el que Allende visitó entonces el país.

Más cine español


MARCOS BALFAGÓN
Con el Premio del Jurado y la Concha de Plata a la mejor actriz, el Festival de Cine de San Sebastián ha refrendado la maestría de Blancanieves, la extraña y deliciosa aventura que inició hace casi una década el cineasta Pablo Berger.
 Es justo que se haya estrenado en el certamen donostiarra, porque fue allí donde el director de Torremolinos 73 tuvo una epifanía al ver en una proyección con música en directo  el clásico del cine mudo Avaricia.
Desde entonces, le carcomió el gusanillo de repetir en otros espectadores las sensaciones que vivió aquella noche. Berger fue completando poco a poco su bilbainada: haría en blanco y negro y muda su propia versión del cuento de los hermanos Grimm, trasladando la acción a la España de finales de los años veinte, cargado de influencias del cine mudo europeo; de las fotos de Cristina García Rodero que le mostraron un fiel retrato de una España rural y de las cuadrillas de enanos que se ganaban la vida como toreros bomberos.
En Blancanieves todo encaja con la precisión del mecanismo de reloj: las interpretaciones, el reflejo de un tiempo en el que triunfaba el claroscuro, la música, las canciones de Silvia Pérez Cruz… Y luego está Maribel Verdú, madrastra implacable, malvada feliz por ser villana sin motivación, personaje lujurioso y contundente que queda en manos de una actriz de bandera.
Desgraciadamente, a Berger se le han acumulado las comparaciones: en menos de un año le han precedido dos Blancanieves desde Hollywood, y el público recuerda maravillado las sensaciones provocadas por The artist, otra película en blanco y negro y muda, la comedia francesa que alcanzó la gloria en los últimos Oscar.
No tienen nada que ver, pero hasta el mismo director español entiende que no ser el primero lastra su aventura: Berger aún recuerda sus improperios el día que un amigo productor le llamó desde Cannes para contarle que había visto The artist; justo cuando él estaba a punto de rodar.
Eso no debería desmerecer a esta Blancanieves, una película como nunca antes se ha visto. El francés François Ozon, ganador el sábado del Festival de San Sebastián, dijo:
“El mundo necesita más cine, y el mundo necesita más cine español”.